Entrevista a exmarinero y diácono español que trabaja con tripulación de mercantes.
ROMA, jueves 22 de noviembre de 2012 (ZENIT.org).- Acabada la tercera jornada de trabajo del XXIII Congreso Mundial del Apostolado del Mar, que se realiza en el Aula del Sínodo, el exmarinero español Ricardo Rodríguez Martos, actualmente diácono y delegado diocesano del Apostolado del Mar en Barcelona, afirma: “La parábola que inspira el apostolado del mar es la del buen samaritano". Informa sobre el servicio que la pastoral del mar, Stella Maris, presta a las gentes del mar cualquiera sea su procedencia y religión.
Ricardo Rodríguez Martos ilustró a ZENIT sobre algunos particulares en esta misión que quiere estar al paso con la nueva evangelización.
“La parábola que inspira el apostolado del mar es la del buen samariatano --indica- que no pregunta a la persona herida, de dónde vienes, qué piensas o en qué crees, sino que te ayuda porque eres un ser humano. Tenemos que evitar la rutina, redescubrir que estamos transmitiendo el mensaje cristiano y ser también evangelizados por los testimonios de vida que recibimos de los marinos”·
Y precisó: “Aquí estamos tratando también temas legales porque la legislación que protege a los marinos es un instrumento importante para llevar ese mensaje de buena nueva. Tenemos el tema de los barcos de crucero, de la pesca, y otros sectores. Abordamos las problemáticas que podemos debatir, para tener la visión de los expertos sobre un tema concreto. Además es fundamental la relación entre nosotros”.
¿En qué tipos de barcos trabajan, cómo son los tripulantes?
--Rodríguez Martos: Básicamente trabajamos con el sector mercante si bien recibimos barcos de todo tipo. Simplificando un poco podemos distinguir dos tipologías de barcos, los de carga y el crucero.
En los mercantes son tripulaciones de entre 12 y 25 personas, multinacionales, mayoritariamente de los países llamados del tercer mundo: filipinos, paquistaníes, de India, y del Este, especialmente Rusia y Ucrania.
¿Cuál es el problema fundamental de estos trabajadores?
--Rodríguez Martos: Sigue siendo el de la comunicación, el contacto con los puertos y poder desconectar del barco, porque los barcos están poco tiempo atracados, no hacen noche. Aumentan además las distancias entre los lugares de atraque y las ciudades. Por ello nosotros ofrecemos un servicio gratuito de transporte, que los recoge y los trae a nuestro centro, que está muy cerca de la ciudad.
¿Qué necesitan ellos básicamente?
--Rodríguez Martos: La comunicación con la familia, sea por sky, internet o teléfono. Además hoy existen tarjetas Sim para los móviles, especiales para los marinos, que pueden usarse en cualquier parte de las costas del mundo. Para ellos es una herramienta muy importante.
¿Por qué es tan importante este contacto con las familias?
--Rodríguez Martos: Un marinero español se pasa dos semanas o un mes fuera de casa. Estos no, llegan desde Indonesia en un avión, se embarcan en un puerto europeo y pasan ocho meses entre los puertos de América a los de Europa. Si bien un marinero se acostumbra a estar solo, necesita sentir que sigue formando parte de una familia y de una sociedad, mismo que esté lejos de ella. Antes eran las cartas y ahora es internet. Y es muy bonito cuando ves a los marineros, muchos con su propio portátil hablar con sus mujeres o niños.
¿Qué significa Stella Maris para un marinero?
--Rodríguez Martos: Para el marino Stella Maris representa un punto de referencia al margen de cualquier sociedad. Nuestro lema a nivel mundial es “tu hogar lejos de tu hogar”. Y pretendemos ser esto para cualquier marinero, sea judío, cristiano o musulmán.
¿Cuál es la necesidad espiritual de un tripulante?
--Rodríguez Martos: Tenemos muy en cuenta la necesidad espiritual del marinero, delante del marinero cristiano y en general, aunque no subimos a un barco con una biblia en la mano, porque parecería que… si bien cuando un marinero se interesa le ofrecemos una. Saben que Stella Maris es de la Iglesia católica, los filipinos, si están varios días, nos piden una misa a bordo y, si hubo algún accidente, nos solicitan una bendición para el barco. Para la cuaresma, pascua y adviento distribuimos materiales sencillos pero con contenido de catequesis, adaptados a su realidad.
¿Y los sacramentos?
--Rodríguez Martos: Participar a la eucaristía normalmente no pueden, si bien cuando llega al puerto si hay un Stella Maris, tienen la posibilidad.
¿Y con los de otras religiones?
--Rodríguez Martos: Por nuestra dimensión hemos de acoger a todo marinero. Si vemos un barco con tripulación mayoritariamente ortodoxa, o de otra religión, les preguntamos si necesitan a alguien ortodoxo, anglicano, etc.
¿Una relación interreligiosa?
--Rodríguez Martos: Sí, tenemos en cuenta a las otras religiones y todos los años realizamos una jornada interreligiosa de Stella Maris con budistas, musulmanes y judíos, y gracias a esa relación, en alguna ocasión por ejemplo, cuando un barco musulmán estaba el viernes en el puerto, les hemos preguntado si querían que le lleváramos a la mezquita. Ellos saben que somos católicos y allí está nuestro testimonio, pero si un musulmán, para sentirse espiritualmente bien, quiere ir a la mezquita --y no confunde las cosas- le ayudamos, pues saben que lo hacemos con espíritu de solidaridad.
¿Y con los barcos de crucero?
--Rodríguez Martos: Los barcos de crucero tienen un problema añadido, porque puede haber ochocientos o mil tripulantes, además de los pasajeros. Sólo los de la línea Costa tienen capellán; los otros solamente para circunstancias especiales dan el permiso de subir a bordo. Esos tripulantes tienen jornadas superiores a las doce horas diarias, en un régimen casi militar, hacinados en camarotes de cuatro, cinco o seis, y esto hace difícil la vida a bordo, y son los que normalmente te plantean problemas de tipo laboral, si los tratan mal, situaciones complicadas. En Barcelona tenemos una oficina extra para ellos. Eso es lo que hacemos.
¿Stella Maris también realiza esto en otros puertos?
--Rodríguez Martos: Según las estructuras de cada puerto y de lo que se disponga, pero la filosofía es la misma.
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