En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró el Angel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo".
Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El Ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y El reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al Ángel:"¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El Ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios".
María contestó "Yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el Ángel se retiró de su presencia.
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.
Gloria a ti Señor Jesús.
Nuestra Madre Iglesia nos propone para cada 08 de diciembre celebrar el dogma de la Inmaculada Concepción de la siempre Virgen María.
El dogma de fe fue proclamado en el año 1862 por el Papa Pío IX y nos enseña que María fue preservada del pecado original cuando fue concebida en el seno de su propia madre, Santa Inés. Pío IX expresó que "la Santísima Virgen, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio concedido por Dios omnipotente, en previsión de los méritos de Jesucristo Salvador del género humano, fue preservada inmune de toda mancha de pecado original". Cuatro años antes del pronunciamiento papal, en la aparición de Lourdes, cuando se le presenta a Santa Bernardita, Nuestra Madre le dice simplemente "Yo soy la Inmaculada Concepción".
El pecado que cometieron Adán y Eva no solo que contaminó su propia humanidad, sino que todos los que nacimos de ellos hemos heredado esa mancha en nuestro ser; esa mancha es lo que conocemos como pecado original.
Dios preparó con mucha antelación su Plan de Salvación y preparó a María desde que fue concebida por su madre. Dios hizo la excepción con ella y por eso decimos que es Inmaculada para ser digna Madre de su Hijo. La existencia de María en el plan de Dios está anunciada en el mismo Libro del Génesis cuando le dice al demonio que está representado por la serpiente “Pondré enemistad entre tí y la Mujer, entre tu descendencia y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza” (Gen. 3, 9-15.20).
Este día es una ocasión más que propicia para dar gracias a Dios en María por habernos tendido su Mano, habernos salvado del pecado a través de Cristo y dejándonos una Madre Espiritual que nos guía siempre hacia Dios.
El diálogo de la Anunciación entre el Ángel y Nuestra Madre Celestial es muy rico en enseñanzas. A partir de este pasaje del Evangelio de San Lucas, nos detengamos a analizar los siguientes puntos:
◘ San Lucas nos dice que María estaba "desposada", lo que significa que ya estaba comprometida con José, hombre descendiente de David y que había sido elegido para ser el esposo de Ella;
◘ Un detalle no menor es que Lucas no dice que María se haya asustado ante la aparición de un ángel, lo que nos hace deducir que Ella estaba habituada a ser asistida por los Mensajeros del Señor.
◘ Leemos que "la virgen se llamaba María" lo que nos deja en claro sobre la virginidad de María, un tema muy cuestionado por Iglesias Protestantes. Aún así, la maternidad virginal es reconocida en el Corán, libro sagrado de los musulmanes; Martín Lutero, líder de un gran cisma en la Iglesia Católica declaró "Cristo... fue el único Hijo de María, y la Virgen María no tuvo otros hijos aparte de Él... Me inclino a aceptar a quienes declaran que los "hermanos" realmente significan "primos" aquí ya que el escritor sagrado y los judíos en general siempre llamaban hermanos a los primos." Desde su más tierna edad, María estaba enteramente consagrada al Señor no solo en el alma y espíritu sino también su cuerpo. Nuestra Madre Iglesia nos enseña que María había ofrecido su virginidad para toda su vida basándose en este pasaje cuando, ante el Anuncio de su Maternidad Divina, Ella responde "¿cómo podrá ser ésto si yo permanezco virgen?" (otras traducciones bíblicas se lee "¿cómo puede ser posible si no conozco ningún hombre?") Tratándose de una mujer punto de contraer matrimonio, cualquiera pensaría que si le dicen que será madre es porque concebirá un hijo con su marido... pero en el caso de María no es así: Ella, en consecuencia con su virginidad, no entiende como podrá ser madre sin tener relación carnal con un hombre.
◘ La virginidad de María no es un desprecio de la sexualidad humana, al contrario, la enaltece. El celibato es una práctica antiquísima, ya varios siglos antes del nacimiento de Cristo, los griegos lo sugerían para poder entregarse enteramente al estudio de la filosofía (Sócrates lo recomendaba) y monjes budistas e hindúes. Dios mismo creo el sexo y, por provenir de Él, es intrínsecamente bueno; somos los seres humanos quienes, haciendo un mal uso de la libertad que Dios nos da, podemos desviar el sentido noble y fecundo que el sexo tiene en si mismo.
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