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miércoles, 25 de febrero de 2009

Miércoles de ceniza y su significado

Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.

La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.

Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.


Tradición

En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.

Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fué simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.

Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.


Significado simbólico de la Ceniza

La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27. El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es le que sigue al carnaval), realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.

Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.

(fuente: www.aciprensa.com)

¿Ordenó Jesús amar a los enemigos?

por Ariel Álvarez Valdés
Teólogo
(extraído de http://www.san-pablo.com.ar/)

Uno de los sermones más revolucionarios y exigentes pronunciados por Jesús, es el llamado “Sermón de la Montaña” (Mateo 5-7).

Ante sus atónitos oyentes, ese día dijo entre otras cosas que con sólo mirar se puede cometer adulterio (5, 27-28); que decirle “imbécil” a alguien equivale a matarlo (5, 21-22); que si nos hacen el mal, no debemos ofrecer resistencia (5, 38-39). Quizás en ninguna otra parte, como aquí, Jesús resume el elevado ideal que supone el cristianismo.
Pero el asombro llega ya al colmo, cuando al promediar su sermón el Señor exclama: “Han oído ustedes que se dijo: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: amen a sus enemigos, y rueguen por los que los persigan” (5, 43-44).

Si no lo hubiera dicho Jesús nos parecería ridículo y absurdo. Aún así, cuesta creer que hable en serio. En efecto, ¿es posible mandar el amor? ¿Alguien puede ordenarnos sentir afecto por otro? Si la inclinación cariñosa hacia una persona es espontánea e involuntaria, ¿cómo Jesús puede obligarnos a ello? Y peor todavía: ¿cómo amar a alguien que es nuestro enemigo?

El amor sexual

Para evitar conclusiones equivocadas, es necesario averiguar qué quiso decir Jesús, y así sabremos qué es lo que en realidad exigió a sus seguidores cuando ordenó amar a los enemigos.

Todo el problema radica en que, en castellano, usamos siempre el único y mismo verbo “amar”, cualquiera sea el amor o sentimiento al que nos queramos referir. Mientras que en la lengua griega, en que fueron compuestos los Evangelios, existen cuatro verbos distintos para decir “amar”, cada uno con un sentido diferente.

En primer lugar tenemos el verbo erao (de donde deriva la palabra “eros” y el adjetivo “erótico”). Significa “amar” pero en sentido sexual. Se lo emplea siempre para referirse al afecto pasional, a la atracción mutua del hombre y la mujer en su aspecto espontáneo e instintivo. Alude, pues, al amor placentero.

Por ejemplo, en el libro de Ester se dice: “el rey Asuero amó (erao) a Ester más que a las otras mujeres de su corte” (2, 17). Y en el libro del profeta Ezequiel se lee: “Por haber hecho esto, voy a reunir a todos los que te amaron (erao) y con los cuales gozaste, y descubriré tu desnudez delante de ellos” (16, 37).

Este verbo se emplea, pues, en griego, para describir al amor romántico y carnal.

El amor familiar

Otro verbo griego que significa amar es stergo. Indica el amor familiar, el cariño del padre por su hijo, o del hijo hacia su padre.

Platón, por ejemplo, decía: “El niño ama (stergo) a quienes lo han traído al mundo, y es amado por ellos”. Otro escritor griego, Filemón, expresaba: “Un padre es dulce para su hijo, cuando es capaz de amarlo (stergo)”.
También en la Biblia aparece este verbo. San Pablo en su carta a los romanos les pedía: “Tengan una caridad sin fingimiento, detestando el mal y uniéndose al bien; y ámense (stergo) cordialmente los unos a los otros” (12, 10). Pablo usa a propósito este verbo, pues considera que los cristianos deben sentirse miembros de una misma familia.

Stergo, entonces, alude al amor doméstico, de familia, ese amor que no se merece porque brota naturalmente de los lazos del parentesco.

El amor de amigos

Un tercer verbo griego que se emplea para decir amar es fileo. Expresa el amor de amistad, el afecto cálido y tierno que se siente entre dos amigos. En castellano sería más apropiado traducirlo por “querer”. Así, cuando Lázaro, el amigo de Jesús, se enfermó, sus hermanas mandaron a decirle: “Señor, aquél a quien tú quieres (fileo) está enfermo” (Jn 11, 2). Y cuando María Magdalena no encuentra el cadáver de Jesús en la tumba, sale corriendo para buscar a Pedro y “al otro discípulo a quien Jesús quería (fileo)” (20, 2). Y el autor de la carta a Tito se despide: “Saluda a los que nos quieren (fileo) en la fe” (3, 15).

El verbo está tan relacionado con la acción de querer con amistad, que de él se desprendió la palabra filos (amigo), muy empleado en el Nuevo Testamento. Así, en la parábola del hijo pródigo, el hermano mayor le reclama a su padre: “Hace tantos años que te sirvo y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos (filos)” (Lc 15, 19). Y el mismo Jesús en la última cena al despedirse de sus apóstoles les dice: “Ustedes son mis amigos (filos) si hacen lo que yo les mando” (Jn 15, 14).

Vemos, entonces, que en griego se reserva generalmente la palabra fileo para el amor de camaradería, de amistad, el que de algún modo supone una respuesta, una retribución.

El amor caritativo


Queda el cuarto y último verbo, y es agapao. Se lo utiliza para el amor de caridad, de benevolencia, de buena voluntad; el amor capaz de dar y mantenerse dando sin esperar que se le devuelva nada. Es el amor totalmente desinteresado, completamente abnegado, el amor con sacrificio. De este verbo se deriva la palabra ágape (= amor de caridad).

Es el que usa san Juan cuando, al empezar el relato de la última cena, escribe: “Sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos (agapao), los amó hasta el extremo” (13, 1). Y cuando Jesús dice: “Como el Padre me amó, yo también los he amado (agapao). Permanezcan en mi amor” (Jn 15, 9). Y cuando les recuerda a los apóstoles: “Nadie tiene mayor amor (agápe) que el que da su vida por sus amigos” (Jn 15, 13).

Según esta cuarta categoría de “amor”, no importa lo que una persona pueda hacer, o hacernos; no importa la forma en que nos trate, o si nos injuria u ofende. Siempre estará en nosotros la posibilidad de “amarla”, que no consiste en “sentir algo” por ella sino en “hacer algo” por ella, prestarle un servicio, brindarle una ayuda, aunque afectivamente no se lo sienta.

El amor de agapao no consiste en lo afectivo sino en lo efectivo. Es un amor racional y activo. Es el amor teológico. El amor total.

Pretenciosa pregunta

Como dijimos antes, para traducir al castellano estos cuatro verbos griegos tenemos una única palabra: amar. Esto hace que no siempre se capten las diferencias de cada uno.

Un ejemplo ya clásico, es el famoso episodio en el que Jesús resucitado se aparece a los apóstoles junto al lago de Tiberíades. Después de comer con ellos, preguntó a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?”. Pedro le contestó: “Sí, Señor, tu sabes que te amo”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”. Luego volvió a interrogarlo: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. Pedro le respondió: Sí, Señor, tú sabes que te amo”. Jesús entonces le dijo: “Apacienta mis ovejas”. Poco después le preguntó por tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. Pedro, entonces, se entristeció de que le preguntara por tercera vez, y le contestó: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo”. Y Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas” (Jn 21, 15-7).

Este relato esconde, en griego, un juego de palabras que resulta intraducible al castellano.

Una humilde respuesta

En efecto, cuando Jesús pregunta por primera vez a Pedro si lo ama, usa el verbo agapao. La frase sonó así: “Símon, ¿agapás me?” (v. 15). Pero Pedro le responde con fileo, y le dice: “Filo se”.

Es decir, Jesús le pregunta a Pedro si lo ama con el amor total, el amor de entrega y de servicio incondicional, el amor que compromete a fondo la vida sin esperar recompensa. Y Pedro, que días antes había traicionado al Señor, y se sabía débil e inmaduro, responde humildemente con el verbo fileo, menos pretencioso. No se siente capaz del amor supremo de agapao.

Cuando Jesús le hace por segunda vez la misma pregunta: “Símon, ¿agapás me?” (v. 16), Pedro adivina la insistencia de su Maestro, pero nuevamente responde con el verbo fileo.

Entonces Jesús, que nunca exige más allá de sus posibilidades a nadie, y que sabe esperar con paciencia el proceso de madurez de cada uno, pregunta por última vez, pero ahora en los términos que puede responder Pedro: con el verbo fileo. Y le dice: “Símon, fileis me?”. Entonces sí Pedro, aunque triste, se siente identificado en la pregunta, y en esos términos responde. Y Jesús lo acepta. Pero le predice que su amor no quedará allí. Que crecerá, madurará, y logrará al agapao requerido, pues un día llegará a dar su vida por el Maestro (Jn 21, 18-19).

Aunque sabemos que Jesús hablaba en arameo, el evangelista Juan puso este diálogo en su boca para dejarnos una preciosa lección.

Lo que manda el mandamiento

Volviendo a la frase de Jesús, cuando ordenó amar a los enemigos no utilizó el verbo erao, ni stergo, ni fileo sino agapao. Y con esta precisión, podemos descubrir mejor qué fue lo que quiso enseñar.

Jesús nunca pidió que amáramos a nuestros enemigos del mismo modo que amamos a nuestros seres queridos. No pretendió que sintiéramos el mismo afecto que sentimos por nuestro cónyuge, nuestros familiares, o nuestros amigos. Si hubiera querido esto, habría empleado otros verbos.

El amor que Jesús exige aquí es otro. Es el ágape. Y éste no consiste en un sentimiento, ni en algo del corazón. Si dependiera de nuestro afecto, no solamente sería una orden imposible de cumplir, sino además absurda, ya que nadie puede obligarnos a sentir afecto.

El ágape que Jesús pide consiste en una decisión, una actitud, una determinación que pertenece a la voluntad. Es decir que invita a “amar” inclusive en contra de los sentimientos que experimentamos instintivamente. El amor que ordena no obliga a sentir aprecio o estima por quien nos ha ofendido, ni devolver la amistad a quien nos ha agraviado o defraudado. No. Lo que pide es la capacidad de ayudar y prestar un servicio de caridad, si algún día nos necesita aquél que una vez nos ofendió.

Con tres ilustraciones

Con tres breves comentarios, el mismo Jesús se encarga de explicar, en el Evangelio de Lucas, el alcance del amor a los enemigos (6, 27-28).

En primer lugar dice: “Háganles el bien”. No sólo prohibe la venganza de las ofensas recibidas, sino que manda ayudarlos si alguna vez están en dificultades y necesitan de nosotros. Es lo que dice san Pablo: “Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber”. Y agrega citando al libro de los Proverbios: “Haciendo esto amontonarás carbones encendidos sobre su cabeza” (Rom 12, 20). Se entiende que por el remordimiento y la turbación, puesto que él verá que es nues­tro enemigo mientras que nosotros no somos enemigos de él.

En segundo lugar pide: “Bendíganlos”. Y bendecir significa “decir bien”, “hablar bien” de alguien. No se trata, ciertamente, de mentir virtudes ajenas, ni de decir que alguien es bueno cuando en realidad es malo, ni de alabarlo cuando no se lo merece. Bendecir significa poder hablar bien de alguien que se lo merece y es justo hacerlo, aún cuando tenemos algo contra él o nos resulta antipático.

En tercer lugar agrega: “Recen por ellos”. Orar por alguien que lo necesita, aunque sea enemigo nuestro, es una manera de enviar a su corazón la gracia de Dios. Y nunca la gracia de Dios sobre nuestro enemigo puede resultar perniciosa para nosotros. Al contrario, nuestra oración lo beneficiará y tendremos, así, a alguien menos enemigo. Además, nadie puede rezar en favor de otro y seguir con el mismo resentimiento. Sucede algo en el interior del que reza que le impide sentir el rencor de antes.

Orar por alguien que nos ha ofendido es la forma más segura de empezar a sanar las heridas interiores. Es, pues, una manera de rezar también por nosotros.
Perdón y olvido

Queda por aclarar una última cuestión. Mucha gente se siente culpable porque perdona pero no olvida. Y cree que eso está mal, pero no puede evitarlo.

El perdón, ¿implica necesariamente el olvido? Para tranquilidad de los cristianos debemos decir que no, que no es necesario olvidar. Porque la memoria es una facultad que obra independientemente de nuestra voluntad. La prueba está en que muchas veces nos proponemos olvidar situaciones desagradables vividas, y no podemos. Y otras veces queremos recordar cosas y no lo logramos.

Por lo tanto, cuando una persona resulta ofendida, si tiene buena memoria o si la ofensa fue muy grande, posiblemente la recordará toda su vida, y no tiene la culpa. Por eso el perdón no supone necesariamente el olvido. Uno puede perdonar, y seguir recordando la ofensa. Puede disculpar un agravio, y evocarlo espontáneamente cada tanto a causa de su buena memoria.

Lo que sí no debe hacerse es traer a la memoria constantemente, y por propia voluntad, los recuerdos desagradables y las injurias sufridas, para mantenerlas vivas. Esa sería una manera enfermiza de recordar.

Iguales a su Padre

¿Por qué razón los cristianos debemos tener amor por nuestros enemigos, actitud de servicio para nuestros ofensores, buena voluntad para con todos? Jesús lo explica: porque así nos pareceremos más a Dios. El actúa de esa forma. “El Padre que está en el cielo hace salir el sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos e injustos” (Mt 5, 45).

Esta actitud de Dios puede resultarnos desconcertante. Incluso los judíos se sentían conmovidos e impresionados por la extraordinaria benevolencia que Dios demuestra tanto por los santos como por los pecadores. Una leyenda judía cuenta que cuando los egipcios, persiguiendo a los israelitas durante el éxodo, se hundieron en las aguas del Mar Rojo, los ángeles en el cielo entonaron cánticos de alegría. Pero Dios los hizo callar y les reprochó con tristeza: “La obra de mis manos acaba de perecer ahogada en el mar, ¿y ustedes me cantan un himno de alabanza?”.

Pero el amor de Dios es así de universal. Su auxilio, su disponibilidad, su protección, son para todos los hombres, sean creyentes o ateos, sea que lo amen o lo ofendan. Y así también debe ser nuestro amor. Es el único modo de volvernos semejantes a él.

Luis Versiglia y Calixto Caravario, mártires salesianos

Junto con ellos, otros 118 mártires, fueron asesinados en China a lo largo de casi tres siglos (1648 1930). El grupo de los mártires está compuesto por 87 chinos, 13 franceses, 12 italianos, 6 españoles, 1 belga y 1 holandés. Abarca personas de todas las edades: de los 9 a los 79 años. Pertenecen a 7 congregaciones religiosas:

Orden de los Hermanos Predicadores (6), Sociedad para las Misiones extranjeras de París y socios (24), Congregación de la Misión (1), Orden de los Frailes Menores (30), Compañía de Jesús (56), Instituto Pontificio para las Misiones en el Extranjero (1), Salesianos de Don Bosco (2).

El grupo lo forman 70 seglares, 6 obispos, 23 sacerdotes, 8 religiosos, 7 seminaristas y 6 Franciscanos Seculares. Fueron beatificados en un período que va de 1893 a 1983. Los más recientes son nuestros protomártires salesianos, beatificados por Juan Pablo II el 15 de mayo de 1983.

Desde pequeño, Luis Versiglia cultivaba el sueño de las misiones. En 1906, este sueño se realiza y, a los 33 años, es el responsable de la primera expedición a China del primer grupo salesianos. Trabajo en Macao, donde es llamado "padre de los huérfanos" y donde se le aprecia como director espiritual. En 1920 es elegido como Obispo de Schiu-chow, en la región del Kwangtung, al sur de la China, en un período de graves tensiones sociales y políticas que sacudirán cada vez más las misiones católicas.

Entre Monseñor Luis Versiglia y Don Calixto Caravario puede encontrarse el hilo conductor de una promesa que los unirá para siempre en el martirio. En 1919, Calixto, joven clérigo salesiano, manifestó al obispo su voluntad de reunirse con él cuanto antes en las misiones de China. La promesa se realizó diez años más tarde: Calixto fue ordenado sacerdote de manos de Monseñor Versiglia. Su sacerdocio fue muy breve, apenas ocho meses, que celebrará definitivamente con su último y solemne ofertorio: su propia vida.

Los dos santos fueron asesinados el 25 de febrero de 1930, en Lai-Tau-Tsui.

Viajaban en barca por el río Lin-chow junto con tres hombres, cuatro mujeres, -tres de las cuales eran jóvenes-, y a las personas de la tripulación. Fueron detenidos por una banda compuesta por unos diez hombres en busca de dinero y de objetos de valor pero, cuando éstos notaron la presencia de las jóvenes, dirigieron toda su atención a ellas. Los dos misioneros intuyeron las intenciones de los bandidos y se opusieron con decisión, pero fueron golpeados y asesinados por su resistencia en la defensa del honor de las tres muchachas. En el momento de morir, suplicaron a Dios el perdón para aquellos asesinos.

Los protomártires salesianos, junto a los otros mártires del grupo, constituyen la expresión del servicio misionero universal de la Iglesia. Su martirio ha unido a cristianos chinos y extranjeros, seglares y sacerdotes, hombres y mujeres de todas las edades; signo de que la fe cristiana sabe superar las fronteras nacionales y raciales y procura crear una sola comunidad de santos que celebra con Dios la liturgia celestial.

Los mártires chinos son los primeros santos canonizados pertenecientes a la región más populosa del mundo.

(fuente: www.sdb.org)

Mensaje de Benedicto XVI para todos nosotros por la Cuaresma 2009

"Jesús, después de hacer un ayuno durante cuarenta días
y cuarenta noches, al fin sintió hambre" (Mt 4,2)


¡Queridos hermanos y hermanas!

Al comenzar la Cuaresma, un tiempo que constituye un camino de preparación espiritual más intenso, la Liturgia nos vuelve a proponer tres prácticas penitenciales a las que la tradición bíblica cristiana confiere un gran valor —la oración, el ayuno y la limosna— para disponernos a celebrar mejor la Pascua y, de este modo, hacer experiencia del poder de Dios que, como escucharemos en la Vigilia pascual, “ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos” (Pregón pascual). En mi acostumbrado Mensaje cuaresmal, este año deseo detenerme a reflexionar especialmente sobre el valor y el sentido del ayuno. En efecto, la Cuaresma nos recuerda los cuarenta días de ayuno que el Señor vivió en el desierto antes de emprender su misión pública. Leemos en el Evangelio: “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre” (Mt 4,1-2). Al igual que Moisés antes de recibir las Tablas de la Ley (cfr. Ex 34, 8), o que Elías antes de encontrar al Señor en el monte Horeb (cfr. 1R 19,8), Jesús orando y ayunando se preparó a su misión, cuyo inicio fue un duro enfrentamiento con el tentador.

Podemos preguntarnos qué valor y qué sentido tiene para nosotros, los cristianos, privarnos de algo que en sí mismo sería bueno y útil para nuestro sustento. Las Sagradas Escrituras y toda la tradición cristiana enseñan que el ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él. Por esto, en la historia de la salvación encontramos en más de una ocasión la invitación a ayunar. Ya en las primeras páginas de la Sagrada Escritura el Señor impone al hombre que se abstenga de consumir el fruto prohibido: “De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio” (Gn 2, 16-17). Comentando la orden divina, San Basilio observa que “el ayuno ya existía en el paraíso”, y “la primera orden en este sentido fue dada a Adán”. Por lo tanto, concluye: “El ‘no debes comer’ es, pues, la ley del ayuno y de la abstinencia” (cfr. Sermo de jejunio: PG 31, 163, 98). Puesto que el pecado y sus consecuencias nos oprimen a todos, el ayuno se nos ofrece como un medio para recuperar la amistad con el Señor. Es lo que hizo Esdras antes de su viaje de vuelta desde el exilio a la Tierra Prometida, invitando al pueblo reunido a ayunar “para humillarnos —dijo— delante de nuestro Dios” (8,21). El Todopoderoso escuchó su oración y aseguró su favor y su protección. Lo mismo hicieron los habitantes de Nínive que, sensibles al llamamiento de Jonás a que se arrepintieran, proclamaron, como testimonio de su sinceridad, un ayuno diciendo: “A ver si Dios se arrepiente y se compadece, se aplaca el ardor de su ira y no perecemos” (3,9). También en esa ocasión Dios vio sus obras y les perdonó.

En el Nuevo Testamento, Jesús indica la razón profunda del ayuno, estigmatizando la actitud de los fariseos, que observaban escrupulosamente las prescripciones que imponía la ley, pero su corazón estaba lejos de Dios. El verdadero ayuno, repite en otra ocasión el divino Maestro, consiste más bien en cumplir la voluntad del Padre celestial, que “ve en lo secreto y te recompensará” (Mt 6,18). Él mismo nos da ejemplo al responder a Satanás, al término de los 40 días pasados en el desierto, que “no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4,4). El verdadero ayuno, por consiguiente, tiene como finalidad comer el “alimento verdadero”, que es hacer la voluntad del Padre (cfr. Jn 4,34). Si, por lo tanto, Adán desobedeció la orden del Señor de “no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal”, con el ayuno el creyente desea someterse humildemente a Dios, confiando en su bondad y misericordia.

La práctica del ayuno está muy presente en la primera comunidad cristiana (cfr. Hch 13,3; 14,22; 27,21; 2Co 6,5). También los Padres de la Iglesia hablan de la fuerza del ayuno, capaz de frenar el pecado, reprimir los deseos del “viejo Adán” y abrir en el corazón del creyente el camino hacia Dios. El ayuno es, además, una práctica recurrente y recomendada por los santos de todas las épocas. Escribe San Pedro Crisólogo: “El ayuno es el alma de la oración, y la misericordia es la vida del ayuno. Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le súplica” (Sermo 43: PL 52, 320, 332).

En nuestros días, parece que la práctica del ayuno ha perdido un poco su valor espiritual y ha adquirido más bien, en una cultura marcada por la búsqueda del bienestar material, el valor de una medida terapéutica para el cuidado del propio cuerpo. Está claro que ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes es, en primer lugar, una “terapia” para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios. En la Constitución apostólica Pænitemini de 1966, el Siervo de Dios Pablo VI identificaba la necesidad de colocar el ayuno en el contexto de la llamada a todo cristiano a no “vivir para sí mismo, sino para aquél que lo amó y se entregó por él y a vivir también para los hermanos” (cfr. Cap. I). La Cuaresma podría ser una buena ocasión para retomar las normas contenidas en la citada Constitución apostólica, valorizando el significado auténtico y perenne de esta antigua práctica penitencial, que puede ayudarnos a mortificar nuestro egoísmo y a abrir el corazón al amor de Dios y del prójimo, primer y sumo mandamiento de la nueva ley y compendio de todo el Evangelio (cfr. Mt 22,34-40).

La práctica fiel del ayuno contribuye, además, a dar unidad a la persona, cuerpo y alma, ayudándola a evitar el pecado y a acrecer la intimidad con el Señor. San Agustín, que conocía bien sus propias inclinaciones negativas y las definía “retorcidísima y enredadísima complicación de nudos” (Confesiones, II, 10.18), en su tratado La utilidad del ayuno, escribía: “Yo sufro, es verdad, para que Él me perdone; yo me castigo para que Él me socorra, para que yo sea agradable a sus ojos, para gustar su dulzura” (Sermo 400, 3, 3: PL 40, 708). Privarse del alimento material que nutre el cuerpo facilita una disposición interior a escuchar a Cristo y a nutrirse de su palabra de salvación. Con el ayuno y la oración Le permitimos que venga a saciar el hambre más profunda que experimentamos en lo íntimo de nuestro corazón: el hambre y la sed de Dios.

Al mismo tiempo, el ayuno nos ayuda a tomar conciencia de la situación en la que viven muchos de nuestros hermanos. En su Primera carta San Juan nos pone en guardia: “Si alguno que posee bienes del mundo, ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?” (3,17). Ayunar por voluntad propia nos ayuda a cultivar el estilo del Buen Samaritano, que se inclina y socorre al hermano que sufre (cfr. Enc. Deus caritas est, 15). Al escoger libremente privarnos de algo para ayudar a los demás, demostramos concretamente que el prójimo que pasa dificultades no nos es extraño. Precisamente para mantener viva esta actitud de acogida y atención hacia los hermanos, animo a las parroquias y demás comunidades a intensificar durante la Cuaresma la práctica del ayuno personal y comunitario, cuidando asimismo la escucha de la Palabra de Dios, la oración y la limosna. Este fue, desde el principio, el estilo de la comunidad cristiana, en la que se hacían colectas especiales (cfr. 2Co 8-9; Rm 15, 25-27), y se invitaba a los fieles a dar a los pobres lo que, gracias al ayuno, se había recogido (cfr. Didascalia Ap., V, 20,18). También hoy hay que redescubrir esta práctica y promoverla, especialmente durante el tiempo litúrgico cuaresmal.

Lo que he dicho muestra con gran claridad que el ayuno representa una práctica ascética importante, un arma espiritual para luchar contra cualquier posible apego desordenado a nosotros mismos. Privarnos por voluntad propia del placer del alimento y de otros bienes materiales, ayuda al discípulo de Cristo a controlar los apetitos de la naturaleza debilitada por el pecado original, cuyos efectos negativos afectan a toda la personalidad humana. Oportunamente, un antiguo himno litúrgico cuaresmal exhorta: “Utamur ergo parcius, / verbis, cibis et potibus, / somno, iocis et arctius / perstemus in custodia – Usemos de manera más sobria las palabras, los alimentos y bebidas, el sueño y los juegos, y permanezcamos vigilantes, con mayor atención”.

Queridos hermanos y hermanas, bien mirado el ayuno tiene como último fin ayudarnos a cada uno de nosotros, como escribía el Siervo de Dios el Papa Juan Pablo II, a hacer don total de uno mismo a Dios (cfr. Enc. Veritatis Splendor, 21). Por lo tanto, que en cada familia y comunidad cristiana se valore la Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo. Pienso, especialmente, en un mayor empeño en la oración, en la lectio divina, en el Sacramento de la Reconciliación y en la activa participación en la Eucaristía, sobre todo en la Santa Misa dominical. Con esta disposición interior entremos en el clima penitencial de la Cuaresma. Que nos acompañe la Beata Virgen María, Causa nostræ laetitiæ, y nos sostenga en el esfuerzo por liberar nuestro corazón de la esclavitud del pecado para que se convierta cada vez más en “tabernáculo viviente de Dios”. Con este deseo, asegurando mis oraciones para que cada creyente y cada comunidad eclesial recorra un provechoso itinerario cuaresmal, os imparto de corazón a todos la Bendición Apostólica.

(fuente: http://www.vatican.va/)

domingo, 22 de febrero de 2009

"Hijo, tus pecados te quedan perdonados"

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (Mc 2, 1-12)

Cuando Jesús volvió a Cafarnaúm, corrió la voz de que estaba en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había sitio frente a la puerta. Mientras El enseñaba su doctrina, le quisieron presentar a un paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente, quitaron parte del techo, encima de donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en una camilla.

Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te quedan perdonados".

Algunos escribas que estaban ahí sentados comenzaron a pensar: "¿Por qué habla ese así? Eso es una blasfemia ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?" Conociendo Jesús lo que estaban pensando, les dijo: "Por qué piensan así? ¡Qué es más fácil decirle al paralítico : "Tus pecados te son perdonados" o decirle: "Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa?" Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados - le dijo al paralítico- : "Yo te lo mando, recoge tu camilla y vete a tu casa". El hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria Dios, diciendo: "¡Nunca habíamos visto cosa igual!".


Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

En aquellos tiempos, mucha gente reconocía a Jesús y acudían a Él. Como dijimos en otros comentarios del Evangelio, hubieron algunos que lo fueron a buscar como un "curandero", otros optaron por ignorarlo, otros no lo soportaron y por eso lo persiguieron hasta darle muerte y, gracias a Dios, hubieron no pocos bienaventurados que lo vieron más allá de los prodigios que hacía y lo reconocieron como Dios hecho hombre.

Es conmovedor el caso de aquel paralítico que hizo hasta lo imposible para encontrarse con Cristo, para encontrarse con Dios. Cuenta el evangelista que era tal la aglomeración alrededor del Mesías que, a simple vista, se hacía prácticamente imposible llegar hasta Él.

Tan grande fue la fe de aquel hombre que no se dejó vencer por esos obstáculos y pidió ayuda a otros para que lo llevaran hasta donde Jesucristo. Nuestro Señor, conmovido por la fe y la necesidad y accedió a curarlo: dio una nueva muestra de su Majestad Divina al perdonar los pecados de aquel hombre e, inmediatamente, él quedó curado.

Nos cuenta San Marcos que hubieron unos escribas que presenciaron esa manifestación de Dios y, aún así, seguían dudando de Jesús. Como Dios que es, Él conoció sus pensamientos y los reprendió hablándoles del poder que tiene en este mundo.

A nosotros nos puede pasar que, en determinados momentos de nuestras vidas, necesitamos creer en algo más que nunca para poder superar una situación. Muchas veces necesitamos de Dios como nunca.... y la pregunta que nos queda: ¿hago hasta lo imposible por encontrarme con Jesús?, ¿hasta dónde llega mi fe?, ¿creo verdaderamente que Él puede perdonar mis pecados?, ¿creo que Jesús es el Dios Vivo que me ama infinitamente?.

En términos espirituales, nos puede pasar que estemos como aquel paralítico, es decir, impedidos de llegar por nuestros propios medios hasta Jesús. Tal como sucede en este pasaje evangélico, es ahí cuando cobra vital importancia la intercesión de nuestros hermanos en la fe. Así como fue necesario que cuatro hombres presenten al paralítico ante Nuestro Señor, es necesario que hayan personas que hagan oración de intercesión por otros hermanos: con la fe de esos intercesores, se puede acercar a un/a hermano/a a Dios.

Confiemos en el Señor. Confiemos en su Amor. Confiemos en su poder. Oremos humilde y confiadamente que Él, sin altanerías ni prepotencias: Él sabrá como llegar.

¡Ánimos!

sábado, 21 de febrero de 2009

¿Una Iglesia "más moderna"?

Suele decirse con frecuencia por ahí que la Iglesia Católica Apostólica Romana debería "acomodarse" a los tiempos actuales y dejar de lado ciertas enseñanzas "de otras épocas". Estos cuestionamientos surgen, más que nada, sobre todo lo referente a sexualidad y afectividad.

Vivimos en tiempos hedonistas, mezquinos y consumistas en todo se rige por la inmediatez, el escaso compromiso social y el casi nulo idealismo.

En los países macroeconómicamente más desarrollados está aumentando alarmantemente el ateísmo y, desde esas latitudes, se propaga un creciente relativismo de las verdades absolutas que Nuestra Madre Iglesia enseña.

En ese creciente relativismo, cae también Jesús, a quien muchos quieren presentarnos como un mero "maestro" o un "pensador". Las enseñanzas de Jesús son sacrílegamente tergiversadas para acomodarlas a los caprichos de muchos mediocres que se autodenominan "progresistas" y/o "modernos". Y, cuando alguien tiene la valentía de argumentar la posición de la Iglesia Católica, esos "libre-pensadpores" vomitan su intolerancia tildando de "conservador" u "ortodoxo".

En el Libro de Isaías, Dios nos dice “Yo soy Yahvé y Yo soy el único Salvador” (Is. 43, 11). La Iglesia Católica Apostólica Romana es la institución fundada por el mismo Jesucristo y es la que asume la responsabilidad de guiar a toda la humanidad hasta Dios, evitando la condenación del infierno.

Nuestra Madre Iglesia basa todas sus enseñanzas en la Biblia, en la Tradición y en su Magisterio, las cuales han trascendido a los tiempos con todos los cambios ideológicos que han ocurrido a lo largo de muchos siglos. Si Nuestra Madre Iglesia cediera ante las presiones ideológicas de estos tiempos, se terminaría asemejando a esa herejía que todos conocemos como la "Nueva Era" y, por ende, por atender berrinches de muchos, se terminaría alejando de Dios.

Todos los seres humanos que han existido a lo largo de la historia, como así también los actualmente vivimos, somos pecadores. Es por eso que fue necesario que Jesús, Dios hecho hombre, ya nos redimió con su Muerte y Resurrección a todos y cada uno de nosotros.

No es Dios el que se tiene que amoldar al ser humano. Es al revés: el ser humano el que debe hacerse humilde para dejarse transformar por el Señor y, de esa manera, llegar a la Vida Eterna en Dios. Dejemos que Dios sea Dios.

viernes, 20 de febrero de 2009

Sociedad de la Alegría - Con la mirada puesta en Dios



Esta fue la Canción del Congreso Nacional del Movimiento Mallinista, el cual se celebró en el año 1983 en la CIudad de San Juan. En este clip, se ven imágenes de los chicos mallinistas de la Ciudad de Avellaneda (Provincia de Buenos Aires)

miércoles, 18 de febrero de 2009

Todos pedimos y todos esperamos...

Todos pedimos y todos esperamos conseguir lo que pedimos: mejoras, comfort, comodidades, excepciones...

Todos pedimos y son pocos los que dan. Son pocos los que imitan a Cristo, cuyas manos nunca pidieron y siempre dieron; y porque siempre dieron, se le fueron gastando de tal forma, que hasta se le llegaron a perforar.

Nuestras manos, a semejanza de las suyas, también pueden gastarse y romperse de tanto dar: dar consuelo, dar ayuda, dar comprensión, dar fuerza; dar, dar y siempre dar.

Es la mejor manera de realizarse uno mismo, aun a costa de que se nos perforen las manos, como las de Cristo.

No debemos contentarnos con dar, ni aun con darnos esporádicamente; debemos estar en constante disposición y actitud de darnos; debemos hacer del "darnos", algo así como una especie de estado de vida.



"Maldito sea aquel que fía en hombre y hace de la carne su apoyo y de Yahvéh se aparta en su corazón... Bendito sea aquel que fía en Yahvéh, pues no defraudará Yahvéh su confianza; es como árbol plantado a las orillas del agua, que a la orilla de la corriente echa raíces. No temerá cuando viniere el calor..." (Jer, 17, 5-8).

El verdadero hijo de Dios no teme, ni aun cuando oiga rugir la tempestad. Sabe que está en Dios y que en El encuentra seguridad.

Reflexión escrita por el Padre Alfonso Milagro

Bono también habla de Dios

U2 es una de las bandas de rock más grandes de toda la historia. Ahora están por lanzar un nuevo trabajo discográfico, el cuenta con once nuevos temas del disco. En esta nueva obra, estaa banda irlandesa canta a Dios, el "cordero", el amor, las estrellas y los niños, entre otros temas. La primera canción da título al álbum, No Line on the Horizon, y la siguen Magnificent, Moment of Surrender, Unknown, Caller, I´ll Go Crazy if I Don´t Go Crazy Tonight, Get On Your Boots (el primer single del álbum), Stand Up Comedy, Fez -- Being Born, White As Snow, Breathe y Cedars of Lebanon.

El disco está grabado en las ciudades de Fez (Marruecos), Dublín, Nueva York y Londres, y ha sido producido por Brian Eno, Danny Lanois y Steve Lillywhite. Contiene canciones rápidas y rockeras y otras más lentas, y experimentales. La portada del disco es obra de un fotógrafo japonés, "sin línea en el horizonte del mar de Liguria", en Córcega, donde Bono tiene una casa.

La voz de Paul David Hewson, conocido por su nombre artístico Bono, la guitarra de The Edge, el bajo de Adam Clayton y la batería de Larry Mullen Jr vuelven con este nuevo disco después de cuatro años del anterior, How to dismantle an atomic bomb.

El autor de Where the streets have no name, conocido por su compromiso con las causas humanitarias y la lucha contra la pobreza, se ha reconocido católico en diversas ocasiones. Ha sido nominado al Premio Nobel de la Paz en tres ocasiones. Está casado desde hace más de 25 años y tiene cuatro hijos.

En una introducción que Bono escribió a una edición del Libro de los Salmos, el artista destacó:

”Explicar la fe siempre ha sido algo difícil. ¿Cómo se hace para explicar un amor y una lógica en el corazón del universo cuando el mundo está tan lleno de fracasos? ¿El libre albedrío nos ha crucificado también a nosotros?”.

Sobre los salmos, añadía: "me han preparado para comprender la honestidad de John Lennon, el lenguaje barroco de Bob Dylan y Leonard Cohen, la garganta clara de Al Green y Stevie Wonder. Cuando escucho a estos cantantes, me uno a una parte de mí para la que no tengo explicaciones... mi alma, supongo".

"Palabras y música han hecho de mí lo que unas sólidas e incluso rigurosas argumentaciones no habían logrado alcanzar, me han introducido en Dios, no en la fe en Dios, sino más bien en un sentido tangible de Dios”, señalaba.

En otra ocasión, el compositor declaró: "Sabemos que todo esto es un negocio y hay una poderosa industria detrás de él, a la que a menudo la palabra arte poco le importa; yo soy el primero en saberlo, veo que el éxito corrompe y a mí también, inevitablemente, pero sigo aquí, ¿sabe por qué? porque el rock tiene un poder enorme".

"Ya lo he comentado en más de una ocasión pero nosotros no somos como John Lennon, esa historia de paz y amor; estamos mucho más cerca de esa idea “punk” según la cual el rock puede cambiar el mundo porque los políticos jamás lo harán -explicaba-. En mi caso personal, además, tendría que añadir que soy católico y ejerzo de irlandés comprometido."

(fuente: http://www.forumlibertas.com/)

El libro "Bono en conversación" (2005)

Entrevistado por un periodista no creyente, Bono hace toda una declaración de fe argumentada y bien estructurada.

Bono, el cantante y compositor del veterano grupo pop irlandés, U2, es conocido por su compromiso con las causas humanitarias, la lucha contra la pobreza y haberse reconocido católico en diversas ocasiones. En las letras de algunas canciones del grupo se pueden rastrear sutiles influencias religiosas que añaden profundidad a estos maestros del pop. Bono lleva 23 años casado (lo que ya es una rareza en el mundo de los artistas famosos), pero su estética rebelde y un vocabulario a veces grosero le alejan de cualquier imagen beata.

Lo que nunca había sucedido es que Bono hiciese toda una predicación del sentido del cristianismo durante una entrevista. Esto sucede en un nuevo libro de entrevistas, Bono in Conversation, cuyo autor, el entrevistador Michka Assayas, queda subyugado por la exposición que Bono hace del cristianismo.


La Gracia contra el Karma

Han habido un sin número de libros escritos acerca de U2 y su representativo cantante, Bono, indiscutiblemente la estrella de rock más famosa del mundo. Pero hasta ahora Bono mismo se ha dispuesto a contar su propia historia. En el nuevo libro, Bono: En Conversacion con Michka Assayas (Riverted Head Books), el rockero comparte sus pensamientos en varios temas con un periodista de música francés y amigo que ha estado con la banda virtualmente desde sus principios. En una serie de conversaciones sinceras presentadas en el formato Q&A, Bono habla, entre otras cosas, de su educación (incluyendo la muerte de su mamá cuando el era un adolecente y la ríspida relación con su padre, quién murió hace apenas unos años), el principio de U2, sus compañeros de banda, su matrimonio, paternidad, su pasión por las causas sociales, los efectos de la celebridad, por supuesto, de su fe y cómo se cruza con todo lo ya antes mencionado.

El siguiente encuentro entre Assayas y Bono tomó lugar justo unos días antes de los ataques terroristas con bombas en las estaciones de tren en Madrid en Marzo del 2004, un hecho de terrorismo que dejó 191 muertos y más de 1,800 heridos.

Los dos hombres hablaron de cómo el terrorismo es casi siempre llevado a cabo en el nombre de alguna Religión y cuando Bono cambio la conversación hacia el cristianismo, expresando su preferencia por la Gracia de Dios que el "Karma" de este mundo ofreciendo un punto de vista apologético de la deidad de Cristo, y una presentación del mensaje del evangelio.

Bono: Mi entendimiento de las Escrituras ha sido más fácil por la persona de Cristo. Cristo enseña que Dios es amor. ¿Qué significa esto? Lo que significa para mi: un estudio de la vida de Cristo. El amor aquí se describe a si mismo como un niño nacido en pobreza extrema, la situación más vulnerable de todas, sin honor. Yo no dejo que mi mundo religioso se vuelva complicado. Simplemente lo suelto: creo saber que es Dios. Dios es amor y de la forma que yo responda en dejarme a mi mismo ser transaformado por ese amor y actuar en ese amor, esa es mi religión. Cuando las cosas se ponen complicadas para mi es cuando trato de vivir este amor.
Eso no es fácil.

Assayas: ¿Que tal el Dios del Antiguo Testamento? ¿No era de paz y amor?

Bono: No hay nada hippie en la imagen de Cristo en mi mente. Los evangelios nos dan la imagen de un demandante, y a veces divisivo amor, pero es amor. Yo acepto el Antiguo Testamento mas bien como una película de acción: sangre, persecusiones de carros, evacuaciones, muchos efectos especiales, mares dividiéndose, asesinatos masivos, adulterio. Los hijos de Dios se vuelven locos voluntariamente. Quizás sea por eso que son tan relatables. Pero la manera de verlo, para aquellos de nosotros que estamos tratando de descifrar los enigmas cristianos, el Dios del Antiguo Testamento es como un viaje de un padre severo que se convierte en tu amigo. Cuando eres niño, necesitas una clara dirección y reglas estrictas. Pero con Cristo, tenemos acceso a una relación de uno a uno, pues, como en el Antiguo Testamento, la relación era más de adoración y temor, una relación vertical. El Nuevo Testamento, por otra parte, miramos a un Jesús que se nos hace familiar, horizontal. La combinación de las dos es lo que hace la Cruz.

Assayas: hablando de películas de acción sangrientas, estábamos hablando de centro y sudamérica la última vez. Los sacerdotes jesuitas llegaron ahí con el evangelio en una mano y un rifle en la otra.

Bono: Lo sé, lo sé. La religión puede ser el enemigo de Dios. A veces sucede cuando Dios, como Elvis, se van del lugar donde dieron un show (se rie). Una lista de instrucciones donde antes habia convicción; dogma en lugar de hacer las cosas; una congregación guiada por un hombre cuando alguna vez fueron guiados por el Espíritu Santo.Disciplina en vez de discípulado. ¿de qué te ríes?

Assayas: Me preguntaba si le dijiste todo eso alguna vez al Papa el día que lo conociste.

Bono: No nos pongamos demasiados duros con la Santa Iglesia Católica Romana aquí. La Iglesia tiene sus problemas, pero mientras me hago más viejo, más consuelo encuentro aquí. La experiencia física de estar entre una multitud de gente altamente humilde, cabezas inclinadas, oraciones en murmullos e historias contadas a través de vidrios pintados.

Assayas: ¿Asi que no serás crítico?

Bono: No, no puedo ser crítico, especialmente con el tema de la anti-concepción, pero cuando conozco a alguien como la Hermana Benedicta y la veo trabajar con niños que tienen SIDA en Addis Ababa, o la Hermana Ann haciendo lo mismo en Malawi, o el Padre Jack Fenukan y su grupo "Preocupación" en toda el Africa, cuando conozco sacerdotes y monjas atendiendo a los enfermos y a los pobres, dándoles una mejor vida, yo me rindo un poco más fácil.

Assayas: Pero conociste al Papa. ¿fué una gran experiencia?

Bono: Todos sabíamos por qué estábamos ahí. El Sumo Pontífice estaba a punto de hacer una declaración importante acerca de la injusticia y lo inhumano de los países pobres que gastan mucho de sus ingresos nacionales para pagar viejas deudas a los países ricos. El estaba luchando muy duro contra su enfermedad de Parkinson. Fue un hecho de voluntad el que él estuviera ahí. Me conmoví de una manera rara. por su humildad, y después por el discurso tan increíble que dió, aunque haya sido en murmullos. Durante el preámbulo, parecía que él me estuviera mirando. ¿Qué habrá sido? me preguntaba. ¿Era que que tenía puestos mis lentes azules? Asi que me los quité por si acaso yo estaba ofendiendo a alguien. Cuando me lo presentaron, él aún continuaba mirando mis lentes. El los seguía viendo en mis manos, asi que, se los ofrecí como un regalo a cambio del rosario que él me regaló.

Assayas: ¿Se los puso?

Bono: No solo se los puso, el sonrió con el gesto más raro imaginable. El era un comediante. Su sentido del humor estaba completamente intacto. Flashes de cámaras comenzaron a dejarse ver, y yo pensé: "¡Wow! La campaña para cancelar la deuda tendrá al Papa con mis lentes en la pagina principal de cada periódico".

Assayas: No recuerdo haber visto esa fotografía en ningún lado.

Bono: Tampoco yo. Parece que su gente no tenían el mismo sentido de humor. Me parace justo.

(más tarde en la conversación)

Assayas: Creo que estoy empezando a comprender la religión porque he comenzado a pensar y a actuar como un padre. ¿Qué piensas de eso?

Bono: Si, creo que es normal. Es un concepto que te vuela la cabeza, que el Dios que creó el universo esté buscando compañía, una realción real con la gente, pero lo que me mantiene en mis rodillas es la diferencia entre la Gracia y el Karma.

Assayas: Nunca te he escuchado hablar de eso.

Bono: Yo creo con firmeza que nos hemos cambiado del reino del Karma al de la Gracia.

Assayas: Bueno, eso no lo hace tan claro para mi.

Bono: Verás, en el centro de todas las religiones esta la idea del Karma. Tú sabes, lo que siembras, cosechas: un Ojo por Ojo, un diente por diente, como en la fisica- las leyes de fisica- cada acción es consecuencia de alguna acción parecida o alguna que sea lo contrario a esta. Me queda muy claro que el Karma esta en el corazón del universo. Estoy completamente seguro de eso. Y sin embargo llega esta idea llamada Gracia para poner parametros a la idea de que "lo que siembras, vas a cosechar" La Gracia desafía la razón y la lógica. El amor interrumpe, si tú quieres, las consecuencias de tus acciones, y en mi caso esas son buenas noticias para mí, porque he hecho muchas cosas muy tontas.

Assayas: Me interesaría escuchar eso.

Bono: Eso es entre Dios y yo. Pero yo estaría en serios problemas si el Karma fuera mi último juez. Yo estaría en grandes problemas, pero no es una excusa para justificar mis errores. Asi que, me aferro a la Gracia. Me aferro a que Jesús llevó mis pecados en la cruz, porque yo se quién soy, y espero no depender de mi propia religiosidad.

Assayas: El hijo de Dios que quita el pecado del mundo. Desearía poder creer en eso.

Bono: Me encanta la idea del Cordero Sacrificado. Me encanta la idea que Dios dice: Miren, ustedes cretinos, hay consecuencias de la manera que ustedes se comportan egoístamente, y existe la muerte como resultado de su naturaleza pecaminosa, y enfretémoslo, ustedes no estan viviendo una buena vida, ¿O si? Existen consecuencias a sus acciones. El punto de la muerte de Cristo es que, Cristo tomó el pecado del mundo para que lo que diéramos no se nos regresara, y que nuestra naturaleza pecaminosa no cosechara una muerte obvia. Ese es el punto. Nos debería de mantener humildes... No son nuestras buenas obras las que nos llevan a las puertas del cielo.

Assayas: Esa es una gran idea, no negarlo. Tal esperanza es maravillosa, aunque parezca lunática, desde mi punto de vista. Cristo tiene su lugar entre los grandes pensadores de este mundo. pero, hijo de Dios, ¿no está eso muy rebuscado?

Bono: No, no está rebuscado para mí. Mira, la respuesta secular hacia la historia de Cristo es asi: El era un gran profeta, obviamente un tipo muy intersante, tuvo mucho peso entre las líneas de los grandes profetas, ya sea Elías, Mahoma, Buda, o Confusio. Pero, realmente Cristo no te permite eso. El no te deja abajo. Cristo dice: "No, yo no digo que soy un maestro, no me llames maestro. No digo que soy un profeta. Lo que digo es: 'Yo Soy el Mesías'. Lo que digo es que yo soy Dios encarnado". Y la gente dice: No, solo se un profeta. Un profeta que podamos aceptar. Eres un poco excéntrico. Teníamos a Juan el Bautista comiendo langostas y miel salvaje, podemos soportar eso. Pero no menciones la palabra que empieza con "M" porque, tú sabes, vamos a tener que crucificarte. Y El dice: No, no. Ustedes esperan que yo regrese con un ejército, y que los libere de esta gente que los agobia, pero en realidad yo soy el Mesías. En este momento todos comienzan a verse los zapatos, y dicen: Oh Dios mío, El va a estar repitiendo esto. Asi que, con lo que te quedas es: Es Cristo quien dijo que Era - El Mesías- o un loco de remate. Y digo loco como el tipo llamado Charles Manson quien fue un asesino en serie en los Estados Unidos. Este hombre es como la gente de la que estuvimos hablando anteriormente. Este hombre se amarró una bomba y en su frente tiene un tatuaje que dice "El Rey de los Judíos" y cuando lo pusieron en su castigo, El decía: Ok, que venga el martirio, que venga el dolor, yo lo puedo soportar. No estoy bromeando aqui. La idea de que el curso entero de la civilización, para más de la mitad del mundo, podría hacer cambiar su destino y voltearlos de cabeza por un loco, para mí, esto es rebuscado.

Bono después comentó que esto se trata de como consideramos a Jesús: Si tan solo pudiéramos ser un poco como Él, el mundo sería transformado. ...Cuando veo la cruz de Cristo, lo que veo ahí son todos mis errores y los de todos los demás. Así que, me pregunto algo que mucha gente se ha preguntado: ¿Quién es este hombre? Y ¿Era el quien dijo que era o era el solamente un loco religioso? Y ahi está, esa es la pregunta. Y nadie te puede convencerte o no de ello.

Del libro: En Conversación con Michka Assayas, por Michka Assayas.
Copyright 2005 por Michka Awwayas. Usada con permiso de los libros Riverhead Books (USA) (Nota: mientras que el libro incluye numerosos pasajes de Bono hablando de su fe cristiana, tambien incluye ocasionalmente lenguaje fuerte de ambos.)

Compartimos ahora una de las mejores canciones de U2: Where the streets have no name ("Donde las calles no tienen nombre"), la cual está incluida en su disco The Joshua Tree, el cual fuera editado en el año 1987.

martes, 17 de febrero de 2009

"El fogón imposible"

(texto de René J. Trossero)

Era una región muy fría. Los hombres eran pobres y no tenían medios de defenderse contra una temperatura que los mataba.

Un viajero paso por la región, y se apenó mucho. El viajero era muy sensible al dolor, y amaba a las personas que sufren.

Y pensó mucho tiempo cual podría ser la solución para aquel problema.

Después de largas reflexiones creyó posible una salida.

Aquellos hombres podrían reunirse en la noche, cuando el frío se hacía más crudo, y abrigarse todos, junto a un fogón.

Hizo un primer viaje. El mismo llevó la leña para el gran fogón.

Explicó su proyecto a la gente de la región.

Como no podía llegar él mismo al lugar donde se haría el fuego salvador, entregó a cada persona un pedazo de buena leña.

A varones y mujeres, a los adultos y los niños, a todos entregó un trozo de leña de acuerdo a sus fuerzas. Dejó las instrucciones necesarias, y se fue con la promesa de regresar cada día con una carga de leña, para el fogón de cada noche.

El sol cayó rodando detrás del horizonte. el frío cabalgó sobre la brisa y comenzó a correr por la región. los habitantes de la región se pusieron lentamente en marcha, hacia el lugar indicado para el fogón de cada noche.

Llegaron.

Formaron un gran círculo en torno al lugar indicado.

Se miraban silenciosos los unos a los otros.

Cada uno abrazaba entre sus ropas un pedazo de leña, como si fuera su propia salvación.

El jefe de la región se dirigió al centro del círculo y dijo a los que estaban reunidos: " gracias a la bondad del viajero que nos visitó y se compadeció de nosotros, hoy dormiremos sin temor de morirnos de frío. Encenderemos una gran hoguera con la leña de cada uno, y dormiremos al abrigo de su calor".

Y fue a sentarse en su lugar en el círculo.

El también apretaba entre sus ropas un pedazo de leña, si acariciara su propia salvación.

Hubo un largo silencio...

Nadie se movió de su lugar...

Cada uno apretó mas fuerte entre sus brazos su propio pedazo de leña.

El frío se hizo como cintas de acero y cortaba la piel. Todos comenzaron a temblar...uno dijo al de su lado: " ¿dónde esta el fogón?"

El otro respondió: " yo no veo nada.! Nos engañaron!".

Un confuso murmullo recorrió la ronda.

Y siguieron esperando...temblando de frío.

Las primeras estrellas comenzaron a temblar en lo alto.

Un murmullo más denso recorrió la ronda. Era de rabia y de protesta.

Después fueron gritos, discusiones e insultos.

Y comenzaron a levantarse para marchar a sus casas...

Cada uno llevaba entre sus ropas un pedazo de leña. Y lo acariciaba como su propia salvación.

El frío congeló las voces de la región. El silencio era como bloque de hielo que apretaba los árboles y las casas con un guante de cristal.

El sol anunció la bondad de un nuevo día. Sus primeros rayos fueron rompiendo el cerco de frío.

La aldea despertó. Pero durmió en muchos que habían muerto.

Y llegó nuevamente el viajero generoso. Venía con su carga de leña...

Los habitantes de la región comenzaron a salir de sus casitas precarias.

Se acercaban al viajero amigo...lo miraban con ojos de rabia.

¡y cada uno apretaba entre sus ropas un pedazo de leña, como si acariciara su propia salvación...!

El viajero amigo no comprendía.

De pronto gritaron juntos: "¡usted nos engañó!. ¡Fuimos al lugar señalado y no encontramos el fogón. Se nos murieron muchos de frío!..."

¡Y el buen hombre comprendió! Con mucha calma, con voz potente, que les dió miedo a los habitantes de la región, les dijo: "idiotas. ¡ustedes son responsables de los que anoche murieron de frío! ¿ no les di acaso la leña necesaria para que todos se abrigaran junto al fuego?. Pero ustedes son tan ruines y mezquinos, que cada uno guardó su pedazo de leña. ¿no se dan cuenta de que la gran hoguera sólo se hará si todos entregan su pedazo de leña?..."

Y el viajero amigo se marchó amargado.

Los habitantes de la región se miraron... y regresaron a sus casas pensando...

"Nadie de ustedes morirá de frío por la falta de leña,
ni nadie morirá de hambre por la falta de pan;
pero en el mundo entero se están muriendo por la falta de amor y solidaridad.
Aprendan a salvarse juntos, si no quieren morirse solos"

Feministas quieren imponer el aborto en varios países

por Samantha Singson

(NEW YORK – C-FAM) El comité encargado de supervisar el estado de cumplimiento de la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación en Contra de las Mujeres (CEDAW), apoyado por las Naciones Unidas, concluyó su última ronda de sesiones, presionando a cada una de las ocho delegaciones que se encuentran en reexaminación de su política del aborto, a pesar de que el tratado no toca el tema. República Dominicana, Armenia, Haiti, Cameron, Libia, Rwanda, Alemania y Guatemala fueron cuestionados sobre el tema cuando el comité se reunió el mes pasado en Ginebra.

Para el Comité de CEDAW se ha vuelto una práctica común que los miembros trataren de falsificar vínculos entre elevadas tasas de mortalidad materna y aborto ilegal o clandestino con el fin de presionar a los estados a cambiar sus leyes.

Miembros del comité presionaron a Rwanda a celebrar debates públicos sobre sus leyes del aborto y preguntaron si tienen algunos planes con respecto a ofrecer abortos a niñas. El representante ruandés respondió: “Quizás estamos más preocupados de los que ya están vivos, que de matar a los bebés por venir”.

Antes de la reunión, el comité mandó preguntas de forma escrita a las delegaciones y pidió a Camerún reportar cómo han implementado las previas recomendaciones de CEDAW de “revisar la ley del aborto e incrementar el acceso a este, y la disponibilidad de los anticonceptivos.” En su repuesta escrita, el gobierno de Camerún castigo al comité por tratar de “elevar” el aborto al rango de un derecho humano.

Aparte de Camerón y Ruanda, a Haití y Guatemala les solicitaron específicamente que tenían que revisar y modificar sus leyes con respecto al aborto en las recomendaciones finales del comité.

El aborto no es mencionado en el tratado y los miembros del comité de CEDAW mantienen oficialmente que el tratado es neutral en lo que concierne al aborto. Frecuentemente las delegaciones siguen la línea del comité cuestionándose sobre el aborto, proporcionando información y contestando peticiones sobre el tema durante sus revisiones, con el entendimiento de que las preguntas no están basadas en las obligaciones del tratado sino en las interpretaciones personales de los estados miembros.

Mientras el comité pretende mostrar neutralidad ante el aborto, se ha encargado de la reinterpretación de este tratado jurídicamente obligatorio tratando de incluir el aborto en las previsiones del tratado que tratan sobre el derecho a la salud. Para evidencia adicional no se necesita buscar más allá del reporte anual publicado recientemente que detalla las revisiones de 16 países en 2008. Nueve de estos países han sido presionados para liberalizar ó modificar sus leyes de aborto. En el caso de Eslovaquia, el comité de CEDAW fue aún más allá y criticó al Estado por proteger el derecho de objeción de los trabajadores del sector a realizar abortos.

Como uno de los últimos países que no ha ratificado a CEDAW, es los Estados Unidos esto ha sido objeto de presión para hacerlo. El nuevo presidente del los EUA, Barack Obama, ya ha indicado que presionará por conseguir la ratificación. Quienes apoyan la ratificación, como la senadora abortista de EU, Barbara Boxer, insisten que el aborto no es parte de CEDAW, a pesar de evidencia de lo contrario por parte de los miembros del comité CEDAW.

El comité de CEDAW se reunirá próximamente en Nueva York en julio para la revisión de Argentina, Azerbaiyán, Bután, Guinea Bissau, Laos, Japón, Liberia, España, Suiza, Timor del Este y Tuvalu. De estos países, cuatro ya recibieron peticiones preparatorias en cuanto a su política sobre el aborto.

Traducción: Paola Ocejo, Katharina Rothweiler - (fuente: www.c-fam.org)

Histerias tras la "puerta dorada"

Es asombroso el tremendo crecimiento que muestra la Iglesia Universal del Reino de Dios (I.U.R.D.), más conocida con el eslogan "Pare de Sufrir". Su omnipresencia en los medios masivos de comunicación de alcance nacional le es muy útil para ir ganando más y más adeptos.

Vivimos en épocas difíciles (¿cuándo una época no habrá sido difícil para vivir?), en donde hay un constante descreimiento en las instituciones tradicionales y, lo que es peor, en la gente misma.

Hay mucha gente desesperada, que transita su vida sin un rumbo y que se deja devorar por las urgencias de querer y no poder. Y hay personajes que saben capitalizar esta situación en beneficio propio.

En la Ciudad de Jerusalén, la Puerta Dorada es considerada casi como un monumento, se espera que a través de ella entre el Mesías que el pueblo judío espera. Para la gente de Iglesia Universal es otro de sus ardides publicitarios para captar más corazones desesperados: en sus programas televisivos prometen que si uno pasa por "la puerta dorada" que ellos presentan, inmediatamente desaparecerán los problemas económicos, de salud y afectivos de quienes accedan a la invitación de los "obispos" y "pastores".

Para sostener sus dichos, los pastores muestran "testimonios" de algunas personas que dejaron la "desesperación" por la "abundancia" luego de haber participado en las reuniones (multitudinarias) que ellos organizan en sus "templos". Dicen expulsar demonios en sus "sesiones de descarga". Ofrecen todo tipo de productos para "alejar malos espíritus", "prosperidad económica", "atraer algún ser amado", "curar enfermedades" y demás. Entre los increíbles productos que ofrecen, se encuentran:

- Agua bendita traída del Río Jordán,

- Manto sagrado traído de Jerusalén,

- Pañuelos benditos de Tierra Santa

- Rosa de Sharon traída de Medio Oriente

- Rosas rojas para mejorar la salud

- Rosas amarillas para conseguir prosperidad económica

- Aceite milagroso del Huerto de Getsemaní para ungir fotos familiares

- Piedras de la tumba de Jesús

- Pan bendecido que cura enfermedades.

Todo parece ser como un rápido alivio para los sufrimientos superficiales del alma, como si fuera el fin último de la existencia del cristiano. La "abundancia" a la que se hace referencia en la IURD es solo mundana y pasajera: bienes materiales y progreso económico, familias sin ningún tipo de problema, en otras palabras, la felicidad "perfecta" (¿?).

La receta de la Iglesia Universal es tan simple como eficaz: mucha presencia en los medios masivos de comunicación y promesa de milagritos inmediatos. Solo en Brasil, la IURD es dueña de un banco, dos periódicos, 30 radios y la red televisiva TV Récord.

Mientras tanto, en otros países, Edir Macedo, fundador y dueño de esta exitosa empresa llamada Iglesia Universal, acumula denuncias por malversación de fondos. Esa organización "religiosa" es investigada en Brasil y en la República Dominicana por fraude fiscal, malversación de fondos y presunto blanqueo de dinero del narcotráfico.

El Diario "Frontera" de Tijuana (México) envió a sus periodistas a participar de una "ceremonia" de la IURD y comprobó que los pastores solicitaban dinero a los concurrentes y como ofrecían sus objetos milagrosos a módicos precios. Asimismo, el prestigioso Diario El País de Uruguay, realizó denuncias acerca de la manipulación de personas y oscuros negocios de los pastores que envía el bueno de Macedo. El Diario El Mercurio de Chile se hizo eco de una denuncia de iglesias evangélicas en contra de la IURD a la que acusaron de enriquecerse a costa de los pobres en aquel país; en Chile, el vicario episcopal para el ecumenismo, Alfredo Soiza-Piñeiro -quien dice trabajar para la "unión y el diálogo con los evangélicos"-, plantea sus dudas: "Me suena más como un negocio que un proclamar a Jesucristo".

En España, el Diario El País reflejó que Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), fue contundente acerca de la IURD cuando afirmó que rechazan abiertamente "Al mercantilismo, a la perversión del Evangelio. Venden agua del Jordán y cruces bendecidas, todo eso es ajeno a nosotros. Pero fueron ellos los que retiraron la solicitud de ingreso. Claro que por nuestra parte había cierta disposición a una valoración no favorable, pues algunas de sus prácticas son discordantes". En España, la IURD evita problemas legales inscribiéndose como Comunidad Cristiana del Espíritu Santo desde 1993 en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia de aquel país.

Hay que recalcar que nada es más anticristiano que huir del sufrimiento de este mundo. Jesús no huyó de la Cruz: la abrazó. Y esto no significa que los católicos seamos "masoquistas", sino que Jesús nos invita a enfrentar los dolores y darles un sentido trascendental en Dios. Es ahí cuando la desesperaciones se dejan de lado para ver todo desde Dios.

domingo, 15 de febrero de 2009

"Señor: si tú quieres, puedes curarme"

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (Mc 1, 40-45)

En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: "Si tú quieres, puedes curarme". Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: "¡Sí, quiero: Sana!". Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio. Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: "No se lo cuentes a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés". Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en lugares solitarios, a donde acudían a Él de todas partes.

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

En el la lectura escogida para este día domingo, vemos otra de las tantísimas manifestaciones de la divinidad de Jesús (sí, Jesús es Dios).

En aquellos tiempos, la lepra era considerada una terrible enfermedad: quien la padecía veía como su cuerpo se iba desfigurando además de las lógicas molestias que le acarreaba; por otro lado, el leproso era persona que sufría la marginación social por dos motivos: una por lo contagiosa que resultaba ser la lepra y otra, porque el estar enfermo era considerada una manifestación de la impureza del alma. Esa marginación social que sufría el leproso estaba regida por la Ley de Moisés, que ordenaba como debía vestirse el enfermo, quien debía ir gritando a su paso “¡Estoy contaminado! ¡Soy impuro!” (Lv. 13, 1-2.44-46).

Todos rechazaban a los leprosos... menos Jesús. Nuestro Señor tuvo compasión de la tremenda fe de aquel hombre y accedió a su pedido de ser curado. Ese hombre buscó a Jesús con humildad y con convicción, reconociéndolo como Dios y le pidió su sanación.

Después de curarlo, Jesús le pide discreción a ese hombre. No es un detalle menor porque Jesús quería que la gente no se quedar solo en el milagro, sino que se diera cuenta que eran solo signos de la majestad de Él. Cualquiera de nosotros puede tener "ciertas lepras" en el alma, es decir, pecados y/o manías que nos contaminan el alma y que nos alejan de Dios.

Nos puede pasar que recurramos a Dios (o, en el peor aún, a curanderos) para buscar el "milagrito", ser curados instantáneamente y seguir nuestra vida tal como la veníamos viviendo. Dios nos pide un poco más: si Él nos cura de alguna enfermedad es para que lo reconozcamos como tal y para que esa sanación física sea acompañada por un sincero arrepentimiento de los pecados y toda la voluntad para empezar una nueva vida.

Una buena forma de ir curando nuestras "lepras del alma" es acceder al Sacramento de la Confesión para luego tomar la Santa Eucaristía. Dios nos ha regalado sus Sacramentos como signos visibles de su Gracia e Infinito Amor para todos y cada uno de nosotros.
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