El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra:
- "Ámela". Y no dijo nada más.
- "Pero es que ya no siento nada por ella."
- "Ámela", repuso el sabio.
Y ante el desconcierto del señor, después de un oportuno silencio, el sabio agregó lo siguiente:
- "Amar es una decisión, no un sentimiento; amar es dedicación y entrega. Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor. El amor es un ejercicio de jardinería: arranque lo que hace daño, prepare el terreno, siembre, sea paciente, riegue y cuide. Esté preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvia, mas no por eso abandone su jardín. Ame a su pareja, es decir, acéptela, valórela, respétela, dele afecto y ternura, admírela y compréndala".
Eso es todo ... Ámela.
(fuente: www.motivaciones.org)
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