Cotonou (Benin) , 21 Nov. 11 (AICA) En sus primeros pasos en tierra africana, el Santo Padre visitó el viernes 18 de noviembre, por la tarde, la catedral de Cotonou, dedicada a Nuestra Señora de la Misericordia. A su llegada en papamóvil, fue recibido por numerosos fieles. Tras el “tedeum” y el saludo del arzobispo, monseñor Antoine Ganyé, el Pontífice visitó las tumbas de dos arzobispos de Cotonou, Isidore de Sousa y Christophe Adimou, a continuación pronunció un discurso.
Recordando a los dos arzobispos fallecidos, dijo que “fueron valerosos operarios de la viña del Señor; su recuerdo está aún vivo en el corazón de los católicos y de numerosos habitantes de Benín. Estos dos prelados fueron, cada uno a su modo, pastores llenos de celo y caridad. Se dedicaron, sin ahorrar esfuerzos, al servicio del Evangelio y del Pueblo de Dios, especialmente de las personas más vulnerables”.
“En María –dijo Benedicto XVI más adelante- tenemos un modelo de perfección y una ayuda para realizar la comunión con Dios y con nuestros hermanos y hermanas. Madre de Misericordia, ella es una guía segura para los discípulos del Hijo que quieren ponerse al servicio de la justicia, de la reconciliación y de la paz.
El Papa rogó a Nuestra Señora que interceda por los niños víctimas del hambre y de la guerra, por los enfermos, los afligidos, los pecadores, por África y por toda la humanidad, para que obtenga la salvación y la paz.
La visita concluyó con el rezo del Padre Nuestro y la Salve, y el Papa se trasladó en automóvil hasta la Nunciatura Apostólica+.
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