Así creó lo que entonces se denominó Obra Misional de la Santa Infancia y que más tarde se convertiría en la Infancia Misionera. Fue en 1843, hace nada más y nada menos que 155 años, cuando nadie pensaba en los niños del Tercer Mundo, cuando no existía la Unicef y cuando no se había creado ni una sola ONG.
Y aquí está hoy la Infancia Misionera, viva y actuante, presente en más de 107 países. Unos 20 millones de niños del Tercer Mundo se benefician, día tras día, de la solidaridad de los niños cristianos de toda la tierra. Un recorrido por los pueblos y lugares más pobres de África, Asia, Oceanía y América Latina daría ocasión de contemplar las iniciativas educativas y sanitarias que la Infancia Misionera mantiene en pie: 15.000 jardines de infancia o escuelas maternales; 38.686 escuelas de enseñanza primaria; 12.682 de enseñanza media. Se podrían ver, igualmente, más de 2.055 hospitales, 6.873 dispensarios, 2.743 orfanatos. Y si se extremara un poco más la curiosidad, se observaría cómo la solidaridad de la Infancia Misionera sostiene a miles y miles de grupos de catequesis, rebosantes de niños que desean conocer a Jesús.
"La formación Misionera del Pueblo de Dios es Obra de la Iglesia Local... Esta labor ha de ser entendida no como algo marginal, sino central de la vida cristiana... Las Iglesias locales, por consiguiente, han de incluir la Animación Misionera como elemento primordial de su pastoral ordinaria en las parroquias, Asociaciones, Grupos, especialmente Juveniles".
(Redemptoris Missio, 83)
¿Qué es la Infancia Misionera?
Es un servicio de la Iglesia para que los niños cristianos adquieran una conciencia misionera y de compartir con los niños de todo el mundo, su fe y sus bienes materiales.
¿Por qué Misionera? Porque atiende a todo lo relacionado con la fe y la vida cristiana en su dimensión apostólica y misionera.
Objetivos de la Infancia Misionera
- Ayudar a despertar la conciencia misionera de los niños, de modo que los niños ayuden a los niños, con sus oraciones, sacrificios y aportaciones materiales.
- Profundizar en la dimensión misionera que brota del bautismo, favoreciendo así la iniciación cristiana de los niños a la misión de la Iglesia.
- Colaborar con los padres, catequistas y profesores en la formación misionera universal y la
educación de los niños.
Valores de la Infancia Misionera
- Ayuda a la educación integral de los niños.
- Hace que el niño viva la experiencia de la generosidad y de la solidaridad.
- Desarrolla la afectividad del niño, preocupándose por otros.
- Contribuye a que los niños vivan la experiencia del esfuerzo y la superación.
- Inicia al niños en el descubrimiento de ser hijo de Dios y hermano de los hombres.
DECÁLOGO DE LA INFANCIA MISIONERA
1.- Un niño misionero mira a todos los hombres con ojos de hermano
2.- Un niño misionero conoce a Jesús, ama a Jesús, no se avergüenza de hablar de Jesús
3.- Un niño misionero reza todos los días a Dios y a la Virgen por los niños de todo el mundo
4.- Un niño misionero siempre dice ¡Gracias!
5.- Un niño misionero goza cuando da y goza cuando recibe
6.- Un niño misionero está alegre cuando sirve a otros
7.- Un niño misionero sabe que su persona es más necesaria que su dinero
8.- Un niño misionero es generoso aunque le cueste
9.- Un niño misionero busca soluciones y las encuentra
10.-Un niño misionero siempre piensa en nosotros
(fuentes: www.consolata.org.ar; www.comla-cam.org)
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