Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
El Evangelio de hoy nos dice que la gente quedaba admirada y estupefacta de las enseñanzas de Jesús: “Él, de hecho enseñaba como uno que tiene autoridad”.
El hecho del endemoniado nos lo dice caramente: “En la sinagoga donde predicaba había un hombre poseído de un espíritu impuro, y comenzó a gritar: «¿Qué quieres de nosotros Jesús Nazareno? ¿Has venido a arruinarnos? Yo sé quién eres tú: ¡el santo de Dios!». Y Jesús le ordenó severamente: «¡Cálla y sal de él!». Y el espíritu impuro, atormentándolo y gritando fuerte, salió de él».
El pasaje del Evangelio habla por sí solo, Jesús no es cualquier profeta, o alguno que se aprovecha de situaciones para hacer proselitismo religioso. Es una persona que tiene la autoridad propia de Dios, habla palabra de Dios, y hasta los demonios lo reconocen como tal. Pero sólo el poder de Jesús hace cambiar las situaciones de pecado del hombre y en el hombre.
Por tanto, ¿por qué buscamos fuera de Jesús? ¿por qué nos empeñamos en ver a falsos profetas que no nos hablan con claridad de la Verdad, del Camino y de la Vida?
No demos la culpa a cosas extrañas, a personas o situaciones… comencemos por ver cómo va nuestra vida y si somos capaces de vivir la Palabra de Dios que nos transmite Jesús con toda autoridad. Si escuchamos verdaderamente a Él, debemos también poner por obra sus enseñanzas, pues “¡el Hijo del hombre vino a bscar y a salvar lo que estaba perdido”!
¡Que Jesús sea el centro, fuente y culmen de nuestras vidas!
(fuente: http://www.mensajes-de-dios.blogspot.com/)
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