Estos menores tiene algo en común: se las arreglan para sobrevivir y, para ello, todos los medios son buenos, tanto los trabajos, como el robo, el engaño y la mendicidad... La mayoría de estos niños tiene un nivel muy bajo de educación porque asistieron a la escuela pocos años y después la abandonaron y otros fueron expulsados porque sus familias pobres no podían pagar las cuotas escolares. Algunos menores, víctimas de las mismas condiciones, encontraron trabajo como estibadores en el puerto de Bukavu y ganan algo para sobrevivir, pero a un alto precio ya que son explotados.
El inicio de las actividades es siempre una invitación a los jóvenes de la calle para regresar a la escuela y aprender
A principios de septiembre se registraron en el nuevo centro 110 menores jóvenes de entre 15 y 20 años. Después de una sencilla prueba se dividieron en tres niveles. Los que nunca habían ido a la escuela o habían asistido uno o dos años a la escuela primaria, es decir, prácticamente analfabetos. Los que habían acabado la escuela primaria. Los que habían asistido algunos años a la escuela secundaria.
La nueva escuela salesiana comenzó, por tanto, enfocada a la alfabetización para crear una base de conocimientos con el fin de prepararlos para la formación profesional avanzada. El programa escolar también incluye una comida diaria para cada estudiante.
El resultado ha sido que los chicos del segundo y el tercer nivel, en general, han participado y progresado muy bien. Sin embargo, de los 35 alumnos de primer nivel -muchos viven en las calles o en condiciones precarias- tan sólo 15 llegaron hasta al final.
Tras los meses de alfabetización y actualización académica, os jóvenes han seguido su formación en cursos de albañilería, carpintería y mecánica. Hoy, casi un centenar jóvenes está inmerso en ocho meses de formación para aprender estos oficios y, gracias a los conocimientos prácticos aprendidos, obtener un empleo estable que los saque definitivamente de las calles y los reencuentre con sus familias.
EDUCACIÓN Y OCIO SALUDABLE
Además del Centro de Oficios, la Escuela Don Bosco también ofrece deportes y juegos cuatro tardes a la semana para 100 jóvenes de la comunidad y clases de francés, una vez a la semana, para más de 50 jóvenes de la zona.
Los jóvenes han vivido durante once semanas en un medio que no es la calle. Han estado ocupados con las actividades educativas de la escuela pero también con las recreativas y siempre estuvieron acompañados por los educadores, que han logrado crear un clima de alegría y confianza.
Con los tradicionales Buenos días salesianos, las celebraciones que se preparaban entre todos y las actividades recreativas, los estudiantes comenzaron a conocer a Don Bosco y su pedagogía.
La gran mayoría de los estudiantes rechazó en todo momento los malos comportamientos y los robos y el alcohol quedaron al margen del centro educativo. Al cabo de dos meses, casi todos los jóvenes mostraron un gran interés en el aprendizaje de un oficio a través de la formación profesional.
La cercana prisión también ha pedido a los misioneros salesianos que enseñen a 30 de los presos más jóvenes para que después de su puesta en libertad puedan desarrollar un oficio y no vuelvan a delinquir.
(fuente: misionessalesianas.org)
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