Roma, 26 de febrero de 2013 (Zenit.org) El papa Benedicto XVI dejó un importante legado a la Iglesia, al haber convocado a cinco Asambleas del Sínodo de los Obispos, algunas de las cuales fueron de tipo General y otras denominadas Especiales.
De cada una de ellas brotó un documento pontificio denominado Exhortación Apostólica Post-Sinodal. En ellos el sumo pontífice tomó en cuenta las principales ideas aprobadas en las asambleas por los participantes, que le fueran remitidas oportunamente por el Secretario General del Sínodo de los Obispos.
¿Qué es un Sínodo?
Si bien la palabra apropiada para las reuniones no es “Sínodo”, sino Asamblea –sea General, Extraordinaria o Especial—del Sínodo de los Obispos, se ha hecho más fácil llamarlo así, y la mayoría escribe o dice “los obispos están en Sínodo”, “¿Cuándo acaba el Sínodo?”, “Tal como se ha recomendado en el último Sínodo…”.
Es la fuerza de la costumbre, pero veamos mejor lo que el propio ente pontificio define al respecto, a fin de entender la magnitud de estos eventos convocados con acierto por Benedicto XVI.
El Sínodo de los Obispos es una institución permanente, creada por el papa Pablo VI (el 15 de septiembre de 1965), en respuesta a los deseos de los Padres del Concilio Vaticano II para mantener vivo el verdadero espíritu nacido de la experiencia conciliar.
La principal característica del Sínodo de los Obispos es servir a la comunión y colegialidad de los obispos del mundo con el santo padre. Aunque el Sínodo de los Obispos sea una institución de carácter permanente, sus funciones y su concreta colaboración no tienen tal carácter. En otras palabras, el Sínodo de los Obispos se reúne y actúa solo cuando el santo padre considera necesario y oportuno consultar al episcopado, el cual durante un encuentro sinodal expresa “su opinión sobre argumentos de gran importancia y gravedad” (Pablo VI, Discurso a los Cardenales, 24 de junio de 1967).
Y cuando se reúne lo hace por medio de una Asamblea, la cual comúnmente se desarrolla al interior del Vaticano. Según las normas Ordo Synodi Episcoporum, en la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos participan ex officio los líderes de las Iglesias Orientales católicas sui iuris y de los Dicasterios de la Curia Romana. Además de los Padres Sinodales de nombramiento pontificio, los demás Padres Sinodales son elegidos por las respectivas Conferencias Episcopales, por las Iglesias Orientales Católicas sui iuris, si superan el número de 25 Obispos, así como por la Unión de los Superiores Generales que tienen derecho a elegir 10 miembros. Un grupo calificado –incluso de no católicos--, asisten como observadores, quienes pueden recibir la invitación a intervenir pero no votan.
Convocatorias de Benedicto XVI
La XI Asamblea General Ordinaria, realizada del 2 al 23 de octubre de 2005 contó con la asistencia de 258 Padres sinodales, quienes reflexionaron sobre el tema: “La Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia”.
Esta fue una Asamblea en cierta forma “heredada” por Benedicto XVI; dado que el 29 de noviembre, tomando en consideración la opinión de los miembros del X Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos (que se queda instalado entre una Asamblea y otra), basada a su vez en la consulta a las conferencias episcopales de todo el mundo y a otros organismos interesados, el papa Juan Pablo II decidió convocar la Undécima Asamblea General Ordinaria para tratar el tema de la Eucaristía.
Después de su elección del 19 de abril de 2005, el papa Benedicto XVI confirmó las fechas de la asamblea sinodal y, al mismo tiempo, aprobó las siguientes innovaciones de las actividades sinodales: la reducción de la duración de la asamblea sinodal a tres semanas; una hora para la discusión libre; la duración de las intervenciones después de la conclusión de las sesiones plenarias de la tarde; el voto electrónico de los miembros --además de la acostumbrada votación por escrito- en las Propuestas o recomendaciones sinodales y la publicación pro hoc vice de la traducción italiana de las Propuestas.
La documentación oficial producida por la asamblea sinodal incluyó el Mensaje al Pueblo de Dios (Nuntius), elaborado durante la asamblea y aprobado por los Padres sinodales, así como la Exhortación Apostólica Post-Sinodal Sacramentum Caritatis del santo padre del 22 de febrero 2007.
Por su parte,la XII Asamblea General Ordinaria, realizada del5 al 26 de octubre de 2008 contó con la asistencia de 253 Padres sinodales, quienes profundizaron el tema: “La palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”
El 6 de octubre 2006, el Papa Benedicto XVI anunció su decisión de convocar la Duodécima Asamblea General Ordinaria para abordar el tema La palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. El Sínodo de la Palabra de Dios quiso dar continuidad al precedente Sínodo sobre la Eucaristía del año 2005 y, de esta manera, resaltar la relación intrínseca entre la Eucaristía y la Palabra de Dios para la vida y la misión de la Iglesia.
Un rasgo distintivo de esta Asamblea sinodal fue su desarrollo coincidente con la celebración del Año Paulino, cuyo inicio fue el 29 de junio de 2008. Para conmemorar tal ocasión, la liturgia de apertura del Sínodo se celebró en la Basílica Papal de San Pablo Extramuros. Al mismo tiempo, dado el argumento que se discutía, un Rabino fue invitado por primera vez para dialogar con los Padres sinodales y con los participantes. Igualmente, a la Asamblea sinodal asistió por primera vez Su Eminencia Bartolomé I, Patriarca ecuménico de Constantinopla, quien se dirigió a los participantes sinodales durante la celebración de la Vísperas en la Capilla Sixtina.
Del mismo modo, las 55 Proposiciones elaboradas colegialmente por los Padres sinodales, fueron anunciadas por primera vez al público pro hoc vice en una traducción italiana. Durante la sesión conclusiva del Sínodo, los miembros anunciaron también el Mensaje al Pueblo de Dios (Nuntius).
El santo padre redactaría posteriormente la Exhortación Apostólica Post-Sinodal Verbum Domini, promulgada el 30 de septiembre de 2010.
Un año después, se llevó a cabo la II Asamblea Especial para África, fechada del 4 al 25 de octubre de 2009, en la cual 244 padres sinodales analizaron el tema: “La Iglesia en África alservicio de la reconciliación, la justicia y la paz”.
El 13 de noviembre 2004, durante el Simposio de los Obispos de África y Europa, realizado en Roma, el papa Juan Pablo II, “acogió la voluntad del Consejo especial para África” y, respondiendo a “la esperanza de los pastores africanos”, anunció la convocación de la Segunda Asamblea especial para África. En la Audiencia semanal del 22 de junio de 2005, el santo padre Benedicto XVI volvió a confirmar esta decisión.
En el curso de la Segunda Asamblea Especial, los padres sinodales dirigieron su atención a las distintas realidades en la Iglesia en el continente africano, en especial a la reconciliación, la justicia y la paz para que la Iglesia pueda responder a su misión de ser “la sal de la tierra y la luz del mundo” en los ámbitos social, cultural y religioso.
La Asamblea sinodal aprobó el Mensaje final, que fue a la vez un llamamiento y una fuente de aliento para la misión de la Iglesia en África, y 57 Propositiones o Propuestas para ser presentadas al santo padre, en las cuales los padres sinodales se habían propuesto tratar pastoralmente las distintas cuestiones discutidas durante la asamblea.
Como resultado de esto, el santo padre firmó la Exhortación Apostólica Post-Sinodal Africae munus, la cual fue entregada al pueblo africano y al mundo durante su viaje apostólico a Benín del 18 al 20 de noviembre de 2011.
La siguiente convocatoria tuvo la característica de ser una Asamblea Especial para Oriente Medio, para la cual el papa convocó a 185 padres sinodales del 10 al 24 de octubre de 2010, quienes abordaron una temática pendiente: "La Iglesia católica en Oriente Medio: comunión y testimonio”
El santo padre Benedicto XVI anunció personalmente la convocación de la Asamblea sinodal el 19 de septiembre de 2009, en Castelgandolfo, en un encuentro con los jefes de las Iglesias Católicas Orientales sui iuris.
Al mismo tiempo, el papa estableció también el Consejo Pre-Sinodal para Oriente Medio, cuyos miembros incluían los siete Patriarcas, concretamente, seis de las Iglesias Católicas Orientales sui iuris y el Patriarca Latino de Jerusalén, y los dos presidentes de las Conferencias Episcopales de Turquía e Irán.
Los documentos preparatorios de la Asamblea sinodal designaron, además de Jerusalén y los Territorios Palestinos, los siguientes 16 países como “Oriente Medio”: Arabia Saudita, Bahréin, Chipre, Egipto, Irak, Irán, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Siria, Turquía, la Unión de Emiratos Árabes y Yemen.
Además de los Padres sinodales, un número significativo de expertos, auditores, delegados fraternos e invitados --todos vinculados de alguna forma con la Iglesia en Oriente Medio--, tomaron parte en la asamblea sinodal, incluyendo un rabino y dos representantes musulmanes, los cuales se dirigieron a la Asamblea.
La Asamblea Especial para Oriente Medio tuvo como resultado 44 Propositiones, que se dieron a conocer al público pro hoc vice en una traducción italiana. En la conclusión del Sínodo, los miembros también publicaron un Mensaje para el Pueblo de Dios (Nuntius).
Casi un año después, y tras haber reflexionado y analizado las propuestas recibidas, el santo padre ofreció la Exhortación Apostólica Post-Sinodal Ecclesia in Medio Oriente, que fue firmada y presentada a la Iglesia en Oriente Medio durante su reciente visita apostólica a Líbano, del 14 al 16 de septiembre de 2012.
Hacia la Nueva Evangelización
En la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, realizada del 7 al 28 de octubre de 2012, participaron 262 padres sinodales, el número más elevado en la historia de los Sínodos.
Participaron en los trabajos los Delegados fraternos, representantes de 15 Iglesias y comunidades eclesiales que todavía no están en plena comunión con la Iglesia Católica. Al respecto, es importante señalar que Su Gracia Dr. Rowan Douglas Williams, Arzobispo de Canterbury y Primado de toda Inglaterra y de la Comunión Anglicana, intervino durante la Asamblea Sinodal. Además, Su Santidad Bartolomé I, Arzobispo de Constantinopla y Patriarca ecuménico, estuvo en la solemne Eucaristía del 11 de octubre, donde dirigió un mensaje.
Participaron en el Sínodo 3 Invitados especiales: el hermano Alois, Prior de Taizé (Francia), el reverendo Lamar Vest, presidente de la American Bible Society (EE.UU.) y el señor Werner Arber, profesor de Microbiología en el Biozentrum de la Universidad de Basilea (Suiza) y presidente de la Academia Pontificia de las Ciencias.
Durante la Asamblea General, el santo padre presidió cuatro celebraciones litúrgicas. Una de ellas fue la solemne concelebración eucarística del 7 de octubre que marcó el inicio de los trabajos. Durante esta Eucaristía, el papa declararó doctores de la Iglesia a dos santos: san Juan de Ávila y santa Hildegarda de Bingen. Los trabajos sinodales terminaron el domingo 28 de octubre, con la celebración eucarística de todos los padres sinodales.
El domingo 21 de octubre, el sumo pontífice presidió la misa de canonización de siete beatos: Santiago Berthieu, Pedro Calungsod, Giovanni Battista Piamarta, María del Monte Carmelo Sallés i Barangueras, Marianna Cope, Caterina Tekakwitha y Anna Schäffer.
Especialmente significativa fue la Eucaristía del 11 de octubre, con ocasión del 50 aniversario del inicio del Concilio Vaticano II y del 20 aniversario de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. En esta ocasión, el santo padre Benedicto XVI proclamó el Año de la Fe, que terminará el día de la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013.
Cabe precisar que, tanto el contenido de la posterior Exhortación Apostólica, así como la fecha y el lugar de su publicación, quedan a la libre decisión del siguiente sumo pontífice.
(26 de febrero de 2013) © Innovative Media Inc.
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