aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad,
aprenden a pelear.
Si los niños viven con miedo,
aprenden a ser aprensivos.
Si los niños viven con lástima,
aprenden a compadecerse a sí mismos.
Si los niños viven con ridiculez,
aprender a ser tímidos.
Si los niños viven con celos,
aprenden qué es la envidia.
Si los niños viven con vergüenza,
aprenden a sentirse culpables.
Pero, si los niños viven con tolerancia,
aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con estímulos,
aprenden a ser confiados.
Si los niños viven con elogios,
aprenden a apreciar.
Si los niños viven con aprobación,
aprenden a quererse a sí mismos.
Si los niños viven con aceptación,
aprenden a encontrar amor en el mundo.
Si los niños viven con reconocimiento,
aprenden a tener un objetivo.
Si los niños viven compartiendo,
aprenden a ser generosos.
Si los niños viven con honestidad y equidad,
aprenden qué es la verdad y la justicia.
Si los niños viven con seguridad,
aprenden a tener fe en sí mismos y en quienes los rodean.
Si los niños viven en la amistad,
aprenden que el mundo es un bello lugar para vivir.
Si los niños viven con serenidad,
aprenden a tener paz espiritual.
(fuente: www.salesianosbilbao.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario