Empieza otra temporada más de Marcelo Hugo Tinelli en la televisión argentina con una enorme expectativa generada en torno a lo que generará su programa, el cual ya lanzó el concurso “Bailando por un sueño” para el cual ha convocado a jóvenes y personajes de la farándula.
Los personajes “famosos” no son elegidos al azar, ya que se buscó configurar un explosivo cóctel que asegura grotescos y escándalos al por mayor que darán que hablar a muchos otros programas de televisión y radio, diarios y páginas de Internet, como así también innumerables conversaciones en bares, oficinas, escuelas, reuniones sociales y familiares.
Así fue que se ha convocado a personalidades que han estado envueltas en escandaletes que dieron de comer a la prensa amarillista, como así también pulposas vedettes y actrices que están prestas para llamar la atención a cualquier precio.
Quedarán totalmente reducidas a una nula importancia el “sueño” de aquellos anónimos que bailarán en pareja con las pseudo-estrellas, como así también buscar obtener un programa con calidad. Todo queda supeditado para complacer al dios rating ¿?
Devenido en poderoso empresario de los medios con el correr de los años, Marcelo Tinelli supo inventarse a si mismo hacen casi dos décadas y lograr ser toda una personalidad que ya excedió largamente el ambiente de la televisión. Su nombre se ha convertido en sinónimo de éxito y referente popular en toda la Argentina. Artistas de renombre internacional, personalidades de las más diversas tratan de mantener una buena relación con Tinelli. Con no ocas personalidades ha pasado del amor al odio y viceversa según los intereses egocéntricos (Recordar casos como Diego Maradona, Néstor Kirchner y su Ministro Aníbal Fernández). No llamó la atención que porque su programa es visto y celebrado por ciento de miles de argentinos, han desfilado por Videomatch los ex Presidentes de la Nación Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Néstor Kirchner cuando estaban en pleno ejercicio de sus mandatos.
Marcelo Tinelli supo conquistar a una inmensa porción de los telespectadores con un discurso de “muchacho de pueblo”, “amigo de todos” (aunque admita a regañadientes que en el ambiente no tiene amigos) y familiero, todo ello sumado a una admirable intuición para ir dando bruscos de cambios de rumbos en sus programas televisivos. Haciendo un racconto desde los inicios de “Videomatch”, pasando por el “Show de Videomach” hasta llegar a este “Showmatch” se observa que la calidad del mensaje y el respeto al público nunca fue primordial para Tinelli: lo importante fue mantenerse en la cresta de la ola sea como sea. Su propuesta empezó siendo un simple programa deportivo con comentarios de “especialistas”, hasta que aparecieron paulatinamente (y con un éxito notable) los bloopers, cámaras sorpresas y sketches que siempre tuvieron como fin entretener humillando al ocasional interlocutor, como así también concursos para niños y jóvenes talentos. El “humor tinellesco” busco despertar risotadas basándose en la burla, en el desprecio y en la ridiculización de los demás; en las esporádicas veces que a Tinelli le tocó ser objeto de sus pesadas bromas, él reaccionó violenta e intolerantemente.
Como sabiamente dice Mamerto Menapache, el humor es para reírse con el otro, por lo que encierra una cuota de ternura; mientras que la burla es reírse del otro, por lo que encierra una cuota de desprecio. Tomando las palabras de este sabio sacerdote, Tinelli optó por la segunda opción.
Otra vez vuelve Tinelli. Muchos y muchas respiran aliviados porque tienen entretenimiento asegurado en las pantallas de sus televisores y tendrán de qué conversar con otras personas.
Los personajes “famosos” no son elegidos al azar, ya que se buscó configurar un explosivo cóctel que asegura grotescos y escándalos al por mayor que darán que hablar a muchos otros programas de televisión y radio, diarios y páginas de Internet, como así también innumerables conversaciones en bares, oficinas, escuelas, reuniones sociales y familiares.
Así fue que se ha convocado a personalidades que han estado envueltas en escandaletes que dieron de comer a la prensa amarillista, como así también pulposas vedettes y actrices que están prestas para llamar la atención a cualquier precio.
Quedarán totalmente reducidas a una nula importancia el “sueño” de aquellos anónimos que bailarán en pareja con las pseudo-estrellas, como así también buscar obtener un programa con calidad. Todo queda supeditado para complacer al dios rating ¿?
Devenido en poderoso empresario de los medios con el correr de los años, Marcelo Tinelli supo inventarse a si mismo hacen casi dos décadas y lograr ser toda una personalidad que ya excedió largamente el ambiente de la televisión. Su nombre se ha convertido en sinónimo de éxito y referente popular en toda la Argentina. Artistas de renombre internacional, personalidades de las más diversas tratan de mantener una buena relación con Tinelli. Con no ocas personalidades ha pasado del amor al odio y viceversa según los intereses egocéntricos (Recordar casos como Diego Maradona, Néstor Kirchner y su Ministro Aníbal Fernández). No llamó la atención que porque su programa es visto y celebrado por ciento de miles de argentinos, han desfilado por Videomatch los ex Presidentes de la Nación Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Néstor Kirchner cuando estaban en pleno ejercicio de sus mandatos.
Marcelo Tinelli supo conquistar a una inmensa porción de los telespectadores con un discurso de “muchacho de pueblo”, “amigo de todos” (aunque admita a regañadientes que en el ambiente no tiene amigos) y familiero, todo ello sumado a una admirable intuición para ir dando bruscos de cambios de rumbos en sus programas televisivos. Haciendo un racconto desde los inicios de “Videomatch”, pasando por el “Show de Videomach” hasta llegar a este “Showmatch” se observa que la calidad del mensaje y el respeto al público nunca fue primordial para Tinelli: lo importante fue mantenerse en la cresta de la ola sea como sea. Su propuesta empezó siendo un simple programa deportivo con comentarios de “especialistas”, hasta que aparecieron paulatinamente (y con un éxito notable) los bloopers, cámaras sorpresas y sketches que siempre tuvieron como fin entretener humillando al ocasional interlocutor, como así también concursos para niños y jóvenes talentos. El “humor tinellesco” busco despertar risotadas basándose en la burla, en el desprecio y en la ridiculización de los demás; en las esporádicas veces que a Tinelli le tocó ser objeto de sus pesadas bromas, él reaccionó violenta e intolerantemente.
Como sabiamente dice Mamerto Menapache, el humor es para reírse con el otro, por lo que encierra una cuota de ternura; mientras que la burla es reírse del otro, por lo que encierra una cuota de desprecio. Tomando las palabras de este sabio sacerdote, Tinelli optó por la segunda opción.
Otra vez vuelve Tinelli. Muchos y muchas respiran aliviados porque tienen entretenimiento asegurado en las pantallas de sus televisores y tendrán de qué conversar con otras personas.
Puedo decir tranquilamente que los programas de Tinelli son una porquería, que no aportan nada de positivo a quien los presencia. Solo busca entretener apelando a lo peor que podemos tener como seres humanos: exhibicionismos, chusmeríos, lenguaje chabacano, competencias desleales y burlas desmedidas.
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