Una muy interesante reflexión sobre cómo San José puede enseñarnos a saber llevar por separado la vida laboral y la familiar.
Hay un detalle muy interesante en las estampitas de San José de Nazaret cuando aparece trabajando en el taller de carpintería, ¿lo notaron?: ¡Sí! San José de Nazaret siempre tiene puesto un delantal. ¿Saben lo que es un delantal y para qué sirve? Pues es una pieza de ropa que usan los carpinteros, que se guindan en el cuello y se amarran en la espalda.
¿Saben por qué San José de Nazaret usa un delantal cuando está en el taller de carpintería?: Para que las astillas y el aserrín no se peguen a la ropa. San José de Nazaret no permitía que las dificultades del trabajo, las astillas y el aserrín se le pegaran a su ropa, por eso usaba un delantal.
Cuando San José de Nazaret terminaba el trabajo, se quitaba el delantal lleno de astillas y aserrín, y se iba limpio a su casa a abrazar a la Virgen María y a su Hijo, el Señor Jesús. De ninguna manera ¡San José de Nazaret se llevaba las dificultades del trabajo, las astillas y el aserrín a su casa!
Yo pienso que los padres de familia deberían imitar a San José de Nazaret y ponerse un delantal para no llevar las dificultades del trabajo a la casa, ¿no creen ustedes?
Sabemos que en muchas ocasiones, el trabajo puede resultarnos muy difícil, y me refiero a todo el ambiente laboral, que puede en algunos momentos, cargarse de hostilidad por las distintas formas de conductas agresivas de personas que en éste se encuentran, A veces, a los cristianos nos ha tocado lidiar con jefes mal humorados, compañeros difíciles e irrespetuosos, secretarias con actitudes repugnantes y clientes que friegan mucho.
Los cristianos no debemos permitir que esas dificultades se nos peguen, como se pegan las astillas y el aserrín a la ropa, porque cuando se regresa a casa y la esposa o los hijos nos vayan a abrazar, ellos pueden salir lastimados.
Y así sucede. Hay veces que los padres de familia llegan a la casa con todas las dificultades del trabajo encima: ¡andan llenos de astillas y aserrín! ¡No se pusieron el delantal!
Padre de familia, ¡mírense al espejo! ¿Se da cuenta usted que está gritando y que tiene la misma cara de perro del jefe mal humorado?
Muchas veces, algunos padres de familia se quieren desquitar con la esposa o con los hijos, de todas las cosas malas que le ocurrieron en el trabajo. Se van cargados con todas esas situaciones incómodas que vivieron allí. ¡Cuidado! Los trabajos son temporales, un día tiene el trabajo y mañana lo pueden despedir. El amor de la esposa y de los hijos no se puede sustituir.
Pónganse un delantal en el trabajo como San José de Nazaret y asegúrese de dejar el delantal en el trabajo y no lo lleve a la casa.
escrito por Roger Bonilla
(fuente: www.pildorasdefe.net)
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