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lunes, 2 de mayo de 2016

¿Qué método es mejor para orar: libros de oraciones o la oración Interior?

A medida que crecemos en nuestra vida espiritual, debemos de buscar una vida de oración balanceada

 En la vida espiritual existen dos métodos de oración que son comúnmente usados por todo por las personas: ya sea que usen libros de oraciones o que oren a Dios a través de oraciones con sus propias palabras y pensamientos.

¿Deberíamos de preferir una de la otra? ¿Una es más efectiva que la otra? Veamos lo que nos dice San Gregorio del Sinaí:

“No dejen los libros de oraciones. Algunas personas se aferran a métodos de oración que se encuentran en libros de oraciones mientras otros dejan los libros de oraciones y sé concentran completamente solo en sus propias oraciones interiores. Tú puedes tomar el camino del medio: no digas tantas oraciones porque terminarás exhausto; pero no las abandones de una vez porque esto te debilitara. En la misma forma, si para ti es fácil orar con tus propias palabras y es algo que fluye en tu corazón, no lo dejes para tomar un libro. Esto sería como si dejaras a Dios en la profundidad de tu corazón y entonces trataras de conversar con él desde el exterior. (El camino de un Peregrino, 180).”

Desde el punto de vista en San Gregorio, no deberíamos abandonar ningún método de oración. Ambos tienen sus propios méritos y no deben ser dejados del lado en lo absoluto. Al mismo tiempo, el menciona como no debemos dejar de orar en la medida que vemos como Dios se mueve y debemos continuar ello. El principio aparece reflejado en el catecismo:

“2700 Por medio de su Palabra, Dios habla al hombre. Por medio de palabras, mentales o vocales, nuestra oración toma cuerpo. Pero lo más importante es la presencia del corazón ante Aquél a quien hablamos en la oración. “Que nuestra oración se oiga no depende de la cantidad de palabras, sino del fervor de nuestras almas” (San Juan Crisóstomo, De Anna, sermo 2, 2).”


No limitar las formas en la que Dios nos habla

El principal objetivo de la oración nunca debe ser la cantidad sino la calidad. Si vemos que estamos creciendo a través de libros de oración para con Dios, entonces debemos mantenernos en esa oración. Si vemos que Dios nos habla a través de las oraciones propias, entonces debemos descansar en La Presencia de Dios.

De cualquier forma, no debemos limitar las formas en las que Dios pueda querer hablar con nosotros. Es posible que Dios quiera que dejemos a un lado el libro un momento para simplemente hablar con Él. O Dios puede querer que levantemos nuestro libro de oración y encontremos palabras de las escrituras o de una oración que exprese lo que Él quiere comunicarnos.

Similar la experiencia de San Agustín donde el escuchó en las profundidades de su corazón “agarra un libro y lee…”, Dios muchas veces ocupa ambos métodos para hablarle a nuestra alma.


Saber discernir

Finalmente parece obvio para algunos, pero es importante recordar. Somos seres humanos y muchas veces necesitamos variedad para mantenernos interesados. Esto pasa también en la vida espiritual. Si encontramos que nuestra oración se siente seca después de rezar todas nuestras novenas entonces tal vez necesitamos sentarnos, dejar a un lado el libro de oraciones y escuchar a Dios. Al mismo tiempo, si nos sentamos a orar y sentimos que Dios no se mueve en nuestros corazones, tal vez debamos tomar un libro y ver lo que Dios quiere inspirar en nosotros.

A medida que crecemos en nuestra vida espiritual, debemos de buscar una vida de oración balanceada donde busquemos responder a los misteriosos movimientos de Dios en la profundidad de nuestras almas.

Adaptación y traducción al español por Manuel Rivas, para PildorasdeFe.net
de artículo publicado en: Philip Kosloski.com,
autor: Philip Kosloski

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