2.- No ores para que Dios realice tus planes, sino para que tu interpretes los planes de Dios.
3.- Pero no olvides que la fuerza de tu debilidad es la oración. Cristo dijo: «Pedid y recibiréis»
4.- El pedir tiene su técnica. Hazlo atento, humilde, confiado, insistente y unido a Cristo.
5.- ¿No sabes qué decirle a Dios? Háblale de vuestros mutuos intereses. Muchas veces. Y a solas.
6. -No conviertas tu oración en un monólogo, harías a Dios autor de tus propios pensamientos.
7. - Cuando ores no seas ni engreído, ni demasiado humilde. Con Dios no valen trucos. Sé cual eres.
8.-¿Y las distracciones involuntarias? Descuida. Dios, y el sol, broncean con solo ponerse delante.
9. - Si alguna vez piensas que cuando hablas a Dios Él no te responde..., lee la Biblia.
10.-No hables nunca de «ratos de oración»; ten «vida de oración».
(fuente: webcatolicodejavier.org)
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