Se trata de ver la adolescencia como un valor no sólo como un período evolutivo marcado en tiempo y espacio.
Al debilitarse las estructuras psico-sociales (Erikson) sucede que:
◘ El espacio se vuelve espacialidad
◘ El tiempo se vuelve temporalidad
◘ El cuerpo se vuelve corporeidad
◘ El Yo se vuelve nosotros
◘ La socialización se vuelve acontecimiento histórico o “secularización simbólica”
◘ Una cosa es la adolescencia como duelo otra como “re-nacimiento” de una crisis vital.
◘ Como las instituciones ya no contienen el aprendizaje en la adolescencia ha “girado” de la seguridad a la confianza.
1.
La adolescencia como etapa evolutiva se está limitando a ser una descripción teórica poco comprometida a la situación social actual.
2.
Teóricamente es una moratoria psicosocial que tiene 3 etapas separadas por los procesos de duelo que tienen que enfrentar:
a) la pubertad y el cuerpo
b) la mediana adolescencia y el pensamiento
c) el fin de la adolescencia y la orientación vocacional en sentido amplio
3.
hoy consideramos que este “espacio” elaborativo se limita a pequeños sectores sociales. La gran mayoría están expuestos a la “invasión” de los medios, la falta de autoridad moral enlas instituciones y la difícil inserción social y laboral. “Falta de autoridad moral” quiere decir que los sistemas e instituciones están “caducos” no están al servicio sino determinan y oprimen. Caen en el autoritarismo o el caos.
4.
Por lo tanto al concepto de crisis de identidad del yo adolescente como duelo, se propone el concepto de crisis vital donde el yo “suspendido” deja de ser el eje elaborativo. Un nuevo concepto de identidad solidario (o nosotros) ocupa el centro del campo transformador. Lo provisional se abre a la cultura participativa.
5.
Esta identidad grupal o nosotros surge de convertir una crisis estructural en vital. La “suspensión del Yo” nos convierte en sujetos abiertos a un nosotros análogo a lo vivido los 3 primeros meses de vida donde no existe nada ajeno al Yo. El sujeto singular participa de un grupo sin identificarse. Vivencia un sentimiento de identidad solidario antes de identificarse frente a otro.
Esta participación se realiza en un “campo de valores” (los valores “son”, se viven) no es una estructura de objetos identificables. Son actividades (identificar y participar) simultáneas en toda crisis, cuando es vital, en cualquier etapa de la vida. Volvemos a lo originario y de allí salimos a través de la imaginación creativa que da forma al anhelo de ser más con los demás. Tendencia del ser a autosuperarse, distinta al deseos del Yo a identificarse con ideales preestablecidos. Es importante diferenciar la imaginación representativa que simboliza lo que no está y la imaginación creativa que simboliza en la parte todo lo que se está viviendo.
6.
Si la adolescencia como etapa evolutiva ha sido “invadida” y sus ideales se han convertido en los ideales sociales de “eterna juventud”, los adolescentes y jóvenes han sido desarraigados como generación y no tienen futuro pues son el futuro para los adultos. Crisis de autoridad.
7.
Una respuesta posible a este desafío será convertir la adolescencia en paradigma de toda crisis vital capaz de marginarse de todo determinismo social para participar de la adolescencia como “valor” capaz de generar ideales que respondan como emergentes de anhelos culturales. La adolescencia como valor cultural siempre se desarrolló “al margen” de los determinismos sociales. ¿Qué quiero decir con esto?
8. Los valores no son de nadie, todos participamos de su capacidad creativa al margen del determinismo social e inmersos en la identidad solidaria que se nos ofrece desde la cultura. De ahí el nombre de cultura solidaria.
9.
Así como la adolescencia, como valor cultural trae un mensaje generacional, toda crisis vital de nuestras vidas traerá un mensaje creativo para superarla.
Profundicemos esto. El participar de los valores libera energía atada a los objetos que van potenciando el encuentro que tenderá hacia la autosuperación de la situación vivida. Esto se denomina anhelo de ser más con los demás. Diferente al deseo de tener del Yo. La interpretación que surgen es un símbolo vivo que interpreta la inmediatez de la experiencia. Supera el concepto de socialización por el de “secularización simbólica” (Vattimo) que es “la objetivación de valores” como acontecimiento histórico.
10.
De la vida al conocimiento y no del conocimiento a la vida. De la cultura viva a la inserción social del Yo. Del Yo al Nosotros para volver a un Yo no tan determinado.
C.V.: “Valorización de objetos, objetivación de valores”.
Al debilitarse las estructuras psico-sociales (Erikson) sucede que:
◘ El espacio se vuelve espacialidad
◘ El tiempo se vuelve temporalidad
◘ El cuerpo se vuelve corporeidad
◘ El Yo se vuelve nosotros
◘ La socialización se vuelve acontecimiento histórico o “secularización simbólica”
◘ Una cosa es la adolescencia como duelo otra como “re-nacimiento” de una crisis vital.
◘ Como las instituciones ya no contienen el aprendizaje en la adolescencia ha “girado” de la seguridad a la confianza.
1.
La adolescencia como etapa evolutiva se está limitando a ser una descripción teórica poco comprometida a la situación social actual.
2.
Teóricamente es una moratoria psicosocial que tiene 3 etapas separadas por los procesos de duelo que tienen que enfrentar:
a) la pubertad y el cuerpo
b) la mediana adolescencia y el pensamiento
c) el fin de la adolescencia y la orientación vocacional en sentido amplio
3.
hoy consideramos que este “espacio” elaborativo se limita a pequeños sectores sociales. La gran mayoría están expuestos a la “invasión” de los medios, la falta de autoridad moral enlas instituciones y la difícil inserción social y laboral. “Falta de autoridad moral” quiere decir que los sistemas e instituciones están “caducos” no están al servicio sino determinan y oprimen. Caen en el autoritarismo o el caos.
4.
Por lo tanto al concepto de crisis de identidad del yo adolescente como duelo, se propone el concepto de crisis vital donde el yo “suspendido” deja de ser el eje elaborativo. Un nuevo concepto de identidad solidario (o nosotros) ocupa el centro del campo transformador. Lo provisional se abre a la cultura participativa.
5.
Esta identidad grupal o nosotros surge de convertir una crisis estructural en vital. La “suspensión del Yo” nos convierte en sujetos abiertos a un nosotros análogo a lo vivido los 3 primeros meses de vida donde no existe nada ajeno al Yo. El sujeto singular participa de un grupo sin identificarse. Vivencia un sentimiento de identidad solidario antes de identificarse frente a otro.
Esta participación se realiza en un “campo de valores” (los valores “son”, se viven) no es una estructura de objetos identificables. Son actividades (identificar y participar) simultáneas en toda crisis, cuando es vital, en cualquier etapa de la vida. Volvemos a lo originario y de allí salimos a través de la imaginación creativa que da forma al anhelo de ser más con los demás. Tendencia del ser a autosuperarse, distinta al deseos del Yo a identificarse con ideales preestablecidos. Es importante diferenciar la imaginación representativa que simboliza lo que no está y la imaginación creativa que simboliza en la parte todo lo que se está viviendo.
6.
Si la adolescencia como etapa evolutiva ha sido “invadida” y sus ideales se han convertido en los ideales sociales de “eterna juventud”, los adolescentes y jóvenes han sido desarraigados como generación y no tienen futuro pues son el futuro para los adultos. Crisis de autoridad.
7.
Una respuesta posible a este desafío será convertir la adolescencia en paradigma de toda crisis vital capaz de marginarse de todo determinismo social para participar de la adolescencia como “valor” capaz de generar ideales que respondan como emergentes de anhelos culturales. La adolescencia como valor cultural siempre se desarrolló “al margen” de los determinismos sociales. ¿Qué quiero decir con esto?
8. Los valores no son de nadie, todos participamos de su capacidad creativa al margen del determinismo social e inmersos en la identidad solidaria que se nos ofrece desde la cultura. De ahí el nombre de cultura solidaria.
9.
Así como la adolescencia, como valor cultural trae un mensaje generacional, toda crisis vital de nuestras vidas traerá un mensaje creativo para superarla.
Profundicemos esto. El participar de los valores libera energía atada a los objetos que van potenciando el encuentro que tenderá hacia la autosuperación de la situación vivida. Esto se denomina anhelo de ser más con los demás. Diferente al deseo de tener del Yo. La interpretación que surgen es un símbolo vivo que interpreta la inmediatez de la experiencia. Supera el concepto de socialización por el de “secularización simbólica” (Vattimo) que es “la objetivación de valores” como acontecimiento histórico.
10.
De la vida al conocimiento y no del conocimiento a la vida. De la cultura viva a la inserción social del Yo. Del Yo al Nosotros para volver a un Yo no tan determinado.
C.V.: “Valorización de objetos, objetivación de valores”.
por Fernández Mouján
Encuentro Animadores Mallinistas Abril 08
No hay comentarios:
Publicar un comentario