Papa Francisco: "aprendamos de las mujeres a velar para entrar en el misterio"

En la homilía de la Vigilia Pascual, el Santo Padre invita a imitar el ejemplo de las discípulas. Durante la celebración el Papa bautiza a 10 catecúmenos.

Ciudad del Vaticano, 04 de abril de 2015 (Zenit.org) El santo padre Francisco ha presidido esta noche la Vigilia Pascual en Basílica de San Pedro. El rito ha iniciado en el atrio de la Basílica con la bendición del fuego y la preparación del cirio pascual. Mientras la basílica completamente a oscuras, Francisco ha caminado llevando el cirio a lo largo del pasillo hasta llegar al altar, cuando finalmente, se han encendido las luces.

A esta parte de la liturgia, le ha seguido la Liturgia de la Palabra y la liturgia Bautismal, en la que el santo padre ha administrado los sacramentos de iniciación cristiana --bautismo, confirmación y después eucaristía-- a 10 catecúmenos, procedentes de Italia, Portugal, Albania, Kenia y Camboya. La más joven tiene 13 años, la mayor 6. Esta noche, han concelebrado con el Papa 40 cardenales, 30 obispos y 350 sacerdotes

En esta noche de vigilia, ha dicho el Papa durante la homilía, nos viene bien detenernos en reflexionar sobre la experiencia de las discípulas de Jesús, que también nos interpela a nosotros. Así, el Santo Padre ha obsercado que “para eso estamos aquí: para entrar en el misterio que Dios ha realizado con su vigilia de amor”.

Por eso, Francisco ha afirmado que “no se puede vivir la Pascua sin entrar en el misterio. No es un hecho intelectual, no es sólo conocer, leer... Es más, es mucho más”. Además, el Papa ha subrayado que “entrar en el misterio nos exige no tener miedo de la realidad: no cerrarse en sí mismos, no huir ante lo que no entendemos, no cerrar los ojos frente a los problemas, no negarlos, no eliminar los interrogantes”.

Sin embargo, entrar en el misterio “significa ir más allá de las cómodas certezas”, “más allá de la pereza y la indiferencia que nos frenan, y ponerse en busca de la verdad, la belleza y el amor, buscar un sentido no ya descontado, una respuesta no trivial a las cuestiones que ponen en crisis nuestra fe, nuestra fidelidad y nuestra razón”.

Para entrar en el misterio --ha proseguido-- se necesita humildad, la humildad de abajarse, de apearse del pedestal de nuestro yo. “Sin adorar no se puede entrar en el misterio”, ha asegurado el Papa.

Y todo esto lo enseñan las mujeres discípulas de Jesús, ha observado. La Virgen Madre, “las ayudó a no perder la fe y la esperanza”. Así, “no permanecieron prisioneras del miedo y del dolor, sino que salieron con las primeras luces del alba, llevando en las manos sus ungüentos y con el corazón ungido de amor”. Por eso, Francisco ha invitado a aprender de ellas a velar con Dios y con María, “para entrar en el misterio que nos hace pasar de la muerte a la vida”.

(04 de abril de 2015) © Innovative Media Inc.