En 1905, el papa Piadoso X pide que las curaciones más espectaculares se sometan a un proceso regular ordinario. A tal efecto se crea la Oficina de constataciones médicas.
La expresión "oficina médica" tiene dos sentidos. Designa, en primer lugar un local en el Santuario y dos personas fijas, de las cuales una es médico en ejercicio. Este médico recibe las declaraciones y comienza un trabajo crítico según los criterios tradicionales, tal como fueron definidos en el siglo XVIII por el cardenal Lambertini, futuro papa Benedicto XIV, para los procesos de beatificación.
Si el caso parece serio, el médico organiza a una "oficina médica" propiamente dichaa, es decir, una consulta, en la cual pueden participar todos los médicos presentes en Lourdes ese día, sean las que sean sus convicciones religiosas.
Si el médico de Lourdes y la oficina médica que se ha reunido emiten un juicio favorable, el expediente se traslada al Comité Médico Internacional de Lourdes (C.M.I.L.). Éste está constituido por una veintena de miembros, todos eminentes en sus especialidades respectivas. Este Comité existe desde 1947. Monseñor Théas decidió, en 1954, que adquiriera una dimensión internacional.
El Comité está presidido conjuntamente por el obispo de Tarbes y Lourdes y por uno de sus miembros, designado por el obispo con un mandato de duración determinada, aunque renovable. El médico de Lourdes se encarga del Secretariado del Comité.
El Comité juzga el expediente de cada caso. Uno o varios de sus miembros se encargan de estudiarlo a fondo, informándose especialmente sobre todo lo que la literatura médica mundial haya publicado sobre temas parecidos. Las personas encargadas del expediente pueden consultar a colegas extraños al Comité. Generalmente, no se convoca a la persona curada.
El Comité se reúne una vez al año, en el otoño. Examina los expedientes en curso. Cuando se han reunido todos los datos (lo que puede llevar bastante tiempo), el Comité, por votación, acepta o rechaza afirmar que la curación sea inexplicable, en el estado actual de la ciencia. Se requiere una mayoría de dos tercios para que el voto sea considerado afirmativo.
La valoración médica se transmite al obispo de la diócesis en que reside la persona curada. Este obispo, obviamente, está al corriente del procedimiento en curso. En caso, sobre todo, de que parezca probable una salida, se le aconseja crear de antemano un pequeño Comité médico local que pueda, en el momento oportuno, tener conocimiento de las conclusiones del Comité.
Teniendo en cuenta otros elementos de valoración, el obispo decide o se abstiene de reconocer el carácter "milagroso" de la curación.
La actitud actual de los médicos es de mucho respeto para con el Magisterio de la Iglesia. Como cristianos, saben que el milagro es un signo de orden espiritual. No quieren ser jueces en ese campo. Además, a un espíritu moderno, le resulta difícil admitir, sobre cualquier realidad que sea, que es "inexplicable". Únicamente se puede decir que es inexplicable hasta ahora.
+ Jacques Perrier
Obispo de Tarbes y Lourdes
17 de marzo de 2003
Para ver detalle de las curaciones milagrosas reconocidas oficialmente por la Iglesia Católica Apostólica Romana, podés hacer click aquí (la información se detalla en francés)
(fuente: http://www.lourdes-france.org/)
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