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viernes, 28 de diciembre de 2007

Feliz 2008!!


Roguemos a Dios por el nuevo año que comenzará. Sería bueno ponerlo en Sus Manos, que sea todo lo que Él quiera y que cada uno de nosotros sea dócil a su Voluntad.

El blog se toma vacaciones a partir de hoy hasta el 15 de enero. Después continuaremos con esta labor, buscando ser útiles para todos aquellos que pasen por este sitio.

Dios los bendiga y los guarde.

6 de Enero: Fiesta de La Epifanía del Señor

La Iglesia celebra la Epifanía a los doce días de la navidad. Se trata de una fiesta que tiene un carácter similar al de la anterior. Son fiestas compañeras, si no gemelas. El nombre de "pequeña navidad" dado a la Epifanía expresa la idea popular de la fiesta en la Iglesia occidental. Parece como una repetición, a menor escala, de las celebraciones navideñas.

Entre los cristianos de Oriente sucedía exactamente lo contrario. También ellos celebran la navidad, pero no le conceden el mismo rango que a la Epifanía. Les parece apropiado dar a navidad el título de " pequeña Epifanía ".

Dejando a un lado la discusión acerca del rango e importancia relativa de estas fiestas, lo cierto es que la Iglesia universal celebra ambas solemnidades. Navidad y Epifanía son fiestas complementarias que se enriquecen mutuamente. Ambas celebran, desde diferentes perspectivas, el misterio de la encarnación, la venida y manifestación de Cristo al mundo.

Navidad acentúa más la venida, mientras que Epifanía subraya la manifestación.


Una mirada a los orígenes.

La Epifanía es de origen oriental y, probablemente, comenzó a celebrarse en Egipto. De allí pasó a otras iglesias de Oriente, y posteriormente fue traída a Occidente, primero a la Galia, más tarde a Roma y al norte de África. La aparición de esta fiesta al principio del siglo IV coincidió aproximadamente con la institución de la navidad en Roma. Durante este siglo tuvo lugar un proceso de imitación recíproca de ambas iglesias. Mientras que las iglesias occidentales adoptaban la fiesta de la Epifanía, las orientales, con algunas excepciones, no tardaron mucho en introducir la fiesta de navidad.

Como resultado de esta nivelación o "gemelización", ya en el siglo IV o v las iglesias orientales y occidentales celebraban dos grandes fiestas en el tiempo de navidad.Se ha descrito la fiesta del 6 de enero como la navidad de la Iglesia de Oriente.

Sin embargo, esa fiesta experimentó una cierta evolución como resultado de la influencia de la navidad occidental. Parece probable que incluyó desde el principio al menos otro tema: el del bautismo de Jesús en el Jordán. Este tema ganó importancia hasta llegar a convertirse en el objeto primero de la fiesta. La conmemoración de la natividad quedó entonces reservada a navidad.

El término mismo, proveniente del griego epiphaneia ("manifestación"), arroja luz sobre la significación originaria de la fiesta. En el griego clásico, la palabra podía expresar dos ideas, secular una, religiosa la otra. En el uso secular podía referirse a una llegada. Cuando, por ejemplo, un rey visitaba una ciudad y hacía su entrada solemne, se recordaba ese evento como una Epifanía. San Pablo utiliza la palabra en este sentido refiriéndose a Cristo. Su venida a la tierra fue una Epifanía, como la de un gran monarca que entra en una ciudad.

Fijémonos, por ejemplo, en este pasaje de 2 Timoteo 1,10: "Y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad, y manifestada ahora por la aparición (epiphaneia) de nuestro Señor Jesucristo" 1. Si tenemos presente este uso neotestamentario del término epiphaneia, entenderemos con facilidad cómo la idea de nacimiento entró en la concepción de la fiesta de la Epifanía, ya que celebraba la venida, la llegada y la presencia de la palabra encarnada entre nosotros.

Existía, además, el uso religioso del término en la cultura griega. Aquí tiene un sentido bastante diferente. Denotaba alguna manifestación de poder divino en beneficio de los hombres. Aquí estamos más cerca de la interpretación litúrgica de la Epifanía. Es una fiesta de manifestación. Dios manifestaba su poder benevolente en la encarnación. La venida de Cristo a la tierra era una Epifanía en sí misma. Hubo, además, otras manifestaciones: la adoración de los magos, el bautismo en el Jordán, la conversión del agua en vino y otras más.

Con la introducción de la Epifanía en Roma y en otras iglesias de Occidente, el significado de la fiesta experimentó un cambio. Entonces, el episodio de los magos que siguen a la estrella y vienen con sus regalos a adorar al Mesías se convirtió en el tema principal de la fiesta. Se atribuyó un simbolismo profundo al relato evangélico. Representaba la vocación de los gentiles a la Iglesia de Cristo.

La llamada a todas las naciones.

Cuando la Epifanía se popularizó, se implantó la costumbre de añadir las tres figuras de los magos a la cuna de navidad. Ellos llegaron a conquistar la fantasía popular. La leyenda les dio unos nombres y los convirtió en reyes. En la gran catedral gótica de Colonia se puede ver la urna de los tres reyes. Sus "huesos" fueron llevados allí, desde Milán, en 1164, por Federico Barbarroja.

Los grandes padres latinos, san Agustín, san León, san Gregorio y otros, se sintieron fascinados por esas tres figuras, pero por una razón distinta. No sentían curiosidad por conocer quiénes eran o su lugar de procedencia. No tenían interés alguno en tejer leyendas en torno a ellos. Su interés se centraba en determinar lo que ellos representaban, su función simbólica, la teología subyacente en el relato evangélico. En sus reflexiones sobre Mateo 2,1-12 llegaron a la misma conclusión: los sabios de Oriente representaban a las naciones del mundo. Ellos fueron los primeros frutos de las naciones gentiles que vinieron a rendir homenaje al Señor. Ellos simbolizaban la vocación de todos los hombres a la única Iglesia de Cristo.

Con esta interpretación de Epifanía, la fiesta toma un carácter más universal. Amplía nuestro campo de visión, abre nuevos horizontes. Dios deja de manifestarse sólo a una raza, a un pueblo privilegiado, y se da a conocer a todo el mundo. La buena nueva de la salvación es comunicada a todos los hombres. El pueblo de Dios se compone ahora de hombres y mujeres de toda tribu, nación y lengua. La raza humana forma una sola familia, pues el amor de Dios abraza a todos.

Estrategias de Satanás

Satanás llamó a una convención universal de demonios. En su alocución de apertura dijo: "No podemos evitar directamente que los cristianos concurran a la iglesia, ni que lean sus Biblias y conozcan la verdad. Si tratamos de quitarles esto directamente seríamos expuestos. Tampoco podemos evitar directamente que se entreguen a una intima relación con su Salvador. Al mismo tiempo, sabemos que si logran esa relación nuestro poder sobre ellos se rompe. Pero hay algo que podemos hacer y siempre nos ha dado resultado".

"Dejémosles creer que son buenos cristianos, dejémosles hacer cosas por Cristo cuando sientan el deseo, pero robémosles el tiempo."

"Esto es lo que quiero que hagan", dijo el diablo: "Distráiganlos cuando quieran acercarse al Salvador y mantener la conexión vital durante todo el día".

"¿Como haremos esto?" -los demonios gritaron.

"Manténganlos ocupados en trivialidades de la vida e inventen innumerables estratagemas para ocupar sus mentes," -respondió. "Tiéntenlos a gastar, gastar, gastar" "Eviten que pasen tiempo con sus hijos". "Como su familia se fragmentará, pronto, sus hogares no encontraran salida a las presiones del trabajo" "Sobre-estimulen sus mentes así ellos no podrán oír aquella calma voz de Dios". "Tiéntenlos a escuchar mucho la radio, CD o casetes cuando conducen sus automóviles... a mantener continuamente un aparato que les distraiga, sea TV, grabadoras, computadoras... El asunto es que constantemente, sea en el hospital, en el trabajo, en casa o en lugar público, estén distraídos por nuestras seducciones. Ellos tienden por si solos a pensar ante todo en si mismos así que vuestra tentación será fácil. Ni se darán cuenta que están siendo tentados."

"Ellos mismos se enredarán con tantos deseos que querrán satisfacer que vivirán muy ocupados y ansiosos... no podrán así escuchar a Dios y mucho menos dejarse guiar por El."

"Llenen las mesas con revistas y diarios de actualidad; Repiqueteen en sus mentes con noticias mundiales; Invadan las rutas con carteles publicitarios; Inunden su buzones con envíos postales inútiles, catálogos, publicidades y toda clase de propaganda y promoción ofreciendo productos gratis, servicios y falsas esperanzas".

"Presenten hermosas y delgadas modelos en revistas, películas y TV, así sus esposos creerán que la belleza exterior es lo importante, y quedaran insatisfechos con sus esposas." "Mantengan a las esposas muy ocupadas con sus compras y sus asuntos personales. Así no amarán a sus maridos. ¡Esto fragmentará la familia rápidamente!.

"Remplacen todas las fiestas religiosas con fiestas de consumo: En vez de Navidad, será Santa Claus, en vez de recordar a todos los santos, será Halloween... en vez de cuaresma inventen carnavales y contra mas sensuales mejor. Ellos caerán fácilmente. Que ni se hable de pecado ni muerte. Eso sería grotesco. Denles un conejito para las pascuas. "Aun en sus recreaciones hay que tenerlos muy ocupados tratando de hacer mil cosas; que no puedan contemplar el reflejo de Dios en la naturaleza; que cuando regresen estén exhaustos.

Manténganlos ocupados, ocupados, ocupados. "Llenen sus vidas con cosas, aunque sean buenas, con tal que no tengan tiempo para la oración" "Pronto ellos estarán trabajando en su propia fuerza, sacrificando su salud y su familia por una buena causa". "Cuando vayan a alguna reunión espiritual, que estén atentos con chismes y habladurías, así no captarán nada"

¡Era realmente un gran plan diseñado por un gran experto!. Solo unos pocos podrán rechazar su seducción.

Luchamos contra uerzas sobrenaturales, por eso sea hace preciso revestirnos de la armadura de Dios (oración y sacramentos) (Efesios 6, 10-16)

jueves, 27 de diciembre de 2007

Acerca de LOS REYES MAGOS

Cada año, en el amanecer del 6 de enero, muchos niños esperarán que pasen por sus casas los Reyes Magos y les dejen regalos; algunos les dejarán agua y un poco de pasto para sus camellos ya cansado de tanto trajinar (son muchísimos kilómetros en poquito tiempo para visitar tantos niños, ¿no?).


Los Reyes Magos son mencionados en los Evangelios (Mateo 2, 1-12). Aunque el adjetivo "magos" está mal usado porque es una traducción equivocada del vocablo persa "magis", que significa "sacerdotes". Las Sagradas Escrituras no especifica cuantos fueron los que visitaron al Niño Dios, cuales fueron sus ofrendas ni como se llamaban.

San Mateo dice que venían de Oriente: para los judíos de aquel entonces, hablar de Oriente es referirse a Persia, Arabia o Caldea.

Mas tarde la tradición les llamó "reyes", por alusión al salmo 72,10-11 : "Los reyes de occidente y de las islas le pagarán tributo. Los reyes de Arabia y de Etiopía le ofrecerán regalos. Ante él se postrarán todos los reyes y le servirán todas las naciones". Después, la tradición los llamó

Melchor, tradicionalmente un anciano blanco con barbas, trae como regalo oro que representa la realeza de Cristo.
→ Gaspar, joven, de piel morena, trae incienso, representando la divinidad de Cristo.
→ Baltasar, de raza negra, ofrece al Niño Dios mirra (sustancia que se utiliza para embalsamar cadáveres) representando Su humanidad, el sufrimiento y la muerte del Señor.

Melchor, Gaspar y Baltasar (según ciertas creencias representan a Europa, Asia, y África respectivamente) llegaron en un caballo, en un camello y un elefante (o en tres camellos dependiendo del país) trayendo consigo oro, incienso y mirra. Es probable que hayan sido más de tres los sacerdotes persas que fueron a adorar a Jesús en un pesebre.

Los Padres de la Iglesia reconocían en la adoración del Niño por los Reyes Magos, la aceptación de la divinidad de Jesucristo por parte de los pueblos paganos. Los magos no eran parte del pueblo de Israel, pero supieron utilizar sus conocimientos para descubrir al Salvador. Se cumplió primero en ellos la profecía de que por medio de Israel, Dios se manifestaría a todos los hombres. Jesús vino para salvar a todos, no solo los judíos.

¿Que la inocencia te valga?

Lo que en realidad fue una masacre de niños relatada por los Evangelios, con el tiempo fue "festejado" irrespetuosamente, vaciándolo de su significado.

Es el día en el que se acostumbra realizar bromas de toda índole. Se supone que está permitido hacer todo tipo de bromas, inclusive las de mal gusto porque es el "Día de los Inocentes". Se festeja de distinta forma, dependiendo del lugar.

Desde los tiempos primitivos de la Iglesia Católica, ese día de duelo se mantuvo para los creyentes de la fe católica. Sin embargo, la Edad Media se encargó de combinar este rito con otro más pagano conocido como la "Fiesta de los locos", celebrado en los días comprendidos entre Navidad y Año Nuevo. Se dice que estas fiestas eran tan escandalosas, que la Iglesia, en su afán por calmar las excentricidades de sus participantes, decretó que se celebrara el día de los Santos Inocentes.

Se inició de esa forma la unión pagano-religiosa de estas fiestas, donde se juegan bromas de todo tipo a los más descuidados: desde avisos pegados en la espalda al saludar a alguien hasta bromas insólitas que han terminado con los "inocentes" en un hospital, víctimas del susto.

Para el mundo sajón, sin embargo, esta fiesta se celebra el 1° de abril. La fecha probablemente se derivó de Francia a partir del siglo XVIII, pues al cambiar al calendario Gregoriano, muchos olvidadizos o conservadores, seguían ofreciendo regalos de año nuevo el 1° de abril, fecha cuando empezaba el año anteriormente.

Esta fusión de historia, religión y paganismo ha originado a su vez una serie de celebraciones en varias regiones del mundo que incluyen disfraces, música típica y la congregación de las comunidades para participar.

En México, por ejemplo, los medios de comunicación hacen bromas o distorsionan su contenido de modo tal que la información parezca real, pero no es más que una libertad que se dan los agentes mediáticos para dar rienda suelta a su sentido del humor, oportunidad que solamente tienen una vez al año. Es tradición que los periódicos publiquen páginas enteras de noticias cómicas, con la advertencia de que es día de los inocentes, que van desde las que son una obvia mofa a cualquier suceso reciente, hasta las que parecen serias y engañan al lector desprevenido.

También es importante no prestar ningún bien, sea objeto o dinero, pues el prestatario es libre de apropiarse de los bienes ¿?. Esta forma de festejo ha venido a menos en años recientes y ya no es usual que la gente pida prestado con la esperanza de que el prestador no recuerdo la fecha y se le pueda hacer moja con la muy popular frase: "Inocente palomita que te dejaste engañar".

28 de diciembre: Día de los Santos Inocentes

Nuestra Madre Iglesia celebrará mañana la Fiesta de los Santos Inocentes, la cual tiene interpretaciones erradas que son fruto de la desinformación.

En el Evangelio de San Mateo, se relata que cuando los "Reyes Magos" llegaron a Jerusalén, pasaron primero a visitar a Herodes, quien era la máxima autoridad política de la región. Los "Reyes Magos" se presentaron con humildad al gobernante romano y le explicaron los motivos de su viaje: desde sus lejanas tierras venían siguiendo una estrella que los guiaba hasta el lugar en donde nacería un Nuevo Rey (en el Antiguo Testamento, en Números 24, 17 leemos: "Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones" ).

Herodes, quien gobernó Israel por muchos años de manera cruel, se asustó mucho ante la noticia traída por aquellos forasteros. Temió que su poder político se vería amenazado en el corto plazo por la aparición de un nuevo líder que lo podría destronar. Era tan terriblemente celoso contra cualquiera que quisiera reemplazarlo en el puesto de gobernante del país que había asesinado a dos de sus esposas y asesinó también a varios de sus hijos, porque tenía temor de que pudieran tratar de reemplazarlo por otro.

Fue entonces que Herodes fingió estar interesado en ir a saludar al nuevo Rey que había nacido y le pidió a los reyes Magos que a su regreso le dieron precisas instrucciones para que él pudiera encontrarse con el Niño. En realidad, lo que el gobernante pretendía era asesinar al "futuro rey".

Herodes mandó llamar a los especialistas en Biblia (a los Sumos Sacerdotes y a los escribas) y les preguntó en qué sitio exacto tenía que nacer el rey de Israel que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: "Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: "Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel" (Miq. 5, 1).

Entonces Herodes se propuso averiguar bien exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo todo lo contrario, les dijo a los Magos: - "Vayan y se informan bien acerca de ese niño, y cuando lo encuentren vienen y me informan, para ir yo también a adorarlo". Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.

Y sucedió que en sueños recibieron un aviso de Dios de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció hasta el extremo.

Entonces rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y mandó a sus soldados a que mataran a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y sus alrededores. Ya podemos imaginar la terribilísima angustia para los papás de los niños al ver que a sus casas llegaban los herodianos y ante sus ojos asesinaban a su hijo tan querido. Con razón el emperador César Augusto decía con burla que ante Herodes era más peligroso ser Hijo (Huios) que cerdo (Hus), porque a los hijos los mataba sin compasión, en cambio a los cerdos no, porque entre los judíos esta prohibido comer carne de ese animal.

San Mateo dice que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: "Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen" (Jer. 31, 15).

Como el hombre propone y Dios dispone, sucedió que un ángel vino la noche anterior y avisó a José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así cuando llegaron los asesinos, ya no pudieron encontrar al niño que buscaban para matar.

Y aquellos niños inocentes, volaron al cielo a recibir el premio de las almas que no tienen mancha y a orar por sus afligidos padres y pedir para ellos bendiciones. Y que rueguen también por nosotros, pobres y manchados que no somos nada inocentes sino muy necesitados del perdón de Dios.

martes, 25 de diciembre de 2007

Acerca de LAS "RIQUEZAS" DEL VATICANO


"Pegarle" a la Iglesia Católica ha sido, desde el comienzo mismo de su existencia, la obsesión de muchos poderosos e intelectuales, quienes sembraron y siembran confusión y discordia entre los mismos católicos y en la opinión pública en general.

Sin ir más lejos, Diego Armando Maradona, uno de los máximos ídolos populares de la Argentina, en muestra de su (insoportable) verborragia, viene declarando públicamente desde hacen más de 20 años que él "cree en Dios, pero no cree en la Iglesia ni en los curas". En algún momento llegó a decir de Juan Pablo II que "es un h* de p*", "cuando visité al Papa, vi techos cubiertos de oro" y concluyó que "el Vaticano acumula muchísimos tesoros, en vez de venderlos y repartirlos entre los pobres"...

Hay mucha desinformación al respecto, como también hay mucha mala intención de personas a las que les molesta la sola existencia de la Iglesia. Y en el caso de los argentinos, merced a las operaciones mediáticas de algunos, la palabra de Maradona es tomada prácticamente como "ley".
Comparando con los tiempos de Jesucristo, la Iglesia fue creciendo notablemente hasta convertirse en la principal y más influyente religión de todo el mundo. No vamos a negar los gruesos errores que cometen tanto sacerdotes, religiosos y religiosas y laicos desde adentro de la Iglesia; pero si hiciéramos un estudio a fondo comprobaríamos seguramente que son muchos más los sacerdotes, religiosos y religiosas y laicos que hacen bien en el mundo.

Lamentablemente, muchos eligen quedarse con la mala imagen que dejan algunos casos de corrupción de hombres y de mujeres de la Iglesia, más que mirar más detenidamente y valorar las obras de bien que se hacen desde la Madre Iglesia. Pero, bueno, "más ruido hace un árbol que cae que todo un bosque que crece".

Acusaciones y las Respuestas
► Hay gente que dice no entender como Jesús y sus apóstoles vivieron pobres y nosotros vemos a los Papas vivir en Palacios, rodeados de mucho lujo y dinero...

Primero y principal hay que analizar bien las épocas en que vivió Jesús y las de los distintos Papas que lo sucedieron. En los tiempos de Jesús, su Iglesia era de reducidas dimensiones: a comparación de la cantidad de bautizados que hoy existen, en los tiempos del Salvador sus seguidores eran muy pocos, por lo cual se supone que no se necesitaba de tantos bienes materiales para ponerlos al servicio de la Evangelización.

Aún así, Jesús cuando iba predicando la Buena Nueva de pueblo en pueblo tenía gente que lo servía y que lo asistía, tanto con su propio tiempo como con sus bienes (Lc 8,1-3). Después de la Ascención de Cristo, en el libro de los Hechos de los Apóstoles se relata como los primeros cristianos ponían todos sus bienes a disposición de los Apóstoles para que éstos lo repartieran entre todos.

► Se habla de las "riquezas del Vaticano" a todas las obras de arte que fue guardando a lo largo de los Siglos, como por ejemplo, magníficos trabajos del gran artista Miguel Ángel (la bellísima escultura "La Piedad").

La Iglesia Católica Apostólica Romana solo es custodia de muchas obras que resultan ser Patrimonio de la Humanidad. El Vaticano es también es un gigantesco museo en donde se depositaron importantes obras que al día de hoy pueden ser admiradas por la gente; asimismo, dispone de una colosal biblioteca, de la cual se sirven científicos de todas las creencias para sus investigaciones.

Si a Benedicto XVI le exigiéramos que venda todos esos bienes para repartir dinero entre los pobres, todos los Estados deberían hacer lo mismo con sus propios museos y bibliotecas. Allí acuden innumerables personas del mundo entero para conocer parte del patrimonio científico, filosófico, teológico y artístico de la humanidad.

Además, es más que obvio que la pobreza en el mundo no se erradicaría vendiendo todo el Patrimonio cultural del Vaticano. La pobreza mundial es producto de los siguientes factores:

i. el libre albedrío de los seres humanos, quienes pueden optar entre compartir las riquezas o dejarse llevar por la avaricia y acumular lo que más pueda
ii. la mala distribución de las riquezas en todos los países del Planeta
iii. la falta de educación de las nuevas generaciones.

Es muy injusto acusar a la Iglesia de que no ayuda a los pobres

Si bien la misión de Nuestra Madre Iglesia es eminentemente espiritual, es una realidad ineludible que necesita de dinero para poder realizar sus tareas: atención de Comedores Infantiles, Albergues, Parroquias y Capillas, Colegios, Universidades, Hospitales, hogares para personas con capacidades especiales, Misiones, Conventos y Seminarios. La iglesia en cada país necesita de una adecuada estructura administrativa para poder dirigir debidamente todas sus actividades y no siempre cuenta con los recursos suficientes.

Para tener una idea, en los años 1998-1999, sólo 'Caritas italiana' distribuyó 34,5 millones de dólares destinados a 69 países de los cinco continentes (Zenit 18 de enero de 2000).

Incluso hay obras que sólo ocasionan pérdidas económicas, pero que se mantienen por el valor apostólico que representan, como el periódico L'Osservatore Romano que actualmente tiene 36 mil suscriptores, y Radio Vaticano que ahora transmite en 47 lenguas (Zenit 23 de junio de 2000).

En cuanto a la vida personal del Papa, él vive modestamente, sin propiedades personales. Don Bosco cuenta que cuando fue a visitar a Pío IX, al papa no le quedaba ni un centavo para sus gastos personales, y que su habitación era tan pobre y sencilla como la de los chicos que él juntaba por la calle. Un periodista narra que el Papa Pío XII murió en su habitación que era sumamente sencilla, recostado en una pobre cama de hierro; su comida diaria consistía en unas pocas verduras. El médico de San Pío X, asistiéndolo en su enfermedad, quedó desconcertado al comprobar que el gran Papa llevaba puesto debajo de su blanca sotana, unos pantalones remendados como los de cualquier pobre del pueblo. El Papa al morir, ni siquiera deja a sus familiares sus bienes personales; sólo su enseñanza y buen ejemplo. Vive y muere pobre como Jesús.

A Diego Maradona, como a muchos que lo siguen como si se tratase de una deidad contemporánea, a otras sectas que destinan más tiempo en criticar a nuestra Iglesia que a buscar sinceramente a Dios, le podemos decir que se quede tranquilo que la Iglesia Católica ocupa la mayoría de sus recursos humanos y materiales para paliar la miseria en muchos rincones del Planeta Tierra.

Mensaje Navideño de Benedicto XVI, Nuestro Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

«Nos ha amanecido un día sagrado». Un día de gran esperanza: hoy el Salvador de la humanidad ha nacido. El nacimiento de un niño trae normalmente una luz de esperanza a quienes lo aguardan ansiosos. Cuando Jesús nació en la gruta de Belén, una «gran luz» apareció sobre la tierra; una gran esperanza entró en el corazón de cuantos lo esperaban: «lux magna», canta la liturgia de este día de Navidad.

Ciertamente no fue «grande» según el mundo, porque, en un primer momento, sólo la vieron María, José y algunos pastores, luego los Magos, el anciano Simeón, la profetisa Ana: aquellos que Dios había escogido. Sin embargo, en lo recóndito y en el silencio de aquella noche santa se encendió para cada hombre una luz espléndida e imperecedera; ha venido al mundo la gran esperanza portadora de felicidad: «el Verbo se hizo carne y nosotros hemos visto su gloria» (Jn 1,14)

«Dios es luz -afirma san Juan- y en él no hay tinieblas» (1 Jn 1,5). En el Libro del Génesis leemos que cuando tuvo origen el universo, «la tierra era un caos informe; sobre la faz del Abismo, la tiniebla». «Y dijo Dios: "que exista la luz". Y la luz existió» (Gn 1,2-3). La Palabra creadora de Dios -Dabar en hebreo, Verbum en latín, Logos en griego- es Luz, fuente de la vida. Por medio del Logos se hizo todo y sin Él no se hizo nada de lo que se ha hecho (cf. Jn 1,3).

Por eso todas las criaturas son fundamentalmente buenas y llevan en sí la huella de Dios, una chispa de su luz. Sin embargo, cuando Jesús nació de la Virgen María, la Luz misma vino al mundo: «Dios de Dios, Luz de Luz», profesamos en el Credo. En Jesús, Dios asumió lo que no era, permaneciendo en lo que era: «la omnipotencia entró en un cuerpo infantil y no se sustrajo al gobierno del universo» (cf. S. Agustín, Serm 184, 1 sobre la Navidad). Aquel que es el creador del hombre se hizo hombre para traer al mundo la paz. Por eso, en la noche de Navidad, el coro de los Ángeles canta: «Gloria a Dios en el cielo / y en la tierra paz a los hombres que Dios ama» (Lc 2,14).

«Hoy una gran luz ha bajado a la tierra». La Luz de Cristo es portadora de paz. En la Misa de la noche, la liturgia eucarística comenzó justamente con este canto: «Hoy, desde el cielo, ha descendido la paz sobre nosotros» (Antífona de entrada). Más aún, sólo la «gran» luz que aparece en Cristo puede dar a los hombres la «verdadera» paz. He aquí por qué cada generación está llamada a acogerla, a acoger al Dios que en Belén se ha hecho uno de nosotros.
La Navidad es esto: acontecimiento histórico y misterio de amor, que desde hace más de dos mil años interpela a los hombres y mujeres de todo tiempo y lugar. Es el día santo en el que brilla la «gran luz» de Cristo portadora de paz. Ciertamente, para reconocerla, para acogerla, se necesita fe, se necesita humildad. La humildad de María, que ha creído en la palabra del Señor, y que fue la primera que, inclinada ante el pesebre, adoró el Fruto de su vientre; la humildad de José, hombre justo, que tuvo la valentía de la fe y prefirió obedecer a Dios antes que proteger su propia reputación; la humildad de los pastores, de los pobres y anónimos pastores, que acogieron el anuncio del mensajero celestial y se apresuraron a ir a la gruta, donde encontraron al niño recién nacido y, llenos de asombro, lo adoraron alabando a Dios (cf. Lc 2,15-20).

Los pequeños, los pobres en espíritu: éstos son los protagonistas de la Navidad, tanto ayer como hoy; los protagonistas de siempre de la historia de Dios, los constructores incansables de su Reino de justicia, de amor y de paz.

En el silencio de la noche de Belén Jesús nació y fue acogido por manos solícitas. Y ahora, en esta nuestra Navidad en la que sigue resonando el alegre anuncio de su nacimiento redentor, ¿quién está listo para abrirle las puertas del corazón? Hombres y mujeres de hoy, Cristo viene a traernos la luz también a nosotros, también a nosotros viene a darnos la paz. Pero ¿quién vela en la noche de la duda y la incertidumbre con el corazón despierto y orante? ¿Quién espera la aurora del nuevo día teniendo encendida la llama de la fe? ¿Quién tiene tiempo para escuchar su palabra y dejarse envolver por su amor fascinante? Sí, su mensaje de paz es para todos; viene para ofrecerse a sí mismo a todos como esperanza segura de salvación.

Que la luz de Cristo, que viene a iluminar a todo ser humano, brille por fin y sea consuelo para cuantos viven en las tinieblas de la miseria, de la injusticia, de la guerra; para aquellos que ven negadas aún sus legítimas aspiraciones a una subsistencia más segura, a la salud, a la educación, a un trabajo estable, a una participación más plena en las responsabilidades civiles y políticas, libres de toda opresión y al resguardo de situaciones que ofenden la dignidad humana. Las víctimas de sangrientos conflictos armados, del terrorismo y de todo tipo de violencia, que causan sufrimientos inauditos a poblaciones enteras, son especialmente las categorías más vulnerables, los niños, las mujeres y los ancianos. A su vez, las tensiones étnicas, religiosas y políticas, la inestabilidad, la rivalidad, las contraposiciones, las injusticias y las discriminaciones que laceran el tejido interno de muchos países, exasperan las relaciones internacionales. Y en el mundo crece cada vez más el número de emigrantes, refugiados y deportados, también por causa de frecuentes calamidades naturales, como consecuencia a veces de preocupantes desequilibrios ambientales.

En este día de paz, pensemos sobre todo en donde resuena el fragor de las armas: en las martirizadas tierras del Dafur, de Somalia y del norte de la República Democrática del Congo, en las fronteras de Eritrea y Etiopía, en todo el Medio Oriente, en particular en Irak, Líbano y Tierra Santa, en Afganistán, en Pakistán y en Sri Lanka, en las regiones de los Balcanes, y en tantas otras situaciones de crisis, desgraciadamente olvidadas con frecuencia.

Que el Niño Jesús traiga consuelo a quien vive en la prueba e infunda a los responsables de los gobiernos sabiduría y fuerza para buscar y encontrar soluciones humanas, justas y estables. A la sed de sentido y de valores que hoy se percibe en el mundo; a la búsqueda de bienestar y paz que marca la vida de toda la humanidad; a las expectativas de los pobres, responde Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, con su Natividad.

Que las personas y las naciones no teman reconocerlo y acogerlo: con Él, «una espléndida luz» alumbra el horizonte de la humanidad; con Él comienza «un día sagrado» que no conoce ocaso. Que esta Navidad sea realmente para todos un día de alegría, de esperanza y de paz.

«Venid, naciones, adorad al Señor». Con María, José y los pastores, con los magos y la muchedumbre innumerable de humildes adoradores del Niño recién nacido, que han acogido el misterio de la Navidad a lo largo de los siglos, dejemos también nosotros, hermanos y hermanas de todos los continentes, que la luz de este día se difunda por todas partes, que entre en nuestros corazones, alumbre y dé calor a nuestros hogares, lleve serenidad y esperanza a nuestras ciudades, y conceda al mundo la paz. Éste es mi deseo para quienes me escucháis.

Un deseo que se hace oración humilde y confiada al Niño Jesús, para que su luz disipe las tinieblas de vuestra vida y os llene del amor y de la paz. El Señor, que ha hecho resplandecer en Cristo su rostro de misericordia, os colme con su felicidad y os haga mensajeros de su bondad.

¡Feliz Navidad!


(fuente: www.zenit.org - Traducción del original italiano distribuida por la Santa Sede)

lunes, 24 de diciembre de 2007

¡Feliz Navidad para todos y cada uno!

Desde estas líneas, saludamos a todos y a cada uno que lee este blog, deseándoles que esta Noche puedan recibir toda la Paz que Jesús trae para toda la humanidad.

Roguemos para que haya Paz en cada familia y entre los amigos que se junten esta Noche en una mesa en torno a Jesús.

Roguemos muy especialmente por aquellas familias que están agobiadas por las peleas y las dificultades terrenales, para que puedan volver su mirada al Niño Jesús y que recobren la Esperanza.

Roguemos también por los corazones que pasarán en soledad esta Nochebuena, lejos de sus afectos, para que se dejen abrazar y consolar por la Sagrada Familia.


Roguemos por todos los que no creen en Dios como así también por los que dicen creer en Dios pero que viven como si Él no existiese en sus vidas, para que esta Navidad pueda ser un renacer de su fe y que sea un grato reencuentro consigo mismos.

Roguemos también por Nuestra Iglesia y por Mallín, para que Jesús renazca otra vez entre nosotros y que solo Él sea el Centro de nuestras vidas; que seamos dóciles a la Voluntad de Dios y que seamos Uno en Cristo Jesús.

¡DIOS LOS BENDIGA! ¡FELIZ NAVIDAD!

Dios está siempre. Dios es siempre fiel. Dios es siempre el mismo. Dios es siempre Nuevo. Basta abrirle sinceramente el corazón y dejarlo nacer una vez más.

¿Qué decimos cuando decimos "Feliz Navidad"?

Esta noche festejamos la Navidad, festejo que desde hacen ya varios siglos, millones de personas, cristianas y no cristianas, festejamos en todo el Planeta.

Cuando los relojes marquen las 0 hs., en cada ciudad, escucharemos los estruendos de un sinfin de petardos explotar y cohetes estallando por los cielos saludando el comienzo del 25 de diciembre, día signado como el del natalicio de Jesucristo. Es ahí cuando entre los familiares y amigos empiezan los saludos por la Navidad.

En vez de hacerlo por inercia, cabe preguntarnos y reflexionar acerca del significado de decirle a alguien "Feliz Navidad": ¿qué significa desearle a otro una "Feliz Navidad"? ¿yo deseo también que mi propia Navidad sea feliz?.

Es un tanto paradójico como una noche que debería inundarnos de Paz que nos trae el Salvador se llena de los ruidos de pirotecnia de la más variada, se llena de alcohol en muchos lugares, de fiestas en muchos boliches y bares. Así Jesús va quedando, poco a poco, en el olvido.

La Navidad será feliz en la medida que dejemos que Jesús nazca otra vez en la vida de cada uno de nosotros. La Navidad será feliz en la medida que uno abra el corazón a la Paz que Él trae. La Navidad será Feliz en la medida de que esta noche sea un encuentro personal y familiar con Jesús que vuelve a nacer.

Los cristianos estamos llamados a darle a la Navidad el verdadero sentido, el que realmente tiene: debe ser una Noche de gozo, de una alegría interior, de agradecimiento a Dios por haber tomado la frágil condición humana para redimirnos del pecado. Y es muy bueno cuando este gozo se comparte con los demás (tanto los más cercanos, como los que no lo están).

domingo, 23 de diciembre de 2007

La Carta de Jesús para vos

¡Hola! ¿Cómo estás?

Como sabrás, nos acercamos a la fecha de mi cumpleaños. Todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y creo que este año sucederá lo mismo.

En estos días la gente hace
muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión y, en todas partes, no se habla de otra cosa sino de lo poco que falta para que llegue ese día. La verdad es agradable saber que, al menos un día al año, algunas personas piensan un poco más en mí.

Como tú sabes, hace muchos años empezaron a festejar mi cumpleaños. Al principio parecían comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero hoy en día nadie sabe para qué lo celebran. La gente se reúne y se divierte mucho, pero no sabe muy bien de qué se trata.

Recuerdo el año pasado, al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta de honor. Había cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y recuerdo también que había muchos regalos; pero, ¿sabes una cosa?... Ni siquiera me invitaron. Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme. La fiesta era para mí y cuando llegó el gran día me dejaron afuera, me cerraron la puerta… y yo quería compartir la mesa con ellos.

La verdad no me sorprendí, porque en los últimos años todos me cierran la puerta. Como no me invitaron se me ocurrió entrar sin hace ruido. Entré y me quedé en el rincón. Estaban todos bebiendo, había algunos ebrios contando chistes, carcajeándose. La estaban pasando a lo grande. Para colmo, llegó un gordo vestido de rojo, de barba blanca gritando: “¡Jo, Jo, Jo!”. Parecía que había bebido de más. Se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia él diciendo: “¡Papá Noel, Papá Noel!” ¡Cómo si la fiesta fuese en su honor!

Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse; yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara y… ¿sabes?, nadie me abrazó. De repente todos empezaron a repartirse los regalos, uno a uno los fueron abriendo, hasta que se abrieron todos, me acerqué para ver si de casualidad había uno para mí.

¿Qué sentirías si el día de tu cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada? Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré. Cada año es peor, la gente sólo se acuerda de la cena, de los regalos, de la fiesta, y de mí nadie se acuerda.

Quisiera que esta Navidad me permitieras entrar en tu vida, quisieras que reconocieras que hace más de dos mil años vine a este mundo para dar mi vida por ti en la cruz y de esa forma poder salvarte. Hoy sólo quiero que tú creas esto con todo tu corazón. Voy a contarte algo, he pensado que como muchos no me invitaron a la fiesta, voy a hacer la mía propia, una fiesta grandiosa como la que jamás nadie se imaginó, una fiesta espectacular.

Todavía estoy haciendo los últimos arreglos, este año estoy enviando muchas invitaciones y en este día, hay una invitación para ti, sólo necesito que me digas si quieres asistir, te reservaré un lugar y escribiré tu nombre con letras de oro en mi gran libro de invitados, en esta fiesta sólo habrá invitados con previa reservación y se tendrán que quedar afuera aquellos que no contesten mi invitación. Prepárate porque cuando todo esté listo, daré la gran fiesta.

Hasta pronto… TE AMO

Jesús de Nazareth

Anoche los Mallinistas festejamos en familia la Navidad

Con una lluvia que amagaba largarse copiosamente, con una buena concurrencia de público, , como todos los años, anoche el Centro San Juan festejó la "Navidad Mallinista" en el patio del Colegio Don Bosco.

Las actividades empezaron con la Misa a las 20 hs. en donde agradecimos todo lo que hemos vivido a lo largo del año 2007 como Movmiento. Dimos gracias por los Mallines Estilo -277- (de chicas) y el -300- (de chicos), los Mallines Amistad (el de chicas vivido en San Rafael y el de chicas que se vivió acá en nuestra Provincia), el Mallín Testimonio vivido a principios de este año, la participación de padres en la realización de distintas actividades, actividades de recreación, la aparición de este blog.

Posteriormente, nos trasladamos al patio, en donde en esa misma tarde, nuestros chicos habían dispuesto tablones, sillas y un escenario. Allí nos juntamos con las familias con una sencilla cena a la canasta, en donde compartimos lo que cada uno trajo; el objetivo es que los padres y hermanos de nuestros chicos y chicas conozcan más de cerca al Movimiento compartiendo un momento ameno.

La animación de la noche estuvo a cargo de Jorge Carrizo y Marcela Elizondo, Nuestra Vice Asesora. Contamos también con la presencia de mallinistas de otras épocas que actualmente no participan en nuestras actividades, tal es el caso del matrimonio Galdeano Rodríguez, Adriana Sánchez, Néstor y Clarisa Lucero, Gustavo Parietti, entre otros. El sonido estuvo a cargo del gran Marcelo Quinn, "histórico D.J." del Movimiento en San Juan.

Luego de cenar, presenciamos un pesebre viviente el cual estuvo protagonizado por chicos y chicas de la Etapa Estilo y contó con la dirección y puesta en escena de Carla Zapata y Melina Reta. Contamos también con la estelar actuación de la hermanita de los Argüello en el papel de Niño Jesús. Este pesebre tuvo la particularidad de que, una vez terminado, cada comunidad ofrendó al Niño Jesús algo representativo del año vivido; posteriormente, cada familia saludó a la Sagrada Familia.

Acto seguido, se entregaron reconocimientos a un integrante por comunidad. Se entregó un pequeño diploma por haberse destacado a cada representante de cada comunidad (estuvo elegido por votación de las mismas comunidades). Asimismo, agradecimos públicamente la gran disponibilidad de Nuestra Vice Asesora, Marcela, a quien le regalamos un ramo de rosas (fue toda una sorpresa para ella).

Finalizamos la Navidad con el sello salesiano de las "Buenas Noches", la cual estuvo a cargo de nuestro Asesor de Centro, el Padre Ricardo Lobo sdb. Para la despedida, nos unimos todos en el centro de la cancha, alrededor de la "D" que hemos pintado tiempo atrás, para cantar la Canción Mallinista.

Fue una noche sencilla y linda, en la cual nos pudimos juntar con nuestras familias en torno al Pesebre. Dios nace de nuevo. El Amor siempre vuelve a nacer.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Oración a San José


San José, casto esposo de la Virgen María intercede para obtenerme el don de la pureza.

Tú que, a pesar de tus inseguridades personales supiste aceptar dócilmente el Plan de Dios tan pronto supiste de él, ayúdame a tener esa misma actitud para responder siempre y en todo lugar, a lo que el Señor me pida.

Varón prudente que no te apegas a las seguridades humanas sino que siempre estuviste abierto a responder a lo inesperado obténme el auxilio del Divino Espíritu para que viva yo también en prudente desasimiento de las seguridades terrenales.

Modelo de trabajo constante, de fidelidad silenciosa, de paternal solicitud, obténme esas bendiciones, para que pueda crecer cada día más en ellas y así asemejarme día a día al modelo de la plena humanidad: EL SEÑOR JESÚS.

Amén

San José: su silencio, su disponiblidad, su misión aceptada

Uno de los personajes más importantes en el principio de la vida terrenal de Jesucristo fue José, quien fuera esposo de María.


Su papel aparenta ser secundario en esta bella historia, hoy se diría de él: "un hombre de perfil bajo". Pero su disponibilidad para cumplir la Voluntad de Dios fue ejemplar.


Si uno se pone por un momento en la piel de este gran hombre, caerá en la cuenta en lo difícil que fue aceptar la realidad que le tocó vivir después de haberse comprometido a casarse con María. Habrá sido duro para él enterarse del embarazo de su prometida siendo que nunca habían tenido contacto físico alguno.


Sin embargo, creyó en Dios. Más allá de que su humanidad le impedía comprender el misterio de la Encarnación de Dios, dio un gran salto de fe y aceptó la misión que el Señor le había encomendado en su plan de Salvación.


Leyendo en los Evangelios los relatos de los momentos previos al nacimiento de Jesús, veremos que las palabras de José son prácticamente escasas. Su actitud es la del silencio.


Al respecto, Benedicto XVI, Nuestro Santo Padre, afirma que lo de San José es "Un silencio impregnado de la contemplación del misterio de Dios, en actitud de disponibilidad total a la voluntad divina" que "no manifiesta un vacío interior, sino, al contrario, la plenitud de fe que lleva en el corazón, y que guía cada uno de sus pensamientos y acciones"."Un silencio por el que José, junto con María, custodia la Palabra de Dios, conocida a través de las sagradas Escrituras, comparándola continuamente con los acontecimientos de la vida de Jesús; un silencio entretejido de oración (...) y de confianza sin reservas en su providencia. No es exagerado pensar que Jesús aprendiera -desde el punto de vista humano- precisamente del "padre" José, esa intensa interioridad, que es la premisa de la auténtica justicia, la justicia "superior", que un día enseñará a sus discípulos".


"¡Dejémonos contagiar por el silencio de san José! -concluyó el Papa-. Nos hace tanta falta en un mundo a menudo demasiado ruidoso, que no favorece el recogimiento y la escucha de la voz de Dios. En este tiempo de preparación de la Navidad, cultivemos el recogimiento interior para acoger y custodiar a Jesús en nuestra vida".

viernes, 21 de diciembre de 2007

Papá Noel: ¿el protagonista de la Navidad? (II parte)

Como todos los años, quien muchas veces se roba el protagonismo de los tiempos navideños en detrimento de Jesús, es el inefable Papá Noel (Santa Claus en Estados Unidos y Europa).

Si uno anda por estos días por cualquier ciudad del mundo, verá por muchos lugares imágenes de este personaje, que generalmente es representado como un hombre bonachón, bien gordo, con pelo y barba blanca como la nieve, muy abrigado con sus ropas rojas con vivos blancos. Lo podemos ver en su trineo cargado de regalos o bien con una enorme bolsa sobre su espalda en donde, se supone, trae presentes para todos.

Muchos niños son motivados a hacer sus cartitas a Papá Noel pidiendo los regalitos que les gustaría recibir en la Noche Buena. No falta el shopping o comercio que contrata a algún hombre para que se vista de Papá Noel para atraer a los niños hacia los negocios y dejarse sacar fotos.

La actitud cristiana

La figura de Papá Noel no es, en principio, mala. Lo malo es como lo tomamos nosotros: es un grave error estar más pendiente de este personaje por el tema de los regalos y todo el cotillón decorativo, más que en preparar el corazón para vivir un nuevo nacimiento de Jesucristo entre nosotros.

Es triste que en hogares cristianos hayan imágenes de Papá Noel, muérdagos, inmensos árboles de Navidad por todos lados y que, en el mejor de los casos, apenas haya un pequeño pesebre en algún rincón.

Lo que no debemos perder de vista es que el centro de la Navidad es Jesús. Nos reunimos como familia en torno al pesebre para celebrar que Él viene a nosotros, nos viene a traer su Paz, su Mensaje Redentor.

¿Hace bien inventarle a los niños la historia de Papá Noel?

Es todo un dilema. Hay posiciones férreamente fundamentadas de una y otro lado.

Por un lado, la inmensa mayoría de la gente, está a favor de crear toda esa historia porque es lo que se impone socialmente: hablan de lo lindo que es la magia de esa leyenda, que es parte de la inocencia de la infancia ¿?... bla, bla, bla

Pero por otro, a la que adhiero, se corre el peligro de sacar del centro de la Navidad a Jesús. Asimismo, para estas épocas caemos en un consumismo voraz con el tema de los regalos, salidas y comidas que, estando más pendiente de los gastos, nos perdemos de preparar el alma para este día tan bello.

Además, cuando nos enteramos que Papá Noel y la historia de los Reyes Magos son irreales y que en realidad son los padres suelen ser las primeras grandes desilusiones que tenemos en esta vida. Digan lo que digan, no es muy lindo para un niño descubrir una mentira (absurda).

No está mal dar regalos de Navidad. Aunque más importante es que en esa Noche tan especial es ofrendarle algo al Homenajeado: Jesús, Nuestro Señor.

Mejor les hablemos a nuestros niños de los regalos de Navidad, más de que Papá Noel anda sobrevolando los cielos de todo el mundo y que entra misteriosamente hasta donde tenemos el Árbol de Navidad para dejar los regalos.

Mejor es educar en la fe a nuestros hijos desde pequeños, educarlos en una fe basada en una esperanza concreta que es la venida de Jesús naciendo en un humilde pesebre en Belén, más que en una leyenda con final fraudulento.

Papá Noel: ¿el protagonista de la Navidad? (I parte)

La Leyenda


La leyenda de Santa Claus deriva directamente de las que desde muy antiguo han adornado la figura de San Nicolás de Bari (ca. 280-ca. 350), obispo de Myra y santo que, según la tradición, entregó todos sus bienes a los pobres para hacerse monje y obispo, distinguiéndose siempre por su generosidad hacia los niños.

En la Edad Media, la leyenda de San Nicolás arraigó de forma extraordinaria en Europa, particularmente en Italia (a la ciudad italiana de Bari fueron trasladados sus restos en el 1087), y también en países germánicos como los estados alemanes y holandeses.

Particularmente en Holanda adquirió notable relieve su figura, al extremo de que se convirtió en patrón de los marineros holandeses y de la ciudad de Amsterdam. Cuando los holandeses colonizaron Nueva Amsterdam (la actual isla de Manhattan), erigieron una imagen de San Nicolás, e hicieron todo lo posible para mantener su culto y sus tradiciones en el Nuevo Mundo.

La devoción de los inmigrantes holandeses por San Nicolás era tan profunda y al mismo tiempo tan pintoresca y llamativa que, en 1809, el escritor norteamericano Washington Irving (1783-1859) trazó un cuadro muy vivo y satírico de ellas (y de otras costumbres holandesas) en un libro titulado Knickerbocker's History of New York (La historia de Nueva York según Knickerbocker). En el libro de Irving, San Nicolás era despojado de sus atributos obispales y convertido en un hombre mayor, grueso, generoso y sonriente, vestido con sombrero de alas, calzón y pipa holandesa.

Tras llegar a Nueva York a bordo de un barco holandés, se dedicaba a arrojar regalos por las chimeneas, que sobrevolaba gracias a un caballo volador que arrastraba un trineo prodigioso. El hecho de que Washington Irving denominase a este personaje "guardián de Nueva York" hizo que su popularidad se desbordase y contagiase a los norteamericanos de origen inglés, que comenzaron también a celebrar su fiesta cada 6 de diciembre, y que convirtieron el "Sinterklaas" o "Sinter Klaas" holandés en el "Santa Claus" norteamericano.

Pocos años después de la publicación del libro de Irving, la figura de Santa Claus había adquirido tal popularidad en la costa este de los Estados Unidos que, en 1823, un poema anónimo titulado A Visit of St. Nicholas ('Una visita de San Nicolás'), publicado en el periódico Sentinel ('El Centinela') de Nueva York, encontró una acogida sensacional y contribuyó enormemente a la evolución de los rasgos típicos del personaje. Aunque publicado sin nombre de autor, el poema había sido escrito por un oscuro profesor de teología, Clement Moore, que lo dedicó a sus numerosos hijos y nunca previó que un familiar suyo lo enviaría a un periódico Hasta el año 1862, ya octogenario, no reconocería Moore su autoría.

En el poema, San Nicolás aparecía sobre un trineo tirado por renos y adornado de sonoras campanillas. Su estatura se hizo más baja y gruesa, y adquirió algunos rasgos próximos a la representación tradicional de los gnomos (que precisamente también algunas viejas leyendas germánicas consideraban recompensadores o castigadores tradicionales de los niños). Los zuecos holandeses en que los niños esperaban que depositase sus dones se convirtieron en anchos calcetines. Finalmente, Moore desplazó la llegada del simpático personaje del 6 de diciembre típico de la tradición holandesa, al 25 de ese mes, lo que influyó grandemente en el progresivo traslado de la fiesta de los regalos al día de la Navidad.

El proceso de popularización del personaje siguió en aumento. El 6 de diciembre de 1835, Washington Irving y otros amigos suyos crearon una sociedad literaria dedicada a San Nicolás, que tuvo su sede en la propia casa de Irving. En las reuniones, era obligado fumar en pipa y observar numerosas costumbres holandesas. Ello indica hasta qué extremo habían aceptado esta tradición holandesa los norteamericanos descendientes de otros grupos inmigrantes.

El otro gran contribuyente a la representación típica de San Nicolás en el siglo XIX fue un inmigrante alemán llamado Thomas Nast. Nacido en Landau (Alemania) en 1840, se estableció con su familia en Nueva York desde que era un niño, y alcanzó gran prestigio como dibujante y periodista. En 1863, Nast publicó en el periódico Harper's Weekly su primer dibujo de Santa Claus, cuya iconografía había variado hasta entonces, fluctuando desde las representaciones de hombrecillo bajito y rechoncho hasta las de anciano alto y corpulento.

El dibujo de Nast lo presentaba con figura próxima a la de un gnomo, en el momento de entrar por una chimenea. Sus dibujos de los años siguientes (siguió realizándolos para el mismo periódico hasta el año 1886) fueron transformando sustancialmente la imagen de Santa Claus, que ganó en estatura, adquirió una barriga muy prominente, mandíbula muy ancha, y se rodeó de elementos como el ancho cinturón, el abeto, el muérdago y el acebo.

Aunque fue representado varias veces como viajero desde el Polo Norte, su voluntariosa aceptación de las tareas del hogar y sus simpáticos diálogos con padres y niños le convirtieron en una figura todavía más próxima y entrañable. Cuando las técnicas de reproducción industrial hicieron posible la incorporación de colores a los dibujos publicados en la prensa, Nast pintó su abrigo de un color rojo muy intenso. No se sabe si fue él el primero en hacerlo, o si fue el impresor de Boston Louis Prang, quien ya en 1886 publicaba postales navideñas en que aparecía Santa Claus con su característico vestido rojo.

La posibilidad de hacer grandes tiradas de tarjetas de felicitación popularizó aún más la figura de este personaje, que numerosas tiendas y negocios comenzaron por entonces a usar para fines publicitarios. Llegó incluso a ser habitual que, durante las celebraciones navideñas, los adultos se vistieran como él y saliesen a las calles y tiendas a obsequiar a los niños y hacer propaganda de todo tipo de productos. Entre 1873 y 1940 se publicó la revista infantil St. Nicholas, que alcanzó una enorme difusión.

La segunda mitad del siglo XIX fue trascendental en el proceso de consolidación y difusión de la figura de Santa Claus. Por un lado, quedaron fijados (aunque todavía no definitivamente) sus rasgos y atributos más típicos. Por otra, se profundizó en el proceso de progresiva laicización del personaje. Efectivamente, Santa Claus dejó de ser una figura típicamente religiosa, asociada a creencias específicas de determinados grupos credenciales, y se convirtió más bien en un emblema cultural, celebrado por personas de credos y costumbres diferentes, que aceptaban como suyos sus abiertos y generales mensajes de paz, solidaridad y prosperidad. Además, dejó de ser un personaje asociado específicamente a la sociedad norteamericana de origen holandés, y se convirtió en patrón de todos los niños norteamericanos, sin distinción de orígenes geográficos y culturales. Prueba de ello fue que, por aquella época, hizo también su viaje de vuelta a Europa, donde influyó extraordinariamente en la revitalización de las figuras del "Father Christmas" o "Padre Navidad" británico, o del "Père Noël" o "Papá Noel" francés, que adoptaron muchos de sus rasgos y atributos típicos.

El último momento de inflexión importante en la evolución iconográfica de Santa Claus tuvo lugar con la campaña publicitaria de la empresa de bebidas Coca-Cola, en la Navidad de 1930. Como cartel anunciador de su campaña navideña, la empresa publicó una imagen de Santa Claus escuchando peticiones de niños en un centro comercial.

Aunque la campaña tuvo éxito, los dirigentes de la empresa pidieron al pintor de Chicago (pero de origen sueco) Habdon Sundblom que remodelara el Santa Claus de Nast. El artista, que tomó como primer modelo a un vendedor jubilado llamado Lou Prentice, hizo que perdiera su aspecto de gnomo y ganase en realismo.

Santa Claus se hizo más alto, grueso, de rostro alegre y bondadoso, ojos pícaros y amables, y vestido de color rojo con ribetes blancos, que eran los colores oficiales de Coca-Cola. El personaje estrenó su nueva imagen, con gran éxito, en la campaña de Coca-Cola de 1931, y el pintor siguió haciendo retoques en los años siguientes. Muy pronto se incorporó a sí mismo como modelo del personaje, y a sus hijos y nietos como modelos de los niños que aparecían en los cuadros y postales. Los dibujos y cuadros que Sundblom pintó entre 1931 y 1966 fueron reproducidos en todas las campañas navideñas que Coca-Cola realizó en el mundo, y tras la muerte del pintor en 1976, su obra ha seguido difundiéndose constantemente.

Por el cauce de las postales, cuentos, cómics, películas, etc. norteamericanas, la oronda figura de Santa Claus sigue ganando popularidad en todo el mundo, y hoy puede decirse que constituye la advocación más universal y conocida, y también la más laica y comercial, de todas las derivadas del San Nicolás de Bari que desde el siglo IV se ha considerado tradicional protector de los niños.

jueves, 20 de diciembre de 2007

"Al poner HOY el Nacimiento de Jesús en Belén"

Llega la Navidad. Es la "fiesta de familia" por excelencia. Todos disfrutamos poniendo el viejo Belén, que es siempre nuevo. El Evangelio no es un simple relato del pasado, sigue siendo actual. Navidad es la fiesta de los niños, de los padres, de los abuelos, de los tíos y los primos, de los amigos.

Todos disfrutamos poniendo el viejo Belén, que es siempre nuevo. Allí están los pastores guardando los rebaños en la noche, cuando se les presenta el ángel que anuncia la buena noticia, a la vez que escuchan el canto de los cielos: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres".

Allí están, también hoy, hombres y mujeres que trabajan duro, o que buscan y rebuscan el puesto de trabajo que les hace falta, con los mismos deseos en su corazón: una ocupación que proporcione estabilidad a sus familias y una vida en paz. Un trabajo digno al servicio de las personas -no sólo fuente de ingresos para unos pocos- y paz en el mundo.

Paz justa en Belén y en Tierra Santa, paz para Iraq, paz para Costa de Marfil, paz para Colombia y Venezuela, paz en nuestra tierra. No más guerras, terrorismo ni violencia. Ni siquiera en nuestras familias. Necesitamos que el canto de los ángeles siga siendo actual.

Los pastores se dirigen a Belén, donde ha nacido el Rey de la Paz. Le ofrecen lo que tienen, el fruto de su trabajo. Y allí se encuentran con una familia pobre que los acoge en un portal. No tienen mejor casa donde recibirlos. José, un carpintero. María, con sus tareas de ama de casa. Un niño recién nacido envuelto en pañales y recostado en un pesebre. Un buey y una mula que dan calor. Nada se echa en falta.

El abuelo sigue explicando a los nietos cada una de las figuras y dice dónde hay que ponerlas. Las más vistosas son tres personajes montados en un camello: los Magos. Dice el Evangelio que habían visto una estrella en Oriente y que, dejando allí todas sus cosas, la siguieron. Las gentes de Jerusalén no están acostumbrados a ver hombres así. Uno tiene la piel morena, otro los ojos rasgados. Son extranjeros. Hablan otra lengua y no conocen la cultura ni las tradiciones locales. Su presencia suscita recelos a Herodes y a toda su corte de poderosos. Pero vienen guiados por la estrella de Dios y, con esfuerzo y perseverancia, con valentía, logran dar con la familia de Belén. Allí se encuentran en su casa. Son buena gente, que ofrecen lo que tienen. Por eso, son acogidos con afecto.

En la familia de Dios no sobra nadie. Ahí siguen llegando. Mujeres y hombres que vienen a dar lo que tienen, su trabajo... Los niños saben que no están soñando cuando ponen el Belén. Por eso sitúan a San José muy cerca de la Virgen, y los dos mirando al Niño. Porque necesitan verse siempre así. Con papá y mamá muy unidos, notando el calor del afecto. Los pastores, los magos, todos los que llegan al Portal saben el motivo de tanto gozo: "Hoy os ha nacido, en la ciudad de David, el Salvador, que es el Cristo, el Señor".

El Evangelio no es un simple relato del pasado, sigue siendo actual. La vida cristiana es la vida de Cristo, del bautizado identificado con Cristo, que actúa hoy en la vida ordinaria de los hombres en medio del mundo.

La Navidad, los Reyes, la Semana Santa o la Pascua forman parte de nuestras raíces, de nuestras costumbres, del patrimonio cultural de nuestra tierra. La identidad cristiana no es sectaria ni excluyente. ¿Por qué tanto empeño por parte de algunos en eliminarla?

Merece ser reconocida. Creyentes y no creyentes, hombres y mujeres de todas las razas, sea cual sea su visión de la vida, estamos invitados a acercarnos al calor de esta familia sencilla y acogedora, la de Jesús, María y José. Es Navidad. "Que cada familia pueda abrir las puertas al Señor que vendrá en Navidad para traer al mundo la alegría, la paz y el amor", es el deseo de Juan Pablo II para todos."


Por Francisco Varo
Facultad de Teología Universidad de Navarra

martes, 18 de diciembre de 2007

"María nos acompañana en esta Navidad"

Quien más espera y anhela el nacimiento del bebé es, ordinariamente, la mamá, pues ella lo ha estado sintiendo crecer en su interior. Más todavía, el vínculo no es sólo físico, sino también afectivo y espiritual.

La Virgen María es la que más espera la Navidad, el Nacimiento de Cristo Jesús. Tras el «sí» que le hizo a Dios en el diálogo que tuvo con el Arcángel Gabriel, ella paulatinamente empezó a sentir dentro de su cuerpo cómo empezó a formarse el cuerpecito de Jesús.

Sabemos que María quedó embarazada sin participación de varón; pero la gestación de Jesús se realizó según el proceso natural. De modo que el óvulo fecundado por el Espíritu Santo, rápidamente se fue desarrollando en su multiplicación celular, hasta llegar a sentir María la presencia de un nuevo cuerpo humano dentro del suyo, con todas las emociones que esto significa para la mamá. José no hallaba qué actitud asumir ante el hecho, pensando dejar a María en secreto, hasta que Dios le avisa que no dude en aceptar a María y lo que ha sucedido en ella. José mismo tendrá parte en esta misión.

María había ofrecido a Dios su virginidad; ella no se imaginaba que Dios le aceptaría dicha ofrenda, pero también le regalaría la maternidad. ¡Y qué maternidad: ser la madre del Mesías, largamente esperado!. Así, María sintetiza y plenifica la esperanza del pueblo de Israel, anunciada por los profetas, el último de ellos Juan Bautista. Los diversos títulos con que la aclamamos en estos días, entran de lleno en el espíritu del Adviento: Inmaculada Concepción, Virgen de Juquila, Nuestra Señora de Guadalupe.

Oh María, llena de gracia, preservada de todo pecado desde el primer instante de tu concepción, abogada de gracia y ejemplo de santidad, intercede por nosotros ante tu Hijo, para que seamos santos e irreprochables a sus ojos, por el amor, acogiendo y celebrando el don de la vida humana, desde su concepción hasta su término natural.

Madre de Guadalupe, que desciendes al Tepeyac para entregarnos a tu Hijo, te nos das como Madre y nos acoges en tu regazo, recibe este pueblo tuyo y derrama todo tu amor, compasión, auxilio y defensa. Ayúdanos a escuchar a tu Hijo Cristo Jesús, a seguirlo como discípulos perseverantes y anunciarlo como ardorosos misioneros. Con tu intercesión, queremos profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz.

María, Madre Buena, queremos caminar contigo y crecer en la esperanza que nos lleva a la Navidad, para celebrar gozosos el fruto bendito de tu vientre, Jesús.

+ Rodrigo Aguilar Martínez
Obispo de Tehuacán

Los Villancicos y la Navidad

En los tiempos previos a la Navidad, tanto en la liturgia como en festejos populares, solemos escuchar el canto de villancicos: son cantos que evocan el nacimiento de Jesús.

En España la palabra villancico no solo debe relacionarse con la canción popular que festeja la Navidad del Señor sino que también encontramos idéntica denominación para un tipo de composición musical derivada en su origen de una melodía cantada por los villanos y que en el Renacimiento entre el siglo XV y XVI se convierte en canciones a una voz con acompañamiento de vihuela o en canción para tres y cuatro voces con raíces populares. Se llamaba "villanus" al aldeano y con el tiempo, el nombre de estas canciones navideñas cambió a “villancicos”. Éstos hablan en un tono sensible e ingenioso de los sentimientos de la Virgen María y de los pastores ante el Nacimiento de Cristo.

Se dice que el compositor de los primeros villancicos fue el Marqués de Santillana, que compuso una serie de canciones para celebrar con sus tres hijos el misterio de la Navidad.

Durante la Edad Media comenzaron a incorporarse los villancicos en los festejos navideños. Durante esta época, los banquetes eran el punto central de las celebraciones. Sin embargo, los primeros villancicos que se conocen fueron compuestos por los evangelizadores en el siglo V, con la finalidad de llevar la Buena Nueva a los aldeanos y campesinos que no sabían leer. Sus letras hablaban en lenguaje popular sobre el misterio de la encarnación y estaban inspirados en la liturgia de la Navidad.

En el siglo XIII, se extienden por todo el mundo junto con los nacimientos de San Francisco de Asís.

Los villancicos favorecen la participación en la liturgia de Adviento y de Navidad. Cantar villancicos es un modo de demostrar nuestra alegría y gratitud a Jesús y escucharlos durante el Adviento ayuda a la preparación del corazón para el acontecimiento de la Navidad.

Los villancicos nos recuerdan la alegría del nacimiento de Cristo. En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Debemos vivir todas estas costumbres y tradiciones con mucha alegría, reflexionando en su significado y aprovechándolas para estar más cerca de Dios.

Pro y Contras del uso (abusivo) de los teléfonos celulares

Observando las costumbres sociales en los últimos diez años, tanto a nivel mundial como a nivel local, es sorprendente como las empresas de telecomunicaciones lograron instalar entre nosotros la "imperiosa" necesidad de tener un teléfono celular.

Tener un celular hoy en día tiene varias motivaciones: básicamente, estar "comunicado" con sus familiares y amigos y, en menos casos, por razones laborales (un médico, un electricista, un plomero, un viajante, etc.).

Asimismo, podemos caer presos de un terrible consumismo, ya que constantemente las insistentes publicidades nos venden modelos de tecnología cada vez más avanzada. al servicio básico de llamadas, se le sumaron los mensajes de texto, ringtones en sus más curiosos tipos, cámaras fotográficas y filmadoras, reproductor de MP3, radio AM/FM, videollamada... ¡y las que vendrán!

El primer "celu"

Últimamente, los niños y los adolescentes se han convertido en el nuevo blanco de las compañías telefónicas, ya que se trata de un grupo de consumidores poco explotado en ésa área y ellos pertenecen al sector más vulnerable a la publicidad. Atacarlos con publicidades de distinto tipo promete gran éxito a las empresas ya que condiciona la decisión para los padres, que además de pagar el servicio, debe definir cómo será usado el teléfono y, por tanto, las consecuencias que esto pueda tener.

La funcionalidad del teléfono móvil es diversa. Los padres ven los celulares para sus hijos como una manera de estar comunicados y al tanto , de dónde y cómo están sus hijos, como una medida de seguridad. Por otro lado, la telefonía los ofrece como un espacio para los jóvenes en el que pueden diferenciarse de sus pares (en función del modelo, cámaras, MP3, radio, los ringtones y los salvapantallas, por ejemplo), a la vez que se igualan con ellos en su posesión... y para los usuarios es una nueva forma de entretención, que es lo que más les fascina.

En relación a lo primero, en un reporte de la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile (ODECU), la psicóloga Malva Villalón advierte que los padres deben evitar ahogar con excesiva preocupación a los niños y adolescentes. Es importante darles espacio para realizar sus actividades sin que se sientan presionados por la omnipresencia de los padres. Es cierto que da cierta seguridad, tanto a los niños como a los padres, pero – dice la psicóloga – el criterio de urgencia en la actualidad es subjetivo y cultural, por lo que es importante diferenciar entre lo que es importante y lo que no. Si esto no se logra, se crea en los niños una dependencia que no es sana para su desarrollo. En todo caso, es importante desarrollar con los niños un sistema de confianza y no de permanente control.

Algunos expertos opinan que el fenómeno de los teléfonos celulares ha tenido fuerte impacto porque sirven a la socialización. Reduciría su sensación de soledad, ansiedad, y aumentaría su seguridad y la cohesión con la familia y los amigos. Sin embargo, si se prefiere la comunicación telefónica en los momentos en que hay real contacto con las personas, los vínculos se deterioran (por ejemplo: en medio de una reunión con amigos, están mandando mensajitos).

El celular debe estar a favor de la comunicación y no en contra.

La educadora del colegio Queen & Flowers de San Joaquín comenta con preocupación que existe una verdadera fiebre de llevar celulares al colegio, nota que hay más publicidad y los niños se lo piden mucho más a los padres, quienes acceden a comprarlos para que sus hijos no sean menos que sus compañeros. Observa que el problema de esto es que algunos niños, apenas salen a recreo, sacan sus celulares y se ponen a jugar o a hacerlos sonar. Se aislan, no toman en cuenta a sus compañeros y, curiosamente, se incomunican. No se conocen con certeza los efectos en la socialización que tendrán el uso de los teléfonos celulares por los niños, sin embargo, debe ser sin duda, una actividad bien guiada por los padres – como muchas, como parte de su rol educador -.

Lo que no nos dicen de celulares: sus efectos biológicos nocivos

Los campos electromagnéticos de todas las frecuencias representan una de las más comunes y rápidas influencias en el ambiente, alrededor de las cuales hay ansiedad y especulación. Las población está cada vez más expuesta a la radiación electromagnética, cuyos niveles continuarán aumentando mientras la tecnología avanza.

En pos de proteger la salud pública y en respuesta a la preocupación pública acerca de las especulaciones que se levantaban, la Organización Mundial de la Salud(WHO) estableció el proyecto internacional de Campos Electromagnéticos en 1996, para proveer evidencia científica acerca de los efectos que éstos podrían tener sobre la salud. Los campos eléctricos y magnéticos surgen de la generación, transmisión, distribución y el uso de la electricidad. Los campos magnéticos se crean donde la electricidad fluye, por tanto estamos expuestos a las ondas de todos los aparatos eléctricos que nos rodean, como televisores, lámparas, radios, computadores ... y celulares.

Aunque las declaraciones no son oficiales, en varios países ya se han tomado algunas medidas, como controlar el rango de radiación que deben tener los aparatos celulares. En el Reino Unido se retiró un modelo de celular para niños del mercado; lo mismo ocurrió con otro modelo en Holanda.

George Carlo, pionero norteamericano en investigaciones sobre los efectos de la radiación de microondas sobre el organismo, sugiere tomar precauciones en el uso de celulares, especialmente con los niños y adolescentes, ya que su sistema nervioso aun en formación es más vulnerable a la penetración de la radiación, por lo que aumentan las probabilidades de que sus células sean afectadas. En un estudio dirigido por él, se encontró que las personas que usaban teléfonos celulares tenían más probabilidades de desarrollar cáncer.

Según otros estudios internacionales, según Contacto, efectos adicionales, menos dañinos que el cáncer, podrían originarse en las radiaciones de los celulares. Entre ellos, la pérdida de la memoria, alteraciones en el sueño y las migrañas o jaquecas reiteradas. Con el objetivo de minimizar los riesgos se recomienda recurrir a las soluciones disponibles, como la comunicación con manos libres, levantar completamente la antena del celular (ya que en ella se concentra la radiación) y restringir al máximo posible el uso del celular, sobretodo en los más pequeños (de 16 años o menos).
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