Quien diga que Dios ha muerto
que salga a la luz y vea
si el mundo es o no tarea
de un Dios que sigue despierto.
Ya no es su sitio el desierto,
ni en la montaña se esconde;
decid, si les preguntan dónde,
que Dios está sin mortaja
en donde un hombre trabaja
y un corazón le responde.
escrito por José Luis Blanco Vega, sj
(fuente: www.oleadajoven.org.ar)
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