Laura Carmen Vicuña nació en Santiago de Chile, el 8 de abril de 1891 en el hogar de José Domingo y Mercedes Pino. Los Vicuña eran una familia chilena aristocrática, forzada al exilio por la revolución. Se refugiaron en Temuco, en una casa pobre, pero muy pronto después José Domingo murió repentinamente y Mercedes tuvo que refugiarse con sus dos hijas en Argentina. Fueron a vivir a Junín de los Andes. Mercedes conoció a Manuel Mora, bastante prepotente, con quien aceptó trabajar pero también vivir con él.
Pupilaje con las Hermanas
En 1900 Laura, junto con su hermana Julia Amanda, fueron de pupilas al colegio de las Hijas de María Auxiliadora. Era una pupila ejemplar: piadosa, escuchaba a las Hermanas, disponible para sus compañeras y siempre feliz y pronta para hacer sacrificios.
Siguiendo el modelo de Domingo Savio
En los años siguientes ella hizo su Primera Comunión con el mismo fervor e ideales que Santo Domingo Savio, al que había tomado como modelo. Ingresó a la Asociación de las Hijas de María. En oportunidad de que una Hermana estaba explicando el sacramento del matrimonio en catequesis, Laura empezó a comprender que su madre vivía en pecado y se desmayó. También lo comprendió porque durante las vacaciones en el campo, su madre le hacía rezar en secreto y nunca recibía los sacramentos. De ahí en más, Laura aumentó sus oraciones y sacrificios para la conversión de su madre. Durante las vacaciones de 1902, Manuel Mora amenazó la pureza de Laura; ella lo rechazó firmemente, hecha una furia.
Solicitud denegada – plegaria por la madre
Ella volvió al colegio como ayudante, porque él no le pagó más los estudios. Con todo su corazón pidió para ingresar como Hija de María Auxiliadora, pero le fue denegado porque su madre vivía en pecado. Ella ofreció su vida al Señor para la conversión de su madre; se volvió aún más sacrificada y con el consentimiento de su confesor, el Padre Crestanello, hizo los votos en privado. Consumida por los sacrificios y otras enfermedades a causa de Mora por haberlo rechazado nuevamente, en su última noche ella confesó: “Mamá, me estoy muriendo! Durante mucho tiempo le he ofrecido a Jesús mi vida por ti, para que vuelvas a Dios… Mamá, antes de morir, tendré la oportunidad de ver tu arrepentimiento?. Laura”.
Respuesta a una plegaria
Mercedes respondió: “Prometo que haré lo que me pides”. Con esta alegría, Laura murió la tarde del 22 de enero de 1904. Su cuerpo descansa en la capilla perteneciente a las Hijas de María Auxiliadora de Bahía Blanca. El 3 de setiembre de 1988, en el centenario de la muerte de Don Bosco, esta hija elegida, que había dado su vida por la virtud más amada del Maestro, fue proclamada Beata por Juan Pablo II.
Descubren imagen auténtica de Beata Laura Vicuña
En el amplio artículo firmado por el periodista Gustavo Villavicencio se señala que las salesianas argentinas – Laurita nació en Chile, pero vivió y murió en Argentina- ya tenían sospechas de que la imagen divulgada de la joven beata, fallecida apenas a los 12 años, podía no ser la verdadera; especialmente tras la publicación del libro "Conocimiento de Laura Vicuña" (1990), del padre Ciro Brugna.
En sus páginas aparece una fotografía de un grupo de alumnas del Colegio María Auxiliadora, de Junín de los Andes (Argentina), en la que aparece la beata con rasgos distintos a los delineados por un artista italiano.
"Nosotras sabíamos que esta imagen nunca había tenido repercusión; es por eso que las salesianas argentinas y chilenas, a principios del año pasado, encargamos un estudio a Carabineros de Chile, que comprobó científicamente el rostro verdadero de la beata. Nunca nos cuadró la niña con zapatos de charol y cuidadoso peinado, con la imagen de niña patagónica de aquel entonces", señala la hermana Elda Scalco, directora del Centro de Espiritualidad Salesiana de Junín de los Andes.
La investigación, de carácter secreto, demoró más de un año desde que se enviaron las pruebas de Argentina hasta que los Carabineros de Chile proporcionaron el informe final a las religiosas trasandinas.
En el informe pericial de Carabineros que determinó que el rostro actual de la beata Laura Vicuña no es el que se conocía participaron María Benavente Aninat (antropóloga forense y asesora criminalística), Gonzalo Garín Brito (dibujante retratista), Víctor Olavarría Sepúlveda (jefe del Laboratorio de Propiedad Intelectual) y Gustavo Darcha Andrade (jefe del Departamento Criminalístico).
Las salesianas señalan que la imagen que hasta ahora se tenía de Laura Vicuña no fue producto de una "conspiración", sino de la descripción proporcionada décadas atrás por la hermana de la beata.
Además, Sor Piai, directora del Colegio María Auxiliadora en la época en que estudió Laurita Vicuña, a principios del siglo XX, la describió así: "Laura tenía cara redonda, cutis blanco, rostro siempre rosado, ojos grandes hermosos y más bien oscuros, mirada inteligente e ingenua; modesta, sonrisa habitual, aun en los sufrimientos. Lloraba y reía al mismo tiempo, la pose de la cabeza un poco inclinada hacia la derecha".
La Superiora provincial de las Hijas de María Auxiliadora en Chile, Sor Aurelia Rossi, señaló a El Mercurio que la imagen que hasta ahora se conocía "no fue un invento de las hermanas chilenas, argentinas o italianas"; y explicó que "si éste es el verdadero rostro de Laura Vicuña, ¿Por qué no proclamarlo?"
Uno de los principales estudiosos de la beata, el P. Pedro de la Noi, señaló por su parte a El Mercurio que "es excelente que se haya hecho público el verdadero rostro de Laura Vicuña. Primero, para acceder a la verdad, y segundo, por ayudar a valorar que la beata es una niñita y no una señorita".
"La verdadera Laura Vicuña es más cercana, se va a valorar más el acento de niñita latinoamericana", dijo el P. De la Noi, al comentar los rasgos claramente patagónicos de la fotografía finalmente identificada como la de la beata.
Por su parte, como salesiano y devoto de Laurita, el Arzobispo de Concepción, Mons. Ricardo Ezzati señaló al diario "La Segunda" que en la foto "se ve una niña muy simpática. Se ha hecho un buen trabajo, pues la investigación científica ayuda a encontrar rasgos y datos que nos acercan a esa persona, en este caso a la vida de una niña santa".
Laurita Vicuña murió el 22 de enero de 1904 y el 3 de septiembre de 1988 Juan Pablo II la declaró Beata.
Su causa de canonización sigue en curso, ya que actualmente se encuentran en investigación dos posibles milagros atribuidos a su intercesión; uno en Chile, el otro en Argentina.
(fuente: donbosco.es)
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