Celebración de Santiago Apòstol en la ciudad de La Banda |
El martes 24 de julio, víspera de la fiesta del Apóstol Santiago, patrono de la ciudad, provincia y diócesis de Santiago del Estero, el obispo diocesano, monseñor Francisco Polti, presidió en la ciudad santiagueña de La Banda los actos centrales en honor del Apóstol y celebró a las 10.30 la santa misa en el templo parroquial Santiago Apóstol, al término de la procesión con la imagen del Santo que se realizó alrededor de la plaza Belgrano.
Con el lema “Con Santiago Apóstol, en el año de la fe descubramos a Jesús en el rostro del hermano”, las celebraciones se iniciaron a las 7 de la mañana con la tradicional salva de bombas, a las 8 con el rezo de laudes, a las 9, con el Rosario de la Aurora, y a las 10 se inició la procesión con todas las comunidades del Decanato Banda, por las calles Balcarce, Lavalle, Vicente López y alrededor de la plaza Belgrano, para culminar con la santa misa, a cuyo término, a las 11, se sirvió un chocolate fraterno a todos los presentes.
Homilía
“Convocados por la palabra de Dios y reunidos en torno a la Mesa del Señor, pidamos con fe el don del Espíritu para que nuestra Iglesia, por el martirio del Apóstol Santiago, sea fortalecida en nuestra provincia, y para que se mantenga fiel a Cristo hasta el fin de los tiempos”, expresó el Pastor santiagueño en la homilía de la misa.
“Sabemos muy bien la historia de nuestro Patrono -continuó diciendo-, de cómo la Madre de Dios y Madre nuestra se le apareció para darle ánimos. Es muy posible que a nosotros también nos pueda llegar el desaliento en alguna ocasión y que nos encontremos aturdidos y abatidos por las dificultades para seguir de cerca a Cristo”, porque “el anuncio del Evangelio de Jesucristo, afronta hoy algunas situaciones sociales nuevas que nos interpelan como Iglesia y exigen respuestas adecuadas para dar razón de su esperanza. Se trata de nuevos desafíos a la evangelización en el mundo contemporáneo”.
“La primera evangelización -explicó- se inició el día de Pentecostés. Los Apóstoles recibieron al Espíritu Santo mientras se hallaban reunidos en oración en el Cenáculo con la Santísima Virgen María, Madre de Jesucristo. Santiago, como Pedro, Juan, Andrés y los primeros compañeros confiaron, se fiaron, en las palabras de Jesucristo, se pusieron a “remar mar adentro” y a “echar las redes” para anunciar, con palabras y de verdad, a tiempo y a destiempo, la Buena Noticia del Evangelio”.
“La nueva evangelización no significa un nuevo Evangelio, porque Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y por lo siglos. Según las palabras de Juan Pablo II, la nueva evangelización significa reavivar en nosotros el impulso de los orígenes, dejándonos impregnar por el ardor de la predicación apostólica de Pentecostés. Para ello no debemos olvidar que somos instrumentos en las manos de Dios y El espera correspondencia a esa gracia. Podemos y debemos utilizar todos los recursos de nuestra inteligencia y capacidad, todos nuestros talentos, al servicio de la causa del Reino y de nuestra Iglesia que peregrina en Santiago del Estero”.
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