Jesús entra a la Ciudad Santa como Rey pacífico, Mesías aclamado primero y condenado después, para cumplir en todo las profecías.
Por un momento la gente revivió la esperanza de tener ya consigo a aquel que venía en el nombre del Señor. Al menos así lo entendieron los más sencillos, los discípulos y gente que acompañó a Jesús, como un Rey.
San Lucas en su Evangelio no habla de olivos ni palmas, sino de gente que iba alfombrando el camino con sus vestidos, como se recibe a un Rey, gente que gritaba: "Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto". Una analogía con lo que los ángeles cantaron cuando Jesús nacía en Belén.
La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la Resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.
(fuente: http://www.aciprensa.com/)
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