Corazón Sacratísimo de Jesús,
que por el grande amor que nos tienes,
te has dignado prometernos la perseverancia final
y la gracia de no morir sin Sacramentos,
haciéndote nuestro seguro asilo en la última hora de nuestra vida;
humildemente te pido que cumplas en mí tu palabra,
que tanta confianza inspira a nuestros corazones.
Yo, por mi parte,
prometo hacer cuanto pueda para amarte más y más
y para hacerme digno de una tan grande Promesa,
evitando el pecado y todo cuanto pueda desagradarte.
Te pido para ello, tu gracia,
que espero alcanzar por lo méritos de tu mismo Corazón.
Amén.
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