Este lunes pasado, fiesta de San Francisco de Sales, la Oficina de Información de la Santa Sede hizo público el texto del Mensaje, titulado Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital.
“Deseo invitar a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana”, afirma el Papa.
“Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás”, indica.
“Por el contrario -continúa-, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas”.
El Pontífice dirige una invitación especial a los jóvenes “a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital”.
Y destaca la contribución de las nuevas tecnologías en la preparación de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Madrid en agosto.
Auténticos y reflexivos
Benedicto XVI ofrece diversas reflexiones sobre la propagación de la comunicación a través de internet, sus potenciales, sus aplicaciones y sus riesgos.
Destaca que “también en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva”.
“El anhelo de compartir, de establecer 'amistades', implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio 'perfil' público”, afirma.
El Papa explica que “cuanto más se participa en el espacio público digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo”.
“Es inevitable que ello haga plantearse no sólo la pregunta sobre la calidad del propio actuar, sino también sobre la autenticidad del propio ser”, continúa.
Riesgos
Entrando a analizar los riesgos de internet y en concreto de las redes sociales, subraya que “la presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual”.
Para ayudar a reflexionar, el Papa invita a los internautas a plantearse varias preguntas: “¿Quién es mi 'prójimo' en este nuevo mundo?, ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria?”
“¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo 'diferente' al que vivimos?, ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas?”.
En su Mensaje, Benedicto XVI indica también “algunos límites típicos de la comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia”.
Estilo cristiano de presencia
Sin embargo, el Papa insiste en que “si se usan con sabiduría”, las nuevas tecnologías “pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano”.
Y se refiere a “un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro”.
Según el Obispo de Roma, “comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio”.
Asimismo, “tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia”, continúa.
El estilo cristiano de presencia en el mundo digital implica la tradicional llamada del cristiano a responder a quien pida “razón de su esperanza”.
También exige “estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red”.
“El valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la 'popularidad' o la cantidad de atención que provoca”, advierte.
En este sentido, Benedicto XVI invita a dar a conocer la verdad del Evangelio “en su integridad, más que intentar hacerla aceptable”, ya que “debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento”.
Añade que esa verdad “incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real” y destaca la importancia de “las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe”.
Por último, pide para quienes trabajan en la comunicación, de quienes es patrón san Francisco de Sales, “la capacidad de ejercer su labor conscientemente y con escrupulosa profesionalidad”.
(Fuente: www.zenit.org)
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