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martes, 12 de junio de 2012

Masonería y sus objetivos

Fin indicado por ella.

Pondré aquí algunas de las diversas declaraciones oficiales de la Masonería acerca de su objeto: “La Orden Masónica tiene por objeto la beneficencia, el estudio de la moral; universal y la práctica de todas las virtudes”. Así lo dice la Constitución de la Orden en Chile, del año 1862. La de 1912 cambió un poco la declaración: “La Francmasonería es una institución esencialmente filosófica y progresista, tiene por objeto la investigación de la verdad, el estudio de la moral y la práctica de las virtudes”. La Constitución del Gran Oriente Belga le asigna por fin “la investigación de la verdad y el perfeccionamiento de la humanidad” (F. B, 11.)

Mac-key, gran doctor masón de Estados Unidos, dice que la Masonería “es una ciencia moral”. La Asociación Masónica Internacional de Ginebra dice que “La F. M. tiene por objeto la investigación de la verdad, el estudio y la práctica de la moral” Doc. Cathol. 1923. Los Alemanes, dice Espasa (Masonería), concretan más y la definen: “La actividad de los hombres unidos íntimamente, sirviéndose de símbolos tomados principalmente del oficio de albañil y de la arquitectura, trabajando por el bienestar de la humanidad, procurando en lo moral ennoblecerse a sí y a los demás y, mediante esto, llegar a una liga y paz universal de que aspira a dar desde luego muestra en sus reuniones”.


Construcción del templo de la Naturaleza.

Como la palabra masones quiere decir albañiles y todo en la Masonería se enseña por medio de símbolos o alegorías, el fin de una sociedad de albañiles ha de relacionarse con el oficio que ellos representan. Es corriente en el lenguaje masónico decir que la Masonería se propone construir o restaurar un templo. ¿Cuál es ese templo? el, templo de la Naturaleza, en que debe reinar la libertad, la igualdad y la fraternidad, entendidas en sentido masónico; templo en que se enseñe la verdad, la virtud y la moral propias de la Masonería.

La Masonería usa mucho también en sus símbolos y ritos, arreos y expresiones militares; habla mucho de guerra a la intolerancia, al fanatismo, a la ignorancia, etc. Es, pues, una milicia, un ejército que se disciplina y arma contra un enemigo.

Ángel Jorge Cravero, Gran Maestre de la Gran Logia Argentina
 de Libres y Aceptados Masones
La Masonería, finalmente, dice que se propone establecer en el mundo una religión nueva, universal y tiene todo lo que puede desearse en materia de ritos y ceremonias relativas a un culto religioso. Es, pues, también, una religión.

Según la Masonería, el estado de naturaleza es el estado ideal del hombre: es él estado en que él encuentra y conserva su perfección y su felicidad. Ese estado ha sido destruido por la religión y por la sociedad, por los reyes y por los sacerdotes. Estos son los que han quitado a los hombres su libertad primitiva, su igualdad y destruido su fraternidad. La Masonería se propone, entonces, devolver al hombre su perfección y felicidad original, su libertad, su igualdad y su fraternidad natural10. He dicho que esas palabras hay que entenderlas en el sentido masónico. ¿Cuál es el sentido masónico?

Libertad, para los masones perfectamente iniciados, es la independencia absoluta e ilimitada del hombre; es el desconocimiento de toda ley y de toda autoridad; es la rebelión absoluta. En este sentido, el subdito, sujeto a un gobernante, no es libre; el hijo, sujeto a su padre no es libre; la esposa, sujeta a su marido, no es libre: el hombre que vive en sociedad, tampoco es libre. ―El hombre no es libre si no es dueño soberano de sus pensamientos y de sus actos‖.

La libertad es idéntica a la soberanía, dice “L'Ere Nouvelle”.

―No seamos más súbditos, sino soberanos, entonces seremos libres‖, dice el H.·. Fleury.

―Cada hombre es su sacerdote y su rey, su papa y su emperador‖, dice el H.·. Potvin.

―No respondemos de nuestros actos sino a nosotros mismos‖, dice el H.·. Lacroix (Benoit, F. M. I, 11- 13).

La Igualdad, entendida también en el sentido masónico, no comprende sólo la igualdad de naturaleza y de derechos, que son innatos en ella, como lo enseña la filosofía racional, sino que comprende también la igualdad absoluta en toda clase de derechos, sean innatos, sean adquiridos.

―Los hombres son iguales en derecho: todos y desde todo -punto de vista son de igual condición‖, es la síntesis de la doctrina masónica acerca de la igualdad, expresada por León XIII en su Encíclica Humanum Genus.

―Entre los masones (y un día, gracias a ello, será entre todos los hombres) no hay primero ni último; no hay fuertes ni débiles, ni grandes ni pequeños, no hay sino hermanos, todos iguales y todos queriendo serlo‖. (Précis Hist. de l‟Ondre de la Franc. Mas., Benoit, F. M. I, 12).

La Fraternidad en el sentido masónico, no envuelve solamente nuestra comunidad de origen, que nos hace clamar “Padre Nuestro que estás en los cielos‖, sino la supresión de toda desigualdad, de toda distinción de derechos, de modo que no ha de haber sino una sola familia universal no familias particulares, como ahora; no ha de haber sino una sola nación, no naciones particulares; una sola Iglesia; y esa sola familia, y esa sola nación, y esa sola iglesia, es la humanidad.

Fuera de ese sentido, en la Masonería se da también a la fraternidad el sentido restringido al socorro mutuo entre los hermanos masones, como en toda otra sociedad de socorros mutuos, eso sí que llevada a extremos inaceptables, como veremos después, con el favor de Dios.

Además, para ciertos iniciados esa palabra fraternidad tiene otro sentido más secreto y abominable, como lo tenía la ―caridad‖ para los antiguos gnósticos, las costumbres licenciosas, la asociación para los placeres sensuales, etc. Eso hizo decir al Papa Gregorio XVI en la Encíclica en que condenaba la Masonería, que ―todo lo que ha habido de más sacrílego, blasfemo y vergonzoso en las herejías y en las sectas más criminales, se ha juntado en las sociedades secretas como en una sentina universal de todas las infamias‖ (Ene. Mirari vos).

Para edificar ese templo es menester destruir toda autoridad, toda jerarquía, toda familia, toda religión.


¿Cuáles son los obstáculos que tiene que destruir o los enemigos que tiene que combatir?

Se comprende desde luego contra qué se disciplina y se arma el ejército de la Masonería: tiene por delante la sociedad civil, con la autoridad que la sostiene y gobierna; tiene la sociedad religiosa, especialmente la Iglesia Católica, que es el baluarte más firme opuesto a la destrucción de las creencias cristianas; tiene la familia, sobre todo la familia cristiana, centro de virtud opuesto a la licencia de costumbres; tiene la propiedad, opuesta también a la igualdad y fraternidad masónicas.

―De la explicación del ritual, dice Eckert, como de la historia y de las confesiones de la Orden, uno tiene derecho para concluir que la Francmasonería es una conjuración contra el altar, el trono y la propiedad, con el fin de establecer sobre toda la faz de la tierra un reino social y teocrático, cuyo gobierno religioso y político tendría su sede en Jerusalén... La condición indispensable de su realización es la destrucción de los tres obstáculos que se oponen a ella: la Iglesia, el trono y la propiedad‖ (Eckert, I, 208).


¿Cuál es el Dios de la Masonería?

¿Cuál es el objeto del culto masónico? ¿Cuál es el Dios que adora la religión nueva y universal de la Masonería? ¿Es Dios, el Supremo Arquitecto del Universo, como lo han llamado? ¿Es la Naturaleza, con la cual muchos identifican a ese Dios? ¿Es el hombre, en el cual se realiza con mayor perfección esa identidad? ¿Es el sol, como símbolo más perfecto del poder de la naturaleza? ¿Es Satanás, tenido por los masones como el Dios bueno? Sí, todo eso es; pero eso no lo saben todos ni lo practican todos conscientemente. Por ahora me contentaré sólo con presentar este resumen; después dedicaré un artículo especial para tratar de la Masonería como religión. El que quiera más amplios detalles, puede consultar las obras que he indicado al principio, sobre todo la de Benoit y la de Serra y Caussa.


El fin supremo de la Masonería.

Suele señalarse también como fin de la Masonería el predominio político de la secta, y a juzgar por las actividades que se despliegan en el campo político, como luego se verá, podría creerse que ése es su anhelo predominante; pero en realidad, y bien mirados sus aspectos, eso no es ni puede ser otra cosa que el medio más poderoso y seguro de realizar el plan de la Masonería.

Hay quien cree que el fin de la Masonería es establecer el predominio judío en el mundo, y no faltan buenas razones que pueden persuadirlo y llegan a hacer dudar si la acción judía, por medio de la Masonería, es lo predominante en esta institución, y, por consiguiente, todo lo demás no es sino medio para llegar a establecer el universal dominio de la raza judía, con más rapidez y seguridad, o bien al revés, si la acción judía no es más que un auxiliar de la. Masonería para conseguir realizar sus designios de anarquía y destrucción universal y tras de ésta, la adoración de Satanás, inspirador de esa obra de rebelión y de anarquía.

Por ahora baste este esbozo acerca del fin; el estudio que sigue irá haciendo ver la verdad de lo que en este artículo se ha expresado. Eso sí, quiero una vez más prevenir a los lectores, que la generalidad de los masones ignora en absoluto cuanto se ha dicho acerca de los fines manifiestamente perversos que persigue la institución a que pertenecen. La probidad, la seriedad y honorabilidad de muchos es manifiesta prueba de que lo ignoran. Si lo supieran estarían muy lejos de ser lo que son, y habría que admitir en ellos una hipocresía incompatible con todo su modo de obrar.


extraído del Libro "El Misterio de la Masonería" 
escrito por José María Cardenal Caro Rodríguez 
(fuente: www.staveritas.com.ar)

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