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jueves, 30 de abril de 2015

El Papa Francisco: "¿Por qué los jóvenes de hoy no quieren casarse?"

Ciudad del Vaticano, 29 de abril de 2015 (Zenit.org) En la catequesis de este miércoles, Francisco reflexiona sobre el sacramento del matrimonio y recuerda que es una unión protegida por Dios.

Queridos hermanos y hermanas,

nuestra reflexión sobre el diseño originario de Dios sobre la pareja hombre-mujer, después de haber considerado las dos narraciones del Libro del Génesis, se dirige ahora directamente a Jesús.

El evangelista Juan, al inicio de su Evangelio, narra el episodio de las bodas de Caná, donde estaban presentes la Virgen María y Jesús, con sus primeros discípulos. Jesús no solo participó en ese matrimonio, sino que “salvó la fiesta” con el milagro del vino. Por tanto, el primero de sus signos prodigiosos, con el que Él revela su gloria, lo cumplió en el contexto de un matrimonio, y fue un gesto de gran simpatía para esa familia naciente, solicitado por el cuidado maternal de María. Y esto nos hace recordar el libro del Génesis, cuando Dios terminó la obra de la creación y hace su obra maestra; la obra maestra es el hombre y la mujer. Y aquí precisamente Jesús comienza sus milagros, con esta obra maestra, en un matrimonio, en una fiesta de bodas: un hombre y una mujer. Así Jesús nos enseña que la obra maestra de la sociedad es la familia: ¡el hombre y la mujer que se aman! ¡Ésta es la obra maestra!

Desde los tiempos de las bodas de Caná, muchas cosas han cambiado, pero ese “signo” de Cristo contiene un mensaje siempre válido.

Hoy no parece fácil hablar del matrimonio como de una fiesta que se renueva con el tiempo, en las distintas etapas de toda la vida de los cónyuges. Es un hecho que las personas que se casan son cada vez menos. Esto es un hecho: los jóvenes no quieren casarse. En muchos países aumentan sin embargo el número de las separaciones, mientras que disminuye el número de los hijos. La dificultad de permanecer juntos --tanto como pareja y como familia-- lleva a romper las uniones con mayor frecuencia y rapidez cada vez, y precisamente los hijos son los primeros que sufren las consecuencias. Pero pensemos que las primeras víctimas, las víctimas más importantes, las víctimas que sufren más en una separación son los hijos. Si se experimenta desde pequeños que el matrimonio es una unión “con tiempo determinado” inconscientemente se querrá así. De hecho, muchos jóvenes han sido llevados a renunciar al proyecto mismo de una unión irrevocable y de una familia duradera. Creo que debemos reflexionar con gran seriedad sobre el por qué tantos jóvenes “no quieren” casarse. Está la cultura de lo provisional, todo es provisional, no hay nada definitivo.

Esta es una de las preocupaciones que surgen a día de hoy: ¿por qué los jóvenes no quieren casarse?, ¿por qué a menudo prefieren una convivencia, y muchas veces “con responsabilidad limitada”?, ¿por qué muchos -- también entre los bautizados-- tienen poca confianza en el matrimonio y en la familia? Es importante tratar de entender, si queremos que los jóvenes puedan encontrar el camino justo a recorrer. ¿Por qué tienen poca confianza en la familia?

Las dificultades no son solo de carácter económico, si bien estas sean realmente serias. Muchos creen que el cambio sucedido en estos últimos decenios se ha puesto en marcha por la emancipación de la mujer. Pero tampoco es válido este argumento. ¡Pero esta es también una injuria! ¡No, no es verdad! Es una forma de machismo, que siempre quiere dominar a la mujer. Hacemos el papelón que hizo Adán, cuando Dios le dijo: “¿Pero por qué has comido la fruta?” Y él: “Ella me la dio”. Es culpa de la mujer. ¡Pobre mujer! ¡Debemos defender a las mujeres, eh!

En realidad, casi todos los hombres y las mujeres quisieran una seguridad afectiva estable, un matrimonio sólido y una familia feliz. La familia está en la cima de todos los niveles de satisfacción entre los jóvenes; pero, por miedo a equivocarse, muchos no quieren ni siquiera pensarlo; aún siendo cristianos, no piensan en el matrimonio sacramental, signo único e irrepetible de la alianza, que se convierte en testimonio de la fe. Quizá precisamente este miedo de equivocarse es el obstáculo más grande para acoger la palabra de Cristo, que promete su gracia a la unión conyugal y a la familia.

El testimonio más persuasivo de la bendición del matrimonio cristiano es la vida buena de los esposos cristianos y de la familia. ¡No hay mejor forma para mostrar la belleza del sacramento! El matrimonio consagrado a Dios cuida esa unión entre el hombre y la mujer que Dios ha bendecido desde la creación del hombre; y es fuente de paz y de bien para toda la vida conyugal y familiar. Por ejemplo, en los primeros tiempos del cristianismo, esta gran dignidad de la unión entre el hombre y la mujer derrotó un abuso que hasta entonces era normal, es decir, el derecho de los maridos de repudiar a las mujeres, también con los motivos más engañosos y humillantes. El evangelio de la familia, el evangelio que anuncia este sacramento ha vencido esta cultura de repudio habitual.

La semilla cristiana de la igualdad radical entre los cónyuges debe hoy llevar nuevos frutos. El testimonio de la dignidad social del matrimonio se hará persuasivo precisamente por este camino, el camino del testimonio que atrae, de la reciprocidad del hombre y complementariedad en el hombre.

Por esto como cristianos, debemos hacernos más exigentes al respecto. Por ejemplo: apoyar con decisión el derecho a la igual retribución por el igual trabajo. ¿Por qué se da por hecho que las mujeres deben ganar menos? No. ¡El mismo derecho! ¡La disparidad es un escándalo! Al mismo tiempo, reconocer como riqueza siempre válida la maternidad de la mujer y la paternidad de los hombres, a beneficio sobre todo de los niños. Igualmente la virtud de la hospitalidad de las familias cristianas reviste hoy una importancia crucial, especialmente en las situaciones de pobreza, de degradación, de violencia familiar.

Queridos hermanos y hermanas, ¡no tengamos miedo de invitar a Jesús a la fiesta de la boda! ¡Y también a su Madre María! Los cristianos, cuando se casan “en el Señor”, son transformados en un signo eficaz del amor de Dios. Los cristianos no se casan solo por sí mismos: se casan en el Señor en favor de toda la comunidad, de toda la sociedad.

De esta bella vocación del matrimonio cristiano, hablaré también en la próxima catequesis.

(Texto traducido y transcrito por ZENIT)
(29 de abril de 2015) © Innovative Media Inc.

Castidad y celibato sacerdotal

- EL CELIBATO DEL SACERDOTE Y LA VIRIL CASTIDAD -

EXAMEN DE RAZONES

Mucha gente habla con cierta ligereza acerca de la cuestión trascendental del Celibato de los Sacerdotes.

Vamos a examinarla concisamente, con objetividad de hombres laicos que, exentos por ello de interés o compromiso personal, no tenemos otro propósito que entender y justificar las cosas.

Por libre y voluntaria determinación, el sacerdote católico renuncia a sus derechos de paternidad humana, para entregarse íntegramente a su paternidad espiritual; para engendrar y nutrir almas, con fervor absorbente y exclusivo, sin las trabas de los cuidados domésticos; para ensanchar, exenta de fronteras, su solicitud paternal, de suerte que todos puedan llamarle por antonomasia Padre.


Sacrificio heroico. ¿Qué es lo que lo inspira y lo sustenta?

En lugar primerísimo, el ejemplo sublime de Jesús, célibe perfecto. También su palabra en loa de la virginidad. (S. Mateo, Cap. XIX, 11/12). Asimismo el ejemplo y la declaración reiterada y categórica de San Pablo sobre la supremacía espiritual del celibato

(Primera carta a los Corintios, Cap. VII). Y virgen es Juan, el discípulo predilecto. Y la Madre de Dios condensa en sí todos los aromas de la pureza, y hace propio el nombre genérico, y los siglos la conocen y aclaman por la Virgen.

Muchos, asfixiados en sus mezquinos horizontes, declaran que la castidad es absurda e imposible. Más fácil resulta declararla así que intentarla virilmente. Y aquí cabría recordar una palabra del propio Jesús: "NO arrojéis margaritas a los puercos".

Quienes no conocen ni tratan a los sacerdotes, quienes "a todos meten en una misma bolsa", desde lejos y a ciegas, proponen que se casen los sacerdotes (como si el estado civil diera virtud y no estuviéramos hartos de maridos adúlteros y licenciosos).

Quienes conocemos y tratamos a los sacerdotes, sabemos cómo son en su mayoría abnegados y rectos, y cómo muchos tocan las cimas del heroísmo y la santidad. Y podemos suscribir el testimonio insospechable de Renán, que precisamente en el Seminario aprendió la castidad de que más tarde se gloriaba. "Según mi propia experiencia, lo que se dice de las costumbres clericales carece de todo fundamento, Yo he pasado trece años de mi vida en manos de sacerdotes y no he visto ni la sombra de un escándalo; no he conocido más que buenos sacerdotes". (Souvenirs d'enfance et de Jeunesse. 111).

Bien podía clamar Lacordaire desde la egregia cátedra de Nuestra Señora de París. "Somos fuertes porque poseemos esta virtud, y bien saben lo que hacen aquellos que atacan el celibato eclesiástico, aureola del sacerdocio cristiano. Las sectas heréticas lo han abolido entro ellas; es el termómetro de la herejía: a cada grado de error corresponde un grado, si no de desprecio, al menos de disminución de esta virtud celeste".


No mutilación, sino plenitud.

¿Cómo imaginamos a un ministro como padre de familia, pendiente de la señora y de los niños, con obligación de proveer al sustento de todos? De ser así, entonces el ministerio quedaría postergado o a veces casi anulado.

Y en cualquier caso, no podrá ser más de lo que son los ministros sinceros y honrados: un hombre estimable y bueno, como puede serlo un buen católico laico, que dedique parte de su tiempo a labores benéficas o apostólicas. Pero la pasión por Dios, el ímpetu exclusivo por Dios, el lanzarse a misiones con abandono de todo y peligro de la vida ¿dónde estará?, ¿Se habrá casado el ministro para desamparar a su familia, o la cargará consigo a los rincones de lugares recónditos de este mundo?.

No: no puede sostenerse que en el sacerdote sea necesariamente mejor el matrimonio que el celibato.

En suma, la Iglesia Católica, al implantar el celibato para los que libremente lo eligen al elegir el sacerdocio, no es sólo santa, a imitación de Jesús: es también sabia.

Y si espiritualmente se mira la excelsitud y grandeza del ministerio, el celibato sacerdotal no es mutilación, sino plenitud.


Lo que dice el Concilio.

El cristianismo es siempre nuevo, pero nunca novelero.

Y se ha desatado ahora una racha de novelerías, que con grave ignorancia o ligereza se achacan al Concilio Vaticano II. Pero si va uno a la fuente, como se debe ir, encuentra que el Concilio nada dispone sobre aquello, o expresamente dispone lo contrario de lo que se le atribuye.

He aquí su dictamen categórico:
"El celibato, que primero sólo se recomendaba a los sacerdotes, fue luego impuesto por ley en la Iglesia Latina... Esta legislación, por lo que atañe a quienes se destinan al presbiterado, LA APRUEBA Y CONFIRMA DE NUEVO ESTE SACROSANTO CONCILIO".

Así textualmente consta en el Decreto sobre el ministerio de los presbíteros, número 16, donde se dice, con belleza profunda, que "el celibato está en múltiple armonía con el sacerdocio", y se exponen conceptos como los que siguen:

"La perfecta y perpetua continencia por amor del reino de los cielos, recomendada por Cristo Señor, aceptada de buen grado y laudablemente guardada en el decurso del tiempo y aun en nuestros días por no pocos fieles, ha sido siempre altamente estimada por la Iglesia, de manera especial para la vida sacerdotal. Ella es, en efecto, signo y estímulo al propio tiempo, de la caridad pastoral, y fuente particular de fecundidad espiritual en el mundo"...

En consecuencia:

"Exhorta este sagrado Concilio a todos los presbíteros que, confiados en la gracia de Dios, aceptaron el sagrado celibato por libre voluntad a ejemplo de Cristo, a que, abrazándolo magnánimamente y de todo corazón y perseverando fielmente en este estado, reconozcan ese preclaro den que les ha sido hecho por el Padre y tan claramente es exaltado por el Señor".

Nada de actitudes negativas o ambiguas; afirmación resuelta y luminosa. Pero se da tiempo para responder a recurrentes objeciones:

"Y cuanto más imposible se reputa por no pocos hombres la perfecta continencia en el mundo del tiempo actual, tanto más humilde y perseverantemente pedirán los presbíteros, a una con la Iglesia, la gracia de la fidelidad, que nunca se niega a los que la piden, empleando, a par, todos los subsidios sobrenaturales y naturales, que están al alcance de todos. No dejen de seguir, señaladamente, las normas ascéticas que están probadas por la experiencia de la Iglesia..."

Finalmente, no ya a los sacerdotes sino a todos los cristianos nos pide el Concilio la sobrenatural estimación y el invencible afecto a esta virtud celeste.

"Ruega, por ende, este sacrosanto Concilio no sólo a los sacerdotes, sino también a todos los fieles, que amen de corazón este precioso don del celibato sacerdotal..."


LA VIRIL CASTIDAD.

Y aquí es donde parece oportuno que enfoquemos, ya en su aspecto más amplío y general, este problema palpitante: la castidad varonil.

Puede sonar a estrafalario hablar de castidad varonil; mas precisamente por eso hay que hablar, franca y directamente. ¡La viril castidad! Virtud de hombres. No de cobardes, no de apocados, no de enfermizos, no de rutinarios.

Es necesario deshacer ciertos prejuicios lanzados como que la castidad se dice antinatural, que la castidad es nociva a la salud, que la castidad es imposible.

Hay que testimoniar que el ideal de la pureza es un ideal no sólo hermoso, sino natural, saludable, vigorizante, practicado por muchas almas limpias.

Siempre he creído que la fe es una castidad. Y creo también que la castidad es una fe. Sin fe en ella, sin la certidumbre y el ímpetu propios de la fe, la castidad será ilusoria o precaria. Hay que enraizar esta certeza, y luego, echarla a florecer en actos.

El ideal de la pureza nos exige continencia absoluta en el célibe; fidelidad perfecta en el casado. No es nada fácil vivirlo pero tengamos por seguro que, sostenidos por la gracia de Dios, vivir la castidad es lo que nos hace verdaderamente libres ante Dios, ante los demás y ante uno mismo.
Por ende, la castidad está lejos de ser antinatural, ni nociva, ni imposible...



¿Lo que acata esas leyes naturales, será nocivo a la salud?

La razón, la experiencia, la ciencia, claman que no.

A lo largo de todo este tiempo somos testigos de la longevidad tan frecuente en monjas y religiosos, las cuales se deben a una vida sobria y ordenada que tiene por primordial cimiento la castidad.

Sin embargo, abundan evidencias de los daños en la salud que ocasionan los desórdenes sexuales.


Atletismo espiritual.

Vivir la castidad como ideal nos exige cuidarnos de todo aquello que pueda atentarla: velar por la pureza de pensamientos, evitar imágenes provocativas, eludir algunas conversaciones y lecturas que pueden activar algunos desórdenes. El que no quiera caer, debe ser conciente de su debilidad y evitar toda tentación. En otras palabras, no hay que "jugar con fuego".

Quien pone los medios, logra el fin. Quien vive en gracia de Dios y desde el amor de Dios:
- vigila sus sentidos,
- aparta lo que mancha o perturba,
- selecciona y orienta sus conversaciones, lecturas, amistades y actividades hacia la generosidad y la limpieza;
- llena su vida de ocupaciones y aspiraciones superiores, letras, arte, ciencia, apostolado;

En definitiva, quien trabaja decididamente en la educación de la castidad, vence en su perseverancia.

La pureza es, por lo tanto, totalmente posible. La pureza es un hecho, pero un hecho glorioso que requiere hombría. No en balde nuestro egregio castellano la llama, en su plenitud, "entereza".

Decretar imposible lo que no se tiene la virilidad de acometer, es subterfugio de cobardes. Imposibles parecen las proezas de fuerza y agilidad en los atletas. Pero el triunfo que presenciamos es la coronación de un esforzado, tesonero, severísimo entrenamiento. Sin éste, el atletismo es imposible. Y la castidad es atletismo espiritual.

En conclusión: virtud perfectamente natural, perfectamente saludable y, sostenidos por Dios, totalmente posible, es la pureza.

La castidad es fuente de bienestar y poderío en el organismo personal y en el organismo social, hay que buscarla y defenderla con ímpetu viril, con ágil talento, con jubilosa fe.

No hay que dejarse vencer por el pesimismo ni dejarse llevar por lo que el mundo despotrica contra la castidad. Quien ha luchado bravamente, sabe que el triunfo es tan alcanzable como hermoso. Sabe que la victoria de hoy prepara y facilita la victoria de mañana. Y que esa sucesión de victorias, vuelta costumbre y ley, tonifica el espíritu y el cuerpo, y da a la totalidad del hombre como a la totalidad colectiva, pujanza, elevación y plenitud.


La aventura cristiana.

Esforcémonos en nuestra propia purificación y en la purificación de la atmósfera social. No es ser mojigatos. Todos tenemos sitio que nos reclama un testimonio, más que palabras. Debemos trabajar por la santidad de nuestros hogares.

La moral  que nos enseña Nuestra Madre Iglesia es austera y exigente... pero el fin es la plena felicidad del ser humano. Pero somos y debemos ser sarmientos pegados a la Vid. Y de ella brota el Vino que da, a raudales, la fortaleza que exige.
Como cristianos debemos repudiar lo mediocre para amar lo heroico. Nunca masificarnos.

Por eso el cristianismo es joven siempre. Y hoy, que fango pagano hierve y crece con nueva furia en torno nuestro, tócanos redoblar el ímpetu y vivir esa juventud plenariamente. Saber, y sentir, y proclamar con obras, que no somos cristianos para llevar vida fácil, sino vida egregia. Y que el cristianismo es hoy, como en su primera aparición, acometimiento y aventura; no asunto de rutina, sino de hazaña; no empresa de burgueses, sino de apóstoles.

escrito por Alfonso Junco
NIHIL 0BSTAT.
Pbro. Dr. D. José Luis Guerrero. Censor Ecco.
11 Marzo de 1970. IMPRIMATUR.
MIGUEL DARIO CARDENAL MIRANDA
Arzobispo Primado de México. 12 Marzo de 1970. Doy fe.
Mons. Luis Reynosci C. Canciller Secretario.
12 de Marzo de 1970.
(fuente: www.laverdadcatolica.org)

miércoles, 29 de abril de 2015

San Francisco, guía para una ecología «sabia»

Entrevista con Roberto Leoni, presidente de la Fundación Hemana Naturaleza.

ROMA, miércoles, 18 agosto 2004 (ZENIT.org).- En medio de visiones ecológicas catastrofistas y a veces contradictorias, san Francisco de Asís se convierte hoy en un auténtico guía para una ecología «sabia».

Por este motivo, la Fundación Hermana Naturaleza ha impreso por primera vez después de ocho siglos el facsímil del Códice 338, en el que se recogen las fuentes franciscanas más antiguas, los escritos del «poverello» de Asís, y la primera redacción de su «Cántico de las criaturas».

Para comprender mejor qué puede decir hoy san Francisco a quienes luchan por preservar y respetar la naturaleza, Zenit ha entrevistado al presidente de la Fundación, Roberto Leoni.

--¿Qué le dice san Francisco a un ecologista?

--Roberto Leoni: La Fundación Hermana Naturaleza surgió como asociación en 1991, recibiendo el 12 de septiembre de ese año el aliento de Juan Pablo II. El objetivo era el de contribuir al desarrollo de una correcta cultura del ambiente, fundada en la enseñanza cristiana de san Francisco de Asís.
Por un lado, se buscaba responder al hecho de que los cristianos estaban poco presentes en este campo; por otro lado, habíamos constatado que la cuestión ambiental estaba monopolizada por planteamientos ideológicos y emotivos catastrofistas, científicamente incorrectos, y éticamente desorientados. ¿Cómo es posible defender el ambiente, y por tanto la vida, y ser favorable al aborto? ¿Cómo se puede tutelar la biodiversidad y las especies autóctonas y favorecer la fecundación artificial externa a la pareja?
En 2001, después de una década en la que publicamos documentos como el «Decálogo de la ecología sabia» o la «Carta deontológica del desarrollo sostenible», nos convertimos en una fundación. Desde entonces hemos profundizado en la relación entre economía y desarrollo, descubriendo como «síntesis a priori» la economía solidaria.
Este recorrido lo hemos realizado con importantes encuentros, en los que han participado, entre otros, el cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación vaticana para los Obispos, y por el director del Banco Central de Italia, Antonio Fazio.

--Ahora publican en facsímil el Cántico de las Criaturas. ¿Qué tiene que ver esto con una fundación de ecología?

--Roberto Leoni: Consideramos que es un texto de orientación para toda la humanidad. Siempre nos hemos comprometido a difundirlo y a darlo a conocer. La primera redacción del Cántico está en el Códice 338, en el que se recogen las fuentes franciscanas más antiguas.
En ocho siglos, este códice sólo ha podido ser visto, leído y estudiado por pocos estudiosos. Por este motivo, la Fundación Hermana Naturaleza ha realizado por primera vez en la historia la impresión en facsímil de todo el Códice 338. Se han tirado 950 copias, enumeradas, que ahora están a la disposición de todos.
El Códice 338 no es sólo la raíz del franciscanismo, sino también de una sabia ecología, de la que el mundo tiene una necesidad urgente. No estallará la tierra, como dice un conocido catastrofista, sino que estallarán los hombres, pues olvidan de dónde vienen y adónde van.

--Y sin embargo, algunas corrientes radicales dicen inspirarse en san Francisco. ¿Cuáles son las lecciones de vida del santo?

--Roberto Leoni: Los méritos de san Francisco de Asís son inmensos. Los sintetizo metafóricamente en la narración de la institución del Nacimiento de Greccio que nos ha llegado por la leyenda «Major», en la que se dice que, antes de hacer la representación del Nacimiento, el fraile pidió permiso al Papa para que el gesto no apareciera como un «deseo de novedad».
En esta expresión se encuentra toda la inmensidad de Francisco: innovador, en la profundidad y no en la superficialidad; totalmente fiel a Cristo y a su Iglesia.
Sus enseñanzas siempre han corrido el riesgo de ser tergiversadas, desde la Edad Medial con el pauperismo de algunos frailes hasta la confusión que más recientemente se ha creado entre la enseñanza de Francisco y la política.
La única bandera que siguió san Francisco fue la Cruz de Cristo. San Francisco nos guía incluso en uno de los desafíos modernos más complicados: el de la relación con las demás religiones, en particular con el Islam. No lanzó una cruzada, sino que se fue a dialogar con el sultán; dialoga porque tiene una fuerte e inquebrantable identidad cristiana. Se fue a ver al sultán para comprender y para llevar la buena nueva...

--¿Cuáles son, según usted, los conceptos que caracterizan a la visión cristiana del ambiente?

--Roberto Leoni: Por desgracia, parte del las corrientes ideológicas tienen un carácter ideológico y político; otras tienen un origen emotivo, una especie de inocencia superficial y contradictoria.
La contraposición entre la naturaleza buena y el hombre que todo lo arruina no corresponde a la realidad. La naturaleza, descrita siempre al borde de la catástrofe, es una exageración.
San Francisco nos enseña que la naturaleza ha sido creada, que el hombre debe ser un cariñoso y atento custodio de las criaturas, pues son su hermano y su hermana, en la alabanza al Señor.
El cristiano sabe que el pecado original ha trastocado al hombre y que por este motivo debe prestar particular para custodiar la naturaleza, con atención cariñosa, tutelando y corrigiendo para transmitirla a sus hijos.
En este sentido, el cristiano se funda en la sabiduría más antigua y más moderna, en la ética, en la ciencia, y en la tecnología, sin rechazar nada a priori, sino haciendo siempre atentas evaluaciones de compatibilidad.
El cristiano está comprometido desde siempre, pero hoy más que nunca, en la construcción de una economía solidaria, la única que puede garantizar un desarrollo sostenible. Tenemos que superar el capitalismo y el colectivismo, el catastrofismo y el ciego abuso de los recursos.
Podemos hacerlo recuperando los valores de la templanza, de la capacidad para compartir, del sacrificio y de la mortificación. No estoy proponiendo que volvamos al cilicio y a pasar hambre, pero si bajáramos dos grados los radiadores y subiéramos dos grados el aire acondicionado, resolveríamos con ese ahorro muchos problemas.
Si en las finanzas se adoptaran las obligaciones éticas que proponemos, al igual que instrumentos de finanza ética concreta, se emprendería una economía solidaria.
Lo que estoy diciendo no es utopía. En todo caso locura franciscana: la locura de todos los cristianos que, convirtiéndose día a día, quieren aplicar las enseñanzas de Jesús, cada uno en lo que puede y en lo que sabe.

(18 de agosto de 2004) © Innovative Media Inc.

Los derechos de los animales

Karol Wojtyla, en un libro escrito antes de ser elegido Papa, examina aquello que diferencia al hombre de los demás seres

¿Qué diferencia hay entre una persona y un animal? Según algunos, los animales no se diferencian demasiado del hombre. Es frecuente hoy día encontrar en la prensa noticias sobre la defensa de los animales y referencias a sus «derechos».

Recientemente se dio el caso de Woofie, una perra collie que se salvó de ser ejecutada por orden de una corte escocesa gracias a una campaña internacional encabezada por la ex actriz francesa y ahora defensora de los animales Brigitte Bardot. Bardot, que ha se ha dedicado al bienestar de los animales desde que abandonó abruptamente su carrera artística, hace 25 años, había hecho un dramático llamamiento para que se le perdonara la vida a Woofie.

La perra había sido condenada a morir en septiembre después de que su propietario, Terence Swankie, de Peterhead, en el nordeste de Escocia, reconoció haber violado la ley que prohíbe tener animales peligrosos. En el proceso reconoció además que su mascota suponía un peligro pues estaba «fuera de control en un lugar público». En efecto, la perrita Woofie de tres años tenía aterrorizados a los carteros del barrio durante sus correrías callejeras. La Corte de Edimburgo, sin embargo, imputó el veredicto de un tribunal inferior y decidió mantenerla en vida.


El animal y el hombre

Independientemente del caso de Woofie, numerosas personas se pronuncian a favor de la prohibición de los experimentos médicos con los animales, del uso de las pieles para los vestidos, etc. Algunos van más lejos, hasta construir cementerios u hoteles para los animales. El filósofo Peter Singer desde hace tiempo viene repitiendo la idea de que no hay diferencia intrínseca entre los animales y el hombre. En su famoso libro «Animal Liberation», publicado en 1975 y en años posteriores en varias ediciones, Singer pide que se ponga fin a la «tiranía» de los hombres sobre los animales. Según él, nuestro tratamiento injusto de los animales esequivalente al racismo y al sexismo. Para referirse a él, ha acuñado la palabra «especismo». Más que hablar de derechos, Singer pide una igualdad para los animales. En su moral utilitarista, basada en Bentham y otros, la vida de un feto no tiene más valor que la vida de un animal. De hecho, en una entrevista concedida en 1996, afirmó que si comparamos la vida de un chimpancé con la un bebé con problemas cerebrales, hay que reconocer un mayor «significado moral» al chimpancé.

En respuesta a este tipo de argumentos, el filósofo inglés Roger Scruton ha publicado un libro donde critica a quienes pretenden poner los animales al mismo nivel del hombre. Su publicación «Animal Rights and Wrongs», publicada en segunda edición este año, ofrece una serie de argumentos convincentes. Por lo que se refiere al tema de la diferencia en la capacidad intelectiva entre el hombre y los animales, Scruton hace las siguientes observaciones:

- Los animales tienen deseos, pero no hacen opciones. Cuando entrenamos un animal cambiamos sus deseos, pero el animal no hace una opción.
- La inteligencia de los animales está orientada por sus instintos y la experiencia del momento. El hombre, por el contrario, puede proyectarse en el futuro.
- La vida social de los animales está guiada por los instintos y no hay diálogo o razonamiento moral como existe en una comunidad de personas.
- Los animales no tienen una imaginación propiamente hablando, o un sentido estético y sus emociones están limitadas a un nivel físico. Tampoco tienen consciencia de sí o un lenguaje abstracto.


La dimensión interior

Hay otro filósofo que ha escrito sobre la diferencia entre el hombre y los animales. Se llama Karol Wojtyla. En un libro «Amor y responsabilidad», escrito antes de ser elegido Papa, examina aquello que diferencia al hombre de los demás seres, incluso los animales. Una persona es un ser racional, con una capacidad intelectiva cualitativamente superior a los animales. Pero no nos encontramos sólo ante una cuestión de funcionalidad intelectiva. La persona goza de una interioridad, en cuanto que es un sujeto con un carácter espiritual, en el que se incluye una conciencia y una orientación hacia la verdad y el bien. Por tanto, la naturaleza del hombre es sustancialmente diversa a la de los animales e incluye la capacidad de la autodeterminación basada sobre la propia reflexión y la libre voluntad.

La diferencia esencial entre la persona y un animal está claramente expresada en el Catecismo de la Iglesia Católica. El número 2415 afirma que «los animales, como las plantas y los seres inanimados, están naturalmente destinados al bien común de la humanidad pasada, presente y futura». Pero el dominio del hombre sobre los animales, y sobre toda la creación, no debe ser entendido como un poder absoluto. Si bien es posible servirse de los animales para responder a las necesidades humanas, es necesario respetarlos como criaturas de Dios. El número 2415 dice que los animales pueden ser utilizados legítimamente para alimentar o vestir al hombre, así como para realizar experimentos médicos. En este último aspecto, exige que se garanticen unos límites razonables y que los experimentos contribuyan realmente con la curación o la salvación de vidas humanas. El siguiente número advierte que se debe evitar hacer sufrir sin necesidad los animales, pero también afirma que no es bueno invertir en ellos sumas de dinero que podrían ser destinados a aliviar la situación de los pobres. Además, explica que «no se debe desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos».

En estos días en los que han sido frecuentes las noticias sobre experimentos con fetos humanos y la manipulación genética del hombre, algunos se preocupan más por los derechos de los animales que por salvaguardar la vida de los seres humanos. Por desgracia, entre los grupos políticos que promueven la defensa de los animales, se da con frecuencia una mentalidad favorable al aborto de los niños. El tiempo es buen consejero, esperemos que también lo sea en este campo.

escrito por P. Luis Montes, Ucrania
(fuente: catholic.net)

martes, 28 de abril de 2015

Francisco en Sta. Marta: 'No tener miedo de las sorpresas del Espíritu Santo'

En la homilí­a de este martes, el Santo Padre recuerda que es necesario rezar y discernir para distinguir la voz de Dios.

Ciudad del Vaticano, 28 de abril de 2015 (Zenit.org) El santo padre Francisco ha recordado que es necesario tener “valentía apostólica” para no hacer de “la vida cristiana, un museo de recuerdos”. Lo ha hecho durante la homilía de este martes en la misa celebrada en Santa Marta.

Los discípulos de Jesús llegaron a Antioquía e iniciaron a predicar no solo a los judíos, sino también a los griegos, a los paganos y un gran número de ellos creyeron y se convirtieron al Señor. De este modo, el papa Francisco ha hecho referencia al pasaje de los Hechos de los Apóstoles, en la Primera Lectura del día, para subrayar lo fundamental de abrirse a las novedades del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia. Así, ha señalado que muchos estaban inquietos en la época al escuchar que el Evangelio fuera predicado también a los no judíos, pero cuando Bernabé llegó a Antioquía estuvo feliz porque vio que estas conversiones de los paganos eran obra de Dios.

El Santo Padre ha explicado que muchos no entendían que el Señor había venido a salvar a todos los pueblos. “No entendían. No entendían que Dios es el Dios de las novedades: ‘yo hago nuevas todas las cosas’, nos dice. Que el Espíritu Santo ha venido precisamente para esto, para renovarnos y hace este trabajo de renovarnos continuamente. Esto causa un poco de miedo. En la historia de la Iglesia podemos ver desde este momento hasta ahora cuantos miedos hacia las sorpresas del Espíritu Santo. Es el Dios de las sorpresas".

Pero --ha exclamado-- ¡hay novedades y novedades! A propósito, el Papa ha especificado que algunas novedades “se ven que son de Dios”, otras “no”.

¿Y cómo se pueden distinguir? Francisco ha observado que tanto Bernabé como Pedro se dice que son hombres llenos de Espíritu Santo. “En los dos está el Espíritu Santo que hace ver la verdad. Nosotros solos no podemos. Con nuestra inteligencia no podemos”, ha indicado. Y ha añadido que “podemos estudiar toda la Historia de la Salvación, podemos estudiar toda la Teología pero sin el Espíritu no podemos entender. Es precisamente el Espíritu quien nos hace entender o --usando las palabras de Jesús-- es el Espíritu que nos hace conocer la voz de Jesús”.

Por otro lado, el Pontífice ha recordado en la homilía que “el ir adelante de la Iglesia es obra del Espíritu Santo”, que nos hace escuchar la voz del Señor. Por eso ha preguntado: “¿y cómo puedo estar seguro de que esa voz que escucho es la voz de Jesús, que cuanto escuchado sobre lo que debo hacer está inspirado por el Espíritu Santo?”. Y la respuesta es sencilla: rezar.

“Sin oración, no hay sitio para el Espíritu. Pedir a Dios que nos mande este don: ‘Señor, danos el Espíritu Santo para que podamos discernir en cada momento qué debemos hacer’, que no es siempre lo mismo. El mensaje es el mismo: la Iglesia va adelante, la Iglesia va adelante con estas sorpresas, con estas novedades del Espíritu Santo”. Del mismo modo, Francisco ha recordado que “es necesario discernirlas, y para discernirlas es necesario rezar, pedir esta gracia”.

El Pontífice ha señalado que "Bernabé estaba lleno del Espíritu Santo y entendió enseguida; Pedro vio y dijo: ‘¿Pero quién soy yo para negar aquí el Bautismo?’ Es él quien hace que no nos equivoquemos. ‘Pero, padre, ¿por qué meterse en tantos problemas? Hagamos las cosas como las hemos hecho siempre, que estamos más seguros…"

Al respecto, Francisco ha advertido que hacer las cosas como se han hecho siempre es una alternativa “de muerte”. Por eso ha exhortado a “correr el riesgo, con la oración, también con la humildad, de aceptar lo que el Espíritu Santo”, nos pide “cambiar”. Este es el camino.

Finalmente, el Santo Padre ha invitado a pedir “la gracia de no tener miedo cuando el Espíritu, con seguridad, me pide dar un paso adelante”, así como “tener la valentía apostólica de llevar vida y no hacer de nuestra vida cristiana un museo de recuerdos”.

(28 de abril de 2015) © Innovative Media Inc.

Mirar tu historia con ojos de perdón


Aceptar la propia historia con paz es un modo de amarte a ti mismo y de poder seguir avanzando sin quedar anclado en los dolores y enojos del pasado.

Cada persona que ha pasado a tu lado, te ha dejado algo de si,
y tu le has dejado a ella algo de ti.
Ese compartir, incluso de quienes has experimentado alguna forma de traicion
o de dolor, los ha hecho a ambos "comulgar" juntos
con un fragmento de la historia
que en algo los hizo diferentes para siempre.
Perdonate por los errores cometidos y aceptate;
perdona y acepta las situaciones
frustrantes y dolorosas que te hayan ocasionado
o que tu hayas provocado a otros.
Aceptar la propia historia con paz es un modo de amarte a ti mismo
y de poder seguir avanzando sin quedar anclado
en los dolores y enojos del pasado.
Dios te ofrece su Gracia, tomala.

escrito por Padre Gustavo Jamut
365 Pensamientos Sanadores
(fuente: yocreo.com)

lunes, 27 de abril de 2015

¿Los católicos adoran las imágenes?

Es común decir que los católicos rinden culto a las imágenes y por ello cometen idolatría. ¿Es esto cierto?

¿Por qué los católicos usan imágenes?¿Por qué los católicos tenemos imágenes de lo que adoramos, o sea Dios? ¿De dónde nació la idea? (Noemí F.Q., desde Facebook)

El uso de imágenes y cuadros religiosos, principalmente en iglesias y casas, ha sido y es muy difundido desde tiempos inmemoriales. El tema de las imágenes sagradas suele ser bastante polémico; y en la relación de la Iglesia con quienes pretenden seguir a Cristo fuera de la misma es un palo en la rueda, porque estas personas, entre otros muchos errores, creen que en la Iglesia adoramos imágenes, pero no es así en absoluto. Para aclarar el tema demos un vistazo a la historia sagrada. Comencemos por decir que en el Antiguo Testamento estaba severamente prohibido el culto a todo tipo de imágenes o representación plástica de la divinidad.

El primer mandamiento del Decálogo lo dice con palabras contundentes: “No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás ni escultura ni imagen alguna… No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahvéh, tu Dios, soy un Dios celoso…”. (Ex 20, 3-5). Queda pues prohibido todo tipo de imágenes que se presenten como divinidad. El mandamiento comienza diciendo "No habrá para ti otros Dioses delante de mí", o dicho de otra manera: "No te hagas ningún Ídolo”. Pero a pesar de esta prohibición tan clara, inmediatamente después de haber prometido cumplir la ley, el pueblo se fabrica un becerro de oro, y lo adora como Dios: “Éste es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de Egipto”: (Ex 32,8). De esto precisamente Dios les advertía. Este pecado de idolatría es causa de que Dios decida destruir al pueblo. Sólo la intercesión de Moisés consigue que Dios se apiade y le perdone (Ex 32, 1-14). Y Dios les advirtió también a los Israelitas de las imágenes que hallaran entre los pueblos paganos: “Quemareis las esculturas de sus dioses y no codiciaras el oro y la plata que los recubren”: (Deut 7,25).

Naturalmente, esta prohibición queda en pie en el Nuevo Testamento con la misma intención o el mismo objetivo. La Biblia muestra que también los cristianos evitaron el uso de imágenes que pudieran ser objeto de adoración. San Pablo dice en su discurso en Atenas: “Si somos estirpe de Dios, no podemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre”: (Hechos 17, 29). Además el apóstol San Juan dice: “Hijos míos, guardaos de los ídolos”: (1 Jn 5,21). También en la Iglesia naciente se tiene claro que la adoración sólo se tributa a Dios. Por eso, en el Imperio Romano, muchos cristianos fueron mártires por no querer adorar ídolos.

Pero también tengamos en cuenta que los ídolos no son necesariamente esculturas o imágenes pues también hay ídolos inmateriales, insospechados y muy absorbentes en los cuales nos refugiamos y buscamos para poner nuestra seguridad. Son ídolos que mantenemos bien escondidos: La ambición, el gusto del éxito, la tendencia a estar por encima de los otros, el mal uso de la sexualidad, la pretensión de ser los únicos amos de nuestra vida, algún pecado al que estamos apegados, y muchos otros. En todo caso los ídolos nos alejan de Dios, nos distraen en nuestro auténtico objetivo de vida: La salvación.


¿Cuál es el motivo de la prohibición del Antiguo Testamento?

La verdadera razón de esta prohibición es que Dios es el único Dios. No se resigna a ser, por ejemplo, el primero entre los dioses, sino el único Dios. En consecuencia, los dioses o ídolos no son nada. Isaías ridiculiza a los ídolos y a quienes los adoran (Is 44, 9-20).

Se prohibía representar a Dios con imágenes para que las personas no fueran a pensar que Dios tenía la forma de una creatura o fuera un objeto. En fondo el mandamiento mira al bien del pueblo, todo de cara a que el pueblo no se condenara adorando algo equivocado. Es decir lo que no se acepta es acudir a objetos materiales y depositar en ellos la plena confianza que le debemos al Dios único, vivo y verdadero. Dios no es un ser material, sino una realidad espiritual. Por eso el pueblo tampoco puede adorar representaciones materiales del verdadero Dios, porque corre el peligro de confundir al verdadero Dios con la imagen que lo representa, llegando a creer que se trata de un Dios material.


¿Y por qué han existido y existirán las imágenes?

Lo que muchos desconocen es que así como existe una prohibición de hacer imágenes (y ya sabemos porque) también hay una permisión de hacer imágenes. Tengamos en cuenta que la prohibición se refiere directamente a la adoración de imágenes, no al simple hecho de hacerlas con tal de que éstas sirvan sólo de signo de la presencia de Dios. En este sentido Dios manda hacer cosas, objetos o imágenes. Como es el caso de El Arca de la alianza con sus querubines de oro y con el propiciatorio también de oro puro (Ex 25, 10-22); elementos que no merecen honores divinos, no se les puede rendir culto como si se tratase de Dios.

Pero el pueblo necesitaba y necesita también esos signos sensibles. Dios ha mandado construir esto como signo de su presencia en medio del pueblo. Se acude al Arca de Dios para hacer oración porque es signo de su presencia (Jos 7,6). Y prueba de todo esto está también en que la misma tienda del encuentro fue construida por orden divina y estaba llena de imágenes, lo mismo el Templo de Jerusalén también las tenía. Queda claro que estas no violaban la prohibición dada por Dios.

¿Otro ejemplo? La construcción de la serpiente de bronce que Dios ordena a Moisés: “Hazte una serpiente de bronce y ponla sobre un mástil (Jesucristo mismo considera esta serpiente de bronce como símbolo de sí mismo). Todo el que haya sido mordido y la mire, vivirá”: (Núm 21, 6-9). Naturalmente, no se trata de que esta serpiente de bronce tuviera alguna virtud especial, que la pudiese elevar al rango de divinidad. El recurrir a ella era un acto de fe y de confianza en la Palabra que Dios les había dirigido. Cuando, más adelante, el pueblo, desviándose de esta intención, le rinde culto, Ezequías mandó destruirla (2 Re 18, 4).

Los textos de la Biblia que prohíben hacer imágenes son para los del Antiguo Testamento, por el peligro que tenían de caer en la idolatría como los pueblos vecinos, que adoraban los ídolos como si fueran dioses. Los textos del Nuevo Testamento que hablan de los ídolos, se refieren a auténticos ídolos adorados por paganos, pero no a simples imágenes. Por eso el II Concilio Ecuménico de Nicea del año 787, “justificó… el culto de las sagradas imágenes…”: (Catecismo de la Iglesia Católica, 2131).

El Dios del Antiguo Testamento no tenía cuerpo, era invisible. No se le podía representar por imágenes. Pero desde que Dios se reveló en forma humana, Cristo se hizo "la imagen visible del Dios invisible", como dice San Pablo (Col 1:15); y sí, le vieron y tocaron. Es decir en el Nuevo Testamento, la permisión de imágenes que representen la divinidad toma un carácter nuevo, por el hecho de la Encarnación del Hijo de Dios. Dios sigue siendo puramente espiritual, pero ha quedado íntimamente unido a una naturaleza humana, que es material. Por esta razón, es lógico que lo representemos para darle culto (Catecismo de la Iglesia Católica, 1159ss, 2129ss). La representación de imágenes de Cristo es completamente lícita, ya que es la representación de alguien que es realmente Dios. Por tanto el culto que le damos a Jesús, mirando una imagen suya, no es de adoración a la materialidad de la imagen, sino a la Divina Persona que en ella está representada. Y al mirar, por ejemplo, la imagen de Cristo crucificado, recordamos lo mucho que Él sufrió por nosotros y nos sentimos movidos a amarlo más y a confiar más en Él.

En cualquiera de los casos, el cristiano sabe que la imagen, aunque sea de Cristo, no es la divinidad y, en consecuencia, no se le rinde culto a esa materialidad. Una imagen representa al Hijo de Dios, o a otras personas íntimamente relacionadas con él; por esto será lícito representar imágenes de la virgen y de los santos. La imagen es simplemente una representación y un recuerdo de aquellas personas; es decir cuando se ora ante una imagen no se está haciendo culto al objeto, no se le está hablando a la materialidad de la imagen sino rindiendo culto a Dios (culto de Latria), o a María (culto de Hiperdulía) o a los santos (culto de dulía). Dice el Concilio II de Nicea del 787 (Sesión 7ª, 302) el séptimo ecuménico contra los iconoclastas: "El honor tributado a la imagen va dirigido a quien está representado en ella". (Denzinger, pág. 155).

En la Iglesia veneramos a los santos, porque se merecen nuestro verdadero respeto, admiración y gratitud. Gracias a sus imágenes los recordamos y al mismo tiempo nos traen a la mente verdades religiosas de gran provecho espiritual y nos dicen algo relacionado con sus vidas. Por ejemplo, gracias a las imágenes recordamos quien era el santo (obispo, laico, religioso, etc.), qué virtud practicó más (pureza, pobreza, obediencia, etc.), qué lo hizo santo (martirio, estudio, la misión, etc.). Así también al ver una imagen de la Madre de Dios nos viene a la memoria que tenemos en el cielo a una madre inmaculada que nos ama, intercede por nosotros y nos pide que llevemos una vida santa.

Cuando vemos una imagen de las benditas almas del Purgatorio, recordamos la realidad del purgatorio y nos mueve a orar por los difuntos. Las imágenes son como tener en casa el retrato de los padres para mirarlo y besarlo con respeto. Se entiende que no se besa la foto, sino a los padres que están lejos o ya están en la eternidad. En los libros hay retratos de grandes personajes para que los lectores los conozcan y, si han sido buenos, los admiren y los imiten; y eso a nadie le parece mal.

También en los edificios públicos y en las plazas hay estatuas de grandes héroes a los que se les colocan coronas de flores, y eso está bien. ¿Quién critica esto? Nadie, ni los mismos protestantes. Como tampoco nosotros les estamos diciendo a todas esas personas que ellos ‘adoran’ imágenes; porque sabemos que lo que hacen es, en realidad, homenajear y/o recordar con gran respeto a esas personas dignas de admiración.

Los santos, a través de sus imágenes, no se adoran, se veneran. La adoración sólo es para Dios. Venerar es reconocer el valor que tiene para mí alguien o algo, por lo cual merece nuestro respeto. Nosotros veneramos a nuestros padres y a nuestra patria, pero no por eso los adoramos. Adoramos sólo a Dios.

Algún protestante alguna vez me dijo: “Pero ponerse de rodillas ante las imágenes es adoración”. Este es otro de los errores de los protestantes, esto es lo que ellos creen. Los protestantes en su ignorancia creer poder ver el interior de las personas y acusarlas de idolatría haciendo un juicio temerario sólo por apariencias. Aun los más humildes en el fondo de su corazón saben que una imagen sagrada o religiosa no es un Dios ni es el santo. Yo creo que hasta un niño cuando ve una imagen, sin mucho conocimiento religioso, entiende que una imagen es sólo eso, no es Dios o el santo a quien representa.

Hay que recordar que el gesto de ponerse de rodillas tiene un significado diverso dependiendo de la intención con que se haga. Cuando lo hacemos ante una imagen lo hacemos como un acto de veneración dirigido a quien la imagen representa. Cuando los ancianos de Israel se postraban ante el Arca de la Alianza, no se postraban delante de una caja de madera, sino delante de Dios. Es lo mismo que pasa cuando rezamos ante el sagrario o ante una custodia; nosotros no rezamos a una caja o a un objeto metálico, es al Señor, presente en el sacramento de la Eucaristía.

Externamente podría parecer que un gesto de veneración a una imagen es similar al de un pagano idólatra que éste sí adora la imagen en sí misma, pero hay una diferencia sustancial. ¿Cuál? ¿Dónde está? Está en la intención del corazón de quien lo hace, y cómo considera éste el significado de la imagen. Pasa lo mismo que con el gesto de la genuflexión que hacen las señoras bien educadas a los reyes; es un respeto que pide el protocolo. Ninguna de esas señoras, como es lógico, pretende adorar a los reyes. Se tiene que entender, una buena vez por todas, que las imágenes para nosotros no tienen el mismo significado que sí tenían para los paganos y que consideraban realmente dioses. Nosotros a las imágenes no las adoramos, y sabemos perfectamente que son solo representaciones, ya sea de Cristo o de sus santos.

Estamos de acuerdo entonces que no hay que sacar el texto de contexto (típico en los protestantes). Lo que se prohíbe, lo repito, no es la fabricación de imágenes sino su adoración. Otra prueba de que el primer mandamiento de la ley de Dios no se refiere a cualquier tipo de imágenes, ni siquiera religiosas, es que allí se usa la palabra hebrea pésel que significa "ídolo". Es más, en la misma lengua existen palabras para referirse a otro tipo de imágenes no idolátricas para referirse a imágenes decorativas o representativas, palabras que no están el primer mandamiento. Si una imagen no es un ídolo (una imagen que sea considerada como un Dios en sí misma), pues no representa ningún problema y podemos tener nuestros templos llenos de ellas, tal como lo estaba el templo de Salomón, el cual luego de ser reconstruido fue visitado por Jesús sin que Él objetara en lo absoluto la presencia de imágenes.

Hay otros dos gestos en los fieles muy bonitos y es el besar las reliquias de santos y tocar las imágenes, ¿qué están haciendo? Están expresando amor hacia quienes nos son intercesores y un estimulo en nuestra vida cristiana. Es una manera de querer tener un grato contacto con dicho santo; imágenes que, por lo demás, al estar bendecidas por Dios de alguna manera algo de esa bendición puede pasar a través de ellas. Ciertamente se trata de una fe sencilla, como la de aquellos que buscaban sanar con tocar los pañuelos de San Pablo (Hechos 19,12) o como el conocido caso de la hemorroisa que al tocar el manto de Jesús sanó (Marcos 5,26-31). ¿Consideran ustedes que esas personas creían que fueron sanadas por pañuelos y mantos? ¿No recuerdan que Jesús habla de la fe como un granito de mostaza? (Mateo 17,20).

Algún protestante me dijo alguna vez: “Si la Iglesia quitara todas las imágenes de los templos, podría considerar la posibilidad de regresar a la comunión con ella”. No creemos que esa sea la solución a los problemas que tenemos con las sectas. Nosotros no vamos a destruir todas las imágenes solo porque algún protestante haya malinterpretado la enseñanza de la Iglesia o la actitud de un buen creyente. La solución del problema es catequizarlos para que llegue a la madurez de la fe.

escrito por el Padre Henry Vargas Holguín 
(fuente: aleteia.org)

domingo, 26 de abril de 2015

"Yo soy el Buen Pastor"

Lectura del Santo Evangelio según San Juan
(Jn 10, 11-18)
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los Fariseos: "Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a Mí, así como el Padre me conoce a Mí y Yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo Pastor. El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; Yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he recibido de mi Padre" .

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Fruto: Descubrir en Jesucristo a mi pastor, el que me conoce por mi nombre

Pautas para la reflexión: Jesucristo vino al mundo para transmitirnos un mensaje: Dios es amor, Dios ama a cada hombre personalmente. Como buen conocedor de la psicología humana, utilizó diversos caminos para que entendiésemos esta verdad: su palabra, su ejemplo, sus parábolas, sus comparaciones... El Evangelio de hoy nos presenta una bella imagen de este amor: la figura del Buen Pastor.

1. ¿Quién es el buen pastor?
Entre los oyentes de Jesús, muchos debían tener a su cargo algún rebaño de animales domésticos, principalmente de ovejas. Este oficio era muy frecuente en Judea, propio de la gente sencilla a la que Jesucristo se dirigía. ¿Quién es un buen pastor? Cualquiera de los oyentes podría enumerar las notas más características: aprecia a cada oveja, se preocupa de cada una de ellas, las cuida con cariño... Aquel, sobre todo, que las defiende de las asechanzas y posibles ataques de los lobos. Para el buen pastor no existen las ovejas, el rebaño, sino esta oveja concreta. Porque cada una es individual, irrepetible, se preocupa por cada una. Si una se extravía, o se rompe una pata, deja a las 99 ovejas sanas para buscar a la descarriada. Y cuando la encuentra, no la lleva al redil a bastonazos, sino que la sube en sus hombres, la cura si está herida, y la lleva al redil junto a las demás ovejas. Ésta es la imagen del Buen Pastor, y ésta es también la imagen de Cristo.

2. Cristo, mi buen pastor
«Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su único Hijo...». Jesucristo es la encarnación y manifestación del amor de Dios. La grandeza y omnipotencia de Dios, en ocasiones, nos puede hacer creer en un Dios inmenso, grande, al estilo de los grandes dioses de los pueblos primitivos. Vemos a un Dios grande, pero lejano, demasiado poderoso para mí, una sencilla creatura. Pero ese Dios se ha encarnado, se nos ha manifestado en la persona adorable y real de Jesucristo. Ya no se trata de un Dios lejano, sino de una persona que ha vivido entre nosotros, que ha trabajado con manos de hombre, ha sudado y se ha cansado como cualquiera de nosotros, se ha alegrado con las alegrías humanas (por ejemplo, en las bodas de Caná). Y sobre todo, como hemos contemplado hace pocas semanas, Jesucristo ha sufrido, hasta un extremo impensable, colgado de la cruz. Y después de resucitar, Jesucristo sigue acompañando a cada uno de aquellos por los que ha entregado su vida en la cruz. No le basta haber hecho un acto tan inmenso de amor; sigue amándome, con actos constantes de entrega a mí. Así me ha manifestado su amor personal, su ser «mi pastor».

3. Os he dado ejemplo para que lo hagáis también vosotros
Jesucristo, Buen Pastor, ama a cada una de sus ovejas, me ama a mí, oveja suya, tal vez rebelde, perezosa, ansiosa de libertad. Pero también quiere que yo ame a sus ovejas, que ame a mi prójimo. Cristo, Buen Pastor, quiere que yo también sea buen pastor. Esto no significa que tenga que comprar un rebaño de ovejas y sacarlas a pastar todos los días; significa que voy a cuidar de las ovejas que hay a mi alrededor, de las almas que me rodean en mi familia, en el colegio, en la universidad, en el trabajo, entre los amigos... ¡Cuántos detalles de caridad puedo tener con estas ovejas que me rodean! Una palabra de aliento, un buen ejemplo, una atención, un saberles escuchar... Basta tener los ojos un poco abiertos, y las ocasiones para alegrar a los demás saltan a la vista.

Propósito: Me preocuparé por servir con algún detalle a una persona de mi familia.

(fuente: www.regnumchristi.org)

sábado, 25 de abril de 2015

“Sueño con que todo el mundo que nos viese pudiera decir: ¡qué felices se les nota a estos salesianos!”, dice el Rector Mayor

(ANS – Roma) – Hace un año, 25 de marzo de 2014, el Capítulo General 27 elegía a Don Ángel Fernández Artime como Rector Mayor y X Sucesor de Don Bosco; en una entrevista, nos cuenta cómo ha sido este primer año, sus sueños para la Congregación Salesiana y dejando como mensaje final un mensaje a los jóvenes, a la Familia Salesiana y a los colaboradores laicos.

- Don Bosco era un soñador. Como Sucesor de Don Bosco, ¿cuál es su sueño para la Congregación?

De todo lo que forma parte de mi sueño, elijo en este momento dos aspectos que me llegan muy al corazón. Sueño con una Congregación de Salesianos de Don Bosco en la que todos y cada uno, sin excepción, de sus miembros nos sintiéramos plenamente felices de vivir la vida que hemos elegido, dado en su día y cada día una respuesta gozosa al Señor y a Don Bosco, en favor de los jóvenes.
Sueño con que todo el mundo que nos viese pudiera decir: ¡qué felices se les nota a estos salesianos! Y que nuestra respuesta pudiera ser: lo somos porque llena nuestra vida el Señor, porque nos sentimos muy queridos por los propios hermanos y tanta familia y amigos, amigas que tenemos, y porque nos llena dar la vida a los jóvenes que el Señor pone en nuestro camino.
Y sueño con una Congregación que dentro de cinco años, al mirarnos en nuestro Capítulo General 28, pueda decir de sí misma que hemos seguido creciendo en autenticidad y fidelidad a lo más esencial de nuestro ser religiosos salesianos.

- Don Bosco muchas veces soñaba, y a través de sus sueños a menudo veía más claramente las situaciones y los desafíos que tenían los Salesianos. ¿existe algún aspecto particular, para mejorar hoy, y volver al gran sueño de Don Bosco?

Tal como escriben la pregunta, me gustaría decir que quisiera esa capacidad de Don Bosco para que, soñando, pudiera ver los desafíos que esperaban a sus salesianos de aquel momento. Pero, bromas aparte, y sabiendo que siempre contamos con esa presencia del Señor en su Espíritu, sí me atrevo a decir, después de este año, que los grandes desafíos tienen mucho que ver con el ayer y sin duda con el hoy y el mañana. Digo esto porque guardan relación con nuestra autenticidad en la vivencia de nuestra vida religiosa consagrada y del carisma recibido. Hay una dirección de la que jamás hemos de desviarnos lo más mínimo: la opción preferencial por los jóvenes (a veces son adolescentes y niños en su proceso de crecimiento), y entre todos ellos, siempre los más pobres, necesitados, abandonados y excluidos. Si caminamos siempre y en esa dirección, no tenemos nada que temer. Estoy convencido de que, de ser así, celebraremos no solo los 200 años sino que otros salesianos y familia salesiana celebrará los 300 años del nacimiento de nuestro Padre Don Bosco.

- ¿Cuáles son las realidades de la Congregación que, después de un año como Rector Mayor, y a través de sus viajes, le parecen más significativas?

De las que he conocido en los viajes de este año a cuatro continentes, y consciente de que podré conocer muchas más realidades hermosas en los próximos años, si el Señor lo permite, resalto, en general, todo el servicio que heos prestado a tantos miles y miles de jóvenes necesitados en todo el mundo, y en particular subrayo en estos momentos la opción que han hecho nuestros hermanos en favor de los muchachos huérfanos a causa del ébola en Liberia y Sierra Leona, destaco la búsqueda y encuentro con los chicos de la calle en tantas naciones del mundo, subrayo la acogida de refugiados en las casas salesianas de varias naciones (entre ellas Sudán del Sur), sin olvidar la atención a cientos de menores inmigrantes, en casas del mediterráneo o del este europeo o en el Medio Oriente. Y no puedo olvidarme de otros refugiados huídos de los conflictos bélicos en varias fronteras, que se encuentran en algunas de nuestras presencias, y también que nos hemos mantenido presentes entre la población y los jóvenes, cada día, ante el fuego de las armas en Alepo y Siria en general.
Agradeciendo al Señor y a Don Bosco tanta entrega de mis hermanos, y de toda la Familia Salesiana en el mundo, ¿cómo no conmoverme ante estas acciones que recuerdan que estamos haciendo lo que Don Bosco, sin duda, haría hoy si se encontrara allí?

- Existen también muchos jóvenes salesianos que ahora están viviendo su primer año de vida salesiana: ¿cuál es su mensaje para ellos?

Mi mensaje es éste: “Mis queridos hermanos jóvenes, sean felices viviendo esta hermosa vocación. Sean felices siguiendo apasionadamente a Jesús, tras las huellas de Don Bosco. Nuestra vocación es hermosa, el carisma recibido es bello, siempre actual, y miles de jóvenes los esperan. El Señor los necesita; Don Bosco los necesita; los jóvenes del mundo los necesitan”.

- Finalmente, como hacía Don Bosco, díganos una “palabra al oído”:

a los jóvenes: De verdad, jóvenes queridos, que queremos su bien y su felicidad aquí, y después en la Eternidad. No les faltará la Gracia que viene del Señor. Ánimo porque han de ser los verdaderos protagonistas de sus vidas. Para ello, hagan realidad el Sueño de Dios sobre cada uno de ustedes.

A la Familia Salesiana: Mi querida Familia Salesiana: somos una verdadera familia religiosa en la Iglesia. Se espera mucho de nosotros. Hemos de ser, con convicción, verdaderos discípulos misioneros como nos pide el Papa Francisco. Por eso, vayamos hacia adelante, cuidemos nuestra fraternidad y comunión y jamás nos lamentemos.

A nuestros colaboradores laicos: Mis queridos amigos y amigas de todo el mundo: a mis hermanos salesianos en Congregación les digo que “la misión compartida con ustedes no es opcional, sino una exigencia del carisma y de la misión”. A ustedes les pido que abran su corazón y sigan creciendo en identidad salesiana, para ser continuadores de la misión de Don Bosco hoy, que es mucho más que ser trabajadores en una casa salesiana.

Publicado el 25/03/2015

Acerca de la CONGREGACIÓN DE HERMANAS HOSPITALARIAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, fue fundada en Ciempozuelos-Madrid (España) el 31 de mayo de 1881, por San Benito Menni, Sacerdote de la Orden de San Juan de Dios, junto con María Josefa Recio y María Angustias Giménez, elegidos por Dios para dar respuesta a la situación de abandono sanitario y exclusión social de las enfermas mentales de la época, aunando dos criterios fundamentales: caridad y ciencia.

En ese tiempo, el tradicional abandono de los enfermos y la carencia de una adecuada asistencia sani­taria pública, resultaba más llamativo en el caso de los en­fermos mentales, de los niños y niñas con malformaciones óseas, escrófulas, tuberculosis, y otros padecimientos, redu­cidos a la marginalidad y abandonados a su propia suerte.

Los comienzos son particularmente difíciles. La magnitud de la empresa, la falta de medios y de recursos económicos y asistenciales sólo puede ser compensada con la generosa en­trega de las hermanas y las prestaciones personales y materia­les de algunos colaboradores, bienhechores y voluntarios.

El notable crecimiento de la asistencia sanitaria pública, tanto en estructura y personal como en recursos materiales, especialmente en los países desarrollados, no oscurece la escena original del momento fundacional de la Congregación: el ser humano que sufre a causa de la en­fermedad y las limitaciones de la propia sociedad para pres­tarle la atención humana y asistencial que necesita.

Por eso la misión y el espíritu fundacional de la Congregación no sólo continúa vigente, sino que es necesario para colaborar en el grave problema asistencial de las personas más marginadas.


FUNDADOR: PADRE BENITO MENNI


Infancia y juventud

Nació en Milán, el 11 de marzo de 1841, con el nombre de Angelo Hercules Menni. Fue un joven diferente a los jóvenes de su época, era sobrio (no bebía ni fumaba), pero sociable en su juventud, estudió en la Universidad de Milán, y trabajó como funcionario de un banco de su ciudad.

Su amor a los enfermos

Ingresó a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en 1864 y fue ordenado sacerdote, tres años después, en 1867. Restauró la Orden Hospitalaria en España, y fundó en 1881, la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, junto a sus primeras discípulas, María Josefa Recio y Angustias Giménez.

Sus últimos días

Los últimos años del Padre Menni fueron constrastados, llenos de ingratitudes y desprecios de parte de sus novicios, que criticaron su postura severa. Murió en Dinan, Francia, el 24 de abril de 1914, a la edad de 73 años.

Sus restos descansan en Ciempozuelos (Comunidad de Madrid, España), donde había instalado el Hospital Psiquiátrico de San Juan de Dios y donde fundó el primer centro de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Fue beatificado en 1984 y canonizado en 1999.

FUNDADORAS: MARÍA JOSEFA RECIO Y MARIA ANGUSTIAS GIMENEZ

María Josefa Recio y María Angustias Giménez, ambas jóvenes granadinas. Sintieron la llamada de Dios a entregar su vida a la causa de los pobres y enfermos.

Después de diversas peripecias lograron ponerse bajo la guía espiritual del P. Menni, quien en el verano de 1880, desde Ciempozuelos les hizo la siguiente invitación: “Podéis venir, si queréis…”

Y las dos fueron allá, tras una huida nocturna de Granada.

Se instalaron en Ciempozuelos y pronto tuvieron el lema que sintetizaba sus exigencias ascéticas: rogar, trabajar, padecer, sufrir, amar a Dios y callar.

El 31 de mayo de 1881 dieron comienzo a la Congregación y el 30 de octubre de 1883 moría María Josefa Recio, víctima de la caridad hospitalaria. Su compañera le sobrevivió 14 años muriendo en 1897.


Hospitalidad

La Misión Hospitalaria, cuyo centro es la persona que asistimos, está hoy enriquecida con la participación de hermanas, colaboradores, voluntarios, familias de los enfermos, bienhechores y personas en formación, que conformamos la Comunidad Hospitalaria.

El reto fundamental es lograr que cuantos trabajamos en la Misión acertemos a dar hoy una respuesta humana, actualizada y significativa desde la identidad que nos es propia, a las personas con sufrimiento, exclusión y necesidad en el mundo de la salud y la limitación, preferentemente psíquica.

Nuestras actuaciones se basan en la HOSPITALIDAD (síntesis de todos nuestros valores) entendida como acogida y servicio a los enfermos (centro de nuestra misión) especialmente a los más desfavorecidos.


Personas que asistimos

Son la razón de ser de nuestra Misión. Nuestro servicios, programas y actividades están pensados en función de ellos, desde su definición a su desarrollo.


La Familia

Como importante parte de la Comunidad Hospitalaria está llamada a participar también en el proceso terapéutico. Queremos ayudar sus necesidades, incertidumbres y anhelos. Acompañándoles en los momentos delicados, pero también implicándoles en la sanación del enfermo.


LOS COLABORADORES: CUIDAMOS PERSONAS, COMPARTIMOS VALORES

El modelo asistencial de Hermanas Hospitalarias dignifica al ser humano sufriente a través de los cuidados, por ello no se puede explicar este modelo sin los colaboradores, las personas que lo hacen posible. Los colaboradores forman parte indisoluble de la Comunidad Hospitalaria , y requieren de una gestión propia y específica en una institución como la nuestra. Siendo así hablamos de una gestión de personas basada en la gestión con valores, que supera la tradicional visión de la dirección por valores, ya que con ese término aludimos no solo a la labor de los directivos en gestión de personas si no a la del resto de colaboradores de la institución por cuanto las tareas asistenciales y económico financiera, las prácticas y decisiones, no solo de dirección si no del resto, deberán venir inspiradas por estos valores.

Más de 150 colaboradores trabajando cada día por y para las personas que asistimos.


Voluntariado

El Voluntariado Hospitalario tiene su referencia histórica en San Benito Menni y se hace presente en el centro a través de su acción solidaria.

El Servicio de Voluntariado de este Centro está formado por un número aproximado de 12 voluntarios que participan en diferentes actividades de acompañamiento y animación del ocio y tiempo libre.

Para contacatar con el Servicio de Voluntariado: voluntariado@menni.com


CIEN AÑOS DESPUES... SEGUIMOS ADELANTE

Comenzamos un nuevo año y celebramos el Primer Centenario del Fallecimiento de nuestro Padre Fundador, San Benito Menni.

Comenzamos un nuevo año e inauguramos un nuevo lema que nos acompañará en las diferentes actividades que con motivo de la Celebración del Primer Centenario del Fallecimiento de nuestro Padre Fundador, San Benito Menni, el Centro Hospitalario P. Benito Menni os irá adelantando.

Este año 2014, celebramos el centenario de la muerte de San Benito Menni, fundador de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias y hermano de San Juan de Dios y por ello queremos aprovechar la oportunidad para dar a conocer y profundizar en este icono de la Hospitalidad para la Iglesia y para el mundo.

El lema que hemos escogido para este año es “100 Años después… seguimos Adelante”. Por una parte queremos incidir en la importancia de hacer las cosas y de vivir desde el corazón y no solo desde la razón y las ideas.

La Palabra de Dios nos narra que al morir el rey David, le sucedió en el trono de Israel su hijo Salomón. Una noche se le apareció Yahvé en sueños y le dijo: “Pídeme lo que quieras” El joven rey respondió: “Tú pusiste a mi padre David y luego a mí al frente de Israel, tu pueblo escogido, un pueblo tan grande que ya no puede contarse. Lo que quiero es un corazón prudente para poder juzgar sabiendo distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo”

En María de Nazaret también descubrimos un interesante icono de sabiduría del corazón, de apertura al plan de Dios ante todo lo que iba descubriendo a través de los pasos de la vida de Jesús. “María, conservaba todas estas cosas dentro de sí, meditándolas en su corazón”.

En la figura de San Benito Menni descubrimos un santo de la Hospitalidad que supo traspasar las fronteras físicas para recrear el carisma de la Hospitalidad y al mismo tiempo dar una respuesta desde el corazón a las necesidades de la época en España, restaurando la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y fundando la congregación de las Hermanas Hospitalarias.

Estamos llamados también a superar las fronteras externas e internas que en muchos momentos nos dividen y nos impiden el vivir en paz y armonía. La gran familia de los Hijos de Dios la formamos todos aquellos hombres y mujeres de buena voluntad que quieren vivir con autenticidad, sencillez y universalidad el evangelio de Jesús.

Como dice el Papa Francisco que Dios nos ayude a traducir nuestra fe en un anuncio del Evangelio alegre y con un corazón sin fronteras.

para más información, visitar www.benitomenni.org

viernes, 24 de abril de 2015

24 de abril: iniciamos el Mes de María Auxiliadora

El 24 de abril iniciamos el mes de María Auxiliadora, finalizando el 24 de Mayo con una gran fiesta en su día. Esta fiesta de la Virgen María, Auxiliadora de los Cristianos, fue instituída por Pío VII, para perpetuar el recuerdo de su entrada en Roma, el 24 de mayo de 1814, de regreso de su cautiverio en Francia por obra y opresión de Napoleón I. También tiene por objeto agradecer a la Virgen María, su continua protección del pueblo cristiano contra los moros, turcos, herejes y enemigos declarados de la cristiandad.

Es nuestra mamá, la que Don Bosco nos dió a conocer y Jesús nos regalo como MADRE y AUXILIO.

Oración de Ofrecimiento

Enséñame, oh María Auxiliadora,
a ser dulce y bueno en todos los acontecimientos de mi vida;
en los desengaños,
en el descuido de otros,
en la falta de sinceridad de aquellos en quienes creí,
en la deslealtad de aquellos en quienes confié.

Ayúdame
a olvidarme de mí mismo para pensar en la felicidad de otros;
a ocultar mis pequeños sufrimientos de tal modo que sea yo el único que los padezca.

Enséñame a sacar provecho de ellos,
a usarlos de tal modo que me suavicen, no me endurezcan ni me amarguen;
que me hagan paciente y no irritable;
que me hagan amplio en mi clemencia y no estrecho y despótico.


Amén.

(fuente: vidayfejoven.blogspot.com.ar)

Cómo rezar bien el Avemaría


La fórmula del avemaría es un excelente vehículo, para tener un encuentro filial con nuestra Madre del cielo

Cuando queremos hablar con la Virgen María podemos decirle lo que queramos de manera sencilla y natural, lo que brote del corazón, y cuanta más devoción pongamos, mejor. La fórmula del avemaría es un excelente vehículo, probado millones de veces durante siglos, para tener un encuentro filial con nuestra Madre del cielo. El avemaría nos ofrece palabras y actitudes adecuadas para venerarla, invocarla, decirle algo que sabemos que a ella le agrada y que a nosotros nos hace bien.

Propongo algunos pasos para rezar bien el avemaría o para renovar el modo en que lo hacemos. Rezando esta oración con la debida calma y con viva conciencia, poco a poco el Espíritu Santo irá afinando la sensibilidad de nuestra relación filial con Ella, de tal modo que apenas pronunciemos las primeras palabras del avemaría, brotarán del corazón profundas resonancias que favorecerán el contacto de fe y amor con la Santísima Virgen.


La recordamos

Lo primero es acordarse de élla. Simplemente con la memoria o con la ayuda de una imagen nos colocamos espiritualmente en su presencia. Se trata de ponerse delante de la Virgen María que está en el cielo, no de una estampa o de una estatua de mármol o de yeso, sino de su persona; las imágenes sólo nos hacen presente a la persona, como las fotografías de los grandes momentos o de nuestros seres queridos.


Acto de fe, amor y confianza filial

Teniéndola ya presente, establecemos un contacto de fe y amor con María; si no, la oración mariana por excelencia no será oración. Nos acercamos a ella con la confianza y el cariño con los que todo buen hijo se acerca a su madre, con el deseo de darle afecto, mostrarle gratitud y también de obtener de ella lo que necesitamos, seguros de que nos mirará con amor y nos escuchará con atención.


La veneramos

Le decimos que estamos aquí para expresarle afecto, respeto, admiración. Adoramos sólo a Dios, a María la veneramos como Madre de Dios, esposa del Espíritu Santo, Madre de Cristo, Su cooperadora en la Redención y también madre nuestra. Ella nos lleva siempre a Jesús, que es "el único Mediador, es el Camino de nuestra oración; María, su Madre y nuestra Madre es pura transparencia de Él: María muestra el Camino, es su Signo" (Catecismo 2674)

La Constitución Dogmática Lumen Gentium, nos enseña que: "ninguna criatura puede compararse jamás con el Verbo Encarnado nuestro Redentor; pero así como el sacerdocio de Cristo es participado de varias maneras tanto por los ministros como por el pueblo fiel, y así como la única bondad de Dios se difunde realmente en formas distintas en las criaturas, así también la única mediación del Redentor no excluye, sino que suscita en sus criaturas una múltiple cooperación que participa de la fuente única. La Iglesia no duda en atribuir a María un tal oficio subordinado: lo experimenta continuamente y lo recomienda al corazón de los fieles para que, apoyados en esta protección maternal, se unan más íntimamente al Mediador y Salvador."

Te propongo que antes de seguir leyendo, te prepares de esta manera y reces luego un avemaría. Verás cuánto ayuda. Y esto vale igual para las personas más avanzadas en la vida de oración.


Primera Parte: la saludamos con las palabras del Ángel

En la primera parte del avemaría la exaltamos, la elogiamos, celebramos a la humilde esclava del Señor por las maravillas que ha hecho Dios en ella y por medio de ella, en todos los seres humanos. Usamos las palabras del arcángel Gabriel, las de santa Isabel, y nos unimos a su asombro, a su admiración llena de afecto, al contemplar un alma tan bella y dócil al Espíritu Santo, tan humilde esclava del Señor.

Dios te salve, María.
Llena eres de gracia.
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres.
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.


Segunda Parte: Le suplicamos

En la segunda parte del avemaría la invocamos. María dio su sí a Dios en la Anunciación, lo sostuvo durante la infancia y la juventud de Jesús en su vida oculta en Nazaret, y al acompañarlo discretamente en la vida pública, y lo renovó en silencio manteniéndose en pie hasta el final junto a su Hijo crucificado. Desde entonces, Ella se ha ocupado de proteger e interceder como la mejor de las madres por los hermanos de su Hijo.

La Lumen Gentium lo explica así: "Una vez recibida en los cielos, no dejó su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su múltiple intercesión los dones de la eterna salvación. Con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. Por eso, la Bienaventurada Virgen en la Iglesia es invocada con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora."

Santa María, Madre de Dios.
Ruega por nosotros pecadores.
Ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

escrito por el Padre P. Evaristo Sada LC
(fuente: la-oracion.com)

jueves, 23 de abril de 2015

Persecusión de cristianos: abrir los ojos sobre lo que está sucediendo

Niña siria levanta las manos al pensar que una cámara es un arma apuntádole
La persecución de los cristianos a nivel global: una amenaza a la paz y a la seguridad internacional

«La persecución de los cristianos a nivel global: una amenaza a la paz y a la seguridad internacional». Es el título de la conferencia que se llevó a cabo el viernes 17 de abril de 2015, en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York. Según la Santa sede intervino el observador permanente vaticano ante la ONU, mons. Bernardito Aúza, según indicó la Radio Vaticana. El religioso recordó los duros llamados de Papa Francisco a la comunidad internacional para que «no permanezca muda e impasible» ante crímenes inaceptables. Los mártires de hoy, observó el Pontífice, «son más numerosos que en los primeros siglos».

En Irak, Siria, Nigeria, Libia, Kenia y en las regiones del subcontinente asiático, dijo mons. Aúza, «la tierra ha sido literalmente regada con sangre. Hemos visto imágenes bárbaras de cristianos coptos decapitados en Libia; Iglesias llenas de gente explotar durante las celebraciones litúrgicas en Irak, Nigeria y Paquistán; antiguas comunidades cristianas expulsadas de sus casas en la Llanura de Nínive; estudiantes cristianos ajusticiados en Kenya».

«Miles de personas en todo el mundo –indicó– son perseguidas, privadas de sus derechos humanos fundamentales, discriminadas y asesinadas simplemente porque son creyentes. Sabemos que estos ataques contra personas de fe no suceden solo con los cristianos», sino también a otros musulmanes y minorías étnicas, como los yazidíes, sobre todo después de la violencia de los milicianos del llamado Estado Islámico. Sin embargo, precisó, hay un hecho inconfutable: «en muchas partes del mundo, los cristianos son tomados como blanco específicamente». Así, en el informe de 2014 del Pew Research Center se puede ver que la mayor parte de los ataques contra las personas de fe son contra cristianos.

Entre 2006 y 2012, afirmó mons. Aúza, los cristianos fueron afectados por persecuciones o discriminaciones en 151 de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas. «Esto indica –subrayó con fuerza– un fracaso colectivo de esta organización internacional, cuyo objetivo es el de salvar a los pueblos y a las naciones del flagelo de la violencia y de las agresiones injustas». Mons. Azúa recordó que «entre 100 y 150 millones de cristianos sufren persecución en el mundo de hoy».

«El observador permanente recordó que el mes pasado en Ginebra, en el Consejo para los derechos humanos de las Naciones Unidas, 65 países firmaron una declaración (redactada por Líbano, Rusia y la Santa Sede) para sostener los derechos humanos de los cristianos y de otras comunidades, en particular en el Medio Oriente. «Fue la primera vez en la que se mencionó explícitamente la categoría de los cristianos en el Consejo para los derechos humanos», indicó. Azúa también lanzó un llamado para actuar rápido, antes de que sea demasiado tarde, ante esta urgencia: «los cristianos perseguidos en todo el mundo [...] cuentan con nosotros y piden cada vez mayores esfuerzos de nuestra parte para salvarlos de la persecución. Recemos para que podamos ser capaces, juntos, de abrir los ojos del mundo sobre lo que está sucediendo».

(fuente: vaticaninsider.lastampa.it)

"A Don Bosco es posible conocerlo hoy", dice el Rector Mayor

El carisma de don Bosco conserva toda su frescura

Entrevista al rector mayor de los salesianos. El bicentenario del nacimiento de Don Bosco no es para 'sacar pecho' sino para volver a las raíces y hacer obras preferenciales para los pobres.

Roma, 08 de abril de 2015 (Zenit.org) El rector mayor de los Salesianos, Ángel Fernández Artime, desde hace un año elegido a la dirección de la orden fundada por san Juan Bosco, recordó que las cosas cambiaron desde que nació el fundador hace 200 años, del escribir con pluma a Facebook, pero por lo que se refiere al carisma tiene una actualidad muy grande y la razón es simple: jóvenes siempre hay. Y mientas seamos fieles al carisma, celebraremos los 200 años y otros celebrarán los 300, porque jóvenes siempre los hay. A continuación compartimos esta parte de la entrevista concedida a ZENIT.

- ¿Los salesianos se caracterizan como una orden en salida iniciando por el propio Don Bosco?
-- Fernández Artime: Nos estamos siempre espoleando para decir: no basta esperar para que vengan a casa. Se ve más que en Europa en otros mundos, en Africa, Asia, América Latina, en donde recorrer los barrios es el punto de partida para encontrarse por ejemplo con los muchachos que están por la calle. Hoy también en Europa, por ejemplo tu antes has nombrado la inmigración en Génova. En Sicilia, tenemos alguna presencia muy linda con inmigrantes, con menores. Siempre hay en cada presencia un salesiano que tiene este puntito especial. No todos tenemos la misma fuerza carismática. Hay personas a las que por su carácter es difícil pedirle que salgan así a los barrios, pero los hay. Y es muy importante, es la Iglesia en salida. Y estas grandes intuiciones y mensajes que el Papa da, acaban calando y nos pone en otra disposición en la Iglesia católica. Después, claro, haremos lo que podamos.

- Hay algo del carisma de don Bosco que cambia en un mundo que cambia?
-- Fernández Artime: Mira, en la manera de hacer muchas cosas de Don Bosco a hoy hay un mundo inmenso. Don Bosco escribía a pluma, hoy hay Facebook, internet, Twitter. Eso no es comparable. Pero Don Bosco tuvo las mejores imprentas. Y hoy estaría en estos medios sin dudarlo y estoy convencido que nos quedamos muy cortos. Pero por lo que se refiere al carisma tiene una actualidad muy grande y la razón es esta: jóvenes siempre hay. Entonces, como les digo a mis hermanos salesianos, en la medida que seamos auténticos como Don Bosco, que recibió del Espíritu e intentó plasmar, en esa medida tendremos congregación salesiana. Lo del número depende mucho de los movimientos sociales, culturales: ahora disminuye Europa, aumenta Asía y África, se mantiene América. No hay profetas para esto, pero aún así nosotros somos una congregación muy serena en este punto. Con todas las dificultades de todo gran organismo, de todo gran cuerpo. Pero mientas seamos fieles al carisma, celebraremos los 200 años y otros celebrarán los 300, porque jóvenes siempre los hay.

- ¿Y ese carisma hoy se conserva?
-- Fernández Artime: En lo que va del año he visitado 17 naciones, y hasta el final del 2015 serán 23 países. O sea que uno va viendo todos los continentes. Es increíble ver como la cercanía de Don Bosco entra. A Don Bosco no le han conocido sino a través de quienes hablamos de él. Pero es increíble ese toque de opción preferencial por los pobres. En ese sentido diría que la congregación está muy viva. Si alguien no nos quiere bien y piensa que nos preparamos para morir, hay que decirle que está muy equivocado. Nosotros en la Iglesia estamos haciendo nuestra partecita. Considero que el carisma de Don Bosco conserva enteramente su frescura.

- ¿Cómo se armonizan entre ustedes y en los países en que se encuentran?
-- Fernández Artime: Son tiempos de humildad, tenemos al mayor exponente que es el Papa, que es todo un testimonio de sencillez; son tiempos para vivir en comunión, para ayudarnos mutuamente. Debo decir que hay una sintonía de comunión eclesial en donde nos encontramos. Estamos en 132 países, hay una sintonía con otros religiosos y religiosas muy buenas. En la reunión de superiores generales que nos reunimos una vez al año aquí, unos 108 superiores generales, en este caso masculinos, hay una sintonía, una cordialidad, para marcar algunas líneas juntos, son tiempos nuevos.

- ¿Algún desafío particular?
-- Fernández Artime: El gran desafío siempre, ya lo tuvo san Pablo, es la evangelización. Es el de cómo hacer presente hoy, en un mundo tan tremendamente cambiante, al Señor Jesús. Hablamos en estas reuniones del Consejo, por ejemplo, de países en los que había un profundo hermetismo y prohibición, en un año cambia el Gobierno y entra toda la comunicación social, los tablet, la informática, no hay mente que pueda digerir esto. De no tener nada a estar invadido. Y esto hace muy desafiante la evangelización. Hay una proliferación de sectas y sub-sectas, y minúsculos grupos. Tantos encuentran un motivo para envolverse, y esto es un desafío muy grande.
El otro gran desafío es el de transmitir de verdad un testimonio evangélico como Iglesia. El Papa nos invita a ser testigos, y a ser Iglesia humilde, sencilla, pobre. En la medida que eso brille con luz propia lo otro viene. Pero el desafío está ciertamente.

- Ahora se celebran los 200 años del nacimiento de Don Bosco, ¿qué significa esto para ustedes?
-- Fernández Artime: La gran consigna ha sido, el bicentenario no es un año para hacernos grandes, potentes, o para sacar pecho. Que sea un año de celebración, una vuelta a las raíces. Y si hay que hacer una obra por Don Bosco en cada una de las provincias, en cada uno de los países, que sea preferencial por los pobres. Hemos empezado algunas cositas en este estilo. Así, el próximo año iré a celebrar la fiesta de Don Bosco en Sierra Leona. Este 31 de enero hemos comenzado dos orfanatos, o sea dos residencias para unos 200 muchachitos que han perdido sus padres con el ébola. Convertimos en 15 días a dos escuelas cerradas en dos casas para muchachos, que lo serán por varios años. Bendijimos por Skype esa presencia. Allí hay quince salesianos que me han dicho, de aquí no nos vamos.
Este año se cumplen los 200 del nacimiento de Don Bosco. Su obra se ha expandido por todo el mundo. Su rector mayor, Ángel Fernández Artime cuenta a ZENIT en esta segunda parte de la entrevista algunos particulares. Entre ellos la expansión de la orden en América Latina, la opción preferencial por los pobres en sus escuelas y talleres, los misioneros que hoy vienen a Europa, y cómo supo de la congregación, decidió hacerse salesiano y de qué manera conoció y es posible aún hoy conocer a Don Bosco.

- ¿América Latina es realmente el continente de la esperanza?
-- Don Ángel Fernández: Creo sinceramente, que América tiene algo que no se hadado de igual manera por ejemplo en Africa o Asia, y es que tiene una profunda y valiosa reflexión teológica pastoral, todas las asambleas: Puebla, Medellín, Aparecida, en donde el Papa ha estado muy activo. Es una proyección justamente de la reflexión pastoral teológica del pueblo de Dios. Esa madurez en otras partes del mundo no se ha logrado.

- Los salesianos pensaron y se volcaron mucho hacia América Latina
-- Don Ángel Fernández: Comenzando por Argentina, el punto de nexo inicial estaba el acompañar a tantos inmigrantes italianos para dar después el salto al sur, a la Patagonia, despoblada donde no había presencia evangelizadora. Creo que la Iglesia se ha hecho presente con estos 135 años de presencia salesiana. Desde el 14 de diciembre de 1875, con en vida Don Bosco, pudo mandar varias expediciones, primero a Uruguay, en seguida se llegó a Argentina y después fue la expansión hacia Brasil y Ecuador.

- En las fotos a los primeros misioneros con una cruz cada uno, se los ve con mucha carga
-- Don Ángel Fernández: Creo que hay que situarlos en el contexto histórico de final del siglo XIX. En todos ellos hay un gran crucifico, como era costumbre en todos los misioneros. Desde aquella expedición misionera de Don Bosco, hasta la que tendremos este año en septiembre será el envío 146 sin interrupción. Todos los años. He podido asistir a la última el 23 de septiembre pasado con el envío de un grupo de 20 salesianos, unas 24 hijas de María Auxiliadora y un grupo de misioneros laicos. Y este año un poquito más. Envío a otras partes del mundo, el sentido de la palabra misionero no es el mismo que al inicio, pero es el salesiano que estando por ejemplo en un lugar muy pobre de Asia o Africa quiere ir a compartir la vida, la cultura y el Evangelio, y a darse en otra parte del mundo necesitado.

- ¿Este nuevo envío dónde va?
-- Don Ángel Fernández: Hacia toda parte del mundo. Incluso algunos de otras parte del mundo, vendrían a lo que se llama 'Proyecto Europa', que inició con mi predecesor, y que tiene como finalidad no el de tapar algún huequecito, porque Europa tiene pocas vocaciones. Sí en cambio, por ejemplo un país de Europa donde hay una fuerte migración, sea de Libia, sea de Siria, de América Latina, allí es donde intentamos que otro salesiano pueda ir para ese espacio de frontera. Sea para un campo de refugiados, o en frontera con esos grupos de inmigrantes. Tiene la finalidad de hacernos presentes en donde haya necesidad

- En Génova, por ejemplo...
-- Don Ángel Férnadez: No necesariamente ecuatoriano, sino uno de otro país... incluso el idioma se aprende relativamente pronto. Pero no para llenar un huequecito, sino teniendo como finalidad una opción preferencial por los necesitados y pobres, con gran sintonía con el papa Francisco. Y si bien me he repetido diversas veces, porque creo que es esencial: podremos ser más fieles o menos fieles, pero hemos nacido en las periferias. Y recuerdo, qué ha sido Baldocco si no la periferia de Turín, donde nadie iba, incluso un lugar no muy aconsejable. Qué era Mornese, con la fundación de las Hijas de María Auxiliadora sino una periferia rural, que aún hoy es un pueblo pequeñito, era un pueblo de campesinos. Muchísimas de las obras salesianas, el 95 por ciento han nacido en las periferias. Después el desarrollo de las ciudades no nos ha dejado en la periferia. En Buenos Aires qué era Almagro, sino el lugar más pobre de la inmigración del siglo XIX, y hoy está andando a 20 minutos del Congreso. Madrid, qué era Atocha sino la periferia de Madrid, aunque hoy está en el corazón de Madrid. Y aún así intentamos muchos que sean espacios en los que tengan menos oportunidades puedan ir.

- ¿En qué sentido dar posibilidades a quienes tienen menos oportunidades?
--Don Ángel Fernandez: Doy un ejemplo en Argentina, en Bahía Blanca, en donde he pasado los últimos cinco años. Allí tenemos una obra salesiana, escuela de formación profesional, en donde el criterio que es: no entra ningún muchacho que tenga otros medios en la gran ciudad de Bahía Blanca, si antes no han entrado los de los barrios marginales que quieren aprender un oficio. Y lo mantenemos de manera sagrada. Todo joven es especial, pero otros muchachos tienen otras oportunidades y si no entran en la escuela de La Piedad, pueden ir a otros centros de calidad y luego sus papás los podrán enviarlos a otras universidades. Los muchachos de nuestro barrio en aquella zona de Bahía Blanca, o van a la clase salesiana y aprenden un oficio o no van a ninguna parte. Y estas opciones nos dan salud como congregación y como familia salesiana. No siempre conseguimos ser enteramente fieles pero el norte lo tenemos muy claro.

- ¿Cómo conoció usted la obra de Don Bosco?
-- Don Ángel Fernández: La conocí accidentalmente por una mediación, una turista que veraneaba en mi pueblecito, cuando mi padre estaba preparando las redes para ir a la mar. Por aquel primer contacto dos años después fui a estudiar con los salesianos, porque en el pueblo no tenía posibilidades. Les conocí bien, estuvo bien. Volví al pueblo terminados mis estudios para después ir a la universidad. Iba a estudiar medicina o química. Era un buen estudiante, tenía todos los medios gracias a una beca para poder hacer eso que me gustaba mucho y que sigo teniendo esa inclinación siempre, con mi puntito de eso. Y siente uno eso, misteriosamente esa necesidad. Con mi padre estuve seis años antes yendo al mar antes de ir al noviciado. Tuve que decirles a mis padres: 'Papá, mamá tendría que saber si esto es lo mio, porque siento un deseo'. Me gustó lo que hacían con nosotros. Forma parte de un misterio que no puedo explicar. Lo podemos leer desde la fe. Por qué esa actitud.

- ¿Y si sus padres le hubieran dicho que no?
-- Don Ángel Fernández: Si mi padre me hubiera dicho: no mi hijo, tienes que trabajar, somos una familia humilde y yo te necesito para ir al mar los veranos. Así que tu vas a la universidad y en el verano al mar. Si mi padre me dice esto me corta esa inquietud y ya está... Y hoy no se que sería de mi vida, pero salesiano quizás no. Ellos muy humildes me dijeron: hijo si es para tu bien que sea lo que Dios quiera. Gente muy humilde, sin escuela, sin universidad salvo la de la vida.

- ¿Ha conocido a Don Bosco?
Don Ángel Fernández: A través de muchos salesianos que he conocido sí, sí. A través de lo que he podido leer y acercarme a él, sí. Y ocurre como hoy cuando como cristianos testimoniamos la fe. No hemos conocido al Señor físicamente pero hay un espíritu que trasciende.

Estuve en el Chaad, me impresionó las presencias salesianas con la gente más humilde, en una sociedad aún muy agrícola. Simplemente estando con ellos y ofreciendo salidas para salir adelante con una mínima formación profesional y la evangelización.
Ver el campo de refugiados de Yuva, en nuestra casa, en Sudan del Sur, dos mil personas, mujeres y niños, casi ningún hombre, me toca el corazón. Viven en las tiendas y carpas que les consigue las Naciones Unidas. Todavía hoy comen el arroz que les buscamos con la ayuda de las Naciones Unidas, pero llegaron que no tenían nada ni adonde ir. Uno dice aquí está presente Don Bosco, o en Haití de donde vengo, que con mucha ayuda de la congregación y de tantos bienhechores, hemos conseguido rehacer tantas obras cuando tantas obras públicas están a medias. He podido verlo, hay reconstruidas ocho obras salesianas nuevas. Incluso con la cooperación de argentina, española, italiana. El dinero se ha destinado bien.
Estuve en Sudán del Sur, nunca antes había estado allí un rector mayor. Ver el poblado que mis hermanos salesianos y algunas hermanas salesianas hicieron para los leprosos me conmueve. Nada de construcción grande, de cañas, y una pequeña capillita. Fueron expulsados de su poblado por causa de la lepra. Hay allí un grupo de doscientos niños sanos, porque la lepra hoy tiene cura. El testimonio de esas personas conmueve. Visitando a los salesianos en el mundo el carisma de Don Bosco se ve.

(13 de abril de 2015) © Innovative Media Inc.
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