DEVOCIÓN. Unos 300.000 files de distintas partes del país participaron de las celebraciones. TELAM |
La primera de las celebraciones centrales fue el encuentro entre las imágenes de la Virgen de Itatí y la Virgen de Caacupé, Patrona de Paraguay, en que decenas de embarcaciones realizaron una peregrinación náutica con las imágenes de ambas vírgenes.
La Misa central de la Virgen de Itatí, celebrada el 16 de julio, fue presidida por el Arzobispo de Corrientes, Mons. Andrés Stanovnik, quien resaltó la disposición de la Virgen en el servicio y la importancia de reflejar su ejemplo en todo momento, de manera especial en las familias.
"El evangelista anota que la Virgen fue sin demora, lo que refleja la disposición interior de la Virgen María al servicio", señaló el Prelado, y añadió que "la Iglesia aspira a promover ciudadanos más responsables de nuestras obligaciones y conscientes de nuestros derechos".
Virgen de Itatí
Es la advocación mariana venerada en la ciudad de Itatí. La devoción se remonta a una leyenda según la cual el rezo de un rosario salvó a un misionero jesuita español y los aborígenes que había convertido al catolicismo de un ataque de nativos.
La leyenda narra que el paso del arroyo Yaguarí se abrió por la mitad y los rebeldes emprendieron la retirada y el pueblo de Itatí quedó a salvo gracias a la intervención de la Virgen.
Coronación Pontificia
El 16 de julio de 1900, en las puertas del Santuario de la Santísima Cruz de los Milagros de Corrientes, la Virgen de Nuestra Señora de Itatí fue coronada por el Obispo de Paraná, Mons. Rosendo de la Lastra y Gordillo, a nombre del Papa León XIII, ante los obispos argentinos de Paraguay y Uruguay y una multitud de fieles.
La corona fue concebida como una joya al estilo de las coronas imperiales del Renacimiento, en oro, con incrustaciones, de amatistas y topacios de gran tamaño y dibujos de artística expresión.
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