Como María es la madre de Jesús, también es la Madre de Dios. Porque si María es la madre de Jesús y Jesús es Dios, María es la Madre de Dios.
Sin embargo, a pesar de ser Madre de Dios, no es su madre en el sentido de que ella sea mayor que Dios o que sea la fuente de la divinidad de su Hijo.
Decimos que es Madre de Dios, porque llevó en su vientre a una persona divina, Jesucristo, Dios, y en el sentido que aportó el material genético para la forma humana que Dios tomó en Jesucristo.
Al discutir esto, los fundamentalistas aducen que María sólo llevó en su vientre la naturaleza humana de Jesús. Pero ... ¿es que las madres llevan en sus vientres y dan a luz a una “naturaleza humana” o una “persona humana”?
María, igual que todas las madres, dio a luz a una persona. Esa persona es Jesucristo y esa persona a la que María dio a luz es Dios. Por eso es Madre de Dios.
En la Biblia muchas veces se habla de María, Madre de Jesús. Pero la cita más explícita en cuanto a la maternidad divina de María es la expresión de Santa Isabel al ser visitada por la Virgen María: “Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: ‘... ¿cómo he merecido que venga a mí la Madre de mi Señor?’” (Lc. 1, 42). “Mi Señor” es sinónimo de “Dios”.
Luego añadió Isabel: “Dichosa por haber creído que de cualquier manera se cumplirán en ti las promesas del Señor” (Lc. 1, 43); es decir, lo que Dios le había mandado a decir con el Angel.
Se ve, pues, claramente, que Isabel por inspiración divina, llamó a María “Madre de Dios”.
La Tradición Cristiana desde los tiempos apostólicos comienza a llamar a María “Theotocos” o “Madre de Dios”. Los Santos Padres expresan esto con claridad, defendiendo fuertemente la Maternidad Divina contra todos los que la atacan en una u otra forma. (Catecismo de la Iglesia Católica #495)
(fuente: www.homilia.org)
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