A la Hora Santa, del próximo domingo, que presidirá el Papa desde la Basílica de San Pedro, se unirán en conexión mundial en directo, en esta especial Adoración Eucarística, las catedrales y parroquias de todas las diócesis del mundo. El mismo Santo Padre Francisco ha presentado las intenciones de oración para este momento importante de súplica, anunció Mons. Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Por lo que, siguiendo la invitación del Papa, se rezará por la Iglesia difundida en todo el mundo, que el Señor la haga cada vez más obediente a la escucha de su Palabra y que esta Palabra que salva pueda resonar brindado misericordia, consuelo, alegría y serenidad. El Santo Padre pide también que se rece por cuantos en diversas partes del mundo sufren las nuevas esclavitudes y son víctimas de las guerras, trata de personas, narcotráfico y del trabajo esclavo, por los niños y mujeres que padecen todo tipo de violencia, así como por los que viven en la precariedad económica, sin empleo, ancianos, inmigrantes, sin techo, encarcelados y marginados.
La cita es para las cinco de la tarde hora de Roma, que en Rarotonga, Islas Cook, coincidirán con las cinco de la madrugada; las diez de la mañana, en Nueva Orleans, Estados Unidos, las once de la noche en Hanoi, Viet Nam, y las tres de la madrugada del 3 de junio, en Christchurch, Nueva Zelanda.
Y mientras Roma se prepara para celebrar el Corpus con su Obispo, el próximo jueves. En efecto, el Papa Francisco presidirá, por primera vez como Obispo de Roma, la tradicional celebración de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Pasado mañana, jueves 29 de mayo, después de la Santa Misa, que tendrá lugar en el atrio de la catedral romana, la basílica papal de San Juan de Letrán, el Santo Padre presidirá la Procesión Eucarística, que recorriendo la antigua vía Merulana, llegará a la Basílica de Santa María la Mayor.
Intenciones de oración propuestas por el Santo Padre Francisco
1. Por la Iglesia extendida por todo el mundo y reunida hoy, en signo de unidad, en la Adoración a la Santísima Eucaristía. El Señor la haga siempre más obediente a la escucha de su Palabra y así pueda presentarse ante el mundo “más bella, sin mancha ni arruga, sino santa e inmaculada” (Ef 5,28). A través de su fiel anuncio, la Palabra que salva resuene siempre como portadora de misericordia y propicie un renovado compromiso en el amor que ofrezca pleno sentido al dolor y al sufrimiento, y restituya la alegría y la serenidad.
2. Por todos los que en diversas partes del mundo viven el sufrimiento de las nuevas esclavitudes y son víctimas de las guerras, de la trata de personas, del narcotráfico y del trabajo “esclavo”; por los niños y las mujeres que sufren cualquier forma de violencia. Pueda su silencioso grito encontrar la Iglesia despierta. Así, teniendo la mirada fija en el Cristo crucificado, ella nunca olvide tantos hermanos y hermanas dejados en manos de la violencia.
Además, oremos por todos aquellos que viven penurias económicas, sobre todo por los desocupados, los ancianos, los inmigrantes, los que no tienen hogar, los presos y por todos los que experimentan marginación. La oración de la Iglesia y su activa labor de cercanía en la caridad sea para ellos consuelo y apoyo seguro. Que ella pueda alentar siempre la esperanza y la audacia en la defensa de la dignidad de la persona humana.
(fuentes: www.annusfidei.va; es.radiovaticana.va)
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