Tallerista: Florencia Zubeldía
Ésta es la idea del taller, poder brindarles herramientas para un mejor desarrollo personal que enriquezca lo que Uds. dan a los demás. Para eso se dará una introducción de lo que vive psíquicamente un adolescente, lo que la sociedad ofrece y la posibilidad de desarrollar la capacidad de resiliencia: capacidad de salir fortalecido de las situaciones difíciles de la vida.
Por último, analizaremos cómo ésto es posible vivenciando el Sistema Preventivo de Don Bosco.
ADOLESCENCIA:
La palabra el adolescente proviene de ADOLESCERE, duele. Es decir que es una etapa que implica duelo por algo que se pierde: la infancia (cuerpo infantil y protección infantil). Por supuesto que también algo se gana: identidad propia.
Es un largo proceso que implica romper con uno mismo para re-armarse con nuevos elementos. Voy a ampliar esto un poquito. El hombre desde que nace necesita de otros seres de su misma especie para poder sobrevivir e integrarse a la cultura. El bebé solo no sobrevive: necesita que lo alimenten, lo abriguen, lo ayuden a dormir, aprender a moverse por sí solo, etc. Durante la infancia, vivimos en
total dependencia de otros y por eso idealizamos a quienes nos brindan esos cuidados: “saben todo” (piensen en cuando los chicos pelean: “mirá que yo llamo a mi mamá” o se rompe algo “mi papá lo arregla”, etc.) los adultos cuidadores funcionan psíquicamente como superhéroes.
A medida que crecemos vamos adquiriendo habilidades QUE NOS PERMITEN CIERTA AUTONOMÍA: caminar, hablar, leer, pensar, decidir, etc. Empezamos la escolaridad, nos relacionamos con otros ajenos al grupo familiar: maestras, amigos, etc. Avanzamos intelectualmente y emocionalmente, descubriendo que nuestros padres no son tan genios como pensamos. Se nos caen los ídolos (son anticuados, se equivocan, no comprenden, etc.) y encuentro otros modelos para seguir desarrollándome y formándome de manera acorde a mis deseos: aparecen nuevo ídolos (cantantes, deportistas, santos, etc.).
Sumado a esto hay un fuerte cambio corporal. Toda una revolución que nos prepara físicamente para la adultez. Al estar físicamente desarrollado, siento que ya puedo manejarme solo y necesito probármelo a mí mismo. Empieza la lucha por la independencia. Pero cuidado, psicológicamente aún falta maduración, falta la identidad propia sólida. Es un proceso largo y complejo que aquí se presenta sumamente resumido como para facilitar su comprensión.
Si bien cada adolescente es un individuo, con una personalidad única y con intereses propios, sus propios gustos y disgustos; hay numerosos factores comunes en el desarrollo. Las emociones y el comportamiento normales del adolescente en los años de la escuela primaria y de los primeros de la
secundaria se describen a continuación:
Movimiento hacia la independencia
• Lucha con su sentido de identidad,
• Se siente extraño o abochornado consigo mismo o con su cuerpo,
• Se enfoca en sí mismo, alternando entre altas expectativas y un pobre concepto propio,
• Lo influencian los amigos en su modo de vestir e intereses,
• Su humor es cambiante,
• Mejora su habilidad del uso del lenguaje y su forma de expresarse,
• Tiene menos demostraciones de afecto hacia los padres; ocasionalmente el adolescente se pone grosero,
• Se queja de que los padres interfieren con su independencia, y
• Tiene la tendencia a regresar al comportamiento infantil, particularmente cuando está bajo mucho estrés.
Intereses futuros y cambios cognoscitivos
• Tiene un interés mayormente del presente, y pensamientos limitados acerca del futuro,
• Se expanden y aumentan en importancia los intereses intelectuales, y
• Adquiere una mayor capacidad para el trabajo (físico, mental y emocional).
Sexualidad
• Muestras de timidez, sonrojo y modestia,
• Desarrollo físico de las niñas antes que los niños,
• Mayor interés en el sexo opuesto,
• Movimiento hacia la heterosexualidad con miedos de la homosexualidad,
• Preocupación con relación a su atractivo físico y sexual con relación a otros,
• Frecuentes cambios de relaciones,
• Preocupación de si es normal o no.
Moralidad, valores y dirección propia
• Pone a prueba las reglas y los límites,
• Aumenta la capacidad para pensar en manera abstracta,
• Se desarrollan los ideales y se seleccionan modelos de comportamiento,
• Mayor evidencia consistente de tener consciencia, y
• Se experimenta con el sexo y las drogas (alcohol, cigarrillos y marihuana).
Conductas habituales
• Mirarse horas en los espejos (porque está en búsqueda de su identidad e imagen)
• Pegar imágenes por todos lados (póster),
• Preocupación por temas sociales.
• Excesivo interés por su grupo de amigos
Todas estas características son indicadores del proceso de la búsqueda de una identidad propia. Pero así como en la infancia necesitamos de otros que nos den los cuidados esenciales (tanto física como emocional y espiritualmente). En la adolescencia necesitamos de otros que operen como modelos para nuestra identidad en construcción (ACLARACIÓN: Tener modelos no significa que los voy a copiar o imitar; sino que serán fuente de inspiración para mi desarrollo personal. Aquí operan proceso psicológicos mucho más profundos e inconscientes).
En la actualidad, los adolescentes realmente tienen un desafío enorme porque no hay modelos claros y definidos de hombre o mujer. Todo vale, se han perdido valores, determinaciones culturales, hay vacío espiritual, etc. , sumado a modelos sociales realmente patéticos: telenovelas con chicos que se exponen sexualmente, drogadicción, tribus urbanas, etc. Socialmente se promueven fuertes modelos adolescentes poco sanos.
Y como si eso fuese poco, además deben continuar su desarrollo personal intelectual, emocional y espiritual.
Con todo esto, ¿Cómo hago para construir una identidad sólida y madurar sanamente?. Lamentablemente no hay recetas, pero sí es posible desarrollar ciertas capacidades humanas que nos permitan acceder a un sano proyecto de vida. Es la capacidad de RESILIENCIA.
El concepto de resiliencia surge de la física y se aplica a lo social. Emma Werner estudió durante 32 años, en Hawai, a 500 personas en extrema pobreza y descubrió que muchos niños lograban superar las adversidades y desarrollar su potencial para el futuro.
En todos esos niños: hubo un apoyo irrestricto de algún adulto significativo (familiar o no). Las caracterísiticas físicas o intelectuales no fueron determinantes, sí lo fue el afecto, el amor recibido. Con estos datos nos vamos acercando al concepto de resiliencia: Es la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido, ante experiencias de adversidad. Cómo es una capacidad humana puede desarrollarse.
Es un proceso dinámico que involucra lo emocional, lo intelectual y lo sociocultura. ¿Cómo desarrollar esa capacidad? Fomentando lo que se conoce como los pilares de la resiliencia:
• Instrospección
• Independencia
• Capacidad de Relacionarse
• Iniciativa
• Humor
• Creatividad
• Moralidad
• Autoestima (base de todo lo demás)
Para ello, volvamos al inicio, a la investigación de Werner, los chicos que salieron adelante, todos recibieron AFECTO, AMOR y desde allí pudieron construir una buena AUTOESTIMA, que posibilitó el desarrollo de las fuentes de resiliencia:
- YO TENGO (apoyo externo): personas que me quieren y confían en mí, me ponen límites, me sirven como modelo y apoyo;
- YO SOY (fortaleza interna): una persona querida, feliz cuando comparto y respetada;
- YO ESTOY(fortaleza interna): dispuesto a asumir responsabilidades y seguro de que todo saldrá bien;
- YO PUEDO (habilidades interpersonales y resolución de conflictos): buscar soluciones a problemas, control de mí mismo, buscar momentos adecuados y capacidad para pedir ayuda.
Fíjense ustedes que en el desarrollo humano (tanto niñez como adolescencia) necesitamos de otros. Ahora para que sea sano, necesitamos del AMOR de otros.
¿No es eso uno de los pilares del Sistema Preventivo? ¿No es eso lo que nos propone el evangelio? Pues sobre esto vamos a trabajar en grupos.
(fuente: www.dbp.org.ar)
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