Rom Houben sufrió un accidente automovilístico en 1983 y los médicos lo declararon en coma irreversible. Hace tres años, "volvió a nacer" gracias a que un chequeo especial reveló que tenía el cuerpo paralizado pero su cerebro funcionaba casi totalmente.
Con la ayuda de un teclado especial, Houben –hoy de 46 años de edad– conmocionó a la sociedad belga al revelar que desde que despertó tras el accidente siempre estuvo consciente pero nadie lo escuchaba.
"Yo gritaba pero nadie me escuchaba", declaró Houben a la revista alemana Der Spiegel y explicó que se sentía atrapado en un cuerpo que no respondía, por lo que debía luchar con la impotencia de ver a los doctores y enfermeras intentar hablar con él antes de que perdieran todas las esperanzas.
En el año 2006 un escáner reveló que aunque Houben estaba paralizado, su cerebro funcionaba casi en su totalidad. "Nunca olvidaré el día en que me descubrieron. Fue como volver a nacer", declaró.
La historia de Houben fue revelada esta semana gracias a un ensayo del doctor Steven Laureys, de la Universidad de Liege, quien asegura que en el 40 por ciento de los casos de diagnóstico de estado vegetativo, un estudio más exhaustivo revela signos de conciencia.
El equipo de Laureys entrenó a Houben para comunicarse con la ayuda de un teclado especial.
Si Houben está con vida también es gracias a sus padres que se resistieron a aceptar que su hijo estaba en estado comatoso o vegetativo.
Su madre lo llevó cinco veces a Estados Unidos para que le hicieran pruebas y fue quien encontró al doctor Laureys. Con la ayuda del teclado, Houben ha comenzado a escribir sus memorias y aunque su parálisis es severa, ahora ya puede comunicarse con sus seres queridos.
Al finalizar la Asamblea Plenaria que los congregó en el Santuario de Fátima, los Obispos de Portugal explicaron que es inaceptable cualquier forma de eutanasia o cualquier "acción u omisión que, por su naturaleza o intenciones, provoquen la muerte".
Así lo señalaron en la nota pastoral "Cuidar la vida hasta la muerte" ante algunos proyectos que promueven la eutanasia en Portugal. "Nadie es patrón absoluto de la propia vida y mucho menos de la vida de otros. Por es cualquier formar de ayuda al suicidio es éticamente equivalente a la eutanasia, por lo que el deber es humanizar la muerte es incompatible con la eliminación de la persona que sufre", indican.
Tras recordar que "los cuidados paliativos y el acompañamiento son la mejor respuesta al problema", los obispos explican que "es éticamente permitido evitar el llamado encarnizamiento terapéutico".
Seguidamente advierten que la "posible legitimación jurídica de la eutanasia o del suicidio asistido llevaría a una inevitables presión sobre todas las personas cuyo nivel de salud no correspondiese al estándar de la sociedad, haciéndolas sentir como un peso o una carga no deseada".
Para los obispos, las "directivas anticipadas de voluntad" como el testamento biológico, son "un instrumento éticamente aceptable, un elemento útil para tener en cuenta las decisiones sobre la vida de un enfermo", pero "no deben tener un peso absoluto ni pueden ser el pretexto para justificar opciones que atenten contra la vida humana".
De hecho, afirman, "en este campo no se tiene la certeza de que los deseos previamente expresados sean los mismos al momento en que es necesario decidir". La muerte, concluyen los obispos portugueses, "no es un problema por resolver sino un misterio que envuelve toda la existencia".
(fuente: http://www.aciprensa.com/)
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