La opinión de dos Papas
Al poco tiempo se empezaron a dar los primeros pasos. La empresa no iba a ser fácil. ¿Podía un joven de 15 años practicar una virtud heroica?
Hasta el presente la Iglesia no había canonizado a ningún adolescente que no fuera mártir.
En 1914 el Cardenal Salotti tiene una entrevista con Pío X ( hoy San Pío X ). Fue un coloquio histórico.
-Santidad, le dice el Cardenal-, cuando en febrero se introdujo la Causa de Beatificación, no faltó quien objetara que Domingo Savio era demasiado joven para elevarlo al honor de los altares. Quisiéramos oír su parecer.
Pío X no tuvo dificultad en dar su opinión:
-Es una razón más para canonizarlo. Es tan difícil para un joven practicar de un modo perfecto la virtud. La vida que de él escribió Don Bosco y que he leído, nos ha dado la idea de un joven ejemplar que merece ser presentado como modelo de perfección. Todo lo que se puede decir de bueno sobre Domingo es poco. Empeñaos en adelantar la Causa. Para la vida sencilla de este santo no se necesita mucho estudio. Por eso, no pierdan ustedes el tiempo. Lleven adelante la causa con toda solicitud.
Mientras tanto, muere Pío X. El nuevo Papa es Benedicto XV. El Cardenal Salotti, defensor de la Causa, se presenta de nuevo al Papa. Es conmovedor lo que oye de labios de su Santidad:
-Siendo niño leía con mis hermanos la vida escrita por Don Bosco, ya que mi madre deseaba que nos sirviera de modelo. Esa vida, -continuaba el Papa- está llamada a hacer un gran bien. Será tan interesante y más que la de San Luis de Gonzaga, porque la juventud moderna ya no gusta de santos austeros y, en cambio, sí leerá con gusto la de ese joven que como a ellos, le gusta la alegría y el deporte.
Era la voz de la Iglesia, la voz del Papa. Ya nadie podrá detener la ascensión gloriosa de Domingo Savio hacia la glorificación de los Altares.
¿Cómo era Domingo Savio?
El padre Rodolfo Fierro Torre, en su biografía sobre Domingo Savio, escribe: "¿Sabéis lo que es la grafología? Es un arte que examina la escritura de una persona y trata de adivinar, a través de ella, los sentimientos, el carácter de dicha persona. Para algunos es una especie de charlatanería. Para otros una cosa muy seria; algo casi infalible".
A cuatro grafólogos: uno de Roma, otro de Milán, otro de Parma y otro de París, se les llevó un escrito de Domingo Savio.
Ninguno sabía que se le hubiera enviado a los otros tres.
Igualmente los cuatro ignoraban de quién era aquella letra y quién fuese Domingo Savio.
Pues bien, los cuatro, variando en algunas particularidades concuerdan en ver en él estos rasgos.
Una fuerte personalidad, una alta moralidad, mucha capacidad de esfuerzo y de disciplina, un temperamento meditativo, rica fantasía. Sentimiento refinadísimo, muy afectivo y muy sensible. Pero de gran timidez.
Su profesor el padre Juan Bautista Francesia escribió de él lo siguiente: "Domingo era alto y delgado. Todos los miembros de su cuerpo estaban perfectamente formados y armonizaban exquisitamente entre sí. La frente espaciosa. La cabellera suave y no cuidada con artificios, pero limpia y arreglada.
Sus ojos plácidos, vivos, penetrantes, irradiaban como un espejo el ornamento interno del corazón. Por naturaleza hablaba poco, muy inclinado a escuchar, aunque tenía una conversación agradable y fácil".
En la clase era modesto y diligente y se ganaba fácilmente la atención y el cariño de todos.
La Beatificación
El día 4 de abril de l908, se abría en Turín el proceso ordinario informativo sobre la vida, virtudes, fama de santidad y milagros. El 11 de febrero de 1914 el Papa Pío X firmaba complacido el Decreto para la iniciación del proceso apostólico.
El 9 de julio de 1933 el Papa Pío XI decretaba la heroicidad de las virtudes y Domingo Savio recibía el titulo de Venerable. El próximo paso sería el de la Beatificación.
Para poder declararlo Beato se necesitaban dos milagros. Las gracias se multiplicaron por todo el mundo. De esos centenares de milagros atribuidos a Domingo Savio, se escogieron dos, que fueron examinados minuciosamente por los peritos designados. Todos sabemos lo difícil que es superar esta prueba. El llamado "abogado del diablo" hace todo lo posible para impedir que la causa siga adelante. Pero la Causa fue adelante y triunfó.
El 11 de diciembre de 1949, la Sagrada Congregación de Ritos aprobó los dos milagros presentados por el Postulador de la Causa y Domingo Savio fue declarado Beato por el Papa Pío XII el 5 de marzo de 1950.
He aquí a continuación, brevemente, como sucedieron los milagros.
PRIMER MILAGRO
Marzo de 1927. Sucedió en la provincia italiana de Salerno. El favorecido fue Albano Sabato de 7 años de edad. Enfermó gravemente y el médico Federico Palmieri llamado con urgencia, da el diagnóstico: infección visceral acompañada de complicación renal. A los siete días de enfermedad se complica: septicemia agravada con bronconeumonía bilateral y nefritis. Y más tarde una aguda afección meningea y cerebral llevan al enfermo al borde de la muerte.
Albano perdió pronto el conocimiento. Y entró en estado agónico. La ciencia médica se declara impotente. El doctor Palmieri asegura que el paciente morirá esa noche. Tan seguro estaba que hasta dejó redactado en su casa el certificado de defunción, al tener que ausentarse para hacer una operación.
Al día siguiente la gran sorpresa. El médico corre a la casa del enfermo y encuentra a Albano bueno y sano. ¿Qué había sucedido?
Habían colocado en la mesita una imagen del Venerable Domingo Savio, alumbrada con una vela. Otra imagen con una reliquia la pusieron debajo de la almohada. Invocaron la protección de Domingo con gran fe, e inmediatamente el enfermo comenzó a mejorar.
El examen ordenado comprobó la curación completa sin rastro de mal. Albano pudo continuar su vida normal y feliz.
SEGUNDO MILAGRO
Marzo de 1936. En Barcelona España, Consuelo Adelantado, de 16 años, oratoriana de las Hijas de María Auxiliadora, a consecuencias de una caída quedó con el codo fracturado ( fractura doble y dislocación ). La cosa se complicó al no acudir enseguida el médico. Cuando la ve el Dr. Pamarola el estado de la enferma había empeorado y se hacía necesaria una operación con muy pocas probabilidades de quedar completamente bien.
La noche del 22 de marzo la niña tiene un sueño. Se le aparece un sacerdote desconocido que le ordena comenzar una novena y poner toda su confianza en este santo. Le asegura, además, que el viernes siguiente estará completamente curada.
Cuando al día siguiente cuenta el sueño a las hermanas estas quisieron saber quién había sido el sacerdote del sueño. Le muestran varias fotos. Lo encuentran rápido. Había sido el sacerdote Juan Cagliero, compañero de estudios de Domingo Savio y más tarde Cardenal de la Iglesia.
La enferma comenzó enseguida la novena. Llegó el viernes 27 y el brazo no había mejorado; seguía pesado y tan hinchado como antes. A las 4 de la mañana, sin perder la fe, invoca fervorosamente al santo y ¡oh maravilla! instantáneamente sintió como si le quitaran un gran peso de encima y empezó a mover el brazo sin dolor alguno. Enciende la luz y ve con sorpresa que la hinchazón ha desaparecido y el brazo está completamente curado.
Se levanta, va a misa y cuenta a las hermanas el milagro.
Luego se sienta al piano para tocar varios ejercicios sin experimentar la menor dificultad y con una inmensa alegría. ¡Estaba curada!
Esos fueron los dos milagros examinados y aprobados para la Beatificación.
La Canonización
La devoción a Domingo Savio se había extendido rápidamente y en todos los Continentes se habían celebrado actos en su honor. El nuevo Beato era invocado por jóvenes y adultos. Las gracias y milagros se multiplicaron sin cesar. Hacía falta ahora escoger, de entre los numerosos milagros presentados, dos que pudieran servir para la canonización.
Los dos milagros seleccionados tuvieron lugar en Italia, casi inmediatamente después de la Beatificación y como manifestación patente de la voluntad Divina.
He aquí la relación de los dos milagros:
PRIMER MILAGRO
La Señora María Porcelli Gianfreda enferma gravemente. El diagnóstico de los médicos Dr. Luciano Monosi y Marino Rizzelli es el siguiente: anemia grave con hemorragia interna. Opinaron que se debía proceder a la operación. Como buenos católicos llamaron al sacerdote para la administración de los sacramentos. El médico de cabecera ante lo desesperado del caso y viendo con tristeza que seis tiernas criaturas iban a quedar huérfanas tiene una inspiración. Se acuerda de haber leído el día anterior una biografía de Domingo Savio y recomienda a la familia que invoquen al Santo jovencito. Para Dios nada es imposible.
Todos rezaron con gran fe.
A la mañana siguiente, fue declarada fuera de peligro y el examen médico muy cuidadoso constató una perfecta reintegración orgánica.
La enferma estaba completamente curada.
Desde entonces la Señora ha gozado de perfecta salud.
SEGUNDO MILAGRO
En septiembre de 1949 la señora María Antonieta Micelli Miglietta sufre un repentino dolor en la mandíbula superior derecha, que más tarde se extiende a la frente y a toda la cabeza. El diagnóstico es grave: sinusitis maxilar y frontal derechos. Fiebre alta y persistente. Respira con dificultad.
Pasa el tiempo. En enero de 1950 recurre a un especialista.
Deciden operarla como último recurso. Llega el día 8 de marzo y por la noche, el esposo de María al regresar de la ciudad, cosa rara, para que la esposa se entretenga, le da un periódico ilustrado. La enferma no está para ver periódicos pero de todos modos lo abre y ve con gran sorpresa la figura de Domingo Savio.
Piensa entonces en sus cuatro hijos, en las veces que ella les había narrado la vida de este jovencito. Entonces, inspirada por Dios y con una gran fe, se encomienda a Domingo Savio.
Reza a la Santísima Trinidad y pide por la pronta Canonización de Domingo Savio. Enseguida cae en un profundo sueño. Hacía más de 20 días que no cerraba los ojos, pero duerme hasta el día siguiente: 9 de marzo. Se despierta agitada y nota en la garganta algo que le ahoga. Siente, entonces un fuerte golpe contra la dentadura, en el momento en que ve caer sobre la cama un trozo duro como de arcilla. Enseguida experimenta un alivio extraordinario y continúa durmiendo. A media mañana, sintiéndose bien se levanta y regresa a los trabajos ordinarios de la casa.
Todos han quedado sorprendidos del hecho milagroso.
Era el 9 de marzo, aniversario de la muerte de Domingo Savio. Cuando el cirujano se presentó para hablarle de la operación, encontró a la enferma en perfecto estado de salud.
El examen médico de la enferma constató la perfecta curación.
Una cosa curiosa llama poderosamente la atención. Todos los milagros los hizo Domingo en el mes de marzo y en favor de niños. A dos, curándolos directamente; y a los otros seis, salvándolos de una orfandad segura y dolorosa.
Estos dos milagros fueron presentados a la Sagrada Congregación de Ritos para su estudio y aprobación. Médicos, especialistas, peritos, abogados, estudiaron los hechos en Roma y en la ciudad donde se habían verificado los milagros.
El 12 de junio de 1954: fecha fijada para la Canonización, Roma se viste de fiesta. Las trompetas de plata resuenan vibrantes. La voz del Papa Pío XII, proclama ante el mundo cristiano al nuevo santo:
¡DOMINGO SAVIO ES SANTO!
Ahí en la tribuna de honor, están las dos señoras favorecidas. Una clamorosa ovación estalla en la Basílica de San Pedro. Son miles y miles de jóvenes que aplauden frenéticos al nuevo Santo!
(fuente: http://www.santodomingosavio.com.ar/)
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