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viernes, 25 de julio de 2014

El Matrimonio se fortalece en la Sagrada Eucaristía

El matrimonio se fortalecerá en fidelidad, si ambos cónyuges se alimentan de la eucaristía.

Antes de dar la relación entre ambos sacramentos, repasemos un poco la maravilla del matrimonio.

Es Dios mismo quien pone en esa mujer y en ese hombre el anhelo de la unión mutua, que en el matrimonio llegará a ser alianza, consorcio de toda la vida, ordenado por la misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de los hijos.

El matrimonio no es una institución puramente humana. Responde, sí, al orden natural querido por Dios. Pero es Dios mismo quien, al crear al hombre y la mujer, a su imagen y semejanza, les confiere la misión noble de procrear y continuar la especie humana.

El matrimonio, de origen divino por derecho natural, es elevado por Cristo al orden sobrenatural. Es decir, con el Sacramento del Matrimonio instituido por Cristo, los cónyuges reciben gracias especiales para cumplir sus deberes de esposos y padres de familia.

Por tanto, el Sacramento del Matrimonio o, como se dice, el "casarse por Iglesia" hace que esa comunidad de vida y de amor sea una comunidad donde la gracia divina es compartida.

Por su misma institución y naturaleza, se desprende que el matrimonio tiene dos propiedades esenciales: la unidad e indisolubilidad. Unidad, es decir, es uno con una. Indisolubilidad, es decir, no puede ser disuelto por ninguno. El pacto matrimonial es irrevocable: "Hasta que la muerte los separe".

No olvidemos que los ministros del Sacramento son los mismos contrayentes. El sacerdote sólo recibe y bendice el consentimiento.


¿Qué relación tiene el Sacramento de la Eucaristía con el del Matrimonio?

La eucaristía es sacrificio, comunión, presencia. Es el sacrificio del cuerpo entregado, de la sangre derramada. Todo Él se da: Cuerpo, Alma, Sangre y Divinidad. Es la comunión, el cuerpo que hay que comer y la sangre que hay que beber. Y comiendo y bebiendo esta comida celestial, tendremos vida eterna. Es la presencia que se queda en los Sagrarios para ser consuelo y aliento.

El matrimonio también es sacrificio, comunión y presencia. Es el sacrificio en que ambos se dan completamente, en cuerpo, sangre, alma y afectos. Y si no hay sacrificio y donación completa, no hay matrimonio sino egoísmo.

El matrimonio es comunión, ambos forman una común unión, son una sola cosa, igual que cuando comulgamos. Jesús forma conmigo una común unión tan fuerte y tan íntima, que nadie puede romperla.

El matrimonio, al igual que la eucaristía, también es presencia continua del amor de Dios con su pueblo.

El amor es esencialmente darnos a los demás. Lejos de ser una inclinación, el amor es una decisión consciente de nuestra voluntad de acercarnos a los demás. Para ser capaces de amar de verdad es necesario desprenderse cada uno de muchas cosas, sobre todo de nosotros mismos, para darnos sin esperar que nos agradezcan, para amar hasta el final. Este despojarse de uno mismo es la fuente del equilibrio, el secreto de la felicidad.

escrito por P Antonio Rivero LC
(fuente: catholic.net)

jueves, 24 de julio de 2014

Oración de Consagración Personal a María Auxiliadora

Acudamos, confiados,
Al trono de la excelsa Madre de Dios;
Ella nos alcanzará el auxilio oportuno
En nuestras necesidades. Aleluya.

¡Oh señora mía! ¡Oh Madre mía!
Yo me ofrezco todo a ti,
proclamándote mi sostén y auxilio
y en prueba de mi filial afecto
te consagro en este día
mis ojos, para que con ellos veas a tus pobres hijos;
mis oídos, para que con ellos escuches sus súplicas;
mi lengua, para que proclame tus maravillas;
mi corazón, para que se llene de tus sentimientos;
en una palabra todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo,
Madre de bondad y Auxilio de los cristianos,
Guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya
Y auxilia por mi intermedio
a cuantos invocan tu protección y amparo.
Amén.

Te veneramos, llena de gracia;
Tú eres nuestro auxilio, tú nuestra esperanza;
Por ti no ha llegado la salvación.

Amén.

(fuente: www.salesianosbernal.com.ar)

miércoles, 23 de julio de 2014

Nosotros los cristianos de Gaza vivimos bajo las bombas


El padre Jorge Hernández, religioso del Verbo encarnado, describe desde la parroquia latina de la Sagrada Familia en Gaza cómo vive estos días su comunidad

«Nosotros también recibimos la invitación, extendida a los residentes de las zonas de Beit Hanoun y de Beit Lahia, para abandoner inmediatamente las casas. Y, como todos, nos preguntamos: "¿A dónde ir?". Gaza es pequeña. Todo está cerca. No hay un solo sitio seguro, neutro, que pueda acogernos. ¿A dónde vamos?».

El padre Jorge Hernández, religioso del Verbo encarnado, describe desde la parroquia latina de la Sagrada Familia en Gaza cómo vive estos días su comunidad. Él también viven bajo las bombas que llueven del cielo sobre, y no es la primera vez para este sacerdote argentino que guía desde hace algunos años a la pequeña comunidad católica de que vive en la Franja de Gaza. Son unos 200 fieles en un territorio en el que los cristianos suman en total menos de 2000. Desde hace años comparten todos los sufrimientos de la población civil, aislada herméticamente en un territorio de apenas 360 kilómetros cuadrados en el que viven casi 1,8 millones de personas.

El miércoles pasado, justamente cuando cuatro niños murieron tras el impacto de un misil israelí mientras estaban jugando en la playa, también en la Iglesia de la Sagrada Familia se vivieron momentos de pavor: tres misiles cayeron muy cerca de los edificios de la parroquia. Por este motivo se decidió, ayer, que las tres monjas que colaboran con el padre Jorge (y que pertenecen a su misma congregación) se fueran a Belén. Como son extranjeras, sólo pudieron salir de la Franja de Gaza durante el breve cese al fuego humanitario obtenido por la ONU. Sin embargo, el párroco se queda, pero no está solo, porque ahora lo acompañan las monjas de Madre Teresa, que se mudaron allí con los chicos discapacitados a los que acuden en Gaza. También su instituto se encuentra en una zona en la que han caído misiles, por lo que pensaron que la Iglesia de la Sagrada Familia era un lugar más seguro.

En estos días tan delicados, el padre Jorge ha mentenido sus contactos con el exterior a través de algunas cartas que publica en la página de Facebook del Instituto del Verbo Encarnado. De estos textos surge la descripción de la vida cotidiana en una parroquia bajo las bombas. «Preparaba en estos días la predicación del domingo, y pensaba: ¿Que se le predica a esta gente? ¿Cómo confortarlos? ¿Quale parola buona meterci? Que difícil. Y además: ¿Vendrá gente?... Hoy domingo hemos podido celebrar la Santa Misa, gracias a Dios, con la presencia, además de siete religiosas, de cinco valerosos hombres. Por demás edificante dado las circunstancias».

«Una familia cristiana -indica en otra carta- se vio afectada al ser bombardeada la casa contigua a la suya. Ventanas rotas, humo, grito, confusión fue el trágico escenario de la noche de ayer para esta familia. También es cosa de tener en cuenta los niños pequeños que comienzan a enfermarse por el miedo, el stress, la repercusión de las ondas expansivas, el ruido continuo».

En cuanto al clima general que se vive en Gaza, el padre Jorge escribe que esta guerra no era imprevisible: «La gente esperaba desde hace tiempo una intensificación militar -explica-, y podría durar mucho tiempo. Lo único que nos sorprendió fue que se registró una resistencia a mayor escala y una mejor preparación por parte de las autoridades locales con respecto a las guerras anteriores. Que Hamas haya golpeado Tel Avviv y Jerusalén no es cosa de poco». Añade que teme que con la guerra se cree una reacción islamista en la Franja de Gaza en contra de los cristianos: «Viendo lo que sucede en otras partes, no habría que sorprenderse», comenta. Y por este motivo, añade, es admirable la fuerza de los cristianos de Gaza, que saben muy bien que están solamente en manos de Dios.

escrito por Giorgio Bernardelli (fuente: vaticaninsider.lastampa.it)

Cristiano Ronaldo nació gracias a un objetor de conciencia

La madre del conocido futbolista ha publicado una autobiografía donde cuenta que quiso abortar pero que el médico rechazó intervenir

Roma, 21 de julio de 2014 (Zenit.org) Setenta premios individuales, incluyendo dos Balones de Oro y un Fifa World Player, una larga serie de trofeos obtenidos a través de las camisetas del Sporting Lisbona, Manchester United y el Real Madrid. Y aún más, una lista de récords como para requerir una buena dosis de paciencia para los que quieran leerlos todos, así como dos de los más altos honores otorgados por el Estado de Portugal. Un pequeño mérito de estos premios se debe a un desconocido médico portugués. Pequeño como el cuerpo todavía frágil e indefenso que crece día a día en el vientre de una mujer, y tan grande como el noble gesto de quien actúa con profesionalidad y confía en su trabajo y es capaz de salvar una vida humana del aborto.

En 1984, la vida que este hombre salvó fue la de Cristiano Ronaldo, uno de los futbolistas más fuerte y prolífico en cuanto a goles marcados en los últimos años. Fue la misma madre del jugador del Real Madrid y la Selección portuguesa quien ha revelado la historia en su autobiografía, Madre Coraje, presentada el viernes pasado en Portugal. La mujer, que se llama Dolores Aveiro, cuenta en uno de los pasajes más conmovedores del libro su situación al descubrir que estaba embarazada del niño que más tarde se convertiría en el famoso Cristiano Ronaldo.

"En ese momento yo ya tenía 30 años y tres hijos, no me parecía oportuno afrontar un nuevo parto y agrandar la familia, así que recurrí a un médico, pero se negó a intervenir", explica. Era una época lejos del color de rosa en su casa: alimentar a los hijos Hugo, Elma y Cátia Liliana se convertía cada día en un desafío más arduo con un marido, José Dinis, en paro (que murió en 2005 debido al alcohol) y con unos ahorros reducidos al mínimo".

Pero la reticencia y el intento de desanimarla para abortar por parte del médico, no detuvieron el propósito de la mujer, quien intentó igualmente interrumpir el embarazo. Y lo intentó con un "remedio casero" sugerido por una amiga: "Ella me dijo que bebiera cerveza oscura y caliente. Así el niño moriría".

Sin embargo, la cerveza no logró detener la energía vital del corazón que latía en el vientre de Dolores. Después de unas horas de haber tomado la bebida "potencialmente mortal", en el vientre de la madre de Ronaldo seguía reinando la paz como señal de la ineficacia del "remedio casero". Poco a poco, la mujer - ya acostumbrada a lactancias, pañales y llantos nocturnos - decidió tener el cuarto hijo. "Si la voluntad de Dios es que este bebé nazca, que así sea", fue su pensamiento íntimo.

El 5 de febrero de 1985, en una ciudad de las Islas Salvajes, un pequeño archipiélago del Océano Atlántico más cercano a las costas africanas que a las portuguesas, nació Cristiano Rolando. Un niño fuerte y sano que se convertiría en famoso en todo el mundo debido a su singular talento futbolístico.

Un episodio muy delicado, que su madre ha decidido publicar con el permiso previo de su hijo Cristiano. El cual, hoy en día, tiene la fuerza para bromear al respecto: "Mira mamá, tú querías abortar y ahora soy yo el que lleva las riendas de la casa". Y pensar que la tentación de abortar surgió de sus dificultades económicas. Si ese médico no hubiera permanecido fiel a su juramento y por lo tanto firme en su oposición al aborto, hoy en día el mundo del fútbol tendría una estrella brillante menos en su firmamento. Y para mirar el firmamento - se sabe - debemos dirigir la mirada hacia arriba. Es por eso que la objeción de conciencia es siempre un gesto dirigido hacia lo alto.

(21 de julio de 2014) © Innovative Media Inc.

martes, 22 de julio de 2014

El patriarca emérito de Jerusalén: en Gaza no hay guerra sino una masacre inútil

El secretario general de la ONU se encuentra en Oriente Medio para establecer conversaciones con las partes en conflicto

Ciudad del Vaticano, 22 de julio de 2014 (Zenit.org) Se registra una nueva jornada de violencia y muerte en la Franja de Gaza. Según las últimas cifras, desde que comenzara la ofensiva en curso, el número de palestinos fallecidos supera los 580 así como 27 son los soldados israelíes que han perdido la vida.

"Lo que está ocurriendo en Gaza", dice a Fides su beatitud Michel Sabbah, patriarca emérito de Jerusalén de los Latinos, "no es una guerra, sino una masacre. Una masacre inútil, que no hará avanzar ni un paso a Israel hacia la paz y la seguridad. Por el contrario, con todos estos sacrificios humanos, los corazones de los israelíes y los palestinos se llenan de odio".

Según indica el patriarca emérito, "los medios para alcanzar la paz sólo puede ser medios pacíficos. Desde hace sesenta años, estamos viendo que las guerras, las armas, las masacres son incapaces de obtener cualquier tipo de paz". En las declaraciones dadas a la agencia Fides, el patriarca observa que "la única manera de salir de la espiral de la violencia y la destrucción es abordar la cuestión de fondo, que es la ocupación israelí de los territorios palestinos. Habrá paz y seguridad sólo cuando Israel reconocerá la libertad y la soberanía del Estado palestino. Pero tal vez es por eso que tenemos que esperar a una nueva generación de líderes israelíes. Los líderes actuales creen sólo en la fuerza militar. Tienen armas sofisticadas para matar, y no la fuerza para hacer la paz" .

Mientras tanto, hoy, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se ha reunido con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Tel Aviv, para impulsar un alto el fuego. "Mi mensaje es el mismo para israelíes y palestinos: Parad de luchar, empezad a hablar y haceros cargo de las causas de raíz del conflicto para que no estemos en la misma situación en seis meses o un año", ha declardo el secretario general de la ONU. Asimismo, está previsto que Ban se dirija a Cisjordania para reunirse con el presidente de Palestina, Mahmud Abbas.

(22 de julio de 2014) © Innovative Media Inc.

María Magdalena, la enamorada de Dios

El amor de María Magdalena a Cristo fue un amor total. "Para mí la vida es Cristo".

Realmente nos encontramos en el Evangelio a un personaje muy especial del que nos pareciera saberlo todo y del que casi no sabemos nada: María Magdalena. Magdalena no es un apellido, sino un toponímico. Se trata de una María de Magdala, ciudad situada al norte de Tiberíades. Sólo sabemos de ella que Cristo la libró de siete demonios (Lc 8, 2) y que acompañaba a Cristo formando parte de un grupo grande mujeres que le servían. Los momentos culminantes de su vida fueron su presencia ante la Cruz de Cristo, junto a María, y, sobre todo, el ser testigo directo y casi primero de la Resurrección del Señor. A María Magdalena se le ha querido unir con la pecadora pública que encontró a Cristo en casa de Simón el fariseo y con María de Betania. No se puede afirmar esto y tampoco lo contrario, aunque parece que María Magdalena es otra figura distintas a las anteriores. El rostro de esta mujer en el Evangelio es, sin embargo, muy especial: era una mujer enamorada de Cristo, dispuesta a todo por él, un ejemplo maravilloso de fe en el Hijo de Dios. Todo parece que comenzó cuando Jesús sacó de ella siete demonios, es decir, según el parecer de los entendidos, cuando Cristo la curó de una grave enfermedad.

María Magdalena es un lucero rutilante en la ciencia del amor a Dios en la persona de Jesús. ¿Qué fue lo que a aquella mujer le hechizó en la persona de Cristo? ¿Por qué aquella mujer se convirtió de repente en una seguidora ardiente y fiel de Jesús? ¿Por qué para aquella mujer, tras la muerte de Cristo, todo se había acabado? María Magdalena se encontró con Cristo, después de que él le sacara aquellos "siete demonios". Es como si dijera que encontró el "todo", después de vivir en la "nada", en el "vacío". Y allí comenzó aquella historia.

El amor de María Magdalena a Jesús fue un amor fiel, purificado en el sufrimiento y en el dolor. Cuando todos los apóstoles huyeron tras el prendimiento de Cristo, María Magdalena estuvo siempre a su lado, y así la encontramos de pié al lado de la Cruz. No fue un amor fácil. El amor llevó a María Magdalena a involucrarse en el fracaso de Cristo, a recibir sobre sí los insultos a Cristo, a compartir con él aquella muerte tan horrible en la cruz. Allí el amor de María Magdalena se hizo maduro, adulto, sólido. A quien Dios no le ha costado en la vida, difícilmente entenderá lo que es amarle. Amor y dolor son realidades que siempre van unidas, hasta el punto de que no pueden existir la una sin la otra.

El amor de María Magdalena a Cristo fue un amor total. "Para mí la vida es Cristo", repetiría después otro de los grandes enamorados de Cristo. Comprobamos este amor en aquella escena tan bella de María Magdalena junto al sepulcro vacío. Está hundida porque le han quitado al Maestro y no sabe dónde lo han puesto. La muerte de Cristo fue para María un golpe terrible. Para ella la vida sin Cristo ya no tenía sentido. Por ello, el Resucitado va enseguida a rescatarla. Se trata seguro de una de las primeras apariciones de Cristo. Era tan profundo su amor que ella no podía concebir una vida sin aquella presencia que daba sentido a todo su ser y a todas sus aspiraciones en esta vida. Tras constatar que ha resucitado se lanza a sus pies con el fin de agarrarse a ellos e impedir que el Señor vuelva a salir de su vida.

El amor de María Magdalena a Cristo fue un amor de entrega y servicio. Nos dice el Evangelio que María Magdalena formaba parte de aquel grupo de mujeres que seguía y servía a Cristo. El amor la había convertido a esta mujer en una servidora entregada, alegre y generosa. Servir a quien se ama no es una carga, es un honor. El amor siempre exige entrega real, porque el amor no son palabras solo, sino hechos y hechos verdaderos. Un amor no acompañado de obras es falso. Hay quienes dicen "Señor, Señor, pero después no hacen lo que se les pide". María Magdalena no sólo servía a Cristo, sino que encontraba gusto y alegría en aquel servicio. Era para ella, una mujer tal vez pecadora antes, un privilegio haber sido elegida para servir al Señor.

El amor de María Magdalena a Cristo constituye para nosotros una lección viva y clarividente de lo que debe ser nuestro amor a Dios, a Cristo, al Espíritu Santo, a la Trinidad. Hay que despojar el amor de contenidos vacíos y vivirlo más radicalmente. Hay que relacionar más lo que hacemos y por qué lo hacemos con el amor a Dios. No debemos olvidar que al fin y al cabo nuestro amor a Dios más que sentimientos son obras y obras reales. El lenguaje de nuestro amor a Dios está en lo que hacemos por Él.

En primer lugar, podemos vivir el amor a Dios en una vida intensa y profunda de oración, que abarca tanto los sacramentos como la oración misma, además de vivir en la presencia de Dios. En estos momentos además nuestra relación con Dios ha de ser íntima, cordial, cálida. Hay que procurar conectar con Dios como persona, como amigo, como confidente. Hay que gozar de las cosas de Dios; hay que sentirse tristes sin las cosas de Dios; hay que llegar a sentir necesarias las cosas de Dios.

En segundo lugar, tenemos que vivir el amor a Dios en la rectitud y coherencia de nuestros actos. Cada cosa que hagamos ha de ser un monumento a su amor. Toda nuestra vida desde que los levantamos hasta que nos acostamos ha de ser en su honor y gloria. No podemos separar nuestra vida diaria con sus pequeñeces y grandezas del amor a Dios. No tenemos más que ofrecerle a Dios. Ahí radica precisamente la grandeza de Dios que acoge con infinito cariño esas obras tan pequeñas. De todas formas la verdad del amor siempre está en lo pequeño, porque lo pequeño es posible, es cotidiano, es frecuente. Las cosas grandes no siempre están al alcance de todos. Además el que es fiel en lo pequeño, lo será en lo mucho.

Y en tercer lugar, tenemos que vivir el amor a Dios en la entrega real y veraz al prójimo por Él. "Si alguno dice: Yo amo a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no pude amar a Dios a quien no ve" (1 Jn 4,20). El amor a Dios en el prójimo es difícil, pero es muchas veces el más veraz. Hay que saber que se está amando a Dios cuando se dice NO al egoísmo, al rencor, al odio, a la calumnia, a la crítica, a la acepción de personas, al juicio temerario, al desprecio, a la indiferencia, a etiquetar a los demás; y cuando se dice SÍ a la bondad, a la generosidad, a la mansedumbre, al sacrificio, al respeto, a la amistad, a la comprensión, al buen hablar. La caridad con el prójimo va íntimamente ligada a la caridad hacia Dios. Es una expresión real del amor a Dios.

(fuente: www.yocreo.com)

lunes, 21 de julio de 2014

Francisco en el ángelus: "Frente a la cizaña, el discí­pulo debe imitar la paciencia de Dios"

Texto completo del Papa en la oración del ángelus.

El santo padre Francisco se ha asomado ayer por la mañana a la ventana del estudio del Palacio Apostólico Vaticano para rezar el ángelus junto con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.

Estas son las palabras del Papa al introducir la oración mariana:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días.

En estos domingos la liturgia propone algunas parábolas evangélicas, es decir, breves narraciones que Jesús utilizaba para anunciar a la multitud el Reino de los cielos. Entre las presentes en el Evangelio de hoy hay una más bien compleja, que no se entiende desde el principio, y Jesús da a sus discípulos la explicación: es la del grano bueno y la cizaña, que afronta el problema del mal en el mundo y resalta la paciencia de Dios. La escena tiene lugar en un campo donde el propietario siembra el grano, pero una noche llega el enemigo y siembra la cizaña, término que en hebreo deriva de la misma raíz que el nombre "Satanás" y reclama el concepto de división. Todos sabemos que el demonio es un cizañero, siempre intenta separar a las personas, las familias, las naciones y los pueblos. Los siervos querían quitar en seguida la hierba mala, pero el amo lo impide con esta motivación: "no, que al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo". Porque todos sabemos que cuando la cizaña crece se parece mucho al grano bueno, y está el peligro de confundirlos.

La enseñanza de la parábola es doble. En primer lugar dice que el mal que hay en el mundo no proviene de Dios, sino de su enemigo, el Maligno. Es curioso, este va de noche a sembrar la cizaña, en la oscuridad, en la confusión, donde no hay luz pero va él y siembra la cizaña. Este enemigo es astuto: ha sembrado el mal en medio del bien, así es imposible separar claramente a los hombres; pero Dios, al final, podrá hacerlo.

Y aquí llegamos al segundo tema: la contraposición entre la impaciencia de los siervos y la paciente espera del propietario del campo, que representa a Dios. Nosotros a veces tenemos mucha prisa en juzgar, clasificar, poner aquí a los buenos, allí a los malos... Recordad, la oración de ese hombre soberbio, 'te doy gracias Dios porque yo soy bueno y no soy como ese otro que es malo'. Recordad esto. Dios sin embargo sabe esperar. Él mira en el "campo" de la vida de cada persona con paciencia y misericordia: ve mucho mejor que nosotros la suciedad y el mal, pero ve también las semillas del bien y espera con confianza que maduren. Dios es paciente, sabe esperar. Que bonito es esto. Nuestro Dios es un Padre paciente que siempre nos espera y nos espera con el corazón en la mano para acogernos, para perdonarnos, siempre nos perdona si vamos donde Él.

La actitud del amo es la de la esperanza fundada en la certeza que el mal no tiene ni la primera ni la última palabra. Y hay más. Gracias a esta paciente esperanza de Dios, la misma cizaña, es decir, el corazón malo con muchos pecados, al final, puede convertirse en grano bueno. Pero atención: la paciencia evangélica no es indiferencia al mal, ¡no se puede confundir entre bien y mal! Frente a la cizaña presente en el mundo, el discípulo del Señor está llamado a imitar la paciencia de Dios, alimentar la esperanza con el apoyo de una inquebrantable confianza en la victoria final del bien, es decir, de Dios.

Al final, de hecho, el mal será quitado y eliminado: en el momento de la siega, es decir del juicio, los sembradores seguirán la orden del amo separando la cizaña para quemarla. El día de la siega final el juez será Jesús, el que ha sembrado el grano bueno en el mundo y que se ha convertido Él mismo en "grano de trigo", ha muerto y ha resucitado. Al final todos seremos juzgados con el mismo metro, ¿cuál?, ¿con qué metro seremos juzgados? Con el metro con el que hemos juzgado: la misericordia que hemos usado hacia los otros será usada también con nosotros. Pidamos a la Virgen, nuestra Madre, que nos ayude a crecer en paciencia, esperanza y misericordia con todos los hermanos.

Rezo del ángelus.

(fuente: www.zenit.org)

La verdadera comunión con el Papa

Los tres vínculos de unidad con el sucesor de Pedro

«La voz del Papa no es una voz como las demás». Lo dijo el arzobispo Antonio Filipazzi, Nuncio apostólico en Indonesia, durante la homilía que pronunció en la catedral de Jakarta por la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.

Citando el Concilio Vaticano II, el Nuncio subrayó que «es muy importante que cada fiel y cada comunidad cristiana esté en plena comunión con el Papa».

«No se trata simplemente de un sentimiento de simpatía, de un interés intelectual por lo que dice, o de actos solamente exteriores de entusiasmo para con él. Hay que estar ligados al Papa con vínculos objetivos, visibles, concretos, con esos vínculos que nos unen entre nosotros en la Iglesia».

Monseñor Filipazzi después indicó los tres vínculos de unidad con el sucesor de Pedro.


Sobre todo, la fe:

Por ello, la voz del Papa no es comparable con «las opiniones de los teólogos, ni siquiera con la de los obispos, sino que es un criterio determinante para evaluar las doctrinas que se enseñan y se predican en la Iglesia, y las opiniones y las teorías que se difunden en la sociedad... El Papa no necesita nuestros aplausos cuando habla, sino que es necesario que su enseñanza se convierta en el punto de referencia constante para nuestros pensamientos y nuestras acciones».


El segundo vínculo es el de la liturgia:

«Como a menudo nos ha recordado Benedicto XVI, nosotros debemos celebrar la liturgia no como algo que inventamos a placer, según nuestras ideas, siguiendo las modas o las teorías del momento, sino que debemos celebrarla como algo más grande que todos nosotros, en la que nosotros entramos y con la que plasmamos nuestra plegaria».

«Es necesario apelar con fuerza la fidelidad hacia las normas sobre la liturgia que ha dado la Iglesia: los obispos y los sacerdotes, ministros de la santa liturgia, no son sus padrones, no pueden cambiarla a placer, y los fieles no deben considerar que las celebraciones litúrgicas pueden ser objeto de sus gustos y deseos. La liturgia no pertenece a nadie y no puede ser manipulada por nadie».


El tercer y último vínculo es el de la disciplina:

A Pedro y a sus sucesores, así como a los obispos en comunión con el Papa, «fue confiada la tarea no solo de enseñar y santificar, sino también la de gobernar al pueblo de Dios, dándole directirces y normas, que deben ser acogidas con respeto y obediencia».

«No se trata de decisiones arbitrarias de los que tienen el poder, sino que a través de ellas se nos manifiesta la divina voluntad... La mentalidad corriente ce a menudo en las leyes y en la autoridad un límite y un obstáculo para la libertad, en vez de una ayuda para vivir la libertad según la verdad y por el verdadero bien de todos. Incluso en las comunidades cristianas permanece la falsa convicción de que el derecho se opone a la pastoral, mientras, en cambio, las leyes también son por el bien de las almas, y existe el riesgo de que en nombre de la pastoral se comentan injusticias y abusos».

«La verdadera comunión con el Papa, pues, también pasa a través de la fiel obediencia a las normas y directrices de la Sede Apostólica. Y no hay unión con el sucesor de Pedro si estas normas y directrices se ignoran, se rechazan o no se desarrollan», con el pretexto de la situación local o de la pertenencia a una cultura particular.

escrito por Andrea Tornielli 
(fuente: vaticaninsider.lastampa.it)

domingo, 20 de julio de 2014

"Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla"

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
(Mt 13, 24-43)
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la muchedumbre: “El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña. Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: 'Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?' El amo les respondió: 'De seguro, lo hizo un enemigo mío'. Ellos le dijeron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?' Pero él les contestó: 'No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero"'. Luego les propuso esta otra parábola: "El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, vendrá a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas". Les dijo también otra parábola: "El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar". Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía para que se cumpliera lo que dijo el profeta "Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo". Luego despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo". Jesús les contest6: "El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de mi Padre. El que tenga oídos, que oiga".

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

“Sembrar cizaña” significa para nosotros poner enemistad o hacer daño a otro. Y esta expresión que usamos en nuestro lenguaje, ciertamente viene de la Parábola del Señor sobre el trigo y la cizaña, que podemos leer en Mt. 13, 24- 30 y 36-43.

Y ¿qué es la cizaña? Es una “mala hierba” -así también la denomina el Evangelio- que crece en los campos de trigo y de avena. Tiene el problema de que se confunde con el trigo y la avena, pero además sus granos son tóxicos.

Jesús cuenta en esta parábola que después de haber sembrado trigo en un campo, “llegó el enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó”. Al comenzar a crecer las plantas, el “Dueño” reconoció enseguida que había sido “su Enemigo” quien había hecho el daño. Pero decidió no arrancar la cizaña, sino dejar crecer juntas la buena y la mala hierba, para separarlas en el momento de la cosecha. Al final, quemaría la cizaña y almacenaría el trigo en su granero.

Y Jesús explica la parábola a sus discípulos. Por supuesto, que El mismo es el Sembrador, el Dueño de la siembra. El campo es el mundo. La buena semilla -la que da trigo- son los ciudadanos del Reino de Dios. El granero es el Reino de los Cielos. La cizaña son los partidarios de su Enemigo, del Maligno. El horno ardiente es el Infierno. “El Enemigo que la siembra es el Diablo”, dice textualmente el Señor, “la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los Ángeles”.

Continúa el Señor: “Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus Ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación”.

Y de los ciudadanos del Reino de Dios dice lo siguiente: “Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre”.

Esa es la explicación que da el Señor a su parábola. Y finaliza nuevamente con: “el que tenga oídos, que oiga”. Dada su insistencia, habría que preguntarse qué significará esto de tener oídos y oír.

Tener oídos y oír es comprender las cosas a la luz de Dios, es decir, abrir nuestro corazón y nuestra mente para ver qué nos quiere decir el Señor con su parábola y con su explicación.

La explicación no puede ser más clara: el Señor nos habla de su Justicia cuando llegue el fin del mundo. La advertencia de oír tiene que ver con que hay cosas que no nos gusta oír, porque no nos agradan. Precisamente “Justicia Divina” y “Fin del Mundo” son dos de estas cosas que no nos gusta oír. Son cosas que pueden causarnos temor, por eso preferimos no pensar en ellas. Las descartamos, pues.

Sin embargo, como nos dijo una vez San Juan Pablo II, “no teme el Juicio Final quien vive la Misericordia de Dios”. Este es tiempo de Misericordia, pero cuando llegue “la cosecha” será el momento de la Justicia. También nos dijo este gran Papa que “sólo quien rechace la salvación ofrecida por Dios con su Misericordia que no tiene límites, será condenado, porque se habrá auto-condenado”.

Aún es tiempo de crecer junto a la cizaña. Con esta parábola, Jesucristo quiere resaltar que El siempre está esperando la conversión de los que están con el Enemigo. Ahora tenemos oportunidad de acogernos a la Misericordia sin límites que Dios nos brinda, pero cuando nos llegue el final, bien por la propia muerte o porque sobrevenga el fin del mundo, tendremos que acogernos a la Justicia Divina: los que siguen a Dios brillarán como el sol en su Reino; los que siguen al Maligno serán arrojados al horno encendido.

La parábola y la explicación del Señor son muy claras. El que tenga oídos que oiga.

(fuente: homilia.org)

sábado, 19 de julio de 2014

Lázaro, el amigo de Jesús

La primera y principal fuente de información que tenemos de Lázaro es el Evangelio. Vive en Betania a corta distancia de Jerusalén, en lo que a mí me gusta llamar una zona residencial. Su casa es también la casa de Marta y de María sus hermanas. Y hasta da la sensación por el relato evangélico que no es él quien lleva la voz cantante en la mansión. Parece que es Marta la que maneja el cotarro diario. Alguien ha atribuido a la mala salud de Lázaro este hecho ciertamente poco frecuente en una sociedad en la que la mujer pintaba poco o, al menos, no tenía mucho que decir. Tampoco quiero afirmar que esta suposición esté avalada por el relato, ya que bien podría suceder que la diferencia de edades entre ellos fuera un dato a favor de la preeminencia de Marta que quizá debió hacerse cargo de la casa a la muerte de sus padres de quienes, por otra parte, no tenemos ni la más mínima referencia.

El caso es que Jesucristo visitaba con frecuencia esa casa bien cuando pasaba de un lado a otro en sus andanzas apostólicas o cuando necesitaba un refugio de reposo para dar descanso a su cuerpo cansado. Allí se encontraba a gusto. Era una familia encantadora. Con ellos no había secretos. Esperaban la llegada de la Salvación que Dios había prometido desde antiguo y que sospechaban inminente. Reinaba la confianza y lo mismo que abrigaban a Jesús peregrino se hacían merecedores de la entrega de Jesús.

Un día enfermó Lázaro, no hubo remedio entre los que suelen aplicarse que solucionara su mal y murió. Por más que enviaron recado a Jesús, Él llegó a Betania cuando ya llevaba cuatro días enterrado. Acompañado de las hermanas, rodeado de sus discípulos, contemplado por los apesadumbrados amigos que acompañaban a las hermanas aliviando su dolor, ante el sepulcro sucede un hecho espectacular: Jesús se emociona profundamente y llora sin tapujos por el amigo muerto. Reza y da una voz imperiosa "¡Lázaro, sal fuera!", y el muerto de cuatro días que ya estaba hediondo sale del sepulcro; así, vive.

Luego suceden las cosas con rapidez. Los jefes del pueblo que ya tenían entre ojos a Jesús, al comprobar que es imposible ocultar lo evidente, que la gente —entre curiosa y asombrada— se desplaza a Betania para ver vivo al que habían enterrado bien muerto días atrás, que las voces son un continuo transmisor imparable del hecho y que les dejan solos, deciden acelerar la muerte de Jesús e incluyen a Lázaro en sus planes de exterminio.

Hasta aquí llega la referencia histórica sobre Lázaro.

A partir de esta maravilla grandiosa, la asombrada capacidad humana deja rienda suelta a la imaginación que se recrea poniendo al anfitrión del relato en el punto de mira de las posibilidades y comienza a generarse la fábula. Unos lo hacen coincidir con el Lázaro de la parábola de Epulón y terminan señalándolo como protector de lazaretos, leproserías y ulcerados; los más osados hablarán de él como discípulo de Jesús que llega a obispo (así lo cataloga increíblemente el santoral) y termina muriendo mártir de Cristo. Otros lo hacen navegante hasta tierras galas y predicador infatigable del Evangelio en Marsella...

Fuera de estos apéndices que a la postre no sirven para mucho, me queda un pensamiento a modo de pregunta que en verdad es atractivo por lo que de misterio encierra: ¿Cómo sería Lázaro para haber suscitado en Jesucristo tanto cariño que lleguen a conmoverse hasta el llanto los sentimientos más nobles de su Santísima Humanidad?

(fuentes: archidiócesis de Madrid; catholic.net; www.radiomaria.org.ar)

viernes, 18 de julio de 2014

Argentina: Arzobispo señala pretensión ideológica del Estado en Educación

El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer advierte que institutos católicos sufren presión en materias impuestas como: 'Salud y Adolescencia', 'Educación Sexual', 'Construcción de Ciudadanía'

Roma, 17 de julio de 2014 (Zenit.org) "En la actualidad muchos expertos hablan de una grave decadencia de la educación argentina en su conjunto. No parece una exageración; es una verdad indiscutible". Son palabras de monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata y presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica durante su reflexión televisiva semanal en el programa "Claves para un Mundo Mejor".

El prelado explicó que no iba a referirse a soluciones porque eso escapa "estrictamente" a su "competencia" pero que sí lo haría "a los problemas que hoy afectan a la educación católica, los problemas que tenemos en nuestros colegios".

A propósito de la formación integral que se desea ofrecer en las escuelas, monseñor Aguer afirmó que le preocupa "la presión que desde el Estado se ejerce acerca de los contenidos, los diseños curriculares, los contenidos curriculares de diversas materias que se han impuesto recientemente, como 'Salud y Adolescencia', 'Educación Sexual', 'Construcción de Ciudadanía'".

De esta forma, advirtió que "el Estado pretende que nosotros, en el subsistema educativo de la Iglesia, introduzcamos una orientación ideológica en muchos aspectos contraria a la visión cristiana del hombre y del mundo de de la moral que, siguiendo al Evangelio, la Iglesia nos enseña", denunció el prelado.

Tal y como comentó en el programa, el arzobispo de La Plata indicó que en la Provincia de Buenos Aires pudo hablar el tema con las autoridades y cree "haber encontrado en ellas comprensión" y que la Constitución de esa Provincia, sancionada en 1994, "dice que los chicos bonaerenses deberán recibir una educación integral, con sentido trascendente y según los principios de la moral cristiana, respetando la libertad de conciencia. Pero esta definición no suele ser tenida en cuenta" dijo. Añadió además "que muchas de las disposiciones que el Gobierno Nacional establece, pasando por sobre la jurisdicción provincial, son anticonstitucionales y menoscaban la libertad de la Iglesia, y la libertad de enseñanza".

Por otro lado, el prelado observó que el Estado, en distintas jurisdicciones, hace aportes a la educación católica, como a otras escuelas privadas. "Esos aportes son de 40 por ciento, 60 por ciento, 80 por ciento o 100 por ciento del costo de la planta funcional, es decir los directivos y los docentes. Yo le decía a las autoridades provinciales: si en lugar del 100 por ciento, todos nuestros colegios recibieran el 150 por ciento de esos aportes, nuestros colegios serían gratuitos, no tendrían que cobrar ninguna cuota y por añadidura el Gobierno Provincial ahorraría plata, porque les saldría mucho más barato que todas sus escuelas juntas", explicó monseñor Aguer.

De este modo, el arzobispo quiso recordar que la Iglesia ofrece "un servicio, el mejor posible, a la sociedad argentina, en este momento en que el conjunto de la educación es objeto de críticas muy severas por parte de aquellos que entienden de estas cosas".

Para finalizar, monseñor Aguer subrayó que en La Plata se está promoviendo "la creación de colegios en la periferia, en los barrios más pobres, donde a veces hay pocas escuelas estatales o éstas dejan tanto que desear que los padres de familia nos reclaman que nosotros nos lancemos a afrontar las dificultades y riesgo que implica abrir nuevas escuelas".

(17 de julio de 2014) © Innovative Media Inc.

Apremiante llamado del Papa por la paz en Tierra Santa

Pidió a todos aquellos que tienen responsabilidades locales o internacionales a romper la espiral de violencia y a pedir a Dios el coraje de decir 'nunca más a la guerra'.

 Indicó también que el encuentro de oración tenido cinco semanas atrás en el Vaticano, en el que él rezó junto al patriarca ortodoxo Bartolomé y los presidentes de Israel y de Palestina no ha sido en vano y pidió no resignarse a que la violencia tome prioridad sobre el diálogo.

A continuación las palabras completas del Santo Padre sobre este tema:

"Les dirijo a todos ustedes un llamado de corazón para que recen con insistencia por la paz en Tierra Santa, a la luz de los trágicos eventos de los últimos días. Tengo aún en la memoria el vivo recuerdo del encuentro del 8 de junio pasado con el patriarca Bartolomé, con el presidente Pérez y el presidente Abbas, junto a los cuales hemos invocado el don de la paz y escuchado la llamada a romper la espiral del odio y de la violencia.

Alguien podría pensar que tal encuentro se realizó en vano, en cambio no. La oración nos ayuda a no dejarnos vencer por el mal, ni a resignarnos de que la violencia y el odio tomen el la mejor posición sobre el diálogo y la reconciliación.

Exhorto a las partes interesadas y a todos quienes tienen responsabilidad política a nivel local e internacional a no ahorrar oraciones y a no ahorrar ningún esfuerzo para hacer cesar cualquier hostilidad y conseguir la deseada paz para el bien de todos. Y les invito a todos los presentes a unirnos en oración, en silencio todos recemos (instantes de silencio).

Ahora Señor ayúdanos Tú, dónanos Tú la paz, enséñanos Tú la paz, guíanos Tú hacia la paz, abre nuestros ojos y nuestros corazones. Y dónanos el coraje de decir: nunca más la guerra. Infunde en nosotros el coraje de cumplir gestos concretos para construir la paz. Vuélvenos disponibles a escuchar el grito de nuestros ciudadanos que nos piden transformar nuestras armas en instrumentos de paz, nuestros miedos en confianza, y nuestras tensiones en perdón. Amén

(fuente: zenit.org)

jueves, 17 de julio de 2014

Católicos desorientados

Un católico pierde el norte de su vida cuando sucumbe al materialismo, cuando se deja atrapar por las modas.

Un católico pierde el norte de su vida cuando sucumbe al materialismo, cuando se deja atrapar por las modas, cuando mendiga fuera de su propia Iglesia lo que encontraría en ella con mejor formación y con una auténtica vida de sacramentos.

Lo que acabamos de describir ocurre con más frecuencia de lo que imaginamos. Hay bautizados que casi no leen el Evangelio, pero que consultan los horóscopos. O que no van a misa cada semana, pero acuden a centros y cursos de técnicas confusas, incluso esotéricas y claramente contrarias a la fe. O que no saben distinguir entre un pecado mortal y un pecado venial, pero repiten mantras o aprenden posturas para “relajarse” que vienen de un Oriente muchas veces ajeno al cristianismo.

Hay católicos así, desorientados, porque falta fe, porque no hay una opción decidida por Cristo y por sus enseñanzas, porque no se confía en la Providencia del Padre, porque se vive según las impresiones del momento o según los consejos de los amigos.

Frente a tanta confusión, hace falta promover un serio estudio de la fe. Aprender a leer la Biblia, estudiar el Catecismo de la Iglesia católica, conocer los concilios que van desde Nicea hasta el Vaticano II: son requisitos para empezar a vivir, de verdad, como hijos de la Iglesia.

Además, hay que acercarse a los Santos Padres y a tantos santos y santas que a lo largo de los siglos han presentado caminos de espiritualidad muy hermosos, porque nacen directamente del Evangelio. Nombres como san Agustín, san Atanasio, san Doroteo de Gaza, san Bernardo, santo Tomás de Aquino, santa Teresa de Jesús, san Ignacio de Loyola, san Juan de Ávila, san Pedro de Alcántara, san Francisco de Sales, deberían convertirse en compañeros cercanos y en alimento para nuestras almas.

Desde una vida de oración sencilla y auténtica, con el compromiso sincero de vivir para Dios y para los hermanos, será posible superar tantas desorientaciones que amenazan nuestra fe. Entonces llegaremos a ser auténticos discípulos de quien dio su Cuerpo y su Sangre para salvarnos del pecado y hacernos hijos del mismo Padre.

escrito por P. Fernando Pascual LC 
(fuente: catholic.net)

miércoles, 16 de julio de 2014

Los rasgos del corazón discipular de María

16/07/2014 - Compartimos la Catequesis desde la localidad de Azul, en la provincia de Buenos Aires, en el marco de la misión itinerante. Allí el Padre Javier Soteras, a partir de los rasgos del corazón de María invitó a pedir la gracia de la confianza. Mañana el programa será emitido desde Pehuajó.

 "Hoy levantá la mirada, deja de lado lo que nos falta y dejémenos sorprender por este Dios que obra maravillas con lo poco" @Pjaviersoteras — Radio María Arg (@RadioMariaArg) julio 16, 2014

En el evangelio de Lucas se dice respecto de María que ella “guardaba todo en su corazón”, tenía una memoria agradecida de la obra de Dios, no solamente vinculada con ella sino una memoria de pueblo. El corazón mariano es un corazón memorioso, y en ella se nota que su boca habla de lo que hay en su corazón. El Magnificat de María es un canto de quien se sabe parte de un pueblo que siente la presencia de Dios que libera a los oprimidos y que sale al encuentro.

María nos enseña a entrar a esta corriente de gracia con la que el Señor nos bendice en un pueblo. En este sentido el Papa Francisco nos muestra toda una perspectiva de pertenencia a ser hombres y mujeres peregrinos en marcha. El pueblo mariano al que pertenecemos, la Iglesia, es un pueblo en Éxodo en búsqueda de los tiempos nuevos que vendrán. Y en la espera del cumplimiento de esas promesas, camina en esperanza. Y de esa esperanza brota la alegría: el cristiano camina en la esperanza con alegría. Nace de la certeza de que el Señor obra maravillas en medio de nuestras debilidades y pobrezas. Por eso María canta “mi alma Y todo esto “porque Dios ha detenido su mirada en la pobreza de su esclava”.

No se trata de un pueblo que hace todo bien y por eso Dios lo premia. Basta con leer la historia del pueblo de Israel para encontrarse con las contradicciones, el pecado y la rebeldía. En la genealogía de Jesús también aparecen personajes de todos los “pelajes”, como en nuestras familias. Sin embargo, con eso Dios hace maravillas.

Por eso la propuesta para hoy es levantar la mirada, dejar de lado lo que nos falta, a lo que no llegamos y nos dejemos sorprender por este Dios que obra maravillas con lo poco que tenemos. Dios ama lo pobre y lo sencillo. Y su amor incomprensible, desbordante de misericordia y de ternura nos sale al encuentro.

"Dios ama lo pobre y lo sencillo. Y su amor incomprensible, desbordante de misericordia y de ternura nos sale al encuentro" @Pjaviersoteras

María y su confianza en el que envía

San Ignacio invita a tomarse un tiempo para “reflectir”, para irse empapando de la belleza de la Palabra de Dios. Pasa algo así con los que rezamos y meditamos la Palabra tomando mate... María es una gran degustadora de la Palabra de Dios, lo va pasando por el corazón y allí lo guarda con memoria. La Palabra que habla y que además me dice algo a mí, y me doy cuenta que orar con la Palabra es orar con la vida.

Hay dos características en María: su obediencia en el “amén” y hasta el final. María no pertenece a la cultura descartable sino a las cosas que permanecen en el tiempo y se renueva. La memoria mariana y cristiana es una memoria histórica y existencial: “ella guardaba estas cosas en su corazón”. María es ella memoria del pasado, encarnada en el presente y atenta a los tiempos que vendrán. Y así es la mujer de la esperanza.

El Papa Francisco nos invita a salir, a poner la Iglesia en salida. No hay tiempo para mirarse al espejo, sino que hay muchos hermanos que esperan una palabra de consuelo, de servicio y de compromiso. Sabemos que hay un tiempo que vendrá que será mejor. Aún cuando el cristiano denuncia, derriba para construir y siempre en nuestro horizante está el tiempo que vendrá.

María en su memoria agradecida nos ayuda a mirar con alegría cuánta presencia y protección de Dios, aun en medio de la tormenta. Y eso nos impulsa a seguir caminando confiados en que el Dios que nos viene acompañando lo seguirá haciendo. En el corazón mariano encontramos el fuego de esperanza para atravezar las oscuras quebradas.

Nos dice San Juan de la Cruz que para llegar a Dios, aunque parezca contradictorio, hay que abajarse. Como el discípulo que a la mañana temprano abre el corazón para que Dios le hable. Así María escucha la voz de Dios, y aún cuando no entiende, en la fe se hace al querer de Dios. Esto es muy saludable para nosotros. Muchas veces en la vida nos encontramos preguntándonos “por qué”, “por qué a mí”, “no entiendo por qué esto me pasa a mí” sea en situaciones muy dolorosas o demasiado hermosas. A la Virgen le pasó lo mismo, y podemos decir que es “la fiel discípula de lo incomprensible”: ¿Cómo puede ser esto si yo no he convivido con ningún hombre?.

Nosotros también pasamos por noches oscuras. ¿Y cómo se sale? María encuentra la salida por lo alto, que viene por el lado del sí “hágase” y de la entrega de la vida... es la salida también desde la docilidad, del dejarse conducir por Dios.

¿Cómo hace el hombre para asumir lo que viene? “Hágase, que sea lo que Dios quiera.” Como San Agustín que reza “dame lo que me pides y pídeme lo que quieras”. Es una consciencia de que Dios nunca pide algo que vaya más allá de nuestras fuerzas y por ende es una invitación a la confianza. Cuando Dios da una misión Él mismo da la gracia para esa tarea. Se llama gracia de estado.

Dios nunca pide más de lo que podemos, y ésto nos pone en el marco de la confianza. Es la gracia que hoy queremos pedir: confianza. Que el sí de la Virgen venga a ganarnos el corazón. Que lo que me preocupa, me angustia, me pesa, no se cómo resolver... que esa carga pesada que no sabemos cómo acomodarla, la ubiquemos en la confianza. Que venga en este día mariano de la Virgen del Carmen a regalarnos un sí consciente de nuestras limitaciones y al mismo tiempo consciente de que si Dios lo pide y permite, Él mismo nos va a conducir. Y junto con la confianza la gracia de una gran libertad interior, sabiéndonos como un niño en brazos de su madre y se sabe cuidado, mimado y protegido.

"El corazón mariano es un corazón memorioso, y en ella se nota que su boca habla de lo que hay en su corazón" @Pjaviersoteras

El amor son obras

María nos muestra un camino de fidelidad y de confianza. Es propio del discípulo la fidelidad a lo que Dios pide, como vínculo desde el amor no desde el mandato. Y como fruto de esa caridad la entrega. Nadie cree por una razón o por una idea, sino que la fe brota desde un vínculo de amor. La entrega viene porque uno se siente atraído por alguien y no por algo. Cuando vamos creciendo en la caridad como don de Dios para el compromiso para con Dios y los hermanos, nuestra fe va creciendo. El vínculo de amor hace que nos vayamos entregando cada vez más en la fe a Dios.

María, tras su acto creyente de “hágase” al ángel, parte sin demora a visitar a su prima Isabel para ayudarla. Así como dice San Ignacio, el vínculo con el Señor se manifiesta más en obras que en palabras. De ahí que debemos terminar nuestro acto devocional de adoración eucarística, piedad, oración en gestos concretos de amor con quien más lo necesita.

En el encuentro del Papa con los carismáticos en Roma fue claro su mensaje a ir a la carne de Cristo. Tocar la carne de Jesús, es la eucaristía, pero también ir al encuentro de los que sufren. No nos podemos correr de eso. No puede haber un cristianismo que no se dedique a los pobres, sino es otra cosa. De hecho, dice el cardenal Martini, recuerda que el 80% del evangelio es el encuentro de Jesús con los pobres.

escrito por Padre Javier Soteras 
(fuente: www.radiomaria.org.ar)

Israel-Palestina: "Un círculo infernal, pero rezar dará fruto. Aunque no inmediatamente"

Monseñor William Shomali, obispo auxiliar de Jerusalén, cuenta el drama vivido en Tierra Santa sobre todo para los jóvenes, primeras víctimas del conflicto, y de los cristianos, obligados a huir.

Roma, 17 de julio de 2014 (Zenit.org)

Masacre y tragedia. Es difícil definir de otra manera la situación en Tierra Santa. En la franja de Gaza se sigue muriendo cada día, y entre lanzamientos de cohetes y bombardeos, la población vive bajo asedio y en miedo constante. La diplomacia internacional invoca una tregua entre Palestina e Israel y las Naciones Unidas condenan los lanzamientos de cohetes contra los territorios israelíes. Mientras tanto, mujeres, niños y familias enteras de Beit Lahya, al norte de Gaza, se han visto obligadas a huir de sus casas, sin maletas y en ayuno, para no sucumbir al enésimo ataque del ejército israelí. Una situación insostenible frente a la cual el papa Francisco ha expresado su pesar, exhortando en el ángelus del pasado domingo, el cese de la hostilidad. ZENIT recoge el testimonio de monseñor William Shomali, obispo auxiliar de Jerusalén y vicario patriarcal para Palestina.

Excelencia, ¿qué sucede en Tierra Santa?
--Monseñor Shomali: Lo que está sucediendo es una reacción al secuestro y asesinato de los tres jóvenes judíos en Hebrón. El gobierno de Netanyahu ha atribuido este homicidio al partido Hamas y ha reaccionado con una frenética búsqueda de los criminales, con numerosos arrestos también de ex detenidos. Mientras tanto, un joven palestino de Shufat, barrio de Jerusalén, fue secuestrado y quemado vivo por algunos extremistas israelíes. Estos hechos han dado inicio a un círculo vicioso de violencia. El ejército israelí ha golpeado en Gaza las bases de Hamas de la Yihad Islámica. Estas últimas han respondido con el lanzamiento de misiles, llegando a golpear los asentamiento cercanos, así como las ciudades de Haifa, Tel Aviv y Jerusalén. Estos misiles, conocidos por su imprecisión, hacen más ruido y miedo que destrucción. Para los palestinos, sin embargo, el balance es duro: 170 muertos, 1000 heridos y muchas casas destruidas en Gaza y en los territorios palestinos.

¿Cuál es el origen del conflicto en curso?
-- Monseñor Shomali: la razón principal es el fracaso de paz del pasado mes de abril. El ministro americano Kerry, después de nueve meses de trabajo intenso no ha conseguido elaborar un cuadro político para los futuros negociadores. Tal derrota ha creado en los corazones de los palestinos desesperación, aumentada después por la continua construcción de nuevos asentamientos israelíes. Estas construcciones son vistas como un casus belli continuo. A esto se añade la tensión entre dos pueblos que tienen que ver como el Monte del Templo-Al Aksa. Aquí la religión forma parte del problema y es una causa agravante.

¿Cómo explica este progresivo aumento de violencia en Gaza, a pocas semanas de la visita del papa Francisco y sus llamamientos a la paz y la reconciliación?
-- Monseñor Shomali: La visita del Papa ha suscitado muchas esperanzas, sin embargo ha estado seguida de mucha desilusión. Algo parecido sucedió con la peregrinación de san Juan Pablo II en marzo del 2000: apenas seis meses después de su visita inició la segunda Intifada. En ambos casos, la violencia se ha desencadenado a causa del fracaso de las negociaciones, precedido de las visitas papales; en el primero, después de la caída del Camp David y en el segundo, después de la mediación americana.
Sobre el encuentro de oración en los Jardines Vaticanos, reitero lo que dijo el Santo Padre en el llamamiento del Ángelus: la oración lleva siempre frutos aunque sea a largo plazo. Como en el caso del olivo, plantado al final del encuentro, cuyo florecer se hace esperar muchos años. Es necesario también reiterar que las palabras del Pontífice durante la "Invocación para la Paz" permanecen válidas en cuanto único camino justo hacia la paz.
El Papa ha hecho entender que las negociaciones por sí solas no bastan, como nos enseña la historia, y que es necesario moverse hacia otro horizonte que es la oración.

En estos conflictos las primer víctimas son sobre todo los jóvenes. En su opinión, ¿en el origen se trata de un problema de educación?
--Monseñor Shomali: Es verdad que los jóvenes son víctimas de este conflicto, sin olvidar los niños, frágiles y traumatizados, por los bombardeos y el miedo. Las consecuencias se verán en el futuro, ahora cultivan el odio y el deseo de venganza. El odio ha sido nutrido por una larga historia de violencia donde cada uno culpa al otro. Esta falsa retórica no ayuda. El odio puede ser eliminado solamente a través de la educación en valores de justicia, paz y reconciliación. Pero la educación debe coincidir con pasos concretos, dando a cada parte los propios derechos: a los palestinos dignidad con un estado viable, y a los israelíes una seguridad y un reconocimiento del mundo árabe e islámico.

Los adultos, frente a estos horrores que afectan a las nuevas generaciones, ¿cómo reaccionan? A menudo son ellos mismos quienes empujan a los jóvenes a combatir...
-- Monseñor Shomali: Es una paradoja decir que son los jóvenes que salen a la calle espontáneamente y van a los check-point para desafiar a los soldados israelíes, mientras el gobierno palestino no desea tal enfrentamiento con el ejército israelí. Los jóvenes se encuentran inmersos en un círculo vicioso. Es urgente que la comunidad internacional encuentre una solución y la imponga a ambas partes. Todos viven en un círculo infernal, en el cual tanto los adultos como los jóvenes se encuentran atrapados y no saben como salir.

El resto de la población, sobre todo la cristiana, ¿cómo está reaccionando a todo esto?
-- Monseñor Shomali: los cristianos, tanto palestinos como israelíes, sufren como todos los otros habitantes de esta tierra. Temen que la situación empeore y las consecuencias sociales y económicas. Rezan por la paz y en la gran mayoría rechaza la violencia. Es rarísimo verles salir a las plazas y recurrir a la violencia. Son también los más frágiles y débiles frente a la tentación de emigrar. Durante la última Intifada muchos jóvenes y familias cristianas dejaron Tierra Santa para buscar en otro lugar una vida más segura y digna. Para ellos es difícil resistir a esta tentación. Para nosotros es difícil convencerles para que no abandonen estos lugares y hacerles entender que vivir aquí es un privilegio y una vocación.

Ustedes, como Patriarcado latino de Jerusalén, ¿de qué forma tratan de mostrarse cercanos a esta gente que vive en el miedo y bajo bombardeos?
-- Monseñor Shomali: Estamos cerca con la oración y la ayuda humanitaria que organizamos según nuestras posibilidades. De momento no podemos hacer nada por la gente de Gaza. Cuando terminen las hostilidades iremos a visitarles para estar cerca de ellos y ver cómo ayudarles. De momento nos limitamos a llamar por teléfono cada día a nuestro párroco de Gaza para pedir las últimas noticias.

En su opinión, ¿hay esperanza de que esta tempestad de violencia y muerte pueda parar, o como muchos temen, es inminente la explosión de una tercera Intifada?
-- Monseñor Shomali: Es cierto que ni el gobierno palestino ni el gobierno israelí quieren una tercera Intifada. Ninguno saldría victorioso. Las consecuencias son duras para todos. Un ejemplo: los peregrinos han comenzado a cancelar reservas. Sabemos por experiencia lo difícil que es retomar el flujo del turismo después de un conflicto. Rezamos al Señor para que estos enfrentamiento cesen rápidamente.

(17 de julio de 2014) © Innovative Media Inc.

lunes, 7 de julio de 2014

El Papa en el ángelus: Como Jesús, dar alivio a los necesitados

Francisco invitó a no pesar sobre los demás con nuestros puntos de vista, nuestros juicios, nuestras críticas o nuestra indiferencia

Ciudad del Vaticano, 06 de julio de 2014 (Zenit.org) El papa Francisco rezó este domingo el ángelus desde la ventana de su oficina en el Palacio Apostólico, que da hacia la plaza de San Pedro en donde le esperaban miles de fieles. Con motivo de la oración dirigió las siguientes palabras.

«Queridos hermanos y hermanas, ¡buen día!

En el evangelio de este domingo, encontramos una invitación de Jesús, dice así: 'Vengan a mi todos ustedes que están cansados y opresos, y Yo les daré alivio'.

Cuando Jesús decía esto, tenía delante de sus ojos a las personas que encontraba cada día por las calles de Galilea, tanta gente simple, pobres, enfermos, pecadores, marginados. Esta gente lo seguía para escuchar su palabra, que daba esperanza. Las palabras de Jesús dan siempre esperanza. Y también para tocar aunque fuera solamente el borde de su vestido. El mismo Jesús buscaba a estas muchedumbres, cansadas, acabadas, como ovejas sin pastor. Así lo dice Él, y las buscaba para anunciarles el Reino de Dios, y para curar a muchos en el cuerpo y en el espíritu.

Les llama a todos a sí, vengan todos a mí, y les promete alivio y consolación. Esta invitación de Jesús se extiende hasta nuestros días para llegar a tantos hermanos y hermanas oprimidos por las condiciones de vida precaria, situaciones existenciales difíciles y a veces sin válidos puntos de referencia. En los países más pobres, pero también en las periferias de los países más ricos se encuentran tantas personas cansadas y acabadas debajo del peso insoportable del abandono y de la indiferencia, ...la indiferencia. Cuanto mal le hace a los necesitados la indiferencia humana, y peor aún, la de los cristianos.

Al margen de la sociedad, hay tantos hombres y mujeres probados por la indigencia, pero también por las insatisfacciones de la vida y la frustración. Tantos se ven obligados a tener que emigrar de su patria, poniendo en peligro la propia vida, muchos más llevan cada día el peso de un sistema económico que explota al hombre y le impone un yugo impensable que pocos privilegiados no quieren llevar.

A cada uno de estos hijos del Padre que está en el Cielo, Jesús les repite: “Vengan a mi todos ustedes”. Pero también lo dice a aquellos que poseen todo y su corazón está vacío. Está vacío, corazón vacío y sin Dios. También a ellos Jesús le hace esta invitación: “Vengan a mi”, la invitación de Jesús es a todos. De manera especial para estos que sufren más. Jesús les promete dar alivio a todos, pero también nos hace una invitación, que es como un mandamiento: “Tomen el yugo sobre ustedes y aprendan de mi que soy manso y humilde de corazón”.

¿En qué consiste el yugo del Señor? En cargar el peso de los otros con amor fraterno. Una vez recibido el alivio y la consolación de Cristo estamos a su vez, llamados a ser consolación y alivio para los hermanos, con actitudes mansas humildes a imitación del Maestro. La mansedumbre y humildad del corazón, nos ayudan no solamente a hacernos cargo del peso de los otros, pero también a no pesar sobre ellos con nuestros puntos de vista, nuestros juicios, nuestras críticas o nuestra indiferencia.

Invoquemos a María Santísima, que acoge bajo su mato a todas las personas cansadas y acabadas, para que a través de una fe iluminada, testimoniada con la vida, podamos ser alivio para quienes necesitan ayuda, ternura y esperanza».

Después de rezar el ángelus, el Papa saludó a todos cordialmente “romanos y peregrinos”, a los fieles de diversas diócesis allí presentes, entre los cuales a los de la parroquia de Salzano, en la diócesis de Treviso, en donde fue párroco Giuseppe Sarto, después papa san Pio X, de quien se cumplen 100 años de su muerte.

Y también “de manera particular y afectuosa “a todos los pobladores de la región italiana de Molise, “que ayer me han recibido en su tierra y también en su corazón”. Y se despidió pidiendo: “no se olviden de rezar por mí, y lo también lo hago por ustedes”. Y concluyó con su ya conocido “¡Buona doménica e buon pranzo!”.

(06 de julio de 2014) © Innovative Media Inc.

domingo, 6 de julio de 2014

Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
(Mt 11, 25-30)
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien. El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a Mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y Yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes, y aprendan de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera".


Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Hoy tenemos en el Evangelio uno de los pasajes más preciosos... y tal vez uno de los menos aprovechados: es aquella oración en que Jesús clamaba así al Padre Celestial: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.” (Mt. 11, 25)

Sí, al Padre le ha parecido bien esconder las cosas de su Reino -esconder su Sabiduría- a los sabios, a los cultos, a los racionalistas, a los que no creen en nada que no sea comprobable, a los que necesitan “ver para creer”. Pero sí se las ha revelado a la gente sencilla.

¿Quiénes son esa gente sencilla? Son aquéllos, ricos o pobres (no se refiere Jesús a la condición económica), que creen no saber mucho o tal vez no saber nada. Son aquéllos que se dejan enseñar por el Espíritu Santo, que saben que no saben nada … nada que no les venga de Dios; son los que saben que, ante Dios, no son nada. A ésos que son así, el Padre les revela sus secretos.

Conocida esta oración del Señor, no sorprende, entonces, que San Pablo, dirigiéndose a los griegos, quienes se dedicaban con mucho ahínco a la búsqueda del saber humano, les dijera esto: “Si entre ustedes alguno se considera sabio, según los criterios de este mundo, considérese que no sabe, y llegará a ser verdadero sabio. Pues la sabiduría de ese mundo es necedad a los ojos de Dios” (1 Cor. 3, 18-20). Luego pasa a citar frases del Antiguo Testamento: “Dios atrapa a los sabios en su propia sabiduría ... El Señor conoce las razones de los sabios, y sabe que no valen nada” (Job 5, 13 y Sal. 94, 11).

¡Qué distinto ve Dios las cosas a como las vemos nosotros los humanos! Si alguno quiere ser verdadero sabio, que se reconozca incapaz de saber y de conocer por sí solo, que se reconozca insuficiente, que sepa que nada puede por su cuenta, porque ... querámoslo reconocer o no ... nada puede el hombre por sí solo. En esto consiste la “pobreza de espíritu”. Sólo los sencillos, los “pobres de espíritu” podrán conocer la verdadera “Sabiduría” -aquélla que viene de Dios.

Y ¿en qué consiste la verdadera Sabiduría? En poder ver las cosas a los ojos de Dios, en poder ver las cosas como Dios las ve, en poder ver nuestro pasado, presente y futuro como Dios lo ve, en poder ver los acontecimientos a nuestro alrededor como Dios los ve.

Verdadera sabiduría

Aunque no forman parte de las Lecturas de este Domingo, para mejor entender esta oración de Jesús, vale la pena repasar el 1º y el 2º Capítulo de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios. Al leer a partir de 1 Cor. 1, 17 hasta 2, 15, puede entenderse mejor la discrepancia, que -por cierto- no es mera diferencia, entre “saber humano” y “Sabiduría Divina”.

El “saber” humano logrado con el raciocinio, va en sentido contrario de la “Sabiduría” que viene de Dios. En estos Capítulos, San Pablo echa mano de algunos pasajes del Antiguo Testamento para descalificar el saber humano y realzar la “locura” de la humildad, de la debilidad, para realzar la “locura de la cruz”: todo un Dios, que es la Sabiduría perfecta se rebaja hasta morir aparentemente fracasado en una cruz.

Es la descripción de Dios que leemos en la Primera Lectura tomada del Profeta Zacarías (Za. 9, 9-10). Un Dios, que siendo Rey, “viene humilde y montado en un burrito”. Y con esa humildad -continúa el Profeta Zacarías- “hará desaparecer los carros de guerra y los caballos de combate ... y su Poder se extenderá de mar a mar y hasta los últimos rincones de la tierra”.

Ese Dios humilde, que desea nuestra humildad y nuestra pequeñez, destruirá a los fuertes y poderosos que creen no necesitar a Dios porque creen bastarse a sí mismos. Si el Evangelio y las citas de San Pablo nos oponen el saber humano a la Sabiduría Divina, esta lectura del Profeta Zacarías oponen el poder divino a la pretendida fortaleza humana.

Continuemos con San Pablo a los Corintios: “Como dice la Escritura: ‘Haré fallar la sabiduría de los sabios y echaré abajo las razones de los entendidos’ (Is. 29, 14). Sabios, filósofos, teóricos: ¡cómo quedan!. ¿Y cómo queda la sabiduría de este mundo? ... Dios la dejó como tonta ... Porque la “necedad” de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la “debilidad” de Dios es mucho más fuerte que la fuerza de los hombres ... Fíjense, hermanos, a quiénes ha llamado Dios. Son pocos los de ustedes que pueden considerarse cultos y son pocos los que son pudientes o que vienen de familias famosas. Pero Dios ha elegido lo que el mundo tiene por necio, con el fin de avergonzar a los sabios; y ha escogido lo que el mundo tiene por débil, para avergonzar a los fuertes. Dios ha elegido a la gente común y despreciada; ha elegido lo que no es nada, para rebajar a lo que es. Y así ningún mortal ya podrá alabarse a sí mismo delante de Dios ... La Escritura, pues, nos dice: ‘No se sientan orgullosos, más bien estén orgullosos del Señor’ (Jer. 9, 22) ... Yo mismo, hermanos, no llegué a ustedes con palabras y discursos elevados para anunciarles el mensaje de Dios ... me presenté a ustedes débil, inquieto y angustiado: mis palabras y mi predicación no tenían brillo ... Pero sí se manifestó el Espíritu de Dios con su poder, para que ustedes creyeran, y no ya por la sabiduría de un hombre, sino por el Poder de Dios ... Sólo el Espíritu de Dios conoce los secretos de Dios ... Hablamos, no con palabras llenas de sabiduría humana, sino aprendidas del Espíritu de Dios, para expresar las cosas espirituales en un lenguaje espiritual. El hombre que se queda en lo humano no entiende las cosas del Espíritu de Dios. Para él son necedad y no las puede entender, pues éstas sólo se pueden entender a partir de una experiencia espiritual ... ‘¿Quién ha conocido el pensamiento de Dios?’ (Is. 40, 13) ... Pues ... nosotros conocemos el pensamiento de Cristo”. (1 Cor. 1, 17-20 y 2, 1-15)

A esto precisamente se refiere el Evangelio de hoy al continuar así: “Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Mt. 11, 26-27).

Y ¿a quién quiere revelarse Dios? ¿A quién quiere revelar Dios sus secretos? No a los sabios, a los cultos, a los racionalistas. No. Dios se revela a los sencillos: a los que saben que no saben, a los que no necesitan pruebas, a los que se abren a las enseñanzas del Espíritu Santo.

Por eso nos dice San Pablo en la Segunda Lectura de hoy: “Ustedes no viven conforme al desorden egoísta del hombre, puesto que el Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes. Quien no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo” (Rm. 8, 9-13).

Pero debemos tener en cuenta que para ser de Cristo no basta haber recibido su Espíritu en el Bautismo. Es necesario hacer crecer la Vida del Espíritu de Dios en nosotros, para poder actuar de acuerdo a ese Espíritu que nos inunda de Sabiduría Divina, y dejar así de actuar de acuerdo a la sabiduría del mundo.

La Santísima Virgen María, modelo de humildad y de esa Sabiduría que viene de Dios, sabe que nada puede por sí sola. Por ello reconoce que, no ella, sino Dios, el Poderoso, “ha hecho grandes cosas” en ella. (Lc. 1, 49)

Pequeñez. Sencillez. Humildad. Virtudes evangélicas necesarísimas, que nos llevan a ser pobres en el espíritu. Pero ¡qué lejanas están estas virtudes de lo que nuestro mundo actual -tan distinto de Dios- nos propone!

1) Ante la pequeñez espiritual del Evangelio, se nos propone el engrandecimiento del propio yo.
2) Ante la sencillez del Evangelio, se nos proponen los racionalismos estériles.
3) Ante la humildad del Evangelio, se nos propone la soberbia de lograr cualquier cosa con tan sólo proponérnosla.
4) Ante la pobreza en el espíritu del Evangelio se nos propone la auto-suficiencia y el engreimiento del ser humano.

Pero las proposiciones contenidas en la Sagrada Escritura son para todos los tiempos, incluyendo el de nuestra “avanzada” civilización. Y la Palabra de Dios nos aconseja reconocernos incapaces ante el Todopoderoso ... para poder llegar a ser sabios. Hacernos pequeños -necesitados como los niños ... para que Dios pueda crecer en nosotros. Hacernos humildes ... reconocernos que no somos nada ante Dios ... para poder ser engrandecidos por El.

Sólo así, podremos salirnos del grupo de los “sabios y entendidos”, a quienes le quedan escondidos los secretos de Dios y podremos, entonces, ser contados entre la “gente sencilla” a quienes el Padre revela sus secretos, los secretos de su Sabiduría.

La Segunda Lectura (Rm. 8, 9.11-13) nos recuerda nuestra futura resurrección, asegurándonos que el Espíritu Santo dará nueva vida a nuestro cuerpos mortales. Así como Cristo resucitó, también nosotros resucitaremos.

Adicionalmente San Pablo nos insta a dejar el egoísmo y las malas acciones. El egoísmo (la preferencia de nuestro “yo”) y las malas acciones (el pecado) están muy conectados, pues el pecado es básicamente egoísmo: anteponer nuestro “yo” al “Tú” de Dios, preferirnos a nosotros mismos antes que preferir a Dios. San Pablo nos asegura que tenemos todo el auxilio del Espíritu Santo, para dejar ese egoísmo que nos lleva al pecado.

Al comienzo de esta lectura, nos dice el Apóstol: “Ustedes no viven conforme al desorden egoísta del hombre, sino conforme al Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes”.

Y, vivir conforme al Espíritu de Dios, no solamente es dejar el egoísmo y el pecado, sino que es también vivir de acuerdo a la Sabiduría Divina. Para ello debemos aprovechar todas las gracias que el Espíritu Santo continuamente derrama en nosotros, para dejar de ser sabios y entendidos, y llegar a ser de la gente sencilla de la cual nos habla el Evangelio de hoy.

Con el Salmo 144 hemos implorado la misericordia del Señor en el responsorio: Acuérdate, Señor, de tu misericordia.

(fuente: homilia.org)

sábado, 5 de julio de 2014

IV Jornadas Diocesanas en San Juan: encuentro de un millar de jóvenes católicos

Emanuel Solano es miembro del Movimiento Circulista y eligió participar de las IV Jornadas Diocesanas 2014 de una manera diferente. Por eso, se caracterizó de papa Francisco y llevó una Bandera argentina como símbolo de apoyo a la Selección que jugó ayer por Cuartos de final. Y no fue el único que pensó en el partido de la celeste y blanca, por eso casi todos los chicos, y hasta algunos sacerdotes, llevaron banderitas pintadas en el rostro y las camisetas del seleccionado nacional. La jornada fue en el estadio cubierto Aldo Cantoni.

Desde las 8 de la mañana los jóvenes comenzaron a ocupar distintos sectores de las tribunas. Colgaron las banderas identificadoras de cada Acción Católica. A eso de las 11 se concentraron casi 1.000 personas de entre 15 y 30 años. Y al ritmo de ’mueva, mueva, mueva Argentina, mueva’, bailaron y cantaron. También cantaron varias melodías religiosas que los hicieron aplaudir y saltar hasta hacer temblar las tarimas que había en el suelo de estadio. Después hubo una misa oficiada por monseñor Alfonso Delgado. En su homilía se refirió al respeto de los jóvenes y habló de la importancia de cuidar al prójimo, aunque no lo conozcan. Al cierre de la misa los chicos disfrutaron del partido en una pantalla gigante y compartieron un almuerzo a la canasta. En tanto, durante la tarde debatieron y realizaron talleres.


Apostillas

Con banderas Cada uno de los grupos que participó de la actividad, estuvo identificado con banderas y distintivos particulares. Las banderas estuvieron colgadas en las tribunas y palcos del estadio. De esta forma decoraron los pocos espacios que habían quedado vacíos. Es que los chicos coparon casi todo el estadio cubierto.

Como un picnic El campo de juego del estadio se volvió un espacio para el picnic. Por eso, los chicos tiraron lonitas en el suelo y ahí sacaron los termos y el mate. También compartieron gaseosas y las infaltables tortitas. Y a la hora de almuerzo sacaron los sánguches de milanesa, pizzas y tartas de distintas variedades.

Coro y baile Durante la previa de la misa hubo jóvenes de distintas parroquias que subieron al escenario y arengaron a los demás para que bailaran las distintas canciones. Les enseñaron pasos y los guiaron, mientras que hubo otros que se animaron a cantar frente a los casi 1.000 chicos de distintos departamentos.

(fuente: diariodecuyo.com.ar)

Córdoba realizó un gesto interreligioso por la Patria

Viernes 4 Jul 2014 Córdoba (AICA): A pocos días de un nuevo aniversario de la declaración de la Independencia, la rquidiocesis de Córdoba, el Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz) y el Centro Ecuménico Cristiano de Córdoba convocaron por séptimo año consecutivo a una celebración ecuménica e interreligiosa por la Patria. Se hizo un repaso visual de los hechos de violencia acontecidos el 3 de diciembre en la ciudad de Córdoba, y en memoria dolorosa de lo acontecido, se realizó un momento penitencial. También se elevó una acción de gracias y compromiso en el bienestar social.

Por la Iglesia católica participaron el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez; el obispo auxiliar de Córdoba, monseñor Pedro Torres, sacerdotes, religiosos y laicos; también asistieron autoridades y fieles de la comunidad israelita, la comunidad musulmana, la Iglesia evangélica, la Iglesia evangélica del Río de la Plata, la Iglesia metodista, la Iglesia apostólica armenia, la Iglesia anglicana, la Iglesia ortodoxa griega del patriarcado ecuménico y del Consejo de Pastores. También participaron autoridades civiles.

Luego de las palabras de bienvenida y de cantar juntos el himno nacional, ingresaron a la iglesia del Buen Pastor los textos sagrados, como signo central que une a los creyentes en la Palabra de Dios. Luego se hizo un repaso visual de los hechos de violencia acontecidos el 3 de diciembre en la ciudad de Córdoba, y en memoria dolorosa de los hechos, se realizó un momento penitencial de oración común.

“Todopoderoso Dios, nos encontramos en tu presencia hoy, celebrando el día de la Patria con corazones agradecidos por las múltiples e innumerables bendiciones concedidas a nuestro pueblo; sin embargo también nuestros corazones sufren por la realidad que vive nuestra Patria. Y debemos confesar que todos somos responsables de esa realidad que nos duele e interpela. Es por eso que te pedimos perdón por no saber cuidar y administrar los dones que nos has legado. Señor, en tu misericordia, perdónanos”, expresaron los presentes.


El yo y el nosotros

El texto del Éxodo en el pasaje 6,28 – 7,7 fue el elegido para iluminar la reflexión de este año, centrada en el “yo” y en el “nosotros”, como una preocupación común a todas las iglesias, teniendo en cuenta que frente al individualismo reinante, hay que trabajar juntos desde el “nosotros”.

El arzobispo de Córdoba dirigió un mensaje destacando el valor de la fraternidad y el sentido de estas celebraciones como una ocasión para rezar, orar juntos por la Patria desde la identidad de cada confesión religiosa. “Fraternidad que es mucho más que solidaridad -dijo-, porque nos permite encontrarnos, conocernos, ayudarnos, construir relaciones de mayor calidez”.

En este sentido, el prelado alentó a rezar con la actitud paciente del sembrador, ya que el Señor muestra sus frutos y la fecundidad de lo que juntos le suplicamos”. Valoró este gesto ecuménico e interreligioso por la unidad reconociendo la labor del Comipaz, similar al gran gesto del papa Francisco de visitar Tierra Santa y rezar con las autoridades israelitas y palestinas. Luego de la proyección de un audiovisual que mostró la importancia de trabajar juntos por la Patria, el “nosotros” como una clave de fraternidad y de diálogo, todos rezaron una oración de disponibilidad al compromiso. Se realizó el saludo de la paz por parte de los representantes de las distintas iglesias, quienes antes de efectuó la bendición final encendieron una vela como signo de que es posible encender una luz por pequeña que sea.+

martes, 1 de julio de 2014

El Papa Francisco, agotado por una agenda sin respiro

Descartan problemas de salud y afirman que sólo es su habitual hiperactividad

ROMA.- El viernes pasado, el Papa suspendió a último momento una visita que tenía programada por la tarde al hospital Gemelli de esta capital. El repentino cambio de programa, sumado a otras citas anuladas en las últimas semanas, causó cierta alarma sobre su salud.

Aunque hubo especulaciones de todo tipo, lo que en realidad hizo que el Papa suspendiera su visita al Gemelli fue un fuerte dolor de cabeza debido al cansancio acumulado en los últimos meses a raíz de una agenda sin tregua , según trascendió.

Una agenda sin respiro que agotaría a cualquier persona de mediana edad y que pocos entienden cómo puede aguantar una persona de 77 años que nunca se tomó vacaciones y que tampoco siendo papa piensa tomarse.

"Mi trabajo es insalubre, necesito rezos extras", confesó Francisco, medio en broma medio en serio el 15 de junio pasado, cuando fue a visitar el cuartel general de la Comunidad de San Egidio de esta capital, donde, bajo la lluvia, saludó a una multitud de gente, especialmente ancianos, pobres y enfermos, dándole atención y afecto a cada uno, y pronunció un discurso.

Para dar una idea del ritmo casi infernal que tiene la vida de Francisco, definido como el "párroco del mundo" por esa voluntad de querer estar cerca de cada persona, cara a cara, y el porqué de su cansancio, basta repasar su jornada de ayer.

Como siempre, se despertó a las 4.45 de la mañana e hizo sus ejercicios espirituales antes de celebrar, a las 7 en punto, la misa matutina en la capilla de Santa Marta. Allí, como siempre, pronunció un sermón, grabado por las cámaras del Centro Televisivo Vaticano y los micrófonos de la Radio Vaticana, ante unas más de 60 personas que luego saludó personalmente, una por una. Sus predecesores también celebraban todas las mañanas misa en la capilla privada del departamento pontificio, pero normalmente sin público y sin cámaras.

Después del desayuno, comenzaron las audiencias del día. Al margen de los reyes de España, Felipe VI y su consorte, Letizia, Francisco recibió en audiencia a varias personas más, cada una por separado.

Según informó la sala de prensa del Vaticano, estuvo con el cardenal Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe; con monseñor Jean Paul Gobel, nuncio apostólico en Egipto y delegado de la Santa Sede ante la Liga de Estados Árabes; con monseñor Marek Zalewski, nuncio en Zimbabwe y sus familiares; con monseñor Hubertur Matheus Maria van Magen, nuncio en Sudán y Eritrea; con monseñor Daniel Fernando Sturla Berhouet, arzobispo de Montevideo. Además, recibió a Charles Ghislain, embajador de Bélgica ante la Santa Sede, en visita de despedida, y a Fernando Felipe Sánchez Campos, embajador de Costa Rica, también en visita de despedida y con quien probablemente haya hablado de fútbol...

La sala de prensa no suele dar a conocer esa agenda "paralela" y "oculta" que suele tener por la tarde el Papa, cuando, luego de atender otros asuntos de gobierno, responder cartas (lee unas 50 por día de las 4000 que le llegan cada semana), analizar papeles y temas, sigue atendiendo gente. Y suele recibir en la residencia de Santa Marta, su casa, a argentinos, a quienes les dedica también tiempo y atención.

Lo que sí dio a conocer ayer la sala de prensa fue el programa de la maratón que hará este sábado Francisco en la región de Molise.

En un viaje relámpago parecido al que hizo el 21 de junio pasado a Calabria, tierra de mafia, el Papa saldrá a las 7.45 en helicóptero desde el Vaticano, adonde regresará a las 20.15. En el medio tendrá un encuentro con el mundo del trabajo y de la industria en la Universidad de Campobasso; celebrará una misa; saludará a enfermos; almorzará con pobres; tomará otro helicóptero que lo llevará a un santuario donde se reunirá con jóvenes; en auto luego se trasladará a Isernia, donde se reunirá en una cárcel con detenidos, irá a la catedral, donde saludará enfermos y a la plaza principal, para encontrarse con la ciudadanía.

Hace dos semanas, cuando el Vaticano informó que el Papa tampoco este año se tomará vacaciones (es decir, no irá a las residencia de Castelgandolfo durante el verano, como hacía su predecesor), pero que suspenderá en julio y agosto las misas matutinas con los fieles en Santa Marta y las audiencias generales en julio, algunos medios angloparlantes hablaron de problemas de salud. Y pintaron escenarios dramáticos, recordando los problemas de ciática del ex arzobispo de Buenos Aires, "al que le falta un pulmón", información falsa, ya que la verdad es que a Bergoglio sólo le falta un pequeño pedazo del pulmón derecho, extirpado cuando tuvo una pulmonía grave, a los 21 años.

Pero resulta claro que sólo una persona de 77 años con buena salud puede aguantar el ritmo al que está sometido Francisco, que intenta cumplir todo y más, y que por eso se ve obligado a suspender de vez en cuando una cita porque lo supera el cansancio.

No hay que olvidar que a fines de mayo el Papa tuvo un intensísimo viaje de tres días a Tierra Santa (Ammán, Belén, Jerusalén) que dejó agotados a los periodistas que lo cubrieron, y que a mediados de agosto viajará a Corea del Sur.


Récords

Justamente para explicar "la fatiga del superpapa", Andrea Tornielli, vaticanista del diario La Stampa, calculó ayer que desde que fue elegido Francisco superó todos los récords. Celebró 229 misas con sermón incluido en la capilla de Santa Marta, donde saludó a por lo menos a 12.000 fieles personalmente. Presidió en Roma o en viajes 95 celebraciones litúrgicas y pronunció en esas ocasiones 73 homilías. Sin contar que escribió junto a su predecesor una encíclica, una exhortación apostólica, tres cartas apostólicas y cuatro decretos motu proprio, por decisión propia. Y que en las audiencias generales de los miércoles, que empiezan a las 10 de la mañana, por lo general suele quedarse hasta las 13 saludando a enfermos y discapacitados, llueva o truene.

El viernes pasado, día que suspendió la visita al hospital Gemelli, una nonagenaria argentina que prefiere el anonimato, que estuvo en la misa matutina de Santa Marta, contó a LA NACION que vio al Papa muy cansado. Cuando lo saludó, sin embargo, él fue como siempre muy afectuoso, le dedicó unos minutos, le bendijo rosarios, le dio un beso. Ella le aconsejó al Papa descansar, cuidarse y le salió del alma decirle: "No sea temerario"..

escrito por Elisabetta Piqué 
(fuente: www.lanacion.com.ar)
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