Sus padres, Alicia y Marcos, docente y médico respectivamente, fueron fundamentales para que la causa llevada adelante prosperara hasta límites insospechados. Han logrado también que se le cambie el Documento Nacional de Identidad por uno nuevo en donde figura ya con nombre femenino.
El Diario Clarín obtuvo un entrevista personal con él y que publicó en su edición del domingo pasado (ver: http://www.clarin.com/diario/2008/04/06/sociedad/s-04801.htm). La crónica es de un tono pretendidamente reivindicatorio por la lucha que llevó a cabo para ser reconocido como "mujer". Marcos/Nati declaró al matutino porteño "Yo siempre he sido una mujer. Lo anterior, Marcos, fue un error de la naturaleza (¡!). No era yo. O era yo, pero encerrada en un cuerpo que no correspondía a mi verdadera identidad sexual". Al hablar del cuerpo que recibió de Dios, manifestó que odiaba su propio pene afirmando "Antes odiaba los espejos. Me bañaba con la luz apagada para no verme. O llenaba el baño de vapor, odiaba "eso" que tenía en mi cuerpo".
El fallo judicial que permitió que se le practique esa operación se constituyó en el primer fallo de la historia argentina que permitió una cirugía de "adecuación sexual" (¿?) en un menor de edad. Un comité de bioética determinó que Nati sufría de disforia sexual: es decir, una mente femenina en un cuerpo masculino. Y finalmente el juez entendió que la operación debía hacerse de inmediato...
¿Qué es la disforia sexual?
Antes de hablar de disforia, hay que dejar en claro que es la transexualidad. Transexual es aquella persona que se ha sometido a intervenciones quirúrjicas (son muy caras en cualquier país) para adoptar órganos sexuales distintos a los que se recibió de parte de la Naturaleza.
Así es que hombres que, como en el caso del chico de Villa Dolores, quieren "sentirse" totalmente mujeres y es por eso que se operan extirpándose testículos y mutilándose el pene para que le inventen algo parecido a una vagina.
Las nuevas teorías "progresistas" afirman que no es lo mismo ser homosoexual (ver también: http://mallinista.blogspot.com/2008/02/acerca-de-la-homosexualidad.html) que transexual. Se dice que un homosexual es una persona que se siente atraída sexualmente por personas del mismo sexo, mientras que se dice que un hombre transexual es en realidad "una mujer que nació en el cuerpo de un hombre" (¿¿??).
Por estas últimas décadas, para justificar todo este tema de la homosexualidad y transexualidad, surgió el concepto de disforia. La transexualidad es una disforia de género, es decir, un desacuerdo profundo entre el sexo biológico y el sexo sico-social o, dicho de otra forma, entre el sexo con el que se nace y aquel otro que la persona siente como propio.
La sexualidad humana no pasa solamente por lo genital
Fernando Pascual, Profesor de historia de la filosofía y de bioética del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (Roma), afirma que "La existencia humana implica dos planos estrechamente unidos: el corpóreo y el psico-espiritual. El sexo, nos fijamos ahora en esto, permea todo nuestro ser: lo cromosómico, lo gonádico, lo genital, lo hormonal, lo psicológico y lo social; los dos últimos planos, como veremos en seguida, superan lo simplemente corpóreo para entrar en niveles más complejos de la propia personalidad."
Acalaramos un par de conceptos:
■ Sexo cromosómico: es el resultado objetivo de la fecundación; todo individuo nace con un sexo determinado que sólo puede ser masculino (por la presencia de un cromosoma 'Y') o femenino (por la ausencia de un cromosoma 'Y'). Está además objetivamente probado que es el sexo genético el que determina las demás componentes biológicas del sexo. Uno es hombre o mujer desde el momento de la concepción.
■ Sexo gonádico: se basa sobre las características de las glandulas sexuales; el varón posee tejido testicular, la mujer tejido ovárico.
A través de su espíritu, cada ser humano puede trascender su propia realidad corporal. Y no son pocos los conflictos que todos tenemos entre el cuerpo, la mente y el espíritu: cuántas veces cada uno de nosotros tiene que estar luchando cotidianamente contra instintos, tendencias y tentaciones de índole carnal (excesos en las comidas, bebidas, sexuales, etc.).
Existen también personas que no aceptan su propio sexo: esto puede tener su raíz en la educación recibida, en experiencias traumáticas vividas en la niñez, la pubertad o la adolescencia. Entre estas personas, algunas empiezan a cultivar el deseo de poseer el propio cuerpo con el sexo opuesto al que se tiene desde el nacimiento: esas personas tienen una psicología transexual.
En este mundo son cada vez más las personas, en especial profesionales de la salud, que abogan por la "libre" elección del propio sexo, independientemente del que se tiene desde el vientre materno. Y no son pocas las presiones que gobiernos nacionales de varios países empiecen a subvencionar operaciones quirúrjicas de estas características. Entonces, si es por eso, habría que subvensionar operaciones para cambiar de raza, color de ojos, estatura, tipo de pelo, etc.
Ahora bien, hay que decir que una intervención quirúrgica NUNCA podrá cambiar totalmente el sexo de una persona, ya que es imposible cambiar la genética de un ser humano. Todos nacemos con hormonas masculinas y femeninas; los hombres tienen más masculinas que femeninas y viceversa en el caso de las mujeres. Numerosos estudios científicos hechos sobre personas autodeclaradas como homosexuales han corroborado que en ningún caso las hormonas del sexo con el que nacieron son superadas por las hormonas del sexo deseado. Además, una persona transexual queda totalmente inhibida para concebir vida: pierde toda su fertilidad.
Un artículo escrito basado en diversos experimentos firmado por John McHugh, (Surgical Sex, «First Things» 147, November 2004, pag. 34-38) del Hospital John Hopkins afirma que las personas transexuales sienten una sensación de alivio en el post operatorio pero, en la mayoría de los casos, no siempre eso va acompañado por una mejoría en el plano psicológico.
Surge entonces las inevitables preguntas: ¿no será mejor afrontar el tema de la transexualidad no desde una perspectiva quirúrgica sino desde una perspectiva psicológica? ¿No estamos ante una problemática que es más competencia de los psicólogos y psiquiatras que de los médicos expertos en el funcionamiento del cuerpo?
Ver opinión de un Teólogo: http://www.teologoresponde.com.ar/respuesta.asp?id=40)
(fuente: http://www.bioeticaweb.com/content/view/4260/828/lang,en/)
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