Introducción al Antiguo Testamento (I parte)

* Biblia: Esta palabra procede del griego “biblion”, y en plural significa “los libros”. Más que un solo libro, la Biblia es una biblioteca que contiene 73 libros muy diferentes. Esta Biblioteca se divide en dos grandes partes: el Antiguo Testamento (AT), que esta formado por 46 libros, y el Nuevo Testamento (NT), que esta formado por 27 libros. Otros nombres con que se designa a la Biblia son la “Escritura”, las “Escrituras”, la “Sagrada Escritura”, etc.

*Antiguo Testamento: Es el conjunto de libros que nos hablan de la alianza que estableció Dios con Israel por medio de Moisés. Los judíos lo dividían en Ley, Profetas y Escritos. Nuestras biblias suelen dividir el AT en cuatro partes: el Pentateuco, los libros históricos, los libros proféticos y los libros sapienciales.

* Nuevo Testamento: Es el conjunto de libros que nos hablan de la alianza definitiva establecida entre Dios y el nuevo pueblo por medio de Jesucristo. Esta formado por los Evangelios (4), los Hechos de los Apóstoles (1), las cartas de Pablo (13+1), otras cartas (7) y el Apoca¬lipsis (1).

* Géneros Literarios: Son las diferentes formas de contar las cosas. Por ejemplo, no es lo mismo unos dibujos animados, que un cuento, un telediario, una película, una telenovela... Incluso dentro de las telenovelas hay diferentes tipos: por ejemplo es diferente una novela de amor, de una policíaca, o de una cómica...

En la Biblia ocurre lo mismo: hay diferentes formas de contar las cosas:

- Los RELATOS son historias del pasado que un pueblo o una comunidad entera recuerdan.
- Las EPOPEYAS son también historias del pasado, pero se intenta sobre todo suscitar el entusiasmo y celebrar a los héroes, adornando con detalles fantásticos y grandiosos (por ej., el paso del Mar Rojo y la conquista de Jericó).
- Las LEYES organizan al pueblo, y rigen la conducta por ellas (por ej. los 10 mandamientos).
- Los POEMAS son los CÁNTICOS, los SALMOS... son la expresión de los sentimientos y de la oración del pueblo,
- Los ORÁCULOS son palabras solemnes que los profetas pronuncian en nombre de Dios.
- Los ESCRITOS DE SABIDURÍA son reflexiones sobre los grandes interrogan¬tes humanos: qué es la vida, la muerte, el amor; por qué el sufrimiento, el mal...


PARA LEER EN LA FE

- Comentar el siguiente texto:

“Como el árbol anuncia el fruto, como el terreno da sabor al vino, como la semilla prefigura la planta, así el AT anuncia a Jesucristo. Pero la flor no es todavía árbol, y el vino es algo más que el terreno, y la planta hace que explote la semilla. Del mismo modo, Jesucristo es más que todo el AT: realiza las esperan¬zas, cumple toda la sementera, y al mismo tiempo lo hace explotar todo y supera todo cuanto se esperaba. En él todo se renueva día a día. Así es como todo el AT converge hacia Jesucristo”.

“En múltiples ocasiones y de muchas maneras habló Dios antigua¬mente a nuestros padres por los profetas. Ahora en esta etapa final nos ha hablado por su Hijo...” (Heb 1,1)

Para nosotros, los cristianos, Jesús de Nazaret es la palabra de Dios hecha carne, aquel de quien dan testimonio todas las Escrituras. Leer los archivos de Israel creyendo que Jesús es el Mesías es mirarlos con unos ojos nuevos, con la mirada de los apóstoles y de los redactores del Nuevo Testamento.


ABRAHÁN, MODELO SIEMPRE ACTUAL DE CREYENTE

INTRODUCCIÓN

"Desde el comienzo, Dios bendice a los seres vivos, especialmente al hombre y a la mujer. La alianza con Noé y con todos los seres animados renueva esta bendición de fecundidad, a pesar del pecado del hombre por el cual la tierra queda "maldita". Pero es a partir de Abrahán cuando la bendición divina penetra en la historia humana, que se encaminaba hacia la muerte, para hacerla volver a la vida, a su fuente: por la fe del "padre de los creyentes" que acoge la bendición se inaugura la historia de la salvación". (Catecismo de la Iglesia Católica, 1080)

Para los judíos, cristianos y musulmanes, la figura de Abrahán es un modelo: es «el padre de los creyentes». El pueblo de Israel hace remontar sus orígenes a la llamada de Dios a aquel nómada. El se pone a buscar una tierra y una descendencia. Pero no tiene hijos y su mujer es estéril. Dios le promete hijos y tierra. Abrahán no duda en creer en lo imposible.

Su fe alcanza la recompensa. Su esposa Sara tendrá un hijo en su ancianidad: Isaac, el hijo de la sonrisa. No obstante, deberá superar la prueba decisiva: Dios le pide el sacrificio de su hijo único. Abrahán obediente a la voluntad de Dios se pone en camino, pero Dios interviene para salvar al niño.

"La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes, que adoran al único Dios, misericordioso y todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos designios procuran someterse con toda el alma, como se sometió a Dios Abrahán, a quien la fe islámica mira con complacencia...

Al investigar el misterio de la Iglesia, este sagrado Concilio recuerda el vínculo con que el pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente unido con la raza de Abrahán.
Pues la Iglesia de Cristo reconoce que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los patriarcas, en Moisés y en los profetas, conforme al misterio salvífico de Dios. (Concilio Vaticano II, "Nostra Aetate" 3-4)

- Leer el documento “Dios de Abrahán-Dios de Jesucristo”

DIOS DE ABRAHÁN, DIOS DE JESUCRISTO

Abrahán es el jeque de un clan nómada, que emigró al país de Canaán. Su Dios, como el de todos los nómadas, no está vinculado a un lugar, a un santuario. Es el protector del clan, lo guía en sus desplazamientos y procura la fecundidad de sus rebaños. En torno a estas pocas realidades primordiales es como se organiza la religión de los nómadas. Sus fiestas corresponden a los ritmos vitales de su existencia. La pascua, por ejemplo, tiene sus raíces en aquellos tiempos remotos: cuando en primavera estaban para partir en busca de pastos, se inmolaba un cordero y se celebraba una fiesta.

Al llegar a Canaán, aquellos nómadas se encontraron con el culto al Dios “El”, el Dios supremo de las divinidades locales vinculadas a un lugar: una colina, un árbol grande, un arroyo... Se consultaba a aquel gran Dios bajo las encinas sagradas de Siquén o de Mambré. Lo invocaban en varios lugares y con diversos nombres que el Génesis recoge: El Shaddai, dios de la montaña o dios de la estepa (Gen 17,1; 28,3; 35,11); El Elyon, el altísimo (Gen 14,22); El Olam, el dios eterno (Gen 21,33). Poco a poco, el clan de Abrahán y el pueblo de la Biblia fueron identificando al Dios de los padres con aquel dios “El”, el Dios de los dioses.

El dios de Abrahán, que se dará a conocer a Moisés con el nombre de YHWH (Yavé), acompañará a su pueblo durante su permanencia en el desierto y la conquista de la Tierra Prometida. Más tarde, si consiente que lo invoquen en el templo de Jerusalén, manifestará sin embargo que no hay muros en los que puedan encerrar, y el profeta Ezequiel tendrá la visión de la gloria de Dios acompañando a los desterrados a las orillas del río Quebar en Babilonia.

Poco a poco se van dibujando los rasgos del Dios de Abraham, el Dios del pueblo creyente:
. es el «totalmente distinto»: imposible conseguir su favor mediante ritos.
. sigue siendo el Señor de la historia;
. es el que lleva al hombre a reconocer el sentido profundo de su vida y de sus actos;
. es sobre todo el Dios fiel, capaz de mantener sus promesas en cualquier circunstancia.

Dios de Moisés y de los profetas. Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, Dios de Jesucristo, Dios de Pedro, de Pablo, de Juan .., en definitiva Dios no tiene más nombre que el de los creyentes que emprenden el camino cuando él los llama. El sigue siendo el invisible, el incognoscible, pero se vislumbra su presencia a través de los que están animados por su Espíritu.

“A Dios nadie lo ha visto jamás; es el Hijo único, que es Dios y está al lado del Padre, quien lo ha explicado”.