(Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor". Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en El. Entonces comenzó a hablar, diciendo: "Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír".
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.
San Lucas, autor de uno de los Evangelios, no conoció personalmente a Jesús pero una vez que se hizo discípulo de Pablo, se dedicó a investiguar minusciosamente sobre la vida del Mesías para volcar todos sus conocimientos sobre su libro.
Según la tradición católica, Lucas era médico de profesión y siguió a Pablo en varios de sus viajes apostólicos. Se dice que conoció personalmente a María, Madre de Jesús y Madre Nuestra, quien le contó algunos detalles de la infancia de Jesús; de ahí se explica que en el Evangelio según San Lucas, se cuentan detalles de los sentimientos de María durante el nacimiento del Cristo. Es muy probable que también sea autor del Libro de los Hechos de los Apóstoles que, al igual que su Evangelio, está dedicado a un tal Teófilo de quien no se tiene demasiadas precisiones de quien se puede tratar ya que no evidencia histórica alguna que hable de él.
En este pasaje, se toma una parte del prólogo de su Evangelio en donde deja en claro no haber conocido personalmente a Jesucristo y, luego se inicia con los primeros versículos del cuatro capítulo en donde vemos al Maestro dando a conocer la Buena Nueva. Lucas nos cuenta que Jesús iba lleno del Espíritu Santo cuando empezó a hacer su recorrido y afirma que "todos lo alababan", lo que implícitamente nos da a entender que hubo gente que desde el primer momento lo reconoció como Dios ya que, para los judíos (y también para los católicos), solo se alaba a Dios.
Otro detalle que Lucas nos aporta de Jesús es que iba habitualmente los sábados a la sinagoga y, aquel día, leyó la Palabra en donde el profeta Isaías se refería a Él. La Palabra que Él leyó ne voz alta dice que Él es el Ungido, el Mesías prometido a lo largo de varios siglos que llegaba a llevar a los pobres la buena nueva, anunciar la liberación de los cautivos y la curación de los ciegos, a liberar a los oprimidos y a proclamar un año de gracia en el Señor.
El mensaje está lejos de ser una promesa política o una publicidad de algún curandero. Dios le habla a los pobres de espíritu, es decir, a aquellos que se han vaciado de todo egoísmo y a toda riqueza de este mundo, nos anuncia la liberación a los cautivos y oprimidos por el pecado.
Es posible que los allí presentes se hayan sorprendido cuando Jesús, al terminar de leer la lectura, diga tajantemente que esa profesía se estaba cumpliendo en Él. Esa sorpresa de los judíos se debía que lo ocnocían de pequeño como "el hijo del carpintero" y fue la que criticó Jesús cuando dijo aquello de que "nadie es profeta en su tierra" al lamentarse de cómo los prejuicios de los hombres impiden el accionar de Dios.
Este pasaje nos puede dar pie para reflexionar acerca de quien es Jesús para nosotros: ¿es solo un personaje histórico?, ¿es una leyenda?... ¿o es Dios con nosotros?, ¿o es Dios que se acerca a tendernos su Mano para liberarnos de la esclavitud del pecado?
Quizás podamos dar alguna definición bella de quién es Jesús, mas lo importante es llegar hasta lo prfuno de nustro ser y cuestionarnos hasta qué punto tomamos a Jesús como un Dios vivo que viven e nosotros y en cada ser humano.
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