Suele decirse con frecuencia por ahí que la Iglesia Católica Apostólica Romana debería "acomodarse" a los tiempos actuales y dejar de lado ciertas enseñanzas "de otras épocas". Estos cuestionamientos surgen, más que nada, sobre todo lo referente a sexualidad y afectividad.
Vivimos en tiempos hedonistas, mezquinos y consumistas en todo se rige por la inmediatez, el escaso compromiso social y el casi nulo idealismo.
En los países macroeconómicamente más desarrollados está aumentando alarmantemente el ateísmo y, desde esas latitudes, se propaga un creciente relativismo de las verdades absolutas que Nuestra Madre Iglesia enseña.
En ese creciente relativismo, cae también Jesús, a quien muchos quieren presentarnos como un mero "maestro" o un "pensador". Las enseñanzas de Jesús son sacrílegamente tergiversadas para acomodarlas a los caprichos de muchos mediocres que se autodenominan "progresistas" y/o "modernos". Y, cuando alguien tiene la valentía de argumentar la posición de la Iglesia Católica, esos "libre-pensadpores" vomitan su intolerancia tildando de "conservador" u "ortodoxo".
En el Libro de Isaías, Dios nos dice “Yo soy Yahvé y Yo soy el único Salvador” (Is. 43, 11). La Iglesia Católica Apostólica Romana es la institución fundada por el mismo Jesucristo y es la que asume la responsabilidad de guiar a toda la humanidad hasta Dios, evitando la condenación del infierno.
Nuestra Madre Iglesia basa todas sus enseñanzas en la Biblia, en la Tradición y en su Magisterio, las cuales han trascendido a los tiempos con todos los cambios ideológicos que han ocurrido a lo largo de muchos siglos. Si Nuestra Madre Iglesia cediera ante las presiones ideológicas de estos tiempos, se terminaría asemejando a esa herejía que todos conocemos como la "Nueva Era" y, por ende, por atender berrinches de muchos, se terminaría alejando de Dios.
Todos los seres humanos que han existido a lo largo de la historia, como así también los actualmente vivimos, somos pecadores. Es por eso que fue necesario que Jesús, Dios hecho hombre, ya nos redimió con su Muerte y Resurrección a todos y cada uno de nosotros.
No es Dios el que se tiene que amoldar al ser humano. Es al revés: el ser humano el que debe hacerse humilde para dejarse transformar por el Señor y, de esa manera, llegar a la Vida Eterna en Dios. Dejemos que Dios sea Dios.
2 comentarios:
hola como va amigo mallinista¿?
mira yo soy un pibe perteneciente a don bosco, de santa fe, que sabado a sabado concurro a los grupos juveniles y oratorios.
Respecto a este tema me parece que hay que reconocer algunas cosas, creo que por ahi hay algunas cosas que reveer, porque si bien los hombres tienen que dejarse moldear por Dios, nosotros a los que alguna vez nos presentaron a Dios, tenemos que ser encargados de llevar al tata a otra gente que quizas no lo conoce, y muchas veces tenemos que llevar un concepto distinto de Iglesia ya que necesitamos amoldarla a situaciones o acontecimientos.
Se hace muy dificil hacer que a los chicos de las villas y de los ambientes populares les guste ser parte de esta Iglesia viva si cada que entran a Misa escuchan a una señora, con todo el respeto, tocando el organo y haciendo cantos gregorianos. Se complica mucho llevarles a chicos que solamente estan acostumbrados a vivir al dia a dia una serie de "normas y leyes" que la Iglesia nos da para seguir el camino de Catolicismo.
Es por eso que personalmente creo que de acuerdo a las circunstancias debemos ir cambiando la manera de evangelizar y de presentar a nuestra Iglesia viva.
es simplemente mi humilde opinion!
un abrazo en mama maria y papa don bosco!!!!
Hola Amigo
Te cuento que, durante mis años de adolescencia y parte de mi juventud, he ido a trabajar apostólicamente en villas y commprendo perfectamente tu planteo.
Pero hay que distinguir los tantos: una cosa es adaptar los modos para evangelizar y otro, muy distinto, es el contenido del mensaje evangélico.
Una cosa es que en una villa, el lenguaje y las sactividades no sean las mismas que las de una señoras de un grupo de oración de ciudad.
Si vos acompañás a tus pibes a una Iglesia y se encuentran con señoras tocando el órgano y cantando cantos gregorianos, debés enseñarles que existe gente con gustos y aptitudes distintas a las de uno y que, más allá de que uno prefiera escuchar una cumbia, hay que ser respetuoso de los carismas de los demás.
Nuestra Madre Iglesia tiene enseñanzas que no siempre son muy fáciles de asimilar en la vida cotidiana. A todos nos cuesta muchas veces vivir en sintonía con Nuestra Iglesia. Me incluyo.
Pero, el mismo Cristo fundo esta Iglesia sobre seres humanos por Él así lo dispuso; nuestra Iglesia está fundada y guiada por humanos tan o más pecadores que vos y yo. Pero ni a vos ni a mí nos corresonde señalar los pecados y falencias de los demás: solo Dios juzga.
Cuando el mensaje de Cristo nos incomoda, es muy tentador para el cristiano "maquillar" y acomodar a los propios caprichos el mensaje del Evangelio. Pero no. Si hacemos eso, nos estamos convirtiendo en mercenarios y no en anunciadores de la Buena Nueva.
El mensaje de Cristo está muy lejos de ser el hippismo de "paz y amor" como pretenden hacernos creer algunos. Jesús muchas veces nos cuestiona y desafía para transformarnos por Él; si vos leés en los Evangelios, verás que son varias las veces en que reprende la mediocridad de sus apóstoles y la de los jerarcas judíos. Nuestro Señor no tuvo nunca pelos en la lengua para decir lo que tenía uqe decir.
Dios nos creó para vivir en comunidad y en comunidad tenemos que salvarnos. Considero que un apóstol debe tener siempre en cuenta que el mensaje de Cristo es el mismo para todos y cada uno.
Muy interesante tu aporte. Gracias por comentar.
Dios te bendiga!
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