Muchos hombres no tienen a nadie que los ame sobre la tierra. Pero hay una Madre que los ama, y que vale por todos y presenta ante Dios las suplicas para que estos hijos a los que nadie ama, se salven también y vayan al Cielo a gozar de la felicidad sin límites.
Si alguna vez nos parece que estamos demasiado sucios para acercarnos a Dios, entonces vayamos a María, que Ella jamás nos rechazará.
Si pensamos que María nos puede rechazar, sepamos que esta es una tentación del Maligno, que sabe todo lo que obtendremos con el acercarnos a la Virgen Pura, y por ello nos quiere apartar lo más posible de su regazo maternal.
Vayamos a María, que con Ella lo tenemos absolutamente todo, porque en Ella está el mismo Dios, morando como en su mejor palacio, no hecho por mano humana.
(funete: www.devocionesypromesas.com.ar)
No hay comentarios:
Publicar un comentario