En un libro-entrevista, el Santo Padre afirma que la misericordia es el primer atributo de Dios
“La Iglesia no está en el mundo para condenar, sino para permitir el encuentro con ese amor visceral que es la misericordia de Dios. Para que eso suceda, es necesario salir. Salir de las iglesias y de las parroquias, salir e ir a buscar a las personas allí donde viven, donde sufren, donde esperan”. Esta es la idea principal que expresa el papa Francisco en “El nombre de Dios es misericordia” (Planeta), un libro-entrevista con el periodista italiano Andrea Tornielli, que se publica este martes en más de 80 países.
“La misericordia es el primer atributo de Dios. Es el nombre de Dios. No hay situaciones de las que no podamos salir, no estamos condenados a hundirnos en arenas movedizas”, asegura el Santo Padre.
Con palabras sencillas y directas, el Pontífice se dirige a cada hombre y mujer entablando un diálogo íntimo y personal. En el centro, se halla el tema que más le interesa, la misericordia, un eje fundamental de su magisterio. En cada página vibra el deseo de llegar a todas aquellas almas --dentro y fuera de la Iglesia-- que buscan sanar las heridas físicas y espirituales, darle un sentido a la vida, encontrar un camino de paz y de reconciliación. Según señala la propia editorial en la sinopsis de la obra, en primer lugar se encuentra esa humanidad inquieta y doliente que pide ser acogida y no rechazada: los pobres y los marginados, los presos y las prostitutas, pero también los desorientados y los que viven alejados de la fe, los homosexuales y los divorciados.
En la conversación con Tornielli, el Papa explica --a través de recuerdos de juventud y episodios relacionados con su experiencia como pastor-- las razones de un Año Santo Extraordinario que ha deseado intensamente. Sin ignorar las cuestiones éticas y teológicas, subraya que la Iglesia no puede cerrar la puerta a nadie.
Entre otros temas, Francisco afronta con franqueza el vínculo entre misericordia, justicia y corrupción. Y a esos cristianos que se colocan a sí mismos en las filas de los justos, les recuerda: “También el Papa es un hombre que necesita la misericordia de Dios”.
10-01-2016 (fuente: zenit.org)
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