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sábado, 31 de agosto de 2013

“No se previene la drogadicción hablando mal de las drogas”

Entrevista al doctor Carlos Damin, especialista en adicciones, profesor de Toxicología de la UBA y Jefe de Toxicología del Hospital Fernández.

¿Cuáles son las adicciones más frecuentes hoy en día, en las distintas edades?

Las sustancias más consumidas en la actualidad siguen siendo las de comercialización lícita, entre las que se encuentran las bebidas alcohólicas y los medicamentos, principalmente los tranquilizantes. Dentro de las drogas ilícitas la de mayor consumo es la marihuana, seguida por la cocaína y, con una frecuencia menor (y en un nivel socio-económico más desfavorecido), se encuentra el "paco", análogo argentino del "crack". Entre la gente joven han aparecido con fuerza las drogas sintéticas, sobre todo el éxtasis, la metanfetamina, el GHB o éxtasis líquido, poppers, etc.

La mayoría de los usuarios de drogas están en el grupo de 20 a 29 años, seguido por el grupo de 30 a 39. En los últimos 10 años ha aumentado el porcentaje de los menores de 20.

¿Cuáles son las adicciones más riesgosas en términos de salud?

En Argentina, la cocaína es la droga que provoca mayores efectos sobre la salud, en el consumo agudo. Esto incluye al "paco". Pero, actualmente, está de "moda" la asociación de dos o más drogas y eso potencia los efectos nocivos para el organismo. El ejemplo más común es el uso de bebidas alcohólicas mezcladas con tranquilizantes.

¿Cuáles son los problemas que más preocupan actualmente a los profesionales de la salud que trabajan con el tema uso y abuso de sustancias?

Varios son los problemas a afrontar para dar batalla a este flagelo social: la exclusión social como causa y como consecuencia del abuso de drogas dificulta extremadamente la reinserción, lo que lleva a nuevas y reiteradas recaídas; la debilidad de los padres y su incapacidad para poner límites a los hijos; la horizontalización de la familia y la falta de reglas claras al interior de la misma; la facilidad de acceso a las sustancias, favorecida por la subestimación social de los medicamentos, su abuso, publicidad y fácil acceso; y la falta de recursos institucionales para tratar a los dependientes.

Los padres deberían distinguir entre uso y abuso de sustancias, ¿ambas situaciones son preocupantes?

Para que haya una adicción a una sustancia se necesitan tres cosas: una persona con problemas o predisposición, una sustancia y un entorno que favorezca el consumo. Si alguno de los tres falla, puede haber consumo pero no habrá dependencia.

¿Es frecuente que los adolescentes consuman alguna droga y no pasen de allí o el riesgo a quedar "pegados" es grande?

Hay muchas drogas que se usan en forma "recreativa". El éxtasis es el ejemplo más común: los usuarios suelen referir su consumo en ocasión de alguna fiesta, con una música determinada, en un momento del año donde éstas se dan con más frecuencia (primavera).

¿De qué manera podemos prevenir que nuestros hijos abusen del alcohol o las drogas? ¿Qué cambios sociales y familiares alimentan este problema?

La prevención es fundamental y creo que no debe hacerse hablando mal de las drogas, ya que esto genera inmediatamente curiosidad en el adolescente o el joven adulto: la manera es estimulando hábitos y vida sana. A la vida sana, a la práctica de deporte, le falta publicidad. También es necesario que los padres tengan algún control sobre los hábitos y costumbres de sus hijos. Se escucha en los consultorios que los padres prefieren que los chicos de menos de 18 años tomen bebidas alcohólicas junto a sus amigos "en casa", así ellos saben cuánto toman, desconociendo que la ley prohíbe la venta a menores de 18 años...

¿En qué momento los padres deben encender la alarma y buscar ayuda profesional?

Cuando se dan cuenta que su hijo/a llega ebrio a su casa o con alguna alteración en su personalidad o comportamiento que le resulta llamativo. Cuando los hijos no hacen nada, o no les interesa hacer nada. Cuando a algún miembro de la familia le falta dinero u objetos vendibles.

¿Qué pasa con el tema de los medicamentos legales? La automedicación es un problema en jóvenes y adultos...

Todos los medicamentos, sin excepción, empleados en dosis excesivas o durante períodos demasiado prolongados, en situaciones en que no estarían indicados, pueden producir efectos secundarios, colaterales, indeseables o adversos, pueden generar interacciones con otros fármacos o sustancias, pueden inducir conductas de abuso o dependencia e incluso retrasar el diagnóstico de una afección que requiera cuidados médicos. Es innegable el impacto de la publicidad de los medicamentos en la conducta de los consumidores, y de allí los potenciales riesgos que representa para la salud de la población.

Es la cultura de "para todo, una pastilla". El reino de las soluciones mágicas y, sobre todo, rápidas...

Es que la inducción a la conducta de la inmediatez en la instalación de un tratamiento según los síntomas da resultados: todo puede solucionarse con un comprimido. Pero esta actitud tiene sus costos: es utópico pensar que un adolescente va a decir no cuando le ofrezcan un "comprimido" de éxtasis con la promesa de bienestar y placer.

A todo esto debe sumarse la liviandad con que asistimos a la prescripción de medicamentos. Recomiendan medicamentos la madre, el compañero de trabajo, la peluquera, el kiosquero y hasta el paciente que comparte la sala de espera en el consultorio médico. Varios medicamentos son utilizados para producir modificaciones o cambios en el estado de ánimo, solos o en asociación con drogas o sustancias de abuso. No hay que olvidar que casi todas las drogas de abuso de hoy fueron alguna vez medicamentos que, por sus particularidades farmacológicas y toxicológicas, empezaron a ser usadas por sus efectos psicoactivos, lo cual llevó a que fueran restringidas o retiradas en su empleo farmacológico. Es el caso de la cocaína, de algunos opiáceos (morfina, codeína), de las anfetaminas, los anestésicos (ketamina), la efedrina, el popper, etc.

¿Qué consecuencias físicas, neurológicas, psicológicas, tiene el uso de marihuana? ¿Es riesgoso, tiene efectos secundarios, o es inocuo?

El uso de marihuana por vía inhalatoria (fumada) provoca una irritación de toda la vía aérea superior y de los pulmones con riesgo de producir cáncer de labio, laringe, tráquea y pulmón, aunque en el largo plazo. Además, produce alteraciones endócrinas que podrían llevar a la esterilidad secundaria. A nivel neurológico, produce una estimulación del apetito y alteración de la personalidad que se traduce en hilaridad y depresión con euforia. Tiene una clara acción en algunos centros cerebrales. En la esfera psíquica produce el llamado "síndrome amotivacional", fundamentalmente en los adolescentes, que se evidencia en la falta de iniciativa y "desgano" para realizar cualquier tipo de actividad organizada socialmente.

¿Qué consecuencias tiene el abuso de alcohol? ¿Es peligroso que los padres naturalicen su consumo o no se preocupen ante una borrachera?

El consumo de alcohol puede tener dos consecuencias: en agudo, una ingesta masiva de alguna bebida alcohólica puede llevar a la persona a la intoxicación, coma alcohólico y muerte, sobre todo si se ha bebido en combinación con alguna medicación, como es el caso de la "jarra loca", práctica habitual en la actualidad. A la vez, el consumo desmedido y prolongado en el tiempo tiene impacto en todo el organismo, sobe todo en el sistema nervioso central, donde se manifiesta con un franco deterioro de las funciones intelectuales, de las funciones motoras y con afectación del hígado y todo el metabolismo.

(fuente: www.entremujeres.com)

viernes, 30 de agosto de 2013

30 de agosto: Santa Rosa de Lima

Santa Rosa de Lima
(1586-1617)
"Rosa de Lima, la más bella rosa que ha producido nuestro continente, no dejes un solo día de rezar a tu gran amigo Jesucristo, por este continente americano tan supremamente necesitado de las bendiciones de Dios."

El Papa Inocencio IX dijo de esta santa un elogio admirable: "Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones".

Nació en Lima, Perú, en 1586 (año de la aparición de la Virgen en Chinquinquirá) fue la primera mujer americana declarada santa por la Iglesia Católica.


Cambio de Nombre.

En el bautizo le pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el nombre de Rosa. Y, el Sr. Arzobispo al darle la confirmación le puso definitivamente ese nombre, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.


Evitando Peligros.

Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: "Rosa conságrame a mí todo tu amor". Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo.


Renunciando a un Amor.

Un joven de alta clase social se enamoró de Rosa y quería casarse con ella. Sus padres estaban muy entusiasmados porque ellos eran pobres y esto daría a la joven un porvenir brillante. Pero ella, aunque hubo serios disgustos en la familia, les declaró que se había propuesto que su amor sería totalmente para Dios y que renunciaba por completo a todo matrimonio, por brillante que fuera.


Vocación Detenida.


Se propuso irse de monja agustina, pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja o no, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo fácilmente.


Una Mariposa Señala el Color.

Seguía pidiéndole a Dios que le indicara a que asociación religiosa debería ingresar. Y de pronto empezó a llegar junto a ella cada día una mariposa de blanco y negro. Y revoloteaba junto a sus ojos. Con esto le pareció entender que debería buscar una asociación que tuviera un hábito de blanco y negro. Y descubrió que eran las terciarias dominicas, unas mujeres que se vestían con túnica blanca y manto negro y llevaban vida como de religiosas, pero vivían en sus propias casas. Y pidió ser admitida y la aceptaron.


Su Patrona y su Modelo.

Entonces vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo.


Encierro Total.

Pero sucedió que la gente admirada de su comportamiento empezó a señalarla y a llamarla "la santa". Entonces ella que sabía que nada es tan peligroso como la vanidad y el orgullo y el deseo de aparecer, se fabricó una pequeña habitación en el solar de la casa donde vivía y allí se dedicó a practicar por largas horas del día y de la noche sus meditaciones, sus penitencias y sus muchas oraciones. Allí pasará el resto de su vida y solamente saldrá para ir a misa ó a socorrer a algún enfermo.


Ganando el Pan con el Sudor.

Su padre fracasó en el negocio de una mina y la familia quedó en gran pobreza. Entonces Rosa se dedicó durante varias horas de cada día a cultivar un huerto en el solar de la casa y durante varias horas de la noche a hacer costuras, para ayudar a los gastos del hogar.


Ataques Varios.

El demonio la atacaba de muy diversas maneras. Y las tentaciones impuras la hacían sufrir enormemente. Además le llegaban épocas de terribles sequedades espirituales en las cuales todo lo que fuera oración, meditación ó penitencias le producía horror y asco. Y fuera de eso la gente se burlaba de su comportamiento y los mismos familiares la consideraban equivocada en su modo de vivir. Alguna vez le protestó amorosamente a Jesucristo por todo esto, diciéndole: "Señor, ¿y a dónde te vas cuando me dejas sola en estas terribles tempestades?". Y oyó que Jesús le decía: "Yo no me he ido lejos. Estaba en tu espíritu dirigiendo todo para que la barquilla de tu alma no sucumbiera en medio de la tempestad".


Sus Penitencias.

Es difícil encontrar en América otro caso de mujer que haya hecho mayores penitencias. No las vamos a describir todas aquí porque muchas de ellas no son para imitar. Pero sí tenemos que decir que lo primero que se propuso mortificar fue su orgullo, su amor propio, su deseo de aparecer y de ser admirada y conocida. Y en ella, como en todas las cenicientas del mundo se ha cumplido lo que dijo Jesús: "quien se humilla será enaltecido".Una segunda penitencia de Rosa de lima fue la de los alimentos. Su ayuno era casi continuo. Y su abstinencia de carnes era perpetua. Comía lo mínimo necesario para no desfallecer de debilidad. Aún los días de mayores calores, no tomaba bebidas refrescantes de ninguna clase, y aunque a veces la sed la atormentaba, le bastaba mirar el crucifijo y recordar la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y seguir aguantando su sed, por amor a Dios.

Dormía sobre duras tablas, con un palo por almohada. Alguna vez que le empezaron a llegar deseos de cambiar sus tablas por un colchón y una almohada, miró al crucifijo y le pareció que Jesús le decía: "Mi cruz, era mucho más cruel que todo esto". Y desde ese día nunca más volvió a pensar en buscar un lecho más cómodo.


Sus Dolores.

Distintas enfermedades la atacaron por mucho tiempo. Cuando algunas personas la criticaban por sus demasiadas penitencias, les respondía: "Si ustedes supieran lo hermosa que es un alma sin pecado, estarían dispuestos a sufrir cualquier martirio con tal de mantener el alma en gracia de Dios". Y ella sí que los sufrió. En sus últimos meses exclamaba: "Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Pero Jesucristo me concede valor para soportarlo todo."Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera santa.


Anuncio de la Fecha de su Muerte.

Desde 1614 ya cada año al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: "Es que en una fiesta de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo". Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617, después de terrible y dolorosa agonía, expiró con la alegría de irse a estar para siempre junto al amadísimo Salvador. Tenía 31 años.


Funeral de Primera.

Y a esta muchacha pobre y sin estudios le hicieron un funeral poco común en la ciudad de Lima. La primera cuadra llevaron su ataúd los monseñores de la catedral, como lo hacían cuando moría un arzobispo. La segunda cuadra lo llevaron los senadores (u oidores), como lo hacían cuando moría un virrey. Y la tercera cuadra lo llevaron los religiosos de las Comunidades, para demostrarle su gran veneración. El entierro hubo que dejarlo para más tarde porque inmensas multitudes querían visitar su cadáver, y filas interminables de fieles pasaban con devota veneración frente a él. Después la sepultaron en una de las paredes del templo.


Honores Finales.

Los milagros empezaron a sucederse en favor de los que invocaban la intercesión de Rosa, y el Sumo Pontífice la declaró santa y la proclamó Patrona de América Latina.

(fuente: www.ewtn.com)

El árbol

El árbol, por hundir sus raíces en la tierra y elevar su copa al cielo, es considerado eje y sostén del mundo, que une lo terrenal y lo celestial. Simboliza también el orden de todo el cosmos, por la disposición de sus diversas partes.

Es símbolo de vida y fecundidad, por su renovación año tras año, por su crecimiento, y, en el caso de los árboles frutales, por el alimento que ofrecen al hombre. El árbol es símbolo de vida por todo lo que provee para la existencia humana: cobijo y sombra, hojas medicinales, frutos sabrosos, leña para calentarse, y madera necesaria para muebles y casas.

Se asocia con los cuatro elementos de la naturaleza: agua, tierra, aire, fuego. Sus raíces se hunden en la tierra y de allí toman el agua, su copa se eleva a los cielos, y con su leña se hace fuego.

Los salmos cantan la majestuosidad de algunos árboles, por ej. de los cedros; pero aún siendo majestuosos, están sujetos a la voz de Dios:

¡La voz del Señor es potente,
4 la voz del Señor es majestuosa!
La voz del Señor parte los cedros,
5 el Señor parte los cedros del Líbano;
hace saltar al Líbano como a un novillo. (Salmo 29)

Las personas justas son comparadas con árboles frondosos y fecundos:

¡Feliz el hombre
1 que no sigue el consejo de los malvados,
1 ni se detiene en el camino de los pecadores,
1 ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
2 y la medita de día y de noche!
Él es como un árbol
3 plantado al borde de las aguas,
3 que produce fruto a su debido tiempo,
3 y cuyas hojas nunca se marchitan:
3 todo lo que haga le saldrá bien. (Salmo 1)


Los árboles del Edén

Según el Génesis, en el jardín de Edén Dios plantó dos árboles:

Cuando el Señor Dios hizo la tierra y el cielo, aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra ni había brotado ninguna hierba, porque el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra. Tampoco había ningún hombre para cultivar el suelo, pero un manantial surgía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo. Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.

El Señor Dios plantó un jardín en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado. Y el Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, que eran atrayentes para la vista y apetitosos para comer; hizo brotar el árbol de la vida en medio del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y del mal. (Gén 2,4-9)

Este texto nos plantea qué tipo de relación existe entre Dios y los hombres. En esta relación, Dios tiene la iniciativa y hace una llamada al compromiso libre del hombre. El árbol del conocimiento del bien y del mal está allí para simbolizar el drama de la opción. La serpiente, símbolo del mal, lleva a la mujer y al varón a comer de este árbol del conocimiento. Entonces, ellos quedan fuera del edén, sin acceso al árbol de la vida.


El árbol de Navidad

A todo el simbolismo que ya de por sí poseen los árboles, se le agregan las características propias de los árboles usados para esta fiesta. Se trata de los pinos o abetos de los bosques europeos, que soportan el invierno y la nieve, y por eso recrean el significado del árbol de la vida, permaneciendo verdes aún en medio de las peores inclemencias del tiempo.

Algunos creen que el hecho de poner adornos de color rojo es una evocación de los frutos del árbol del conocimiento del bien y del mal. La Biblia no identifica ese árbol con ningún frutal en particular, pero diversas lecturas lo interpretan como un manzano.

Hay que sumar a esto el simbolismo de la Cruz de Cristo como Arbol de la Vida. Cristo, en el árbol de la cruz, venció al pecado y recuperó para la humanidad la Vida del paraíso. Desde esta mirada, el árbol de Navidad con sus adornos rojos está uniendo Nacimiento y Pascua.

El árbol se remata con la estrella, símbolo de aquella que guió a los Magos de oriente hasta Belén. Las luces del árbol son señal de la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte.

Contenido de Destellos Cotidianos
(fuente: www.radiomaria.org.ar)

jueves, 29 de agosto de 2013

¿Dudar de la fe?

¿Cómo es posible que Dios exista, y Dios prometa, y Dios premie, cuando vemos y experimentamos todo lo contrario?

El Catecismo de la Iglesia Católica nos propone un punto de meditación sobre la fe que, más que una lección, parece una arenga. Viene a decirnos:

- ¡Vivan la fe, que es vivir ya la felicidad de la vida eterna! ¡No tengan miedo a las dudas de la fe, que se hace más fuerte cuanto es más probada! ¡Miren a la Virgen María, la más valiente porque fue la más probada en su fe!...

¿Es cierto eso de que en el Cielo no veremos más de lo que ahora creemos? Segurísimo. Y si ahora creemos y poseemos en fe lo que entonces veremos cara a cara cuando contemplemos a Dios tal como el Él, la diferencia entre esta vida y la venidera no es más que accidental: es cuestión solamente de detalle...

Lo que ahora vemos en espejo, resulta que ya lo poseemos dentro de nosotros. Somos tan ricos como lo seremos en el Cielo, como nos sigue diciendo el gran Catecismo:

- Por lo mismo, la fe es ya el comienzo de la vida eterna. Es como si poseyéramos ya las cosas maravillosas de que nuestra fe nos asegura que gozaremos un día.

¿No hay para entusiasmarse? ¿No hay para defender la fe hasta con las uñas y los dientes, si fuera preciso?...

Pero el Catecismo de la Iglesia Católica nos advierte prudentemente:

- La fe puede ser puesta a prueba. El mundo en que vivimos parece con frecuencia muy lejos de lo que la fe nos asegura; las experiencias del mal y del sufrimiento, de las injusticias y de la muerte parecen contradecir la buena nueva, pueden estremecer la fe y llegar a ser para ella una tentación.

No necesitamos discurrir mucho para dar la razón a estas palabras del Catecismo. Lo vemos cada día en muchos hermanos que sufren, y nosotros mismos experimentamos a veces esta duda y esta tentación. Son muchos los que se dicen:

- ¿Cómo es posible todo eso tan bonito de la vida futura, cuando vemos en el mundo tanto mal, y nosotros mismos somos víctimas de tantas dificultades? ¿Cómo es posible que Dios exista, y Dios prometa, y Dios premie, cuando vemos y experimentamos todo lo contrario? ¿No será todo una ilusión? ¿Cómo me puede amar Dios, si la realidad de cada día más parece una persecución que una providencia?...

San Vicente de Paúl sentía esta tentación contra la fe. Cuando le asaltaba la duda, se decía enérgico:

- ¡Creo! ¡Creo!...

Y acompañó sus palabras con un gesto expresivo. Escribió en un papel el Credo. Lo plegó, lo cosió dentro del bolsillo, y cuando el asaltaban las dudas, echaba la mano al bolsillo, apretaba el papelito misterioso, y, como decimos con nuestro lenguaje vulgar, el demonio de la duda tenía que huir con el rabo entre las patas...

Mirando la Biblia, contemplamos en el Antiguo Testamento al padre de todos los creyentes, a Abraham, del que nos dice San Pablo que creyó contra toda esperanza.

Si del Antiguo pasamos al Nuevo Testamento, nos sigue diciendo el Catecismo de la Iglesia Católica, contemplamos a María. ¡Quien lo iba a decir! María, la bendita Madre del Señor, fue también quien sufrió la prueba más terrible. Las sombras en la noche de la fe llegaron en María a una densidad aterradora.

- ¿El Hijo de mis entrañas, mi Jesús, del que me dijo el Angel que sería el Hijo del Altísimo, está ahora muerto y encerrado en un sepulcro, abandonado de sus discípulos, con sólo cuatros amigos y amigas impotentes a su alrededor?... Y, sin embargo, es Él, el Hijo de Dios, y yo espero verlo resucitado, aunque todas las apariencias estén en contra de su palabra...

Esto se decía María, modelo nuestro inigualable en la peregrinación de la fe.

Creyó ahora en el Calvario, igual que había creído que iba a ser madre permaneciendo virgen...

Nunca vio nada, y mereció de Dios por Isabel el mayor elogio de la fe:

- ¡Dichosa tú que has creído!...

Algunos desaprensivos dicen que Jesús puso al mismo nivel nuestro a María su Madre cuando elogió la fe de los creyentes, y cuando contestó a la mujer que bendecía los pechos que lo amamantaron. Muy al contrario, entonces Jesús tributó a María la máxima alabanza y la puso sobre todos los creyentes, pues nadie como María escuchó la Palabra y respondió tan fielmente como Ella. María fue doblemente Madre de Jesús: porque lo concibió en su seno y lo amamantó, y porque guardó la Palabra como nadie.

Hoy el católico, al ver criticada y perseguida su Iglesia, y triunfantes a su alrededor facciones llenas de errores, se halla en esa situación de María. ¿Habrá Cristo abandonado su Iglesia?... ¡Calma! Jesús aparenta estar muerto, pero está más vivo que nunca...

Ante los dos ejemplos de Abraham y María, seguidos por tantos que han sufrido pruebas mucho más duras que las nuestras, acaba diciéndonos el Catecismo de la Iglesia Católica con palabras de la carta a los Hebreos:

- Sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma nuestra fe.

Cuando hablamos de la tentación de la fe, no podemos menos de hablar así, valientemente, en plan de arenga, para entusiasmarnos. La conquista de la fe es a base de lucha, y sólo quien combate bien es condecorado.

escrito por Pedro García, misionero claretiano
(fuente: es.catholic.net)

miércoles, 28 de agosto de 2013

El papa llamó por teléfono a señora argentina que había sufrido abusos

'Me sentí tocada como por la mano de Dios' expresó. Le había escrito una carta contándole lo sucedido

Roma, 27 de agosto de 2013 (Zenit.org) Una señora argentina de 44 años que ante la Justicia denunció a un policía por haber abusado sexualmente de ella, fue sorprendida este domingo por una llamada telefónica que le hizo el papa Francisco, que conocía su situación gracias una carta que ella le había enviado contándole cuanto acaecido.

"Ayer suena el teléfono y al atender me preguntan si era Alejandra Pereyra y al pedir quién era me dijo que hablaba el papa Francisco. Me quedé estupefacta por el llamado" dijo. Precisó que la llamada telefónica le ha devuelto la fe y la confianza. Y que seguirá luchando para que se haga justicia sobre lo sucedido.

"Estoy feliz. Es como si me hubiera tocado por la mano de Dios", dijo la señora Alejandra Pereyra al Canal 10 de la provincia argentina de Córdoba.

La señora indicó que le había escrito al papa en para pedirle ayuda pues evalúo que la Justicia está encubriendo al policía que ella denunciópor abuso sexual. Y añadió que la llamada le ha permitido volver a ponerse de pie.

En la llamada "me dijo que no estaba sola” y si bien le llegan miles de cartas la suya le había llegado al corazón. Añadió que le gustaría viajar a ver al papa, pues Francisco le dijo que quería saludarla personalmente.

(27 de agosto de 2013) © Innovative Media Inc.

Oración de liberación

"Al pedir ser liberados del Maligno, oramos igualmente para ser liberados de todos los males, presentes, pasados y futuros de los que él es autor o instigador. En esta última petición, la Iglesia presenta al Padre todas las desdichas del mundo. Con la liberación de todos los males que abruman a la humanidad, implora el don precioso de la paz y la gracia de la espera perseverante en el retorno de Cristo." (Catecismo n. 2854)

Señor, el demonio anda "como león rugiente buscando a quien devorar" (1Pe 5,8).
No queremos caer en sus garras. Líbranos del mal.
Líbranos del tentador, de sus seducciones y de sus engaños, no dejes que siembre la cizaña del mal en nuestras vidas.
Líbranos del orgullo, del amor propio y la autosuficiencia.
Líbranos de la idolatría y la vanidad, de toda forma de egoísmo, de ponernos al centro de nuestros pensamientos e intereses.
Líbranos de ser esclavos de la opinión de los demás, de la cobardía, del respeto humano y de todo aquello que condicione nuestra autenticidad cristiana.
Líbranos de cuanto nos esclaviza sin que nos demos cuenta.
Líbranos de los malos sentimientos, del rencor, del odio, del deseo de venganza.
Líbranos de cualquier ambición o atadura que nos robe la paz.
Queremos aspirar a las cosas de arriba, no a las de la tierra.
Líbranos de los apegos que nos impiden volar hasta ti.
Aleja de nosotros toda turbación, angustia, tristeza u obsesión.
Líbranos de las fuerzas del mal, de los maleficios, de las brujerías, de la infestación diabólica.
Queremos estar siempre en tus brazos y nunca bajo el poder de Satanás.
¡Queremos ser libres, Señor! ¡Queremos ser tuyos, sólo tuyos!
Queremos despojarnos del hombre viejo y que nos revistas del hombre nuevo a través de la gracia que nos regalas en los Sacramentos.
Tenemos la certeza de que si tú estás con nosotros, nadie podrá contra nosotros (cfr Rm 8, 31)
Por eso hacemos esta oración llenos de confianza en Ti: Tú has vencido al mundo (cfr. Jn 16,33)
Todo lo podemos en ti que nos das fuerza (cfr Fil, 4,13)
Por los méritos de la pasión, muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo,
te pedimos, Padre, que nos libres del maligno ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

escrito por P. Evaristo Sada, L.C.
(fuente: www.la-oracion.com)

martes, 27 de agosto de 2013

Adiós soldado de Cristo y guerrero del quechua, Mons. William Dermott Molloy

Durante casi 30 años cuidó a niños y ancianos abandonados. Creó comedores populares, asilos, escuela, colegio e instituto. Pese a ser de Irlanda, aprendió el quechua, lo dominó y tradujo la Biblia y libros religiosos al runa simi.

Con la esperanza de la gozosa Resurrección, la Conferencia Episcopal Peruana (C.E.P.) dio a conocer el sensible fallecimiento del Excelentísimo Monseñor William Dermott Molloy McDermott, Obispo Emérito de Huancavelica, quien partió a la Casa del Padre a la edad de 83 años.

Monseñor William Dermott Molloy nació en Dublín (Irlanda), el 10 de mayo de 1930. Fue ordenado sacerdote el 5 de junio de 1955. Fue consagrado Obispo el 4 de julio de 1976 y trasladado a la Diócesis de Huancavelica el 14 de enero de 1982, es decir hace más de 31 años.


“MONSEÑOR DEMETRIO”

Monseñor William Dermott Molloy, conocido como “Monseñor Demetrio”, llegó al Perú después de trabajar algunos años en la Diócesis de Alabama (EE.UU.). Durante 14 años estuvo al frente de una parroquia campesina en Huancarama (Apurímac), donde aprendió el quechua y lo llegó a dominar. En 1976 fue consagrado Obispo Auxiliar de Huancavelica y desde 1982, ya como Obispo titular, supo dirigir la Diócesis en momentos difíciles por la pobreza material y por el terrorismo.


GUERRERO DEL QUECHUA

Difundió el amor a la cultura quechua con sus cantos y su idioma. Así lo demuestran sus diversas traducciones al quechua de la Biblia, del Ritual de sacramentos, el Misal y el Catecismo.


CUIDÓ NIÑOS Y ANCIANOS ABANDONADOS

También promocionó la atención a los niños y ancianos abandonados con la creación de comedores populares y asilos de ancianos. Se preocupó por la formación de los jóvenes con la creación del “Colegio Seminario San Juan María Vianney”, el Instituto Pedagógico “Santa Rosa”, y promovió la “Escuela de música Santa Cecilia” donde los niños y jóvenes, varios de ellos hoy presbíteros, cultivaron el amor a Dios mediante la música y el canto.


ATENDIÓ A HERMANOS DE “TIERRA ADENTRO”

Además, por intermedio de Cáritas, realizó diversas obras de proyección social en el mundo campesino, de quienes se preocupó también por su atención espiritual. La formación de los catequistas rurales y la promoción vocacional al sacerdocio y a la vida religiosa fueron algunas de sus prioridades.


DISTINGUIDO POR LA C.E.P.

Como reconocimiento a su gran labor pastoral, en enero de 2006, en el marco de la 87ª Asamblea Plenaria, los Obispos del Perú le otorgaron la Medalla de Santo Toribio de Mogrovejo, por su servicio a la Iglesia en el Perú.


ESTADO LO DISTINGUE

Así también, en julio del presente año, el Congreso de la República le otorgó la “Medalla de Honor” en el Grado de “Caballero”, en reconocimiento a su infatigable labor pastoral, educativa y asistencial durante cerca de treinta años en el departamento más pobre del Perú.


HUANCAVELICANOS LE TRIBUTAN HOMENAJE

Con gran pesar, Obispos, sacerdotes y fieles se reunieron para rendir homenaje a Monseñor William Dermott Molloy, Obispo Emérito de Huancavelica, quien fue llamado a la Casa del Padre, tras varios años de penosa enfermedad.

El martes último, en Lima, se celebró una Misa de cuerpo presente, en la Iglesia Nuestra Señora de la Reconciliación, en Urbanización Camacho-La Molina, en donde estuvieron presentes Obispos y sacerdotes.

Tras la Santa Misa, el féretro con los restos del Obispo Emérito fueron trasladados a la ciudad de Huancavelica. A su llegada a esa ciudad, recibió el homenaje de las autoridades de Huaytará. Luego, recibió el homenaje del Rector, formadores y seminaristas del Seminario Mayor de Huancavelica.



VELATORIO 

Posteriormente, el cuerpo de Monseñor Molloy fue traslado a la Iglesia Catedral, acompañado por los fieles y la banda de músicos del Seminario Menor de Huancavelica. Allí fue velado hasta el miércoles 21. Ese día, Monseñor Isidro Barrio Barrio, Obispo de Huancavelica, ofició una Misa de Exequias, junto a todos los sacerdotes de la jurisdicción eclesiástica.


MILES LE RINDEN HONORES

Miles de huancavelicanos junto con autoridades estuvieron presentes en la plaza de armas de Huancavelica para rendir honores y escoltar al Obispo que los acompañó por casi 30 años.

En su homilía, Monseñor Isidro Barrio resaltó las virtudes y destacó que Monseñor Molloy era un hombre de fe, que nunca dejó de confiar en Dios para conseguir las cosas a favor de su gente.


DESCANSA EN LA CRIPTA DE LA CATEDRAL

Al final de la Misa, el féretro fue traslado a la Cripta de la Iglesia Catedral, para su eterno descanso, entre el cariño y respeto de los fieles huancavelicanos, cuya región es considerada como la más pobre del país.

(fuente: www.diariolavozdehuamanga.com)

El sexo casual y su consecuencias para los jóvenes

El arzobispo de La Plata, en el programa "Claves para un Mundo Mejor"

 Roma, 19 de agosto de 2013 (Zenit.org) El sexo casual estuvo en el centro del programa televisivo 'Claves para un Mundo Mejor' en el cual Monseñor Héctor Aguer, con datos en la mano, explicó los recientes estudios realizados en universidades estadounidenses que desmienten el tinte oscuro que se pretende dar a la moral cristiana. Y como la pareja estable, consagrada en el matrimonio, es un bien social y el ámbito adecuado para la comunicación de la vida humana.

“Probablemente ustedes han escuchado críticas a la Iglesia como que durante mucho tiempo ella habría estado obsesionada con los pecados contra el sexto y el noveno mandamiento y que habría puesto en su transmisión de la moral cristiana un tinte oscuro sobre la problemática conyugal o sexual, sobre la vida afectiva, etc.

Bueno esa crítica es absolutamente infundada. En realidad, pienso que se nos quieren infundir una especie de complejo de culpa sobre este campo. Y es un complejo de culpa que ha dado resultado, porque muchas veces no se habla, aún en la predicación o en la catequesis, de esa área de la vida moral.

No es la más importante, y no es la única evidentemente, pero se ha desplazado el foco de atención a otros ámbitos morales como, por ejemplo, las relaciones de justicia. La justicia es evidentemente una virtud fundamental, pero también hay otras virtudes que hacen a la constelación moral del cristiano; todas tienen, además, su base en una concepción acerca de la persona humana.

¿A qué viene este prólogo? He leído que se han hecho recientemente estudios en universidades norteamericanas acerca del sexo casual, y de las consecuencias que de ese comportamiento se siguen para los jóvenes y, especialmente, para las mujeres jóvenes.

Uno de esos estudios refiere que cuatro mil universitarios han sido investigados por diez universidades norteamericanas acerca de las consecuencias del sexo casual, impensado, imprevisto, sin compromiso emocional ni expectativas de futuro. Las conclusiones tratan de vincular ese tipo de relaciones con la problemática de la salud mental con consecuencias emocionales muy serias, como decía antes, especialmente en las mujeres jóvenes. Dice el estudio que provoca stress, sentimiento de culpa, arrepentimiento y displacer en las jóvenes después de un encuentro sexual con un desconocido.

Se indica además que el contacto sexual con extraños es más habitual en quienes tienen baja autoestima. Y sigo mencionando datos que han aportado estos estudios: los estudiantes universitarios que habían participado en encuentros sexuales casuales presentaron niveles más bajos de autoestima, de satisfacción y de felicidad que aquellos estudiantes que no habían tenido relaciones ocasionales. El sexo casual también fue asociado con angustia, ansiedad y depresión.

Se refieren estos datos a la relación sexual irresponsable, sin vínculo afectivo estable y sin una perspectiva de futuro, que para nosotros, cristianos, es obviamente el matrimonio y la fundación de una familia.

Dicen que sobre todo ocurre eso en los jóvenes asociado al consumo social de alcohol y de drogas que especialmente se combinan en las “previas”, en las que los jóvenes consumen en exceso, y que en ese estado es previsible que se descontrolen. Al otro día se acuerdan de lo que pasó, se enteran por el relato de otros y se sienten mal.

Los psicólogos que intervienen en este tipo de estudios y de apreciaciones brindan algunos consejos que tienen una buena cuota de razonabilidad, pero que son también muy imperfectos y, desde el punto de vista de una antropología completa e integral, son deficientes. Están proponiendo que el camino hacia la madurez sexual implica el fortalecimiento de la autoestima, el autocuidado con el control de los impulsos, el diálogo entre padres e hijos, el diálogo con la pareja y la protección adecuada.

Ellos llaman protección adecuada a tratar de evitar el embarazo no deseado y la transmisión de una enfermedad de las que se propagan por vía de la relación sexual, pero no dicen nada del verdadero cuidado que tiene que ver también con la autoestima y con la madurez plena de la personalidad: es la virtud de la castidad, una de las virtudes del ámbito de la templanza. Implica que el hombre es un ser racional, y que por tanto tiene que orientar, y orientar desde dentro, hacia un orden acorde con su naturaleza y con su condición de persona, los impulsos básicos fundamentales.

Como decía al principio, nos han acomplejado con que siempre estamos hablando de la castidad y puede ser que haya habido en otras épocas algunas tintas fuertes y excesos en ese campo, pero ahora no se habla de la castidad, como si hubiera desaparecido de la constelación de las virtudes humanas y cristianas. Pero de eso se trata: ¿cómo se llega a la madurez personal sin autocontrol, sin una disciplina personal, sin la búsqueda de un orden, sin que la razón, en todo caso, oriente los impulsos más básicos y los haga servir a la plena realización del hombre?

Nosotros sabemos, por otra parte, por la predicación cristiana, por los mandamientos de la Ley de Dios, que la relación sexual tiene su pleno sentido y su justificación moral en el matrimonio. Aquí estamos hablando del extremo opuesto, precisamente, a lo que llaman sexo casual, que habría que llamar de modo apropiado “promiscuidad”.

Desgraciadamente, parece que esta conducta es frecuente entre los jóvenes en todo el mundo, pero estos estudios que relacionan este descontrol sexual con problemáticas psicológicas muy concretas y con una alteración y un detenimiento del proceso de maduración de una personalidad, es muy significativo desde el punto de vista de la educación.

Entonces, aquí, la conclusión es que hay que volver a considerar las virtudes humanas y cristianas y, entre ellas, en el lugar que corresponde, también la virtud de la castidad que hace que las fuerzas que Dios ha puesto en el varón y en la mujer estén orientadas a aquello para lo cual lo pensó el Creador: la pareja estable, consagrada en el matrimonio, que es un bien social y el ámbito adecuado para la comunicación de la vida humana.

Mons. Héctor Aguer, arzobispo de La Plata
(19 de agosto de 2013) © Innovative Media Inc.

lunes, 26 de agosto de 2013

Río Negro rindió un multitudinario homenaje a Ceferino Namuncurá

Unas 22.000 personas participaron en la localidad de Chimpay, en la zona del Valle Medio a 380 kilómetros de Viedma, de la celebración religiosa y popular por el nacimiento del beato.

El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck; el ministro de Turismo, Cultura y Deportes, Angel Rovira Bosch; el intendente local, Gerardo Bravo, y otras autoridades municipales estuieron en la celebración.

La celebración religiosa principal fue encabezada por el obispo de Neuquén, Virginio Bressanelli, acompañado por el titular de la diócesis de Viedma, Esteban Laxague, y sacerdotes de unas 35 parroquias de la región.

Pese al intenso frío de la mañana, con una mínima de 12 grados bajo cero según registros de la comuna local, unas mil personas se congregaron a las 7 en una zona descampada conocida como "La cueva del pavo", donde un grupo de comunidades mapuches elevó una rogativa al sol en su lengua original, en homenaje a Ceferino.

A las 10, desde ese mismo sitio ubicado a unos 12 kilómetros del pueblo, partió la procesión encabezada por los obispos Bresanelli y Laxague, junto con otros sacerdotes de distintas diócesis y la participación de unos 10 mil caminantes.

La multitud confluyó, ya en horas del mediodía, en el gimnasio del Parque Ceferiniano, donde otras 12 mil personas aguardaban para la liturgia central que, bajo la consigna "Con Ceferino compartimos la alegría de la fe", estuvo caracterizada por el canto de los jóvenes.

Después de la eucaristía, allí mismo, se presentó el pianista Juan Namuncurá, sobrino bisnieto del beato, acompañado por el tenor Nahuel Carruqueo, para interpretar canciones en "mapudungum" (la lengua mapuche) y en español.

A la media tarde, tras descansar y reponer energías en algunos de los numerosos puestos de comida instalados en cercanías del parque, los miles de feligreses iniciaron la desconcentración y el retorno a sus lugares de origen.

El intendente destacó al respecto que "las medidas de prevención de la policía y la propia conducta prudente de la gente hicieron que el clima de fiesta no se viera alterado por ningún accidente".

"Para nosotros cada celebración de Ceferino es un verdadero desafío, porque el número de habitantes normales de Chimpay se multiplica por cinco y es comprensible que nos veamos superados, pero una vez más todo ha salido perfectamente" completó Bravo en diálogo con Télam.

El homenaje religioso y popular a Ceferino Namumcurá se realiza cada año en Chiguay, un pequeño pueblo recostado sobre el río Negro donde el beato nació el 26 de agosto de 1886.

En este mismo lugar, el 11 de noviembre de 2007, se realizó la solemne ceremonia de beatificación encabezada por el secretario de Estado de la Santa Sede, Tarsicio Bertone, y el entonces cardenal primado de Argentina, Jorge Bergoglio, ahora papa Francisco.

(fuente. www.telam.com.ar)

Francisco en el ángelus: 'No tengamos miedo de entrar por la puerta de la fe en Jesús'

Apelo a la comunidad internacional por la situación en Siria. Las terribles imágenes piden callar el ruido de las armas

Ciudad del Vaticano, 25 de agosto de 2013 (Zenit.org) Ante una plaza de San Pedro repleta como no se veía desde el inicio del verano, en este domingo un poco más fresco y que coincide con la finalización del período de vacaciones en Europa, el papa Francisco se dirigió a la multitud.

“¡Queridos hermanos y hermanas! El evangelio de hoy nos invita a reflexionar sobre el tema de la salvación. Jesús iba desde Galilea hacia la ciudad de Jerusalén y a lo largo del camino un tal -cuenta en evangelista Luca- se le acerca y le pregunta “¿Señor son pocos quienes se salvan?”.

Jesús no responde directamente a la pregunta: no es importante saber cuantos se salvan, sino más bien saber cuál es el camino de la salvación. Y entonces Jesús a la pregunta responde diciendo: 'Esfuércense de entrar por la puerta estrecha, porque muchos intentarán entrar pero no lo lograrán'. ¿Qué nos quiere decir Jesús? ¿Cuál es la puerta por la que tenemos que entrar? ¿Por qué Jesús habla de una puerta angosta?

La imagen de la puerta retorna varias veces en el evangelio y nos evoca aquella de la casa, del hogar en donde encontramos seguridad, amor, calor. Jesús dice que es una puerta que nos hace entrar en la familia de Dios, en el calor de la casa de Dios, de la comunión con Él. Aquella puerta es el mismo Jesús.

Él es el camino a la salvación, Él nos conduce al Padre. Y la puerta que es Jesús nunca está cerrada, está abierta siempre a todos sin distinción, sin exclusión, sin privilegios.

Porque saben, Jesús no excluye a nadie. Alguien podrá decir, 'Padre seguramente yo estoy excluido porque soy un gran pecador, he hecho cosas feas, tantas en la vida'. No, no estás excluido, justamente eres el preferido, porque Jesús prefiere a los pecadores, siempre, para perdonarlos, amarlos. Jesús te está esperando para abrazarte, para perdonarte. No tengas miedo, Él te espera. Anímate, toma coraje para entrar por su puerta.

Todos están invitados a entrar por ésta puerta, a entrar por la puerta de la fe, a entrar en su vida y a hacerlo entrar en nuestra vida, de manera que Él la transforme, la renueve, de dones, de gozo pleno y duradero.

Hoy en día pasamos delante de tantas puertas que nos invitan a entrar, prometiéndonos una felicidad y después nos damos cuenta que dura un instante, que se acaba en si misma y no tiene futuro. Pero yo les pregunto ¿Nosotros por cuál puerta queremos entrar? ¿Y a quién queremos hacer entrar por la puerta de nuestra vida?

Querría decir con fuerza: no tengamos miedo de entrar por la puerta de la fe en Jesús, de dejarlo entrar siempre más en nuestra vida, de salir de nuestros egoísmos, de nuestros cierres, de nuestras indiferencias hacia los demás.

Porque Jesús ilumina nuestra vida como una luz que no se apaga más, no es como un fuego de artificio, no es un flash, es una luz tranquila que dura siempre, y nos da paz. Así es la luz que encontramos si entramos por la puerta de Jesús.

Claro, la de Jesús es una puerta angosta, no porque sea una sala de tortura, no por ello, sino porque nos pide abrir nuestro corazón a Él, de reconocernos pecadores, necesitados de su salvación, de su perdón, de su amor, de tener la humildad de acoger su misericordia y hacernos renovar por Él.

Jesús en el evangelio nos dice que ser cristianos no es tener una etiqueta. Yo les pregunto a ustedes, ¿Ustedes son cristianos de etiqueta o de verdad? Y cada uno se responda dentro. Eh... Nunca cristianos de etiqueta, cristianos de verdad y de corazón. Ser cristiano es vivir y testimoniar la fe en la oración, en las obras de caridad, en la promoción de la justicia, cumpliendo el bien. Por la puerta angosta que es Cristo tiene que pasar toda nuestra vida.

A la Virgen María, Puerta del Cielo, pedimos que nos ayude a entrar por la puerta de la fe y a dejar que su Hijo trasforme nuestra existencia como ha trasformado la suya para llevar a todos la alegría del evangelio”.

A este punto el papa Francisco reza la oración del ángelus, da la bendición y a continuación hace un apelo por Siria.

“Con gran sufrimiento y preocupación estoy siguiendo la situación de Siria. El aumento de la violencia en una guerra entre hermanos, con la multiplicación de masacres y actos atroces que todos hemos podido ver también en las terribles imágenes de estos días, me lleva nuevamente a levantar la voz para que se detenga el ruido de las armas.

No es el choque que ofrece perspectivas de esperanza para resolver los problemas, pero la capacidad de encuentro y de diálogo.

Desde lo profundo de mi corazón, querría manifestar mi cercanía con la oración y la solidaridad a todas las víctimas de este conflicto, a todos los que sufren, especialmente a los niños, e invitar a tener siempre encendida la esperanza de paz.

Hago un apelo a la comunidad internacional para que se muestre más sensible hacia aquella trágica situación y ponga todo su empeño para ayudar a la querida nación siria a encontrar una solución a una guerra que siembra destrucción y muerte.

Todos juntos recemos a la Virgen Reina de la Paz: María Reina de la Paz ruega por nosotros. Todos: María Reina de la Paz ruega por nosotros.

Saludo con afecto a todos los peregrinos presentes: a las familias, a los numerosos grupos, a la Asociación Albergoni.

En particular saludo a las monjas Maestras de San Dorotea, a los jóvenes de Verona, Siracusa, Nave, Módica y Trento; a los que reciben la Confirmación en la Unidad Pastoral de Angano y Val Liona; a los seminaristas y a los sacerdotes del Pontifical North American College; a los trabajadores de Cúneo y a los peregrinos de Verrua Po, San Zeno Naviglio, Urago d’Oglio, Varano Borghi y San Pablo de Brasil. Para muchos, estos días marcan la finalización de las vacaciones de verano. Les deseo a todos un retorno sereno y empeñado a la normal vida cotidiana, mirando al futuro con esperanza.

A todos les deseo un buen domingo, una buena semana, un buen almuerzo y 'arrivederci'”.
(25 de agosto de 2013) © Innovative Media Inc.

domingo, 25 de agosto de 2013

Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida; nadie va al Padre, si no es por Mí, dice el Señor

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas
(Lc 13, 22-30)
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?" Jesús le respondió: "Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta, pues Yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: “¡Señor, ábrenos!” Pero él les responderá: “No sé quiénes son ustedes” Entonces le dirán con insistencia: “Hemos comido y bebido contigo y Tú has enseñado en nuestras plaza”'. Pero él replicará:”'Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de Mí todos ustedes los que hacen el mal”. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos".

Palabra del Señor. 
Gloria a ti Señor Jesús.

Hay una pregunta que desde siempre se han planteado los creyentes: ¿son muchos o pocos los que se salvan? En ciertas épocas, este problema se hizo tan agudo que llevó a algunas personas a una angustia terrible. El Evangelio nos informa que un día este problema fue planteado a Jesús: «Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?"». La pregunta, como se ve, se refiere al número: ¿cuántos se salvan, muchos o pocos? Jesús cambia el centro de la atención del cuántos al cómo es posible salvarse, es decir, entrando por «la puerta estrecha».

Es la misma actitud que se constata al afrontar el tema del regreso final de Cristo. Los discípulos le preguntaron cuándo regresará el Hijo del Hombre y Jesús responde indicando cómo prepararse para ese regreso (Cf. Mateo 24,3-4). Esta manera de actuar de Jesús no es extraña ni descortés. Es simplemente la actuación de quien quiere educar a los discípulos a pasar del nivel de la curiosidad al de la auténtica sabiduría; de las cuestiones ociosas que apasionan a la gente a los auténticos problemas de la vida. De aquí podemos comprender la absurdidad de aquellos, como los Testigos de Jehová, que creen saber incluso el número exacto de los salvados: 144 mil. Este número, que aparece en el Apocalipsis, tiene un valor meramente simbólico (el cuadrado de 12, el número de las tribus de Israel, multiplicado por mil) y se explica en esta expresión: «una multitud inmensa, que nadie podía contar» (Apocalipsis 7, 4. 9). Después de todo, si ése es realmente el número de los salvados, entonces podríamos ahorrar todo esfuerzo, nosotros y ellos. En la puerta del paraíso deberían haber escrito desde hace tiempo, como en el ingreso de algunos aparcamientos, el cartel «Completo».

Si, por tanto, a Jesús no le interesa revelarnos el número de los salvados, sino más bien la manera de salvarse, veamos qué es lo que nos dice en este sentido. Dos cosas esencialmente: una negativa y una positiva; la primera, lo que no sirve, después lo que sirve para salvarse. No sirve, o no basta, el hecho de pertenecer a un determinado pueblo, a una determinada raza, tradición o institución, aunque fuera el pueblo elegido del que procede el Salvador. Lo que lleva a la salvación no es la posesión de algún título («Hemos comido y bebido contigo»), sino una decisión personal, seguida por una conducta de vida coherente.

Esto queda más claro todavía en el texto de Mateo, que pone en contraste entre sí dos caminos y dos puertas, una estrecha y la otra amplia (Cf. Mateo 7, 13-14). ¿Por qué les llama a estos dos caminos respectivamente el "amplio" y el "estrecho"? ¿Es siempre fácil y agradable el camino del mal, y duro y cansado el del bien? En esto hay que estar atentos para no caer en la típica tentación de creer que a los malvados todo les va magníficamente bien aquí, mientras que por el contrario a los buenos todo les sale mal.

La senda de los impíos es amplia, sí, pero sólo al inicio. En la medida en que se adentran en ella, se hace estrecha y amarga. Se hace, en todo caso, sumamente estrecha al final, pues acaba en un callejón sin salida. La alegría que en ella se experimenta tiene como característica el disminuir según se experimenta, hasta crear náuseas y tristeza.

Se puede constatar en cierto tipo de embriaguez, como con la droga, el alcohol o el sexo. Se necesita una dosis o un estímulo cada vez más fuerte para producir un placer de la misma intensidad. Hasta que el organismo deja de responder y entonces tiene lugar es derrumbe, con frecuencia incluso físico.

La senda de los justos, por el contrario, es estrecha al inicio, pero después se hace amplia, pues en ella encuentran esperanza, alegría y paz del corazón. Lleva a la vida y no a la muerte.

Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia.Hay una pregunta que desde siempre se han planteado los creyentes: ¿son muchos o pocos los que se salvan? En ciertas épocas, este problema se hizo tan agudo que llevó a algunas personas a una angustia terrible. El Evangelio nos informa que un día este problema fue planteado a Jesús: «Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?"». La pregunta, como se ve, se refiere al número: ¿cuántos se salvan, muchos o pocos? Jesús cambia el centro de la atención del cuántos al cómo es posible salvarse, es decir, entrando por «la puerta estrecha».

Es la misma actitud que se constata al afrontar el tema del regreso final de Cristo. Los discípulos le preguntaron cuándo regresará el Hijo del Hombre y Jesús responde indicando cómo prepararse para ese regreso (Cf. Mateo 24,3-4). Esta manera de actuar de Jesús no es extraña ni descortés. Es simplemente la actuación de quien quiere educar a los discípulos a pasar del nivel de la curiosidad al de la auténtica sabiduría; de las cuestiones ociosas que apasionan a la gente a los auténticos problemas de la vida. De aquí podemos comprender la absurdidad de aquellos, como los Testigos de Jehová, que creen saber incluso el número exacto de los salvados: 144 mil. Este número, que aparece en el Apocalipsis, tiene un valor meramente simbólico (el cuadrado de 12, el número de las tribus de Israel, multiplicado por mil) y se explica en esta expresión: «una multitud inmensa, que nadie podía contar» (Apocalipsis 7, 4. 9). Después de todo, si ése es realmente el número de los salvados, entonces podríamos ahorrar todo esfuerzo, nosotros y ellos. En la puerta del paraíso deberían haber escrito desde hace tiempo, como en el ingreso de algunos aparcamientos, el cartel «Completo».

Si, por tanto, a Jesús no le interesa revelarnos el número de los salvados, sino más bien la manera de salvarse, veamos qué es lo que nos dice en este sentido. Dos cosas esencialmente: una negativa y una positiva; la primera, lo que no sirve, después lo que sirve para salvarse. No sirve, o no basta, el hecho de pertenecer a un determinado pueblo, a una determinada raza, tradición o institución, aunque fuera el pueblo elegido del que procede el Salvador. Lo que lleva a la salvación no es la posesión de algún título («Hemos comido y bebido contigo»), sino una decisión personal, seguida por una conducta de vida coherente.

Esto queda más claro todavía en el texto de Mateo, que pone en contraste entre sí dos caminos y dos puertas, una estrecha y la otra amplia (Cf. Mateo 7, 13-14). ¿Por qué les llama a estos dos caminos respectivamente el "amplio" y el "estrecho"? ¿Es siempre fácil y agradable el camino del mal, y duro y cansado el del bien? En esto hay que estar atentos para no caer en la típica tentación de creer que a los malvados todo les va magníficamente bien aquí, mientras que por el contrario a los buenos todo les sale mal.

La senda de los impíos es amplia, sí, pero sólo al inicio. En la medida en que se adentran en ella, se hace estrecha y amarga. Se hace, en todo caso, sumamente estrecha al final, pues acaba en un callejón sin salida. La alegría que en ella se experimenta tiene como característica el disminuir según se experimenta, hasta crear náuseas y tristeza.

Se puede constatar en cierto tipo de embriaguez, como con la droga, el alcohol o el sexo. Se necesita una dosis o un estímulo cada vez más fuerte para producir un placer de la misma intensidad. Hasta que el organismo deja de responder y entonces tiene lugar es derrumbe, con frecuencia incluso físico.

La senda de los justos, por el contrario, es estrecha al inicio, pero después se hace amplia, pues en ella encuentran esperanza, alegría y paz del corazón. Lleva a la vida y no a la muerte.

escrito por el Padre Cantalamessa
(fuente: zenit.org)

sábado, 24 de agosto de 2013

“A mamá le decía ‘mirame, estoy perfecta’, y estaba drogada”

Probó la cocaína y no la pudo controlar. Su madre la consentía, pero su papá logró rescatarla. "Yo quería decirle que me estaba drogando con todo, pero no podía", recuerda la joven.

Al comienzo no se trataba más que de algún porro en una fiesta, un consumo social que se sumaba a la dulce compañía que una buena lluvia de alcohol brindaba en los encuentros con amigos. Carolina era una adolescente temperamental y llena de argumentos para justificar cualquiera de sus actos. Una adolescente, en fin. “En 1998 empecé a consumir mucha cocaína, y también tomaba alcohol. Para 2007 ya me drogaba todos los días”, repasa hoy, a los 29 años, con su voz grave y unos ojos de cielo que traslucen los escombros de aquel estrago.

Usaba la cocaína para no comer, o para no dormir. Para ir a trabajar, para poder levantarse: “Entré en una vorágine; empecé a llegar tarde, a faltar. Después dejé el trabajo, ya no veía a mis amigas, y al final había días en que no volvía a dormir a casa”.

La pendiente estaba trazada, y Carolina la transitó sin detenerse. Para que ella y su hermana menor tuvieran algún ingreso, sus padres abrieron un quiosco, que en poco tiempo se convirtió en parada preferida de varios consumidores de drogas. Se puso de novia con un pibe que también consumía, y su abuso de la cocaína se disparó a las nubes. Hasta que un día, el cumpleaños de su mamá, no pudo levantarse de la cama. Una década de mentiras, de engaños consentidos y excusas increíbles se derrumbó de golpe.

Entonces empezaron las charlas sobre los efectos de las drogas, que “no eran tan malos”, y menos para ella que la tenía “controlada”. Impotente ante la degradación de su hija, Manolo arregló una entrevista en la Fundación Aylén, y logró que Carolina aceptara asistir a ella: dos días después la internaron para un tratamiento de recuperación. Fue en abril de 2009.

Respaldada por la ceguera de su mamá Cecilia, Carolina fue alejándose de las miradas torvas de Manolo. “A mamá le decía ‘mirame, estoy perfecta’, y en ese mismo momento estaba drogada.” “Yo estaba en otro mundo”, admite Cecilia, la mirada clavada en su taza de café. “Por eso en aquel cumpleaños quedé destruida: el estrés de ese trauma me desató una artrosis reumatoidea, y durante un año no dejé de llorar”, dice, y rompe en llanto. “No lo podía asumir. Mi marido y yo somos blanco y negro: él muy exigente, yo muy permisiva”, explica. A su lado, Manolo hace gestos: “Yo aguantaba, porque si no tenía que pelearme con las dos, empezando por la madre. Cuando el problema estalla, las diferencias que existen entre los padres se acentúan. Y muchos terminan separándose”. Cecilia lo interrumpe: “Es duro admitir que ese pensar distinto ayudó a que pasara lo que pasó”. Otra vez Manolo: “Mi mujer no puede desconfiar de sus hijos. Yo sí, y así pude rescatar a Caro”.

Su hija asiente: “Papá era el malo, a mamá le sacaba todo. En mi último tiempo con las drogas yo me daba cuenta de que él sabía algo, que me veía mal. Por suerte se me acercó, empezó a estar conmigo en el quiosco. Yo quería decirle que me estaba drogando con todo, pero no podía.” La dura voz de Manolo se resquebraja. “Siempre pensaba en una canción de José Luis Perales, en la que un marido habla del amante de su mujer, y cuenta el dolor de saberla en sus brazos. ‘Es un ladrón, que me ha robado todo’, dice la letra. Bueno –solloza– ese amor era mi hija, y el ladrón un sobre chiquito de polvo que te da infelicidad”. Silencio. Manos inquietas. Lágrimas.

“El tratamiento fue durísimo, pero fui saliendo”, se enorgullece Carolina. “Hace un año empecé a trabajar en un banco, en noviembre me mudé sola, y si todo sigue bien creo que en unos meses me darán el alta definitiva”. Entonces se asomará al futuro, una noción que hasta hace un tiempo no figuraba en sus mapas. En ese futuro, espera, habrá un título universitario y una familia propia. “Perdí mucho tiempo, no puedo regalar más nada”, evalúa. “Hay gente que puede consumir drogas sin engancharse. Pero otros somos más débiles, y debemos asumirlo. Tenemos que pelear contra un demonio que tenemos adentro. Y esa pelea se da todos los días.”

(fuente: www.entremujeres.com)

viernes, 23 de agosto de 2013

Acerca de la ORDEN DE LOS AGOSTINOS RECOLETOS

Los Agustinos Recoletos son una orden religiosa formada por cerca de 1.200 religiosos que, viviendo la vida fraterna en comunidad, quieren seguir a Cristo, casto, pobre y obediente; buscan la verdad y están al servicio de la Iglesia; se esfuerzan por crecer en la caridad según el carisma de san Agustín y la intensidad propia de la Recolección, movimiento de interioridad y radicalidad evangélica.


Orígenes

La Orden surge en el siglo XVI, cuando algunos religiosos agustinos, bajo el impulso del Espíritu Santo, por un especial carisma colectivo, desearon vivir su vida consagrada con renovado fervor y nuevas normas al servicio de la Iglesia. El Capítulo de la Provincia de Castilla, celebrado en Toledo en 1588, determinó que en algunas casas se viviera este nuevo modo de vida. A los pocos años de iniciarse la recolección, en 1605, parte la primera expedición misionera a Filipinas.

Los agustinos recoletos son herederos de la forma de vida suscitada por San Agustín (354-430) y asumida en el siglo XIII con espíritu mendicante por la Orden de San Agustín (Gran Unión de 1256). Después de más de tres siglos de historia, en 1912, fueron reconocidos por la Iglesia como orden religiosa autónoma.

Su proyecto de vida es el propio de una orden religiosa, suscitada bajo el impulso del Espíritu Santo y aprobada por la Iglesia: viviendo en comunión de hermanos, desean seguir a Cristo, casto, pobre y obediente; buscan la verdad y están al servicio de la Iglesia; se esfuerzan por conseguir la perfección de la caridad según el carisma de san Agustín y el espíritu de la recolección.


Carisma de los Agustinos Recoletos

El carisma es una experiencia del Espíritu Santo que implica un modo específico de ser, una específica misión y espiritualidad, estilo de vida fraterna y estructura al servicio de la misión eclesial. El carisma agustiniano se resume en el amor a Dios sin condición, que une las almas y los corazones en convivencia comunitaria de hermanos, y que se difunde hacia todos los hombres para unirlos en Cristo dentro de su Iglesia. La vivencia del propio carisma les transmite la vitalidad que procede del Espíritu Santo, los renueva constantemente y los impulsa a la formación permanente para estar disponibles en el servicio de la Iglesia.

Patrimonio espiritual de la Orden son la vida, la doctrina y la Regla de San Agustín, la “Forma de vivir” de los comienzos de la recolección y el testimonio de santidad de tantos hermanos que, fieles al Espíritu, han dado vida a su historia.

Las Constituciones son la expresión del carisma de la Orden y proponen la manera peculiar de seguir a Jesús respondiendo a la vocación de agustinos recoletos. En ellas se integran los tres aspectos constitutivos del carisma: el amor contemplativo, el amor ordenado comunitario y el amor difusivo apostólico.

La Orden está formada por religiosos sacerdotes y religiosos hermanos; todos ellos viven su vocación, comparten la vida fraterna en la comunidad y tienen una misión que realizar.


Qué hacemos

Para los Agustinos Recoletos es muy importante la vida fraterna. La comunidad organiza su vida preparando el “Ordo domesticus” o proyecto comunitario, en el que se señalan los tiempos de oración en común y convivencia fraterna, las actividades comunitarias y los diversos servicios apostólicos.

La comunidad es apostólica y su primer apostolado es la comunidad misma. El Agustino Recoleto, viviendo el propio carisma y en comunión con la iglesia local, evangeliza y ejerce su ministerio apostólico.

Los Agustinos Recoletos ejercen su apostolado en 209 parroquias, 53 centros educativos y 8 territorios de misión. La Orden está estructurada jurídicamente en ocho provincias: San Nicolás de Tolentino, Nuestra Señora de La Candelaria, Santo Tomás de Villanueva, San Agustín, San José, Santa Rita, Nuestra Señora de la Consolación y San Ezequiel.


Dónde estamos

Las 205 comunidades que componen la Orden de Agustinos Recoletos están distribuidas en 19 naciones: España (39), Brasil (28), Colombia (21), México (18), Estados Unidos (15), Filipinas (14), Venezuela (14), Perú (9), Panamá (8), Argentina (7), Costa Rica (6), Reino Unido (6), República Dominicana (4), Guatemala (4), Italia (3), Taiwan (3), Chile (2), China (2) y Sierra Leona (2).


Organización

El Prior General preside y gobierna la Orden, por sí mismo o con su consejo, y ejerce su autoridad, según las Constituciones, sobre todas las provincias, casas y hermanos. Los secretariados generales son órganos administrativos al servicio de la Orden, su función principal es de información, de iniciativa y organización de las actividades de su campo específico.

Los institutos son órganos de la Orden creados con fines específicos, actualmente existen el Instituto de Agustinología y el Instituto de Espiritualidad e Historia de la Orden.

El procurador general es el responsable de tramitar los asuntos de la Orden ante la Santa Sede. Otros cargos de gobierno de la Orden son: el secretario general, el ecónomo general, el postulador de las causas de canonización, el cronista de la Orden y el archivero.

Las provincias son partes jurídicas de la Orden, y están formadas por un conjunto de casas y dotadas de un número suficiente de hermanos y de medios para poder desarrollar su misión al servicio de la Iglesia.

La Orden está compuesta por la Curia General y ocho provincias:

- Curia General
- Provincia de San Nicolás de Tolentino
- Provincia de Nuestra Señora de la Candelaria
- Provincia de Santo Tomás de Villanueva
- Provincia de San Agustín
 - Provincia de San José
- Provincia de Santa Rita
- Provincia de Nuestra Señora de Consolación
- Provincia de San Ezequiel Moreno


Contemplación, vida en común, acción y misión

La contemplación es un elemento primordial del patrimonio de San Agustín y de la Orden. El Agustino Recoleto busca al Dios revelado en la historia de la salvación. La contemplación tiene fuerza de unión y es comunitaria. La vida de la comunidad es contemplativa y activa, de modo que los dos aspectos se integran armónicamente y se complementan, pues la contemplación y la acción son en la Iglesia manifestaciones del mismo amor.

Contemplación

La contemplación es un elemento primordial del patrimonio de San Agustín y de la Orden. Contemplación es sinónimo de vida para Dios, vida con Dios, vida en Dios y vida de Dios mismo.

El Agustino Recoleto busca al Dios revelado en la historia de la salvación. La singularidad que tiene la vocación del Agustino Recoleto es la continua conversación con Cristo. Su cuidado principal es atender a todo lo que más de cerca lo pueda encender en su amor.

Vida en común

La contemplación tiene fuerza de unión y es comunitaria. El Espíritu Santo introduce por el amor fraterno a la comunidad en el conocimiento y en la verdad de Cristo, que se desarrolla hasta la contemplación del Padre.

La comunidad es un don del Espíritu antes que una obra humana. En ella se realiza la construcción paciente de la vida fraterna con el diálogo de la caridad entre hermanos de diversa edad, origen y cultura.

La vida fraterna, entendida como vida compartida en el amor, es un signo elocuente de la comunión eclesial. La comunidad, según el propósito de San Agustín, desea imitar a la primitiva comunidad de Jerusalén, los hermanos viven entre sí unánimes y desean tener una sola alma y un solo corazón dirigidos hacia Dios.

Acción

El amor contemplativo, además de unir las almas y los corazones en comunidad, es en sí mismo difusivo y apostólico. El religioso agustino recoleto está llamado a llevar dentro de sí el amor, cuya esencia es dar y comunicar; cuanto más participa del conocimiento y del amor de Dios, con más fuerza tiende a difundir ese conocimiento y ese amor. La vida de la comunidad es contemplativa y activa, de modo que los dos aspectos se integran armónicamente y se complementan, pues la contemplación y la acción son en la Iglesia manifestaciones del mismo amor.

Misión

La misión de los agustinos recoletos no está reducida a una actividad concreta, sino que debe caracterizarse por su disponibilidad en responder a las necesidades de la Iglesia.

La dimensión apostólica de la Orden se ha distinguido desde sus inicios por su actividad misionera. La Orden, misionera por tradición y derecho de herencia, difunde la caridad evangelizando a los pueblos que todavía no creen en Cristo, o ayudando a aquellas iglesias que tienen especial necesidad humana y espiritual.

para más información, visitar www.agustinosrecoletos.com

jueves, 22 de agosto de 2013

Papa Francisco: "No puede haber paz sin diálogo"

Ciudad del Vaticano, 21 de agosto de 2013 (Zenit.org) El Papa Francisco recibió hoy a un grupo de estudiantes y profesores del colegio japonés Seibu Gauken Bunri Junior High School, de Tokyo. En total fueron unos 200 estudiantes de 15 años y 15 profesores. En este breve encuentro en el patio de San Dámaso, el Santo Padre invitó a los jóvenes a encontrar a otras personas, a otras culturas, a crecer, a no aislarse, a emprender una aventura muy linda que es dialogar. Por que “no puede haber paz sin diálogo”.

Palabras del Papa a los estudiantes japoneses:

¡Buenos días! Se ve que entienden el italiano… ¡Les saludo!

Es un gusto para mí esta visita. Espero que para ustedes este viaje sea muy fructífero ya que conocer a otras personas, a otras culturas nos hace siempre mucho bien: Nos hace crecer.

Y esto, ¿por qué? Porque si estamos aislados en nosotros mismos, tenemos sólo aquello que tenemos, no podemos crecer culturalmente. En cambio, si vamos a encontrar a otras personas, a otras culturas, otras formas de pensar, otras religiones, salimos de nosotros mismos y comenzamos aquella aventura tan bella que se llama “diálogo”.

El diálogo es muy importante para la propia madurez, porque al confrontarse con otra persona, con otras culturas, también al confrontarse sanamente con las otras religiones uno crece, madura.

Es verdad que existe un riesgo: que si uno se cierra al diálogo y se enoja, puede pelear y el peligro es el de pelear. Y eso no está bien, porque nosotros dialogamos para encontrarnos, y no para pelear.

Y ¿cuál es la actitud más profunda que debemos tener para dialogar y no pelear? La mansedumbre. La capacidad de encontrar personas, de encontrar culturas en paz. La capacidad de hacer preguntas inteligentes: “¿Por qué piensas que es así? ¿Por qué esta cultura es así?”.

Hay que escuchar a los otros y después hablar. Primero escuchar, luego hablar. Esto es mansedumbre. Y si tú no piensas como yo … “pero, sabes, yo pienso diferente, tú a mí no me convences, pero igual somos amigos; he escuchado como piensas y tú has escuchado como pienso”.

Y ¿saben una cosa?, ¿una cosa importante?, este diálogo es aquel que permite la paz. No puede haber paz sin diálogo. Todas las guerras, todas las luchas, todos los problemas que no se resuelven, que hay y existen es por falta de diálogo.

Cuando hay un problema, diálogo: aquello produce la paz. Y esto es lo que deseo a ustedes en este viaje de diálogo, que sepan dialogar… “Ah, cómo piensa esta cultura, que bello esto, esto no me gusta”, pero dialogando. Y así se crece. Les deseo esto y un buen viaje por Roma. Les deseo lo mejor para todos, para su escuela y sus familias: que Dios les bendiga a todos. Gracias.

(21 de agosto de 2013) © Innovative Media Inc.

Benedicto XVI, sobre su renuncia: “Me lo dijo Dios”

Benedicto XVI visitó ayer Castel Gandolfo rezó el rosario, paseó y escuchó el piano. Al ver el carisma de papa Francisco entiende mejor que su decisión fue la voluntad de Dios.

Ciudad del Vaticano, 19 de agosto de 2013 (Zenit.org) Quizás tenía necesidad de respirar un aire diverso del de los jardines del Vaticano, o quizás al concluir el verano europeo deseaba ver esa residencia que ocho veces lo recibió y al lago de Albano que desde allí se aprecia.

El hecho es que este domingo 18 por la tarde, Benedicto XVI se concedió un breve paseo a Castel Gandolfo, en el palacio que es la residencia de verano de los pontífices desde Urbano VIII, donde estuvo los primeros dos meses después de su renuncia al ministerio de Pedro.

El papa emérito -según refirieron fuentes vaticanas- pasó unas tres horas en Castel Gandolfo, en donde paseó por los jardines del palacio, rezó el rosario y asistió a un concierto de música clásica tocado con el piano.

Al atardecer retornó al Vaticano, al monasterio Mater Ecclesiae, en donde decidió vivir escondido del mundo después de la histórica renuncia del 11 de febrero pasado.

Le acompañaron las señoras Loredana, Carmela, Cristina y Manuela, 'memores domini' laicas consagradas de Comunión y Liberación, que se ocupaban del departamento, la capilla y la ropa de Ratzinger durante los años de pontificado, y que aún le asisten.

El papa Francisco había invitado a Ratzinger a ir durante este verano a Castel Gandolfo, visto que él se quedaba en Roma por motivos de trabajo. El papa emérito entretanto había declinado la invitación, manteniendo el perfil discreto que ha elegido.

No obstante la vida de clausura, Ratzinger recibe esporádicamente a algunas visitas en el monasterio Mater Ecclesiae.

En estos encuentros el ex pontífice no comenta, no desvela, no da declaraciones que podrían ser entendidas como las palabras del otro papa. Al máximo comenta las maravillas que el Espíritu Santo está haciendo con su sucesor, o habla de como esta decisión de dimitirse haya sido una inspiración divina.

Uno de los huéspedes de estos raros encuentros, le dijo a quien firma este artículo, que Benedicto XVI comentó sobre su renuncia: “Me lo dijo Dios”. Y precisó que no se trató de una aparición o fenómeno de este tipo, sino “una experiencia mística” en la que el Señor le hizo nacer e su corazón “un deseo absoluto” de quedarse sólo en oración con Él.

La decisión de Benedicto XVI no fue por lo tanto un huir del mundo, pero un refugiarse en Dios y vivir de su amor. El mismo Rátziger -reveló la fuente que prefirió quedarse anónima- ha declarado que esta “experiencia mística” se ha prolongado durante estos meses y que cuanto más observa el carisma de Francisco, más entiende que su decisión fue la voluntad de Dios.

(19 de agosto de 2013) © Innovative Media Inc.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Ser catequista

Severino Calderón Martínez (ofm), reflexiona en torno al catequista del tercer milenio.

La Iglesia existe para Evangelizar dice Pablo VI en la Evangelii Nutiandi.

El proceso de evangelización del Pueblo de Dios es movido por el Espíritu Santo que nos lleva a anunciar el Evangelio (Buena Noticia) de cara a la construcción del Reino (haciendo Iglesia que empuja hacia el Reino), dando testimonio de Ser y Vivir como creyentes. Todo esto supone un proceso de acompañamiento y educación en Comunidad Cristi

ana que Celebra (los sacramentos), transformando el orden temporal desde la universalidad de la salvación. El proceso evangelizador tiene tres etapas:

1) ACCIÓN MISIONERA: tiene por finalidad ser “despertador” de los no creyentes....Tarea de preparar terreno y SEMBRAR (Anuncio-Conversión).
2) ACCIÓN CATEQUÉTICA: proceso de maduración de la fe ENRAIZAR la siembra (ARBOL CON RAIZ)
3) ACCIÓN PASTORAL: fieles que pertenecen ya a la Comunidad, que deben seguir madurando y evangelizando (misionando). FRUTOS DEL ARBOL (madurez de la cosecha).


LA IDENTIDAD DEL CATEQUISTA

Después de definir lo que entendemos por evangelización desde el proceso catequético, ahora nos centramos en el ser del catequista y los rasgos de su identidad, identidad que se sitúa en el marco de la Comunidad Cristiana.

Cuando alguien se siente llamado a comunicar Buenas Noticias, debe hacerlo desde una identidad comunitaria para que actúe conjuntamente con los demás. Se pone su vocación, llamada de Dios, respuesta humana, al servicio de los demás o se propone a una persona que forme parte del grupo y se haga catequista, conviene tener en cuenta, quitando cualquier equívoco que: “dar catequesis” no es una evasión, una diversión, un modo de emplear el tiempo libre, un “hobby”, sino un servicio a Cristo y a la Iglesia, desde el carisma específico que se ha recibido (agustino, franciscano...).


1.- La identidad de fe

Las motivaciones, lo que constituye la razón de reunirse o de “estar juntos”, no son de orden psicológico y pedagógico (necesidad del grupo para el crecimiento de la persona...),. Ni es una evasión de la realidad, ni compensación de otras frustraciones...

La identidad del catequista y del grupo no viene de fuera o de arriba. Viene referida por la Palabra de Dios a cuyo servicio llama el Señor a los catequistas..

Es una identidad que hay que descubrir en la fe, vivir en la caridad, en el amor recíproco, e interpretar en la esperanza, otorgada como un don del Señor. Sin esta perspectiva el catequista será incapaz de comprender correctamente las exigencias de la fe que van más allá de la trama humana de las relaciones exteriores.

Los motivos humanos no pueden ser ignorados pero han de ser asumidos desde la dimensión de la fe, en la que se concede preeminencia absoluta a la PALABRA DE DIOS. Los catequistas se sienten reunidos, ante todo por la Palabra de Dios, que les convoca y de la que dependen a la hora de desempeñar su servicio que requiere una actitud de escucha junto al Señor.

Es él, el Maestro, el primero que sale al encuentro con la Palabra, la cual tiende a crear comunidad.

No es pues el “catecismo” –explicar verdades contenidas en un manual...- el motivo principal que reúne a los catequistas, sino la Palabra de Dios, cuyo horizonte está mas allá del papel de “dar catequesis”, aunque este sea un medio para encontrarse con el Señor.

Los catequistas se sienten reunidos principalmente por el don de la Palabra, que reconoce su vocación bautismal y crismal y proporciona espacio operativo a su eventual misión matrimonial y religiosa. Todo gira en torno a la Palabra como centro animador y propulsor. Se trata de escuchar, presentar y profundizar el mensaje evangélico. Todo converge y dimana de ella; en ella está la verdadera identidad, el ser del catequista, el camino de la fe que tiene como fin el anuncio del Reino en la Iglesia. El latido de la vida del catequista surge de la escucha de la Palabra y la humilde disponibilidad a la común acogida de la propuesta cristiana. El catequista interioriza su identidad de fe que es siempre un don, desde una actitud de humildad y de simplicidad.


2.-El catequista forma parte de una comunidad de discípulos

El catequista vive su vocación desde una identidad de discípulos, lugar donde profundiza su formación cristiana. Desde ahí se aprende a ser mas responsables de su fe, dando cuenta de ella en el ministerio. Todo catequista debe ser un adulto en la fe.

El anuncio de la Palabra es un don, destinado a poner de relieve un rasgo fundamental de todo bautizado que hay que descubrir a la luz de la experiencia del Evangelio.

El catequista es un discípulo del Señor que, junto con los demás catequistas, constituye una comunidad de discípulos que se hace disponible para el anuncio del mensaje cristiano. Se crean vínculos de dependencia, de complementariedad, de coparticipación y de testimonio que crean comunión eclesial, indispensable para el ministerio. El catequista se debe dejar transformar por el mismo anuncio que transmite a los catequizandos. La comunidad está atenta a las personas, a su proceso de fe, a su desarrollo cristiano. Exigencias de acuerdo a la misión de “servidores” de la Palabra. Así se comportó Jesús (Mc 4,10-12; 6, 31).

El grupo prepara para ser responsable y coherente, y “no funcionario”... Es insuficiente una formación de carácter doctrinal, pedagógica o didáctica, si no introduce en un camino de fe común y compartida, desde la corresponsabilidad y sentido de vivir una comunión. Vivir esta comunión con el Maestro es vivir también esa experiencia de comunión con la comunidad, para compartir la misma misión del Maestro (Lc. 10,1-5).


3.- Pertenece a una comunidad de hermanos

La escucha atenta de la Palabra de Dios modifica no solo la relación con el Señor, sino las relaciones mutuas. El mensaje encierra ya el don de la comunión. Los catequistas reunidos forman una comunidad de hermanos que encuentran en la Palabra la fuente, el motivo y la profundidad de su unión.

El catequista no se reúne por sí mismo, sino porque el Señor lo ha convocado para estar con ellos y transmitirles el don de su comunión.

La comunidad es un don y una tarea del Señor, y resulta siempre una respuesta a la invitación de Dios. Lo cierto es que nadie puede realizar por sí solo la tarea de la catequesis, dado que exige la movilización de múltiples energías. Cada uno realiza su misión en función de su carisma. En el grupo se hace mas visible el misterio de la Iglesia en su ser y en su obrar. En realidad estamos llamados a vivir una fraternidad de catequistas, que va mas allá de la simple amistad, al ser signos testimonial y eclesial para la comunidad, yendo como hermanos entre hermanos, a fin de extender el don de la comunión de la Iglesia.

Por eso el grupo hace más visible el misterio de la Iglesia en su ser y en su obrar. Llamados a vivir en fraternidad catequística, atenta a la escucha de la Palabra de Dios y a su anuncio, y es clave hacerlo sin fisuras, y evitando dispersiones. Se es hermano gracias a la Palabra, la cual une, crea solidaridad y ayuda a crecer como “Iglesia”.


4.- Forma parte de una comunidad de testigos

El grupo debe ser imagen y modelo de lo que significa una verdadera comunidad de cristianos adultos, unidos por la experiencia de la fe para servir al Reino. Todo catequista recibe de los demás, pero también está invitado a dar, desde un crecimiento común en el testimonio. Se trata de compartir los bienes espirituales que el Señor ha concedido para el bien de todos. Encuentro de discípulos que después de la misión regresan para poner en común todo cuanto han enseñado y visto (Mc 6,12.30-31). Se trata de compartir lo que hemos oído, y visto... que nos recuerda la carta de Juan.

Todo se convierte en un encuentro de experiencias y en un testimonio de la presencia del Señor en medio de la comunidad. Los catequistas comparten interrogantes y dificultades existenciales acerca del modo de vivir, testimoniar y servir el mensaje cristiano para que su Palabra no quede vacía de eficacia.

La primera finalidad del catequista y del grupo de catequista es formar testigos, no de “preparar expertos”, capaces de dar razón, con su propia vida de la Palabra que transmiten. Se trata de promover “testigos-expertos”.

Los catequistas saben percibir la urgencia apostólica de hacer conocer y amar mejor al Señor, para desempeñar con sensibilidad apostólica el servicio de la Palabra aún en medio de las dificultades.


5.- El catequista forma parte de la comunidad en constante crecimiento.

Siempre hay un espacio que llenar entre la propuesta y la vida que se hace cada vez más hondo, a luz de las exigencias de la Palabra, para hacerse consciente de las propias limitaciones. Vivir en permanente “aggiornamento” es tomar conciencia de hallarse en camino con la fe de la Iglesia, aceptando la tensión que supone el estar en un crecimiento cristiano constante.

Siempre nos queda por recorrer el itinerario de la fe, ayudando a los demás y recibiendo ayuda. El catequista está siempre embarcado en una “búsqueda siempre nueva” para acoger el mensaje, transmitirlo y testimoniarlo del modo más completo y orgánico. El crecimiento del catequista afecta más a su ser que a su obrar.. Es clave tener un estilo de humilde sencillez para volver a comenzar siempre desde el principio y con el mismo entusiasmo, desde la frescura, lucidez y audacia que da el contacto personal con la Palabra de Dios.

Se trata de que ofrezcamos caminos permanentes de fe, desde la continuidad y estabilidad en el servicio. El grupo de catequistas es un don del Espíritu a cada catequista, como ocasión para el encuentro con el Señor, de intercambio fraterno, de comunión en el servicio y testimonio de vida apostólica.


6.- El catequista vive en grupo la vida eclesial

La vida del grupo debe privilegiar la experiencia de vida eclesial en la que se determinan el ser y el obrar propios de una comunidad cristiana, y desde los rasgos propios en los que debe inspirarse:

1. La escucha religiosa de la Palabra de Dios: escucha y acogida de la Palabra como realidad viva y actual que ha de ser interpretada en común. El grupo es el lugar adecuado para escuchar. Es una escucha de fe, capaz de captar la voz de Dios. Trata de hacer del catequista, del grupo, “oyentes de la Palabra de Dios”, para ser servidores fieles. El área de escucha es doble: los textos bíblicos (o los documentos eclesiales o carismáticos) y la vida de los componentes del grupo. Escucha humilde, disponible, que penetra la vida para iluminarla, corregirla, y transformarla. Afirma san Gregorio Magno: “La Sagrada Escritura es como un espejo puesto ante los ojos de nuestra mente para que podamos ver en él nuestro rostro interior”. Prosigue san Gregorio: “La Palabra de Dios crece con el que la lee”.

2. La meditación espiritual de los hermanos. La escucha ha de ser personal y comunitaria, para surja desde ahí el eco personal, familiar y social de la Palabra escuchada. Dice san Gregorio que muchas verdades de la Escritura que uno es capaz de intuir, se han comprendido cuando escuchamos a otros hermanos.

3. La comunión en el ministerio de la Palabra. Se descubre en el vínculo de haber recibido con otros catequistas una idéntica vocación, compartiendo la misma misión. Asumir una misma responsabilidad y anunciar el mismo misterio: nacimiento, muerte y resurrección del Señor.

Comunión a distintos niveles:

a) Conversión: todos necesitados de salvación y de recibir el perdón.
b) En la oración: se tratara de vivir en solidaridad orante para ser comunidad orante. El catequista ore con otros, poniendo en común sus propias peticiones que son acogidas por todos con una invocación antifonal. Iniciar en el rezo de alguna parte de la liturgia de las horas: laúdes, vísperas...
c) En la acción litúrgica . La celebración eucarística donde se escucha y medita la Palabra, se nutre de ella, se alimenta y asimila para la vida.

“Creer es orar; quien no cree, no ora; y el que cree y no ora, acaba por no creer” (D. Antonio Cañizares, obispo y catequeta).

4. Al servicio del Reino. La propuesta de fe brota de la fidelidad personal a la misión recibida en la Iglesia. Sin la santidad de vida el ministerio está destinado a resultar inútil, a la hora de valorar los resultados. El ministerio supone competencia y espiritualidad. Dar catequesis es un arte en el que la creatividad, la inventiva y la intuición van unidas a la espiritualidad.

a) La formación doctrinal. La fidelidad a Palabra encarnada exige también fidelidad al hombre de hoy por el principio de la encarnación. Fidelidad también a la interpretación eclesial de la Palabra. El catequista revive, interpreta y propone la fe profesada por la Iglesia.

b) La cualificación pedagógico-didáctica. El catequista tiende a formar al hombre y al cristiano según la novedad del Espíritu, y liberándolo del pecado. El catequista es un experto en relaciones humanas y en deshacer nudos.

c) El permanente crecimiento eclesial. La perspectiva del servicio del grupo de catequistas es misionera., forma personas disponibles para el Reino. Se fomentan valores como la generosidad, el altruismo, la participación, la responsabilidad, el compañerismo...Transmitir a la catequesis una mentalidad eclesial que les haga aptos para desempeñar el servicio de la Palabra incluso fuera de la propia comunidad. De este espíritu catequético puede también surgir las vocaciones de especial consagración, de total entrega a la causa de Dios.


7.- Un mandato: ID Y ANUNCIAD

El catequista forma parte de un eslabón de una larga historia de salvación: Dios, Abraham, Moisés, Patriarcas, el pueblo elegido, profetas... Jesús... Iglesia, nosotros... (Mc. 16,15).

El anuncio del Evangelio y la Eucaristía son los dos pilares sobre los que se construye la Iglesia (DGC 218). El acontecimiento a anunciar no es otro que la persona, la obra y la misión de Jesús, el Hijo de Dios. Y la Iglesia relee estos acontecimientos: “Me quedan muchas cosas por deciros” (Jn 16,12-13)

El Anuncio del evangelio es sencillo, lo que puede ser mas difícil es vivirlo. Quizás nos dé miedo como a Jeremías (Jr. 1,5-10). No tenemos oro ni plata; sólo damos lo que tenemos: a Jesús (Hech 3,6).. Damos de los bienes que hemos recibido, porque él tiene más interés que nadie en revelarse. El catequista no es dueño sino siervo, y la semilla la hace germinar el Espíritu del Señor (1 Cor, 3,6: Dios es quien hace crecer”). Desde la convicción de que la Palabra es fecunda y portadora de fuerza transformadora: “como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo... así será mi Palabra. No volverá a mí vacía...” (Is. 55,10-11).

Anuncia el que ha tenido atracción por Jesús, se siente invitado, ve la urgencia y se pone a disposición: “Aquí estoy, envíame”. Desde las posibilidades reales: dedicación parcial o plena, por unos años...

¿Desde qué raíces?

1. La comunidad: origen, lugar y meta de la catequesis (DGC 254).
2. La Palabra de Dios: fuente de donde la catequesis toma su mensaje (DGC 94).
3. La celebración y la Oración: asumir el carácter orante y celebrativo que tuvo el Maestro (Cf. DGC 85).
4. La Formación: sin ella corremos peligro en la calidad (DGC 234-250)

Severino Calderón Martínez, ofm 
Prof. de Teología Pastoral Facultad de Teología de Granada 
JORNADA DE FORMACIÓN DE CATEQUISTAS 
Granada, 13 de enero de 2007 
(fuente: www.oarecoletos.org)
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