Buenos Aires, 21 Jul. 11 (AICA) El 15 de agosto, la hermana María Mónica Kloster, de la Congregación de las Hijas de San Pablo (Paulinas), celebrará sus 60 años de vida consagrada.
En un comunicado, la hermana afirma: “En mi historia vocacional no hay cosas `extraordinarias´. Todo se dio con mucha sencillez pero muy marcada por la Providencia amorosa de Dios. Desde muy pequeña sentí una profunda y natural inclinación por lo espiritual, lo religioso”.
“En el año 1948 conocí a la hermana Josefina, de la congregación de las Hijas de San Pablo (Paulinas), que llegó a donde yo vivía con la misión de llevar el mensaje cristiano a todos los hogares a través del buen libro y también a buscar vocaciones para la congregación” asegura la hermana.
La hermana Kloster dijo que fue la hermana Josefina quien la invitó a ingresar con las Paulinas y a participar en esa misión, y agrega: “La misión fue la que me cautivó desde el primer momento, ya que me di cuenta que a través de ella, yo podía colmar, realizar ese gran deseo que sentía en mi corazón, de hacer conocer y amar al buen Dios”, asegura.
“Luego, en mis años de formación – resalta la hermana- descubrí el gran valor de la consagración en la vida religiosa. Deseaba ser totalmente de Dios, entregarle mi vida, que Él sea el centro de mi vida”.
“Y así, después de los años de formación del postulantado y del noviciado, un 15 de agosto de 1951 emití mis primeros votos religiosos, entregando al Señor mi vida para siempre, ya que fue Él quien me eligió” recuerda la hermana Kloster
La hermana Paulina relata: “Hoy, después de 60 años de consagración al Señor siento que Él estuvo siempre a mi lado, tanto en las buenas como en las no tan buenas. Su fidelidad fue y es constante”.
“Hoy quiero darle infinitas gracias al Señor por su fidelidad, por tenerme a su servicio, en su bondad y misericordia a pesar de mis tantas limitaciones e inconstancias. La vid y la misión Paulina son bellas y grandes. Quiera Dios enviarnos muchas vocaciones para que esto continúe y crezca cada día. Darle gracias a Dios, no solo a Él, a tantos otros: mis padres, mi familia, a cada una de mis hermanas de la congregación. A todos los que me han ayudado en este mi largo camino de vida consagrada”, concluye la hermana en su comunicado.
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