Con el avance de las tecnologías y el consumo de los dispositivos más
modernos, vivir desconectado se puede convertir en un problema. |
Esta “ciber-depencia” es una de las varias patologías que han acompañado al desarrollo de la web a lo largo de los últimos 20 años.
Al respecto, el diario francés Le Monde publicó un reportaje (cf. «Ces branchés qui débranchent», 28.04.2012) sobre la decisión de la mayoría de los empleados de Apple, Google y los de otras empresas de Silicon Valley (EEUU), de inscribir a sus hijos en colegios “desconectados”, es decir, donde las tecnologías estén ausentes.
“La computadora no es más que una herramienta. El que sólo tiene un martillo piensa que todos los problemas son clavos. Para aprender a escribir es importante poder efectuar grandes gestos. Las matemáticas pasan por la visualización del espacio. La pantalla perturba el aprendizaje. Disminuye las experiencias físicas y emocionales”, afirmó Pierre Lambert, uno de los cerebros de Microsoft.
Un caso de estos colegios “desconectados” es el Waldorf School, un colegio privado estadounidense cuyo alumnado está compuesto por tres cuartas partes de hijos de trabajadores de la industria de las tecnologías e Internet. Allí, la enseñanza se apoya en instrumentos tradicionales: el pizarrón, la tiza, los lápices, los cuadernos de papel, es decir, de todo lo que precisan para escribir a mano.
Dados los efectos patológicos (en el campo pedagógico, sobre todo, pereza y dispersión mental así como la incapacidad para el desarrollo de habilidades), la búsqueda de colegios que no dispongan o limiten el uso de tecnologías, se convertirá en una tendencia en clases acomodadas, pronostica Le Monde: “Los ‘pobres’ de la tecnología son los que no pueden eludir la responsabilidad de responder de inmediato un correo electrónico o un mensaje de texto. Los nuevos ricos, por el contrario, son aquellos que tienen la posibilidad de filtrar e instaurar distancia respecto a esta interpelación”.
Una nueva patología
El término “homofobia” fue acuñado durante un estudio realizado por la Oficina de Correos del Reino Unido para estimar la ansiedad que sufren los usuarios de celulares.
Esta investigación se llevó a cabo en 2011 y contó con una muestra de 2.163 personas, revelando que casi el 53% de los usuarios de teléfonos móviles en el Reino Unido tienden a sentir ansiedad cuando "pierden su teléfono móvil, se les agota la batería o el crédito, o no tienen cobertura de la red."
De acuerdo con el estudio, alrededor del 58% de los hombres y el 48% de las mujeres sufre de la fobia, y un 9% adicional se siente estresado cuando sus celulares están apagados. La investigación también ha demostrado que los niveles de estrés de una persona con nomofobia son equiparables con los nervios que se tienen, por ejemplo, el día antes de una boda o la visita al dentista.
Respecto de las razones para que la ansiedad se manifestase, el 55% afirmó que era por el hecho de estar "aislado" de las posibles llamadas o mensajes de familiares y amigos, mientras que un escaso 10% afirmó que la causa era su trabajo, ya que le exigía estar conectado permanentemente.
Fuentes:
A&A y Thisislondon.co.uk y Boletín Salesiano Argentina
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