Una letra de tango que grafica una realidad cotidiana |
El obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, aseguró que los niños son “frágiles y necesitados de “familia y ternura”, de “relaciones filiales y fraternas que los liberen del egoísmo e individualismo que tanto nos esclavizan hoy”, de “alimento, salud, el pan necesario para su desarrollo corporal”, de “educación, el pan de la cultura, que promueva una verdadera inclusión social”, de “buenos ejemplos que sean modelo de conductas éticas”, y de “una sociedad amiga que piense en ellos en términos de presente y futuro”.
Tras preguntar “qué planeta, qué geografía queremos dejarles”, consideró que “como sociedad debemos garantizar el ejercicio de sus derechos hoy y en los años venideros. Ojalá no tengan que conocer los glaciares por foto, por decirlo de una manera clara. Esto está en nuestras manos y decisiones”.
El prelado estimó que “lo mejor que podemos darles es la fe, hacerlos hijos de Dios y hermanos de todos. Enseñarles a rezar desde chiquitos, para que sepan confiar en el amor de Dios. Que aprendan desde el vamos a ayudar a los más débiles, a compartir sus cosas, a ser justos”.
“En esta etapa de la vida necesitan del aliento y estímulo especialmente de la familia. Conversando con adolescentes, varios me cuentan de lo mal que les hizo y las secuelas que les quedaron de algunos malos tratos físicos, o de frases como ‘sos un inútil’ o ‘siempre el mismo tarado’. Son muy sensibles a nuestra manera de dirigirnos a ellos”, recordó.
El obispo gualeguaychense sostuvo que “ellos sufren las consecuencias de la injusticia e inequidad de la sociedad. Algunos dan su primer grito con varios gramos menos de lo esperado porque su mamá no se alimentó adecuadamente. La conjunción edad-peso-estatura será una lucha desigual según el lugar de vivienda”, y alertó que “mientras muchos llevan el apelativo de ‘nativos digitales’, otros tendrán el fantasma de la desnutrición encima”.
“Pensemos en quienes miran la fiesta desde afuera, apoyando ‘la ñata contra el vidrio’. Por eso, en este Día del Niño quiero recordar con gratitud a tantos hombres y mujeres que se dedican a tareas solidarias para la infancia. El apoyo escolar para que no se retrasen en la escuela y evitar la repitencia, los centros de salud para evitar enfermedades, los centros de capacitación y promoción de una nutrición adecuada”, destacó.
Por último, monseñor Lozano compartió unos versos del poema Armando Tejada Gómez: “Si alguien te preguntara cómo entiendo / la vida y el amor, has de decirle / que no creo en la muerte / que hace mucho / salí a besar la frente de niños”, y pidió que “Dios nos regale un corazón capaz de besar la frente de los niños. De todos los niños”.
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