Escrito por Néstor Adrián Lucero
Médico y mallinista
para leer su testimonio de vida, hacer click aquí
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No soy de entrar a Internet mucho tiempo pero creo que esto es muy importante para todos los mallinistas y más para aquellos que son de San Juan o conocieron a una persona tan especial como Ricardo Rodríguez.
Yo en este momento estoy muy lejos de poder despedirlo personalmente, pero ¿qué importa las distancias para Dios?, hay muchos que pueden contar muchas cosas más de lo que puedo contar de mi experiencia personal pero yo puedo decir que es una de las pocas personas como tantas que trabajan y siguen trabajando por el crecimiento de la Iglesia, digo trabaja porque ¿que importa los tiempos para Dios?.
Seguro desde el Cielo nos va a acompañar y va a seguir ayudando con su autoridad de padre como fue para muchos mallinistas dedicando tiempo importante de su profesión como laico comprometido para las cosas de Dios sin esperar recompensa o reconocimiento, la mejor forma de reconocerlo es seguir su ejemplo de vida, ¿qué persona puede continuar con fortaleza y creyendo en Dios después de perder un hijo joven aún?, sólo aquél que tiene la fortaleza otorgada por Dios, fuiste muy amigo de mi papá y siempre cuando te veía hasta viejito me hacías acordar a él, siempre te ví como un padre más, en esta vida que transito me estaba cuestionando mucho de los valores verdaderos de los cual tenemos que seguir para agradar a Dios, y Dios me ha dado una respuesta y es que tu vida es el mejor ejemplo para mí y para todos los mallinistas para seguir en su transitar como laicos comprometidos.
GRACIAS DE CORAZÓN y nos veremos pronto en el Cielo si Dios quiere, saludos a su familia y no lloren por este gran hombre sino pídanle para que interceda desde el cielo por nosotros los mallinistas.
Ricardo Rodríguez llevaba 50 años de casado con María Isabel Vargas ("Piyuya") con quien tuvo tres hijos. Exalumno salesiano y de profesión ingeniero, participó en la Acción Católica, fue cooperador salesiano y, luego, fue un brillante Asesor de Mallín en San Juan durante 20 años en donde fue todo un ejemplo de vida. Justo en el día de San José, luego de sufrir estoicamente varias dolencias físicas, Ricardo partió a la Casa del Padre dejando toda una lección de amor por los jóvenes en Dios al estilo de Don Bosco.
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