No cabe dentro de mi propósito dar una descripción detallada de la organización de la Masonería; pero considero necesario dar de ella alguna idea, aunque sea superficial. Los que deseen más detalles, pueden consultar las obras citadas, Espasa, Dom Benoit, etc.
La Masonería está constituida por Grandes Logias o Grandes Orientes, que también se llaman Federaciones; Soberanos Consejos, Potencias Masónicas, y son las grandes divisiones de la Masonería, gobernadas por un Consejo o Comité Ejecutivo con un Gran Maestre a la cabeza., cada una de ellas. Este Consejo es elegido en la Asamblea Masónica, compuesta de representantes nombrados anualmente por las logias de la Federación, uno por cada logia. La Asamblea es el cuerpo legislativo de la Gran Logia o Federación. También suele llamarse Convento. Las Grandes Logias o Grandes Orientes son formados por Talleres o Logias, de las cuales tienen bajo su dependencia mayor o menor número, según sea la prosperidad de la Orden o la extensión territorial de su jurisdicción. Cuando la logia no está regularmente constituida se llama Triángulo o logia en formación. En Bélgica se llaman Círculos Fraternales, cuya existencia se procura disimular cuidadosamente. Su reglamento fué adoptado por el Gran Oriente el 20 de junio de 1880. Sus tenidas son al menos mensuales y secretas. F. B. 23. Cada logia tiene su Mesa Directiva o Consejo de Administración, que también suele llamarse Oriente(1), y se compone del Venerable (o Presidente), Primero y Segundo Vigilantes (Vice-Presidentes), Orador, Secretario, Tesorero, Hospitalario, Experto, Diputado a la Gran Logia, Guarda del Templo, maestros de ceremonias, id de banquetes, porta estandartes, archiveros, etc., etc., y H. H. Sirvientes.
Consejo Directivo.
Sólo los siete primeros forman el Consejo Directivo. Los cinco primeros son llamados ―las cinco luces o lumbreras‖. del taller. Son elegidos por mayoría de votos, entiendo que en el mes de Diciembre de cada año. "Un Venerable no es, pues, dice un ex francmasón, una personalidad tan alta como el vulgo ordinariamente lo cree. No lo es sino en su taller, donde es la primera de las luces y eso sólo por un año, a no ser que se le reelija" (Copin P. O. 157).
Los ritos masónicos.
No todas las logias pertenecen al mismo rito. Estos son las constituciones, reglas, símbolos y observancias de los institutos masónicos. Siendo, al menos aparentemente, independientes entre sí las agrupaciones que siguen los diversos ritos, puede suceder que un mismo jefe o un mismo consejo gobierne muchos ritos. Así, bajo el imperio de Napoleón, Cambaceres reunía en su cabeza las dignidades supremas de un gran número de ritos: ―Era, dice Ragón, Gran Maestre Adjunto del Gran Oriente de Francia, Gran Maestre y Protector del Rito Francés Antiguo Aceptado; Gran Maestre de Honor del Rito de Herodom; Gran Maestre de la Logia Gran Maestra del Rito Escocés Filosófico; Gran Maestre del Rito Primitivo‖, etc. (Benoit, I, 199).
Como se ve, hay gran número de ritos. Actualmente, sólo una docena están en vigor, a saber: el Rito de York o Masonería del Real Arco, practicado en Inglaterra en sus antiguas y actuales colonias y en países donde hay numerosos miembros de esa nacionalidad, como China, Puerto Rico y Chile.
El Rito Escocés Antiguo Aceptado, practicado por masones de diversas naciones, es el más popular y el más difuso, según la Encyclopedia of Freemasonry, y en muchos países, especialmente latinos, sus Supremos Consejos son la única obediencia masónica. Es el que está más en boga en Chile(2).
- El Rito de Herodom, practicado por masones de Escocia, Alemania y Hungría. - El Rito Francés, practicado por masones sometidos al Gran Oriente de Francia. - El Rito Escocés Antiguo Reformado, practicado en Bélgica y Holanda. - El Rito Escocés Filosófico, practicado en la Gran Logia Alpina, de Suiza. - El Rito Joanita, o de Zinmendorf, practicado por algunos masones de Alemania. - El Rito Eléctrico, practicado por la Gran Logia de Francfort del Meno. - El Rito Sueco de Swedenborg, practicado en Suecia y Noruega. - El Rito de Mizraim, practicado por algunos mason.:s sujetos al Consejo General de París, etc., etc.
Los grados.
Todos los ritos tienen los tres primeros grados de aprendiz, compañero y maestro, grados simbólicos, como los llaman; pero no todos tienen el mismo número de grados filosóficos, varando el número total de grados desde cinco o siete hasta noventa y dos que tiene el rito de Menfis. Los masones de los primeros grados se reúnen en logias; los grados superiores se reúnen en capítulos, consejos, corles, tribunales, consorcios, etc.
Los tres primeros grados se confieren siempre con el ceremonial de estilo; no siempre se hace lo mismo con los grados superiores, sino que se suelen conferir por simple nombramiento, menos el 4°, 9°, 14°, y 16° del Escocismo. F. B. 46.
Como se comprende fácilmente, los grados filosóficos corresponden a los grados de conocimientos de las doctrinas y penetración de los símbolos y alegorías que se proponen en la Masonería desde los primeros grados. Sólo en los últimos grados de cada rito se revelan todos los secretos y se adquiere en toda su desnudez libre de ambigüedades y disimulos, la verdad masónica, que no se enseña en los grados inferiores, por. no estar aún preparados los espíritus para recibirla.
Los americanos de Estados Unidos, suelen por sarcasmo o quizás en serio también, dar a algunos masones el título de Brillantes, a otros el de masones del grado de cuchillo y tenedor y a otros el de masones mohosos. Los masones brillantes son los que se saben las ceremonias y las practican al pie de la letra. Parece que hay muchos sencillos que creen que en eso consiste da perfección masónica y quedan muy pagados del título; los de cuchillo y tenedor son los que piensan que todo el fin de la Masonería es el tener buenas comilonas; y los mohosos, son los que vegetan en la Masonería, sin preocuparse mucho de adelantar en el conocimiento de sus doctrinas y propósitos. Creo que entre nosotros hay muchos masones mohosos, es decir, caballeros serios y honorables, que están en la Masonería sin saber por qué ni para qué, como no sea para contribuir con su dinero y con su nombre a que otros realicen lo que a ellos les causaría horror, si lo supieran (3).
Pero no vayamos a creer que los masones se contentan con títulos tan modestos como los de aprendiz, compañero y maestro, para designar los miembros de los altos grados, por más que la igualdad sea uno de sus lemas. No sé que exista otra institución que haya inventado títulos tan retumbantes para distinguir su jerarquía, como la Masonería.
Ahí van unas muestras, tomadas del rito escocés antiguo aceptado: el masón del cuarto grado se llama Maestro Perfecto; el del 11°, Sublime Caballero Electo; el del 16°, Príncipe de Jerusalén, Gran Consejo Jefe de las Logias; el del 19°, Gran Pontífice o Sublime Escocés de la Jerusalén Celeste; el del 28°, Caballero del Sol o Príncipe Adepto; el del 30°, Caballero Kadosch o Gran Inquisidor, Gran Electo, Caballero del Águila Blanca y Negra; el del 32°, Soberano Príncipe del Real Secreto, etc.
Influjo de los grados y logias superiores.
La elección de los dignatarios de las logias se hace por los miembros de ellas; pero la elevación a los grados superiores viene de arriba; a veces, como pasa en los altos grados, sin que los del grado del cual se asciende se den cuenta y aun crean que es por iniciativa de ellos. Eso proviene de que el mecanismo de las logias está admirablemente constituido para ocultar esa y otras muchas influencias que descienden de lo alto, de un poder que está a mucha distancia de aquellos a quienes dirige, sin que ellos lo sepan. Para tener una idea de esta organización, hay que pensar que en el grado ínfimo, que es el de aprendiz, nunca se trabaja en el taller estando solos los aprendices, sino que están siempre vigilados por masones de los grados superiores, por maestros, o por otros más altamente graduados, pero que llevan sólo las insignias de maestros. El aprendiz que da esperanzas de corresponder a los designios de la Masonería recibe ―aumento de salario‖, es decir, es ascendido al grado de compañero, y de la misma suerte ascenderá al grado de maestro. Confundidos con los maestros, suelen asistir a las logias los hermanos de grados superiores, que los vigilan a ellos y les procuran el ascenso o aumento de salario, si lo merecen. De modo que así como los aprendices tienen ya secretos para con el mundo profano, así los tienen los compañeros y los maestros respectivamente con sus inferiores, y así los tiene cada grado con el que le es inferior.
A veces son conocidos los hermanos de grados superiores, a veces son desconocidos; el qué asiste a la logia los ve sujetos al venerable, obedientes a él y se imagina que son de su mismo grado, o a lo sumo del grado de maestro, siendo así que está en presencia de miembros de una logia superior. Estos son los que traen de arriba las inspiraciones masónicas, así como ellos, a su vez, las reciben de otros superiores. Cada logia es, para la de grado superior, como el mundo profano es para la ínfima. Conocidos o desconocidos los hermanos de grado superior estudian el estado de ánimo, la preparación alcanzada por la logia inferior y en el momento oportuno sugieren la idea que quieren hacer prevalecer, la resolución que quieren hacer tomar. La propone uno de ellos y la apoya otro u otros que ya están convenidos en la logia superior; y los de la logia inferior, que ignoran tal vez que la resolución que se les propone es un acuerda tomado más arriba, la adoptan como de propia iniciativa. Hay, pues, una ingeniosísima pirámide masónica, como la llama Copin-Albancelli, que tuvo buena ocasión de conocerla.
Y sin embargo, ¡cuánto se habla de igualdad y libertad en las logias!
La Masonería, Asociación Universal. — Su unidad espiritual.
Se suele distinguir entre la masonería inglesa o anglosajona y la masonería latina, y no falta algún fundamento para esta distinción, dado el distinto modo de proceder que tienen las logias de una y otra raza; más aún, no ha mucho hubo una ruptura entre las logias inglesas y americanas anglosajonas y las latinas, a causa de la extrema irreligiosidad y materialismo de que éstas hicieron profesión.
Eso no quita, sin embargo, que haya entre ellas no sólo la comunidad de origen, sino también la unión en el espíritu general de los ritos simbólicos, y se puede asegurar sin peligro de equivocarse, que reina la unión en la ocultísima dirección suprema, de la cual la casi totalidad de los masones no se da cuenta, porque todo está muy bien arreglado para cazar incautos que no se den cuenta. Esta dirección suprema juega al tira y afloja, según las conveniencias de tiempos y lugares; sabe esperar, sabe retroceder cuando le conviene, para no comprometer el terreno ganado y las posiciones ventajosas para nuevas conquistas en el porvenir. Desde el fin del último siglo, una gran asamblea de los principales jefes decretó que un masón admitido a los tres primeros grados, sería reconocido por hermano legítimo en todas las logias de cualquier rito que fueren; lo cual no es arbitrario, puesto que toda la masonería está encerrada en los tres primeros grados, de los cuales los demás no son más que explicación o reproducción. Como se ha dicho, todo es cuestión de entender con mayor o menor perfección lo que se profesa en los tres primeros grados que son comunes a todas las logias. “Estos son el texto, dice Mackey, y los altos grados son el comentario” (Preuss, A. F. 381).
―La Francmasonería es una institución cosmopolita‖, dice el art. 1° de los estatutos del Gran Oriente (de Bélgica). Ese cosmopolitismo se afirma en la organización de las Logias de los diversos países por la constitución recíproca de los ―garantes de amistad‖. Las Potencias Masónicas nombran entre los H.·. de cada una de las demás Potencias un representante oficial que lleva ese título. F. B. 48.
Es evidente que no hay unidad de ritos; pero esta variedad ―no afecta la universalidad de la Masonería.
El ritual es sólo la forma externa y extrínseca. La doctrina de la Francmasonería es la misma en todas partes. Es el cuerpo inmutable quedando en todas partes el mismo”. Así lo afirma el Dr. Masón Mackey en la Encyclopedia (Preuss, A. F. 385).
Después de expresar el deseo de que aun el ritual sea más perfecto y en todas partes semejante, continúa el mismo Dr.: ―Pero si esto es imposible, como lo es, al menos nos ha de consolar el que mientras las ceremonias o el ritual hayan variado en diferentes períodos y aun varíen en diferentes países, la ciencia y la filosofía, el simbolismo, y la religión de la Francmasonería continúa y continuará siendo la misma dondequiera que la verdadera Masonería sea practicada‖ (Preuss, A. F. 386). Esa consecuencia la prueba en seguida el doctor Masón examinando los símbolos que se usan en las logias, el derecho de visitar las logias concedido a todo masón de cualquiera logia o país que sea, sin que las pocas excepciones establecidas por algunas logias de los Estados Unidos alcancen a destruir la ley general; de modo que de esa unión resulta el vínculo sagrado que, como él dice: ―reúne a los hombres de las más discordantes opiniones en una banda de hermanos, que no da sino un mismo lenguaje a hombres de todas las naciones y un altar, a hombres de todas las religiones”, y con razón, por tanto, ese vínculo se llama ―el Místico Lazo”, y los masones, por estar unidos bajo su influencia o gozar de sus beneficios, son llamados ―Hermanos del Místico Lazo‖ (Preuss, A. F. 391-392)(4).
De ahí es que ―las autoridades masónicas unánimemente afirman que la Franc-Masonería por todo el mundo es una y que toda la Franc-Masonería no forma realmente sino una Logia‖ (Cathol. Ecycl.).
¿Cómo se explica, entonces, la ruptura de relaciones con el Gran Oriente de Francia, a causa del ateísmo de que éste hizo profesión, cambiando el artículo 1° de la Constitución de 1812, párrafo II, donde se profesaba la existencia de Dios y la inmortalidad del alma? La distinción entre Masonería esotérica, u oculta, y exotérica, o externa, lo explica fácilmente. Es cuestión de táctica: En Francia se creyó el mundo masónico suficientemente preparado para recibir la profesión del ateísmo y ésta se estableció; en Inglaterra y Estados Unidos no estaba preparado para tanto y vino esa ruptura puramente exterior, que afecta solamente a los mal instruidos en los principios de la Masonería, no a los de grados superiores que están penetrados de esos principios. Ya veremos que en Estados Unidos se prepara rápidamente el terreno para llegar a la misma declaración de ateísmo.
Para apreciar mejor en lo que vale la diferencia entre la Masonería inglesa y la latino-americana, en lo que concierne a la Religión, conviene tener a la vista el 1° de los seis artículos de los ―Old Charges‖ (antiguas obligaciones) de la Constitución de la Gran Logia Inglesa, redactada por Anderson en 1723, restaurado en el ―Libro de las Constituciones‖ de 1756 y 1813. Dice así: ―Un masón está obligado por su profesión a obedecer la ley moral y si entiende rectamente el Arte, jamás será un Ateo estúpido ni un Libertino irreligioso‖.
―Pero aunque en tiempos antiguos los masones estaban obligados en cada país o nación, a tener la religión nacional, sin embargo se tiene ahora por más conveniente obligarlos solamente a aquella, región en la cual todos los hombres convienen dejándoles para sí mismos sus opiniones particulares: esto es, ser hombres buenos y veraces, u hombres de Honor y Honradez, cualesquiera que puedan ser las Denominaciones o Persuasiones que los distingan. Por donde la Masonería llega a ser el Centro de Unión y el Medio de ajustar verdadera Amistad entre Personas, que deberían haber quedado a perpetua distancia‖.
La Constitución Gothica (Cristiana) de las antiguas Logias de operarios masones antes y después de 1747, decía: ―La primera obligación es que Ud. sea fiel a Dios y a la Santa Iglesia y no profese error o herejía‖.
La diferencia salta a la vista.
La nueva redacción está calculada para admitir en la Masonería a todos, aun a los Ateos, con tal que no sean estúpidos, y si bien se examinan las cosas, aun éstos tienen cabida, como de hecho hay muchos en las logias de todas las naciones. Cualquiera puede ver también a lo que se reduce la religiosidad que se exige a los masones, a saber: ―Ser hombres buenos y veraces, u hombres de honor y honradez, cualesquiera que sean sus convicciones‖.
De ese verdadero alcance de la Constitución Masónica inglesa, provino que el cambio hecho por el Gran Oriente de Francia, encontró aceptación en muchos masones de Estados Unidos. Tanto es así que, a pesar de que la Gran Logia de Inglaterra exige, por resoluciones tomadas en 1878, la fe en el Gran Arquitecto del Universo, son reconocidos como masones, aquellos que como Spencer y otros filósofos naturalistas de ahora llaman Dios al principio oculto todopoderoso que obra en la naturaleza, o como los que siguen el ―Handbuch‖ (3° Ed. II, 231) y sostienen como dos columnas de la Religión ―el sentimiento de la pequenez del hombre y de la inmensidad del tiempo y del espacio‖ y ―la seguridad de que todo lo que es real tiene su origen en el bien y que todo lo que sucede ha de ser para mayor bien‖.
Todo en la Masonería está lleno de ambigüedades. Los textos, de 1723 y 1738, de la ley fundamental concernientes al Ateísmo, son ambiguos de propósitos. El Ateísmo no es condenado positivamente, sino desaprobado apenas lo suficiente para encarar las exigencias del tiempo, cuando su franca admisión habría sido fatal a la Masonería. Cath. Encycl. Masonry.
La Federación Masónica Internacional.
Desde 1902, gracias a los subsidios regulares de 25 Potencias Masónicas y a los donativos de generosos hermanos, había funcionado en Neufchatel la Oficina Masónica Internacional, bajo los auspicios de la Gran Logia Suiza Alpina y debido a los esfuerzos del H.·. Quartier la Tente.
Últimamente, en 1921, ha quedado establecida en Ginebra la Asociación Masónica Internacional con el nombre de ―Federación. Masónica‖, cuyos estatutos pueden verse en ―Documentation Catholique‖, 1923.
En ese Congreso estuvieron representadas 27 Potencias Masónicas, entre ellas la de Chile, con un total de 360.151 adherentes. El Gr.·. Or.·. de Santiago tenía 3.800. La Rivista Massonica, de donde se toman esos datos, da la noticia que el ilustre H.·. Alfred Robbins, G.·. Vig.·. Hon.·. y Jefe Administrador de la Serenísima Gran Logia de Inglaterra, había ido a Estados Unidos para intervenir oficialmente en las reuniones anuales de las Grandes Logias de Massachussets, Jersey, Missouri, Jowa, Illinois y Ohio, para declarar oficialmente, en nombre de S. A. R. el Duque de Connaught, que la Gran Logia de Inglaterra, participa con plena simpatía en el movimiento del Congreso Masónico de Ginebra, secundado por la Gran Logia de Nueva York, para realizar la unión legítima y desautorizar las Grandes Logias irregulares esparcidas por el mundo. Si las Grandes Logias inglesas y norteamericanas entran en la Federación Masónica Internacional, la preponderancia anglo-sajona será enorme, ya que entre las ya federadas, la Gran Logia de Nueva York, supera a todas las demás federadas juntas, pues ella sola tiene 286.954 adherentes.
(1) Los talleres, o templos, llamados también logias, donde trabajan los masones, suelen estar construidos de modo que la Presidencia, a la cual se da también el nombre de Oriente, esté bacía ese punto cardinal. Ya se verá el por qué de esa disposición. En la Constitución de la Gran logia se llama indiferentemente taller o logia, la corporación misma de masones que tienen su Oficialidad propia.
(2) El Rito Escocés Antiguo Aceptado fué organizado en 1801 sobre la base del Rito de Perfección Francés Escocés, establecido en París, en 1758, por el Consejo de los Emperadores del Oriente y del Occidente. En 1908 había 26 Supremos Consejos universalmente reconocidos, entre los cuales figura el de Santiago de Chile, establecido en 1870. Para la historia del Gran Oriente de Francia y de la Gran Logia. Escocesa se puede consultar a Eckert, I, 304-5; II, 56 sigs. F. B. 44, etc.
(3) También llaman Masones Papagayos a los que saben de memoria ritual y catecismo sin preocuparse de su historia ni de su sentido (Preuss, A. F. 11).
(4) El objeto de los trabajos mas.·. es siempre el mismo y de ninguna manera 16 alteran las diferencias que puedan existir en los diversos ritos seguidos en el Tall.·. (Const. de la Ord.·. Mas.·. en Chile; Tít. II, Art. 17. 1862).
extraído del Libro "El Misterio de la Masonería"
escrito por José María Cardenal Caro Rodríguez
(fuente: www.staveritas.com.ar)
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