Buscar en mallinista.blogspot.com

domingo, 21 de febrero de 2010

"Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios y a El sólo servirás"

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (Lc 4, 1-13)

En aquel tiempo, Jesús lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu se internó en el desierto donde permaneció durante
cuarenta días y fue tentado por el demonio. No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre.

Entonces el diablo le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan". Jesús le contestó: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre". Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: "A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras". Jesús le respondió: "Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios y a El sólo servirás". Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras". Pero Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".


Concluidas las tentaciones, el diablo se retiró de El, hasta que llegara la hora.

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

La batalla espiritual entre el bien y el mal está planteada desde poco después de la Creación. Lo vemos en el relato del Génesis cuando la serpiente arrastra a Adán y Eva hacia el pecado, rompiendo la comunión perfecta entre Dios y los primeros seres humanos.

Dios se hizo uno de nosotros en Jesús. Y tampoco escapó a ser blanco de las tentaciones del Maligno, quien tuvo la soberbia de tentar nada menos que a Nuestro Señor.

Podemos notar que las tentaciones que recibió Jesucristo fueron tres, muy puntuales y muy actuales:

1- La búsqueda de lo material por encima de lo espiritual: fueron muchos los días de ayuno en los que Nuestro Señor buscó apartarse de todo lo mundano para centrarse más en su Padre; como humano que es, sintió hambre y por allí el Demonio buscó encontrar una debilidad cuando apeló a esa necesidad fisiológica para manipularlo.

2- El poder de este mundo: le dijo entonces el Diablo que había recibido todo poder y que él podía darlo a quien quisiera... pero Nuestro Señor no tenía su corazón puesto en lo material, que es nada al lado de lo Eterno. ¡cuánta gente ha sucumbido (y sucumbe aún en estos tiempos) ante el poder del dinero, el poder político, el poder social! ¡Cuántos cayeron por las vanas promesas mundanas del Demonio!

3- La soberbia: el Demonio buscó que Jesús hiciera alguna proeza para recibir los aplausos burdos de la gente; de haber accedido a esa tentación, seguramente Jesús habría recibido la admiración de muchos ante semejante milagro... pero, ¿con qué sentido?, ¿en qué hubiera aportado para el Reino de los Cielos?... ¡cuántas veces nosotros nos apartamos del camino de Jesús con tal de recibir la aprobación de otros!.

Y también, al igual que el demonio, nosotros también podemos tentar a Dios.

Tentamos cuando le exigimos determinadas gracias y milagros. Tentamos a Dios cuando queremos decirle cómo tiene que impartir justicia en este mundo. Tentamos a Dios cuando, por celos y envidia, le protestamos porque vemos que otro hermano recibe bendiciones y gracias. Tentamos a Dios cuando nos enojamos con Él porque no obró como nosotros queríamos.

Dios es infinitamente poderoso. El Demonio lo sabe perfectamente y por eso él siempre buscará que cada uno de nosotros quede en soledad: es ahí, al estar alejados de Dios y de una comunidad de fe, en donde somos presas fáciles para el Tentador. Entonces, como dice San Pablo, debemos revestirnos de Dios para estar no solo a salvo de las acechanzas del demonio, sino cada vez más en Dios.

Ser tentados no implica caer en el pecado. Cada vez que nos aparece alguna de esas propuestas demoníacas, es clave aferrarnos a María, Nuestra Madre Celestial y, a la vez, no perder la calma porque, si estamos humildemente con Dios y bajo el mando de la Virgen, estaremos siempre a salvo. Si caemos, no caigamos en la tentación de creer que Dios ha dejado de amarnos por haber pecado: debemos buscar con humildad la Misericordia de Dios para retomar la senda correcta.

Mientras más nos acercamos a Dios, más nos tienta el demonio. El ángel caído no soporta ver a un ser humano en la santidad, en comunión con su Creador. En este tiempo de Cuaresma, en el cual debemos también luchar para alejarnos un poco más de lo mundano para acercarnos a Dios, el demonio nos propone una y otra vez alternativas seductoras para desviarnos del camino recto que nos marca Dios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas... Me podrían explicar dónde dice la biblia que YO puedo tentar a Dios...????

mallinista dijo...

Hola:

Podés encontrarlo en el libro del Deuteronomio, en su capítulo 6, versículo 16: 'No tentarás al Señor tu Dios' (Dt 6, 16).

Dios te bendiga.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...