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martes, 15 de noviembre de 2011

Acerca del ALMA

La sustancia espiritual e inmortal del hombre que anima a su cuerpo.

El alma esta naturalmente ordenada hacia el cuerpo. Separada de el, está incompleta. Decimos que el alma es "simple" porque no tiene componentes. Pero si tiene "accidentes".

En la Sagrada Escritura el término "alma" se refiere a:

■ La vida humana

- Mt 16,25-26: "¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?. Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras"

- Jn 15,13: "No hay amor más grande que dar la vida por los amigos"

■ A toda persona humana
- Hech 2,41: "Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil"

■ Lo más íntimo del hombre

- Mt 26,38: "Entonces les dijo: 'Mi alma siente una tristeza de muerte. Quédense aquí, velando conmigo'"

- Jn 12,27: "Mi alma ahora está turbada. ¿Y qué diré: 'Padre, líbrame de esta hora'? ¡Si para eso he llegado a esta hora!"

■ Lo mas valioso en el hombre

- Mt 10,28: "No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena"

- 2 Mac 6,30: "Pero él, a punto ya de morir bajo los golpes, dijo entre gemidos: 'El Señor, que posee el santo conocimiento, sabe muy bien que, pudiendo librarme de la muerte, soporto crueles dolores en mi cuerpo azotado; pero mi alma los padece gustosamente por temor a él'".

■ Aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: «alma» significa el principio espiritual en el hombre (Catecismo.I.C. 363).


El alma y el cuerpo: una naturaleza

La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la «forma» del cuerpo (cf. Cc. De Vienne, año 1312, DS 902); es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza (Cat.I.C. 365).


Cada alma es creada directamente por Dios

Dios interviene directamente en el momento de la concepción de cada ser humano creando un alma inmortal (cf. Pío XII, Enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, SPF 8). El alma, por lo tanto, no es «producida» por los padres. Es inmortal (cf. Cc. De Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte y esta destinada a unirse de nuevo con el cuerpo en la resurrección final (cf Cat.I.C. 366).


El alma le da al hombre acceso a Dios

El hombre: Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios. En estas aperturas percibe signos de su alma espiritual. La «semilla de eternidad que lleva en sí, al ser irreductible a la sola materia» (GS 18,1; cf. 14,2), su alma no puede tener origen más que en Dios (Cat.I.C. 33).


¿Cuando crea Dios el alma de cada persona?

Dios interviene directamente en el momento de la concepción de cada ser humano creando un alma inmortal (cf. Pío XII, Enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, SPF 8). El alma, por lo tanto, no es «producida» por los padres. Es inmortal (cf. Cc. De Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte y esta destinada a unirse de nuevo con el cuerpo en la resurrección final (cf Cat.I.C. 366).

Los protestantes en general aceptan esta doctrina. Los Mormones, por el contrario, creen en la pre-existencia del alma, aunque no existe referencia Bíblica que apoye su creencia.

La Biblia no dice explícitamente cuando Dios crea el alma pero lo podemos deducir:

Dios creó al hombre dándole vida. Génesis 2,7: Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.

Cuando el cuerpo tiene vida tiene alma (la separación del alma y el cuerpo es la muerte).

En la concepción comienza a vivir un nuevo ser humano, por lo tanto una persona con cuerpo y alma.

→ ¿También el alma de Jesús fue creada por Dios?

Sí. El Verbo Eterno se hizo hombre como nosotros (Encarnación). Como tal tiene alma y cuerpo humano sin dejar de ser Dios.


ALMA VICTIMA

Se le llama "alma víctima" a quien se ofrece a sufrir en reparación por los pecados de otros, y de si misma, cargan sobre si los sufrimientos de otros, y la consecuencia del pecado en el mundo. Se ofrecen en reparación, en expiación a Nuestro Señor por tantas ofensas, sacrilegios, desprecios, y por la conversión de los pecadores.

Algunas almas víctimas: Francisco y Jacinta, los niños videntes de Fátima; Alejandrina Da Costa; Ana Catalina Emmerick.


ALMA DE LA IGLESIA

Es el Espíritu Santo, que une a todos los miembros de la Iglesia con Cristo, su Cabeza, y entre sí. Es el principio de su acción vital mediante la caridad, los sacramentos, las gracias y los carismas.

«Lo que nuestro espíritu, es decir, nuestra alma, es para nuestros miembros, eso mismo es el Espíritu Santo para los miembros de Cristo, para el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia» (San Agustín, serm. 267,4). «A este Espíritu de Cristo, como a principio invisible, ha de atribuirse tambien el que todas las partes del cuerpo estén íntimamente unidas, tanto entre sí como con su excelsa Cabeza, puesto que está todo él en la Cabeza, todo en el Cuerpo, todo en cada uno de los miembros» (Pío XII, Mystici Corporis: DS 3808). El Espíritu Santo hace de la Iglesia "el Templo de Dios vivo" (2 Cor 6,16;cf 1Cor 3,16-17;Ef 2,21): (Cat.I.C. 797).

El Espíritu Santo: principio de toda acción vital y saludable del cuerpo

El Espíritu Santo es «el principio de toda acción vital y verdaderamente saludable en todas las partes del cuerpo» (Pío XII, Mystici Corporis: DS 3808). Actúa de múltiples maneras en la edificación de todo el Cuerpo en la caridad (cf. Ef 4,16): por la Palabra de Dios, «que tiene el poder de construir el edificio» (Hech 20,32); por el Bautismo, mediante el cual forma el Cuerpo de Cristo (cf. 1 Cor 12,13); por los sacramentos, que hacen crecer y curan a los miembros de Cristo; por «la gracia concedida a los apóstoles, que «entre estos dones destaca» (LG 7); por las virtudes, que hacen obrar según el bien, y por las múltiples gracias especiales [llamadas «carismas»], mediante las cuales los fieles quedan «preparados y dispuestos a asumir diversas tareas o ministerios que contribuyen a renovar y construir más y más la Iglesia» (LG 12; cf. AA 3) (Cat.I.C. 798).

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