Mateo 6; 1 – 6; 16 - 18
El primer punto de nuestro encuentro catequístico de hoy es: la Cuaresma camino de oración ayuno y misericordia. En el Evangelio de hoy aparece claro el camino de la Cuaresma. En espíritu orante en ayuno y caridad penitencial es desde donde el Señor nos invita a prepararnos a la Pascua de Resurrección. Cuaresma indica 40 días porque 40 días fueron los que Jesús permaneció en el desierto en combate contra el espíritu del mal ayunando y orando.
Cuaresma es el camino de reconocimiento de nuestra condición pecadora para abrirnos a la Gracia de conversión que nos regala la presencia del Señor que está cerca con su mensaje del reino, del nuevo orden. Se acerca un nuevo orden. Prepárense. Es decir conviértanse a la nueva propuesta. Modifiquen su manera de pensar, de sentir, de trabajar, de proyectarse, de afectarse interiormente y motivacionalmente a lo que es encontrarle el sentido a la vida. Conviértanse porque hay algo nuevo que está cerca. El Reino de Dios está cerca.
De hecho en éste día la imposición de las cenizas nos va a recordar que somos polvo y al polvo volvemos y urge convertirse y creer en el Evangelio de Jesucristo. El trae muy Buenas Noticias. Convertirse significa cambiar la vida en su raíz. El cambio que Dios quiere de raíz es del corazón. El cambio que propone Jesús no es una cosmética sino una transformación del corazón para una vida nueva renovada en El.
El camino es de unidad con Cristo. Es decir, es un camino donde vamos avanzando en la comunión con la presencia del Señor hasta llegar a la Pascua y con El también ingresar con a esos lugares de la vida donde somos invitados definitivamente a abandonar el pecado y todo lo que es contrario a Dios y su propuesta y adherirnos profundamente al misterio de la Gracia revelado en Cristo.
El mismo corazón del Señor que viene a nuestro encuentro nos invita a ahondar desde El lejos de las apariencias en nuestros vínculos. Convertirse desde el Corazón de Jesús hasta tener los mismos sentimientos que Jesús. Con Dios en el corazón convertidos, con nosotros mismos transformados por el ayuno que nos permite superar nuestro desorden natural.
El que viene por la herida que tenemos del pecado. El orden nuevo que genera la presencia de invitación desde el centro del mensaje de Jesús a la caridad fraterna por las obras de misericordia. El Señor está cerca nos convirtamos. ¿Donde y como se percibe ese olor a la cercanía de Jesús?
El segundo punto de nuestro encuentro de hoy es: en la cuaresma la oración del corazón Cuando oren dice Jesús hoy no sean como los hipócritas que gustan de orar en las sinagogas, en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres. En verdad les digo que ya reciben su paga. En cambio cuando vayas a orar entra en tu aposento y después de cerrar la puerta ora a tu Padre que está allí en lo secreto y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.
Cuando se habla de lo secreto, silencioso de la oración se refiere al corazón que no es el 9intimismo reservado a un sentimiento religioso vago donde nadie tiene acceso. A ese estilo de oración de corazón sentimental le llamamos relación de intimismo clausurado donde son yo y Dios en ese orden o un poquito mejor Dios y yo pero nadie más. No es la oración del corazón la oración del intimismo.
El corazón bíblicamente es el centro de la vida donde todos loas planos vinculares confluyen por tanto a la oración entramos desde el corazón con y desde lo más hondo de nuestro ser personal. Tiene que ver con uno y su circunstancia, uno y su familia. Uno, el que entra a orar y su trabajo, sus amigos, su apostolado, su historia el contexto donde uno vive forma parte de nuestra oración del corazón. La oración del corazón en lo secreto lo secreto se abre a todos loa planos y dimensiones de la existencia. No es una oración que clausura es una oración que abre. Cerrar la puerta para entrar en ese mundo amplio
Ese universo donde se gesta la vida, se entreteje la vida. Lejos está la oración del corazón de cortar con todo. Cerrar no es encerrarse sino ahondar en la profundidad de lo relacional donde se gesta la vida de la intimidad, de la profundidad. Nada de todo esto le resulta a Dios desconocido de lo que allí convive con nosotros.
Si le resulta desconocido a uno si no se reconoce a si mismo desde ésta dimensión de interioridad vincular. Uno se desconoce pero Dios no desconoce lo profundo de nuestro corazón y desde allí los vínculos que se establecen en todos los planes de nuestra existencia desde lo más central de nuestro ser. Cuando en fe atraviesa nuestro corazón los rostros, las manos, la historia de dolor, de alegría de los que comparten su vida con nosotros y lo de cada día sea relación de amistad o no entonces la oración está siendo vivida desde el ritmo cardíaco, desde el centro de nuestro ser personal y la presencia del Espíritu que es el que reza en nosotros se hace presencia transformadora de vida.
La oración es para transformar la vida si es oración desde éste sentido de corazón Desde la oración de corazón salimos lanzados a mejores relaciones con los demás. Es que los otros no son extraños en la oración. Forman parte de ella al formar parte de nuestro vínculos cordiales, es decir de corazón. Entiéndase vitales. La vida es la que aparece en la oración. Cerrar la puerta no es ir a un lugar de muerte No es elegir un sarcófago. Cerrar la puerta para orar es encontrarnos con los vínculos más hondos que forman y pueblan nuestra existencia allí en el corazón
Vuelvo a repetir la cuaresma tiene como 3 grandes movimientos la oración del corazón, el ayuno y la penitencia que en realidad son obras de misericordia porque no quiero sacrificios dice Dios misericordia quiero. Al final hago una sencilla explicación de que es la ceniza sobre nuestra frente. Es un recordar que somos polvo y al polvo volvemos. Que la vida es efímera. Que pasa. Que Dios no pasa y que por tanto hay que poner la mirada no en las cosas que pasan sino en aquellas que permanecen. Ese es el sentido de la explicación de la ceniza y por eso la urgencia de convertirse.
Elo tercer punto de nuestro encuentro es ayunar en cuaresma. En el ayuno expresamos nuestra libertad que responde a Dio0s que nos llama a ordenar nuestra vida: conviértanse. Ayunar es una manera de decirle a Dios que estamos dispuestos acomodar todo nuestro ser natural para poder darle respuesta a su querer y voluntad. Ayunar es decidirse a cambiar y expresamos esa decisión apartándonos de lo que no nos permite estar cerca de Dios. Por eso cualquiera sea la privación a la que nos atenemos cuando ayunamos porque comemos menos porque ese día comemos pan y tomamos agua, porque comemos solo la fruta, verduras.
Lo que estamos expresando mucho más allá de cual sea el gesto al que hay que atarse lo que estamos expresando la determinación de apartarnos de lo que nos aparta de Dios. Esto es el pecado. Por eso los Padres de la Iglesia decían cuando ayunamos, ayunamos de pecado. Ayunamos de pecado en la decisión de ordenar nuestra vida de acuerdo y conforme a esa invitación de Dios a cambiar y a transformarnos.
Además ayunar es relativizar cualquier bien del que nos estamos privando para expresar en esa privación la el bien superior al que hemos decidido vincularnos. Cuando nosotros decimos no como estoy diciendo no solo de pan vive el hombre. Hay un alimento superior, la Palabra que brota de la boca del Dios vivo. Cuando nosotros nos privamos de algo y reducimos nuestro bien estar para darlo a otros. Eso que ahorramos en comer, en una determinada vestimenta, hacemos penitencia en nuestra manera de vestir, en nuestra manera de comer ,en algún gasto que podría hacer legítimamente pero que podríamos evitar también legítima y saludablemente porque sentimos que así Dios nos lo pide eso que no gastamos en términos de economía lo damos en caridad para hermanos que lo necesitan.
Ayunar es decir yo me privo de esto y con mi privación doy a otro y expreso a través de esto que hay un vínculo de caridad que es superior en calidad de vida a cualquier placer que yo legítimamente puedo darme. Ayunar es siempre elegir un bien superior. Ayunar no es privarse. En todo la privación que hagamos supone un ajustar nuestra naturaleza en el reconocimiento que hay un bien superior sea un bien caritativo por encima del bien placentero, de un goce legítimo que podernos darnos, sea del Bien Superior con mayúsculas, del Dios vivo al que le decimos al privarnos de un alimento la Palabra de Dios es mi alimento y vincularnos un poco más a ella.
Ayunamos con la determinación de ordenar nuestra vida y de poner las cosas en su lugar. Dios primero y el amor a los hermanos en segundo lugar y de ahí un profundo amor a nuestra persona. Un ordenado amor y un cuidado real de nuestro ser personal dejándonos de engañar con cualquier otro discurso de calidad de vida que nada tenga que ver con el gozo interior que da la presencia del Dios vivo.
El ayuno para ser cristiano tiene que estar en comunión con Cristo .Para nosotros el ayuno no es solamente una saludable manera de cuidado de nuestra naturaleza. Es un vínculo profundo con la persona de Jesús por eso no se puede ayunar cristianamente sin estar en comunión con El Señor.
De allí la necesidad del tiempo de Cuaresma a la hora de ayunar también tener un tiempo para la reconciliación con el Señor, para la confesión. El Señor nos llama a vincularnos más desde El apartándonos de todo desorden que impide que en nosotros habite su querer y voluntad. Siempre la Gracia de Dios supone la naturaleza.
Es como cuando uno dice “voy a cargar una bolsa que lleva un contenido importante. Si la bolsa está rota lo que quisiera poner en ella se va a escapar por donde está rota. Así también la vida de la Gracia supone nuestras heridas sanas para que la Gracia de Dios circule saludablemente por todo nuestro ser
El cuarto punto de nuestro encuentro es misericordia quiero y no sacrificios.
Cuando el Antiguo Testamento las ofrendas hechas a Dios están vacías de interioridad el Señor advierte que no es el objeto ofrecido lo que le agrada sino el corazón de quien se ofrece en ese sacrificio. Misericordia quiero y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocausto .Es una constante al lado del Antiguo Testamento el pueblo sabedor de su necesidad de vínculos con el Señor en una respuesta concreta a su presencia de tanto amor ve poder simplificar ésta respuesta con la entrega de algo de si mismo desentendiéndose del Dios de la vida que le abarca toda la vida.
El camino del conocimiento de Dios viene de la manodel amor. El amor nos hace inteligente en el conocer a Dios que claramente lo define Juan: Dios es amor. El amor se expresa más en obras que en palabras decía San Ignacio de Loyola. Esa expresión tan bonita de la Carta de Santiago muéstrame tu fe sin obras que yo por mis obras te mostraré mi fe.
De ahí que la práctica de las obras de misericordia son un camino de renovación en el conocer interiormente a nuestro Señor, en el vivir en Cristo que es hacia donde nos conduce la Cuaresma. La misericordia es lo propio de Dios y en ella se manifiesta de forma máxima su omnipotencia, decía Santo Tomás de Aquino.
Las obras de misericordia se dividen en 2 según el Catecismo de la Iglesia Católica siguiendo la tradiciónde dos mil años de vivencia de la caridad en el corazón mismo de la Iglesia Obras de misericordia corporales y espirituales. Las corporales son dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar al enfermo, asistir al preso, dar posada al caminante, sepultar a los muertos. Porque cuando hacemos esto dice el Profeta Isaías estamos ayunando El ayuno que yo quiero tiene que ver con todo esto dice Isaías capítulo 58.
Las obras de misericordia espiritual también la podemos aplicar en éste tiempo de Cuaresma: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesite para eso pedir la Gracia de la sabiduría Que la Palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza que sepan aconsejarse unos a otros y enseñarse mutuamente con palabras y consejos sabios Colosenses3, 16
También forma parte de las obras de misericordia corporal: corregir al que se equivoca.
Si tu hermano ha pecado contra ti anda a hablar con el a solas Si te escucha has ganado a tu hermano ,si no te escucha lleva contigo a 2 o3 de modo que el caso se decida por boca de 2 o 3 testigos si se niega a escucharlos pide a la Iglesia reunida
Perdonar las injurias Pedro le dijo cuantas veces debo perdonar las ofensas de mi hermano ¿hasta 7 veces? No digas 7 veces sino 70 veces 7 Consolar al afligido como dice 1 Tesalonicenses 5,11 anímense mutuamente y ayúdense unos a otros a crecer juntos Tolerar los defectos del prójimo.
Eso que tanto necesita nuestra sociedad. Acrecentar en tiempos de crisis como los que estamos viviendo los umbrales de la tolerancia y saber soportarnos mutuamente como dice Colosenses3,13 sopórtense, perdónense unos a otros si uno tiene motivos de queja contra el otro
Hacer oración por los difuntos como dice 2Macabeos 12, 45 pues sino hubieran creído que los compañeros caídos iban a resucitar habría sido cosa inútil y estúpida orar por ellos
escrito por el Padre Javier Soteras
(fuente: www.radiomaria.org.ar)
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