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lunes, 12 de octubre de 2009

Santa Juana Jugan y la Congregación de las Hermanitas de los Pobres

Nacida en Cancale, en Ille-et-Vilaine (Francia), en la aldea de Petites Croix, el 25 de Octobre 1792, Juana Jugan es bautizada el mismo día en la Iglesia de Saint-Méen en plena tormenta revolucionaria. Su padre, marinero como la mayor parte de los hombres de su región, se encuentraen la gran pesca de Terranova. Cuatro años más tarde, desaparece en el mar. Su madre se queda sola para alimentar y educar a sus 4 hijos (otros 4 habían fallecido de pequeños). Para ayudar a la familia, Juana, a los 16 años, se va como ayudante de cocina a una casa solariega cercana de Cancale.

Se queda allí hasta la edad de 25 años,después deja su casa para ir a Saint-Servan en donde trabajará como ayudante enfermera en el hospital “du Rosais”. A la petición de matrimonio de un joven marinero, ella responde :"Dios me quiere para El, me guarda para una obra que aún no está fundada".

Juana Jugan sólo quiere servir a Dios y a los otros, a los pobres, particularmente a los más débiles, los más desamparados, fiel al ideal de configuración a Jesús por Maria que enseñaba san Juan Eudes a los miembros de la Orden Tercera del Corazón de la Madre Admirable, asociación de la que formará parte, hacia la edad de 25 años.

Una tarde de invierno de 1839, ella abre la puerta de su casa y su corazón a una anciana ciega y medio paralizada, bruscamente reducida a la soledad.Juana le da su cama… Este gesto la comprometerá para siempre. Una segunda anciana sigue a la primera, después una tercera… En 1843, serán cuarenta, en torno a Juana y a sus tres jóvenes compañeras. Estas últimas la eligen como superiorade la pequeña asociación, que se encamina hacia una verdadera vida religiosa.

Pero pronto Juana Jugan será destituida de este cargo, reducida a la simple actividad de la colecta, ruda tarea de la que ella es la iniciadora, animada en esta iniciativa de caridad y de reparto por los Hermanos de San Juan de Dios. A la injusticia, Juana no responde mas que con el silencio, la delicadeza, el abandono. Su fe y su amor descubren en esta decisión el camino de Dios para ella y para su familia religiosa.

A lo largo de los años, la sombra del ocultamiento se va extendiendo cada vez más sobre Juana Jugan. Los comienzos de su obra son falsificados. Vive 27 años puesta de lado (1852 a 1879), cuatro de ellos en la casa de Rennes, y los veintitrés últimos en La Tour St Joseph, (casa Madre de la Congregaciónde las Hermanitas de los Pobres desde 1856).

A su muerte, el 29 de agosto de 1879, tiene 87 años y pocas Hermanitas saben que ella es la fundadora, pero su influencia entre las jóvenes postulantes y novicias, con las que comparte su vida a lo largo de estos últimos veintisiete años, es decisiva. A través de este contacto prolongado, pasa el carisma inicial, el espíritu de los comienzos se transmite.

Y poco a poco, la luz se va haciendo… A partir de 1902, la verdad comienza a desvelarse: Juana Jugan, Sœur Marie de la Croix, muerta en el olvido un cuarto de siglo antes, ya no es la tercera Hermanita, como se había dejado creer, sino la primera, la Fundadora.


Hoy, las Hermanitas de los Pobres continúan y actualizan la iniciativa de Juana Jugan :

* Ellas acogen, reconfortan, cuidan y acompañan hasta el fin a los ancianos que Dios pone en su camino: con un gran respeto de la vida, de las relaciones familiares, de las convicciones; en colaboración con el personal asalariado, miembros de la Asociación Juana Jugan y voluntarios.

* Lo hacen respondiendo a la llamada de Cristo que las consagra en su amor por los votos de castidad, pobreza, obediencia y hospitalidad, en el servicio gozoso a los ancianos, en el seno de comunidades fraternas internacionales.

* El espíritu de las bienaventuranzas fundamenta y sustenta el compromiso de las Hermanitas. Ellas buscan vivir en humildad, sencillez y una confianza incondicional en la bondad de Dios, que se traduce, como en sus orígenes, por la fidelidad a la colecta, pues Dios ha confiado a cada uno al amor de todos.

* La Congregación es misionera, y en la extensión de su apostolado hasta las extremidades de la tierra, percibe una gracia de renovación y una fuente de vitalidad.

Espiritualidad de las Hermanitas de los Pobres

«Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.»

Ante la avidez de progreso y de libertad de sus contemporáneos, Juana Jugan aporta el testimonio transparente de la revelación de los misterios de Dios a los «pequeños».

Juana Jugan vive su fe con la sencillez de los «pequeños». Avanzaresueltamente, dirigiendo a los acontecimientos y a las personas una mirada de fe viva, que engendra la esperanza y obra por la caridad.

Veinte años de pertenencia a la Orden Tercera del Corazón de la Madre Admirable simplifican su alma mediante la contemplación del misterio de Jesús y de María. La espiritualidad de san Juan Eudes la había preparado a penetrar en la riqueza sobrenatural de la hospitalidad para llevar a cabo su propia misiónhospitalaria con sencillez, humildad y unión a Dios en la oración y la caridad.

La divina Providencia da un poderosísimo apoyo a la obra de Juana Jugan en la tradición de caridad de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Sin impedir el desarrollo de su obra, según su carisma y su carácter específico, dicha Orden le comunica su gran impulso de caridad hospitalaria. A la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Juana Jugan debe también el «voto de hospitalidad» por el cual el servicio de los Ancianos pobres es elevado a la dignidad de un acto de la virtud de religión.

Estas dos grandes corrientes espirituales llegan -como por un designio de Dios- a unirse en el alma de Juana Jugan, y crean en ella una capacidad de apertura universal. La rápida expansión de su obra le muestra que Dios la destina para una vocación de caridad que sólo podrá realizarse mediante la adhesión indefectible a la Iglesia.


Carisma

El espíritu de la Congregación es el espíritu evangélico, expresado por Jesús en las bienaventuranzas. Juana Jugan, fiel a la inspiración del Espíritu Santo, ha hecho resplandecer en su vida de manera especial, la mansedumbre y la humildad de corazón que le han permitido entregarse en la sencillez, a la alegría de la hospitalidad.

Esto es lo que expresa nuestro nombre «Hermanitas de los Pobres».

Para Juana Jugan, «el Pobre» define su vocación. Dios la ha esperado en «el Pobre»; ella le ha encontrado y reconocido en «el Pobre».

Ser Hermanita de «los Pobres» nos recuerda aquéllos a quienes nos hemos dedicado, nuestro deseo de ir siempre hacia los más pobres, de crear una corriente de colaboración apostólica y de caridad fraterna para ayudar a Cristo en los pobres. Personalmente, es una invitación a comulgar en la bienaventuranza de la pobreza espiritual, que nos encamina hacia el despojo total que entrega un alma a Dios.

La gracia de la hospitalidad para con los Ancianos pobres, carisma de Fundadora de Juana Jugan, es acogida por ella con sencillez de alma. Siguiendo su carisma propio, encontramos en el voto de hospitalidad un medio privilegiado para significar el don de nosotras mismas en nuestro apostolado de caridad. La hospitalidad consagrada es un testimonio, en medio del mundo, de la misericordia del Padre y del amor compasivo del Corazón de Jesús.

(Extracto de las Constituciones de las Hermanitas de los Pobres)

(fuente: http://www.hermanitasdelospobres.cl/)

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