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jueves, 26 de agosto de 2010

El legado vivo de la Madre Teresa en Buenos Aires

En una zona precaria de San Fernando funciona un colegio modelo que da inclusión a los chicos más necesitados

"Ama hasta que te duela", "para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos dejar de ponerle aceite" y "lo importante no es cuánto hacemos, sino cuánto amor, cuánta honestidad y cuánta fe ponemos en lo que hacemos", son frases de la Madre Teresa de Calcuta que Juan Pablo Jasminoy adoptó como filosofía de vida.

Pero de los dos encuentros que tuvieron en la India, lo que este sacerdote argentino más asimiló fue su entrega por los más pobres de entre los pobres.

Una vez de regreso en la Argentina, y a través de la Parroquia Nuestra Señora de Itatí, en una zona muy careciente de Virreyes, en el partido bonaerense de San Fernando, el párroco Jaminoy fundó un colegio -modelo de educación inclusiva y formación para la vida- para los hijos de las familias que viven a orillas del río Reconquista. Y, para que su espíritu iluminara esta iniciativa, le puso el nombre Madre Teresa.

Este jueves, al festejarse el Día de la Solidaridad en conmemoración del nacimiento de esta mujer que ofreció su vida para atender a los más necesitados, vale la pena destacar una de las tantas obras inspiradas por su gran figura.

El colegio Madre Teresa es un "milagro" de esos difíciles de encontrar y de creer: una escuela rica para chicos pobres. A sólo ocho cuadras de las orillas del río, en dónde se encuentran los asentamientos más precarios, se erige este establecimiento que nada tiene que envidiarle a cualquier escuela de primer nivel. Las instalaciones apabullan por su inmensidad, su limpieza, su equipamiento, su cuidado, su orden, pero, por sobre todo, por la alegría y la paz que se libera en los pasillos y aulas, empapelados con imágenes y frases de la Madre Teresa.

Nace de la vocación común de un grupo de personas vinculadas a la comunidad de la parroquia, sensibles a la creciente realidad de exclusión social de la zona y con la intención de darles herramientas a los chicos para construir un futuro mejor. "La parroquia siempre trabajó el tema educativo desde los jardines de infantes y el apoyo escolar. Esto venía acompañado del anhelo de brindarles a estos chicos una oportunidad educativa de calidad. La gente de la empresa FATE-Aluar se acercó para ver cómo podía colaborar con nosotros en el año 2002 y yo les dije que para darle un futuro a la gente del barrio lo que les teníamos que brindar era buena educación. Entonces nos donaron el terreno, financiaron la construcción y en 2003 empezaron las clases con 180 chicos", resume Jasminoy.

A las 8.15 de la mañana, los 575 alumnos están formados en el auditorio para empezar la jornada. Antes ya pasaron por el comedor para tomar el desayuno (también almuerzan y meriendan en el colegio) y luego dedicarán todo el día a adquirir conocimientos, pero también a incorporar valores, hábitos de higiene y recibir toda la contención que necesiten.

"Cuando abrimos sólo teníamos preescolar y hasta segundo grado. Cada año fuimos abriendo un grado más hasta llegar hoy a segundo año de la secundaria. Es un colegio de jornada completa, gratuito (solo pagan 10 pesos por alumno) y que tiene la particularidad de brindarles una oportunidad educativa de calidad a chicos de contextos vulnerables. Los chicos llegan derivados de los jardines parroquiales o nosotros salimos a buscarlos", cuenta Jasminoy.

De hecho, el criterio para seleccionar a los alumnos es que sean los que tienen mayores necesidades y menores posibilidades educativas. "Muchos de los padres ni siquiera trabajan, otros son cartoneros, hacen changas o trabajan en negro. Y muchos de los alumnos son la primera generación de hijos que hace la secundaria en su familia", explica Alejandra Símolo, directora de primaria del colegio.

Pero, además de conseguir romper el círculo vicioso de pobreza y exclusión social de sus alumnos, el colegio -gracias a un gabinete de 15 profesionales, entre los que se encuentran psicopedagogos, psicólogas y asistentes sociales- consigue no dejar afuera a ningún chico por problemas de aprendizaje.


La oportunidad de estudiar

"Los maestros tienen que estar atentos a distintas situaciones sociales de los chicos, a su entorno familiar o si llegan tristes al colegio. Para los que no alcanzan los contenidos curriculares necesarios se generan estrategias de contención. No entendemos la calidad educativa como un buen contenido sino como que todos los chicos tengan la oportunidad de estudiar. Es importante la flexibilidad de la propuesta educativa y que la escuela esté preparada para repensar su propio proyecto en función de las necesidades de los chicos", aclara Paula Campos, coordinadora del Equipo de Orientación Escolar.

La idea de la escuela fue aumentar el tiempo que los niños pasan en el aula para alejarlos de la calle, evitando su posible contacto con el delito y previniendo el trabajo infantil. Por eso, durante el turno de la tarde se les ofrece una variedad de talleres que posibilitan una formación integral a través del arte y el deporte, además de inculcarles valores en cada cosa que hacen. "Los valores están inmersos en lo cotidiano, en el trato con los docentes, y atraviesan transversalmente toda la escuela. Lo mismo sucede con el arte y el deporte, a partir de los cuales los chicos pueden expresar cosas que de otra manera no consiguen. Los valores que estamos trabajando con más profundidad este año son esfuerzo, compromiso, respeto, solidaridad y alegría", dice Símolo.

Gracias a la fuerte vinculación que se genera con las familias, todos sus miembros se ven empapados por las ganas de mejorar. "El hecho de que sus hijos estudien los impulsa a salir a trabajar, a mejorar sus hábitos de higiene, les abre un horizonte más lejano. Los chicos generan un proyecto de vida que incluye formar una familia, estudiar y una inserción laboral. Con los años fuimos consiguiendo que los chicos vinieran con los útiles completos o bien vestidos", sostiene Jasminoy.

"Lo importante no es llegar solo y pronto, sino juntos y a tiempo", se lee en una de las paredes de la dirección del lugar. Con este lema el colegio está buscando adherir terrenos aledaños para construir el 3°, 4° y 5° año de la secundaria, un gimnasio y los talleres técnicos para la orientación laboral que les quiere dar a los alumnos. En este momento, buscan asociar padrinos o empresas que colaboren con esta obra y con el sostenimiento diario del colegio, cubierto principalmente por aportes de FATE-Aluar y de otras empresas y fundaciones.

"Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón. ¡Pero nunca te detengas!", dijo sabiamente la Madre Teresa. Con ese mismo espíritu, este colegio que lleva su nombre y tantas otras iniciativas sociales siguen caminando en honor a su legado.

Teléfono de contacto para informes o colaboración: 4580-0452.

escrito por Micaela Urdínez

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